viernes, 22 de noviembre de 2013

Muere Marta García, primera chica del tiempo de TVE, obituario Ι de cáncer./ VIERNES, CINE, HOMBRES DE HONOR,./ Dabiz, talento 'radikal'

TÍTULO; Muere Marta García, primera chica del tiempo de TVE, obituario Ι de cáncer.

-foto-Marta García ha muerto, tras no poder superar un cáncer. El emblemático rostro de la información de El Tiempo de TVE ha fallecido esta madrugada.
García será recordada como una de los miembros que formaron el primer equipo de meteorología en la cadena pública junto a Paco Montesdeoca, Antonio Maldonado y Ana de Roque.
Además, se dedicaba al doblaje en series. Su voz fue la de Mayim Bialik, la protagonista de la recordada Blossom, o la de Amy Farrah Fowler en The Big Bag TheoryFalcon Crest, Sensación de Vivir , CSI Nueva York o Alf, donde interpretó a Lynn Tanner, fueron otras de las inolvidables producciones en las que participó.

Hombres de honorTÍTULO; VIERNES, CINE, HOMBRES DE HONOR,.

Reparto
Robert De Niro, Cuba Gooding Jr., Charlize Theron, Michael Rapaport, Hal Holbrook, David Keith, Joshua Leonard, Powers Boothe, David Conrad, Aunjanne Ellis, Ryan Honey, Scott Kraft, Holt McCallany, Dennis Troutman, Joshua Feinman, Theo Nicholas Pagones,.
 
 Carl Brashear nació en Kentucky en el seno de una familia de campesinos negros cuya vida ha estado siempre marcada por el racismo. Mac, el padre de Carl, le enseñó desde niño el valor de la perseverancia como arma para vencer los obstáculos y alcanzar sus sueños. Carl sueña con ingresar en la escuela de buzos de la marina de los Estados Unidos,.
 

Dabiz, talento 'radikal'TÍTULO; Dabiz, talento 'radikal'

Gastronomía

Mileurista, atrevido, enemigo de las etiquetas... así es el chef de las 3 estrellas que ha revolucionado la Guía Michelin -foto

Unos cerdos rosas con alas esperan pacientes a los comensales que entran en la sala. En el restaurante Diverxo (calle Pensamiento, Madrid) todos los símbolos son rotundos y libérrimos, como luego ocurrirá en cada plato de un menú estrecho y largo con descargas y explosiones de sabores y técnicas, sin valles ni treguas, durante tres horas si uno se entrega al menú más extenso (12 platos, 120 euros). El que avisa no es traidor. Usted, que ha tenido que esperar al menos un mes para poder conseguir una mesa, prepárese para vivir una experiencia en la que todo es posible. El general de este regimiento formado por 28 locos de la cocina que dan de comer a treinta personas en cada servicio se llama Dabiz Muñoz. Tiene 33 años, ha cambiado de nombre sin renunciar al suyo propio y atesora una dedicación calvinista al trabajo, una cresta punk y una visión 'Radikal' -como él escribiría- de su paso por el mundo. Pero aquí nada es una pose. No se confundan. Nunca antes un restaurante había conseguido en tan poco tiempo la tercera estrella Michelin (al ritmo de una cada dos años). Nunca antes la guía de las tapas rojas había premiado con su máximo galardón en Europa a una apuesta creativa tan rupturista y alejada del imaginario colectivo de un restaurante de lujo. Solo le faltan las alas. Su palabra favorita, la que mejor define su estado actual y el proyecto vital que cabalga es: «total». El restaurante total, sin límites de etiquetas geográficas, técnicas o culturales.
Cuando en un mismo cerebro se desarrollan una fuerza insolente capaz de romper el corsé cultural de lo establecido y un inconformismo obsesivo por la perfección, se producen estadios de creatividad pura. Normalmente acontece en personas que aceptan habitar más allá de lo confortable a cambio de poder saciar su ansia por buscar y descubrir. Los que sufren estos episodios no distinguen el tiempo de trabajo del resto de su propia vida. ¿Acaso Picasso cuando pintaba estaba trabajando? ¿O simplemente vivía haciendo obstinadamente lo que de verdad necesitaba para existir?
Dabiz Muñoz sufre este tipo de estadios con una periodicidad inusual. Ser coherente con su pulsión vital le ha llevado a vivir como mileurista pese a ser uno de los cocineros con más talento de su generación en el mundo y tener un restaurante que amanece con listas de espera desde que lo abrió hace seis años con su mujer, Ángela Montero... al principio ángel de la guarda y ahora verdadero cigüeñal del proyecto Diverxo. Vendieron su piso, pidieron un crédito, abandonaron Londres, donde empezaron a salir, para poder poner en marcha su primer restaurante real -tuvo otro en sus sueños, cuando era un chaval, que se llamaba 'El Rincón del buen comer'- y se lanzaron a la aventura. El resultado es el éxito sin límites pero pasando estrecheces. Antes comprar mejor producto que mejorar el sueldo. Desde mañana, quizás la tercera estrella ayude a encontrar el equilibrio económico para no morir de éxito porque nunca ha contemplado la posibilidad de 'rendirse' con un proyecto más acomodado y menos auténtico.
Ruptura y coherencia
En Dabiz Muñoz todo es al mismo tiempo ruptura y coherencia. Su cabeza y su vida son un espacio donde se funden las culturas del mundo cuyos límites no le interesan. Tampoco el dinero ni el prestigio social de los comensales, a los que obliga, por muy vips que sean, a esperar su turno para poder comer o cenar en su restaurante. En seis años no ha faltado a un solo servicio. Todos los mediodías y todas las noches al pie del cañón, del wok, del horno de vapor, de todo ese instrumental oriental que conoció en su estancia londinense (restaurantes Hakassan, Nobu y también el francés Orrery), donde su cabeza de chico del humilde barrio madrileño de la Elipa con estudios en la escuela de cocina de Torrejón de Ardoz hizo un segundo click.
Anoche, veinte horas después de recibir en Bilbao la tercera estrella, conducía su propio coche camino de Madrid con Ángela, la inseparable, la exbailarina que empezó explicando los menús en el primer Diverxo -tenían un colchón en el suelo para poder dormir-, y que conceptualiza la experiencia «total» que buscan en la sala y que va mucho más allá del contenido de los platos. Venían de almorzar en Azurmendi con Eneko Atxa y con Kike Dacosta, los más jóvenes de los 'tres estrellas' españoles, en una suerte de recibimiento al nuevo laureado en el Olimpo. Con la metáfora de la vida que va a velocidad de una 'road movie', Dabiz explicaba así el futuro de Diverxo: «Vamos a seguir apostando por la cocina total, sin límites de técnicas, de conceptos, de productos, de cocciones y de países. Una puta bacanal de principio a fin. Queremos el restaurante creativo del siglo XXI».
Ha creado más de 250 platos con productos que van desde las fresitas de Aranjuez en un kimchi, carne como guarnición de un vegetal, molletes con rabo de toro y huevo de codorniz, pilpil de foie para las cocochas y morcilla para dim-sums, pero no se siente acomodado ni gastado. «Me encuentro en mi mejor momento creativo. He tenido épocas más bajas, pero ahora tengo el repertorio bien nutrido. Me es fácil desarrollar nuevos conceptos y soy una esponja, le doy vueltas a todo, leo todo lo que pillo, viajo lo poco que puedo». La bacanal está servida.
 

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