martes, 13 de mayo de 2014

REVISTA DON BALÓN,. La 'final' de los deprimidos,./ HABLAMOS FUTBOL. Real Madrid Pedja Mijatovic: “La Séptima fue para el Madrid una liberación”


Hace justo cuatro años, Hamburgo supuso la vuelta del Atlético a su espíritu ganador, alejarse del fatalismo y las coartadas que le arrastraban ...-fotos
  • El Atlético apela a su fortaleza mental y el Barça a la experiencia y el factor campo,.

  • Raúl García es el único superviviente de la final de Hamburgo que forjó el espíritu campeón de los rojiblancos e Iniesta sueña con un desenlace «brutal»,.

    Hace justo cuatro años, Hamburgo supuso la vuelta del Atlético a su espíritu ganador, alejarse del fatalismo y las coartadas que le arrastraban a esa etiqueta de 'Pupas'. Liderado por un goleador imponente, Diego Forlán, y un joven portero de la cantera infranqueable, David De Gea, se presentó en la primera final continental del club en 24 años tras tumbar en semifinales al Liverpool, el gran favorito.
    El Fulham era el último obstáculo para que los rojiblancos disfrutasen otra vez de la gloria europea. Forlán marcó el primero, pero igualó pronto el equipo inglés. Tuvo que aparecer De Gea en el minuto 59 para meter una mano salvadora en un disparo de Davies y poder forzar una prórroga en la que Forlán decidió con un tanto en el minuto 116.
    «Fue uno de los mejores momentos de mi carrera, mi primer título europeo. Recuerdo todo, antes del partido en la habitación, los nervios antes de una final, la charla del vestuario, el partido, ese gol en la prórroga y después la celebración con los aficionados... Fue un sueño hecho realidad», explica el ahora portero del Manchester United.
    El único superviviente de aquella noche en la actual plantilla es Raúl García, que se ha ganado, a base de coraje, trabajo y muchos goles, un lugar en el once de Simeone. El navarro es uno de los hombres claves del Cholo, al que sustituyó quizá pensando en que una amarilla no le habría permitido disputar la final del Camp Nou. No sólo le imprime carácter e intensidad al equipo, sino que Cholo ha encontrado en él a un goleador inesperado: 17 los goles esta campaña (9 en Liga, 4 en Copa y 4 en Champions). Tiene en su cabeza su mejor arma, pues 10 de los tantos los ha marcado de esa manera. «Raúl García es un gran ejemplo en este momento. Juega amistosos y hace goles, juega Liga de Campeones y hace goles, juega Liga y hace goles, juega Copa y hace goles... En el campo habla. Es un ejemplo del esfuerzo, el trabajo y el querer. Todo lo que le sucede esta temporada no es casualidad, es causalidad».
    Pese a mantener su discurso cauto siguiendo la estela de su entrenador, Raúl es optimista y cree en el éxito rojiblanco. Como lo creía en Hamburgo antes de la final del 12 de mayo de 2010. Raúl, la prolongación de Simeone, siempre cree en un Atlético ganador. Y ahora mucho más. Como Cholo.
    Luces y sombras en casa
    Si en el Atlético se agarran a su espíritu, en el Barça apelan a la experiencia y al factor ambiental como claves del éxito. «Hemos tirado la Liga a la basura», afirmó Xavi tras el 2-2 ante el Getafe. «Si no ganamos en Elche, no mereceremos el título», admitió Dani Alves unos días después, una vez rescatado el trofeo del contenedor tras la derrota del Atlético contra el Levante. Los dos se equivocaron. El equipo azulgrana nunca llegó a revolcarse entre los desperdicios del campeonato y, pese al 0-0 del Martínez Valero, tiene la posibilidad de ganar la Liga en una auténtica final a un partido y en el Camp Nou.
    Es un partido distinto a todos. La afición llenará el Estadi azulgrana el próximo sábado a las 18 horas y se olvidará de algunos reproches que este Barça se merece. Era un partido temido por todos hace unas semanas porque existía la posibilidad de que una victoria culé sirviera la Liga en bandeja al Real Madrid, pero el abandono del equipo de Carlo Ancelotti permite al conjunto del Tata Martino jugar con libertad. Presionado, sí; sin chispa, también. Pero es el Barça y a un partido todavía intimida.
    En la historia reciente hay luces y sombras sobre el comportamiento del equipo en las 'finales' jugadas en el Camp Nou. Lo más parecido serían los dos partidos de vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones 2009-2010 y 2011-2012, cuando el Inter de Mourinho y el Chelsea de Di Matteo llegaron a la final. Pero ambos partidos estaban marcados por el resultado de la ida: 3-1 en San Siro y 1-0 en Stamford Bridge. De hecho, el equipo italiano cayó 1-0 (resultado que valdría al Barça para ser campeón) y el inglés empató 2-2 en el descuento porque el 2-1 no le bastaba al once azulgrana y se lanzó con todos al ataque.
    No hay comparación posible. Sólo vale ganar. Ni siquiera sirve de mucho recordar que el Barça no ha ganado ni una vez al Atlético este curso. Al fin y al cabo, sólo ha perdido una vez (1-0 en la vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones), mientras que en los cuatro empates restantes (0-0 y 1-1 en la Supercopa de España, 1-1 en la ida europea en el Camp Nou y 0-0 en Liga en el Calderón) la igualdad fue total. Con una victoria azulgrana, el balance quedaría equilibrado otra vez.
    Iniesta confirmó este lunes el buen ánimo de una plantilla esperanzada con esta última oportunidad: «En 90 minutos nos jugamos la Liga, todo el año, pero en nuestra casa y eso nos tiene que dar tranquilidad». Y defendió que al Barça nadie le ha regalado nada: «Lo del Atlético es para quitarse el sombrero, pero cada uno ve la justicia a su manera. ¿Por qué no somos nosotros merecedores de ganarla si hemos estado arriba más tiempo que ninguno? Hemos corrido, peleado y fallado como todos. El que la gane será el que se la merece».
    El de Fuentealbilla dejó claro que quiere celebrarla a lo grande. «Ganamos la Liga de los 100 puntos y parecía que no tenía importancia, si conseguimos ganar ésta en le última jornada y en casa sería una Liga brutal, más celebrada que nunca».

    TÍTULO: HABLAMOS FUTBOL.  Real Madrid Pedja Mijatovic: “La Séptima fue para el Madrid una liberación”,.

    Pedja Mijatovic: “La Séptima fue para el Madrid una liberación”,.

     Mijatovic está matriculado en vivir Ligas con final deprimente y cerrar la herida con la conquista de la Champions. Eso hizo en 1998.

    Real Madrid,.

    -foto--Pedja Mijatovic: “La Séptima fue para el Madrid una liberación”

    Mijatovic está matriculado en vivir Ligas con final deprimente y cerrar la herida con la conquista de la Champions. Eso hizo en 1998. Su gol a la Juve quedó para la historia.

     El próximo día 20 se cumplirán 16 años desde que ustedes conquistasen la Séptima en Ámsterdam. No le voy a aburrir con lo de su histórico gol a Peruzzi, lo ha contado mil veces.

    —Deje, no me molesta en absoluto. Es lo más grande que me ha pasado en mi carrera y con el paso del tiempo valoras más la importancia de aquello. —¿Y si le digo que mucha gente encuentra semejanzas entre lo que hicieron ustedes en 1998 y el batacazo que se ha dado ahora el Madrid en Liga y la posibilidad de ganar la Décima como compensación?
    —Existe una diferencia fundamental. Mi Madrid de Heynckes, tras un año muy complicado, tenía perdida aquella Liga con el Barça de Van Gaal casi desde su ecuador. Nunca nos conectamos. Íbamos dando tumbos. Cada partido era peor que el anterior. Todo el mundo recordaba a Fabio Capello, que ganó la Liga al Barça del mejor Ronaldo el año anterior...
    —Pero ustedes levantaron la Champions rompiendo muchos pronósticos.
    —Es difícil de explicar, pero lo comentaré para que lo lean nuestros actuales jugadores por si les sirve de estímulo. En Liga, mi Madrid era un equipo cansado, desmotivado, sin espíritu colectivo... Jugábamos sin ilusión.
    —Entonces...
    —Entonces hablamos los pesos pesados del vestuario y dijimos que por respeto a la historia del club y por la afición había que revertir eso como fuera. Alguien dijo: “¿Sabéis que hace 32 años que el Madrid no gana la Copa de Europa?”. Lo entendimos como un objetivo común. Era pasar de ser unos fracasados a entrar en la leyenda. Y cambiamos nuestros comportamientos.
    —¿En qué?
    —En todo. Pusimos toda nuestra fuerza y los cinco sentidos en eso que empezaron a llamar ‘La Séptima’. En Europa éramos una piña, sabíamos lo que queríamos, parecíamos otros jugadores. Le confieso la verdad. Fuimos dos Real Madrid. Uno en Liga que tenía enfadada a nuestra gente, con toda la razón, y otro en Europa que podía con todo.
    —Con los alemanes no se arrugaron.
    —Sí, existe una similitud con lo sucedido ahora con el equipo de Ancelotti. Nosotros eliminamos consecutivamente al Bayer Leverkusen y al Borussia Dortmund antes de llegar a la final con la Juventus. Ante el Borussia fue el famoso día de la portería caída. Estábamos enfadados ante la posibilidad de que nos expulsaran de la competición. Pero al decidir la UEFA que se jugara, salimos al Bernabéu con mucha rabia y ganamos 2-0, dejando la eliminatoria casi resuelta. No nos frenaba nada, ni siquiera un incidente tan gordo.
    —Tras aquel 2-0 a los alemanes, recuerdo una derrota en Vigo ante el Celta (2-1), un pobre empate en casa ante el Athletic (0-0), un triste empate en Mérida (2-2), una derrota en el Bernabéu ante el Zaragoza (0-2), otra en Montjuïc ante el Espanyol (1-0)...
    —No siga. Me sé de sobra esa historia. De verdad que no me explico cómo demonios podíamos cambiar tanto de España a Europa. Es raro y poco explicable, pero es lo que sucedió.
    —Hasta Karembeu, que en la Liga fue muy criticado por sus actuaciones, marcó dos goles claves en Leverkusen y al Borussia en el Bernabéu.
    —Por eso le digo que en Europa éramos otros equipo. Jugar la Champions era para el equipo una liberación. Karembeu se crecía en los partidos de Champions. La afición también era diferente. Venían muchos peñistas a vernos y al acabar los partidos nos paraban los coches y nos decían: “Por favor, conseguir como sea la Séptima”. Llegó a obsesionarnos. Pero sin presión. Íbamos tan mal en la Liga que nadie se atrevía a decir que éramos favoritos para el título. Jugar sin presión nos ayudó mucho.
    —¿Y cómo lograban que el equipo no perdiera la autoestima después de pinchar ante el Celta y el Mérida, por ejemplo?
    —Porque gente como Davor (Suker), Raúl, Fernando Redondo, Roberto Carlos o Hierro se miraba a la cara y nos decíamos: “Hay que arreglar este fracaso como sea. Somos el Madrid. Esto no puede quedar así”.
    —Y llegó el 20 de mayo. Ámsterdam. Enfrente, la Juve de Zidane, Davids, Del Piero...
    —Era un equipo imponente que acababa de ganar a lo grande la liga italiana. Igualito que nosotros. Nadie daba un duro por el Madrid. Lo sabíamos. Lo hablamos. Eso a un jugador le ultramotiva. Si defiendes el escudo del Madrid, el mejor equipo de la historia, y notas que te infravaloran, sientes una rebeldía que te da una fuerza descomunal. Piensas, “se van a enterar de lo que es capaz el Real Madrid”.
    —Buena terapia.
    —Imagine. Todos hablando de los goles que nos iba a meter la Juve y nosotros pensando, mientras Los del Río cantaban Macarena en el césped antes de empezar el partido, “si ganamos será maravilloso, vamos a ser leyenda. No tendremos otra oportunidad como ésta”. Y nos pusimos a ello.
    —Y llegó su gol, legal como la vida misma.
    —Pessotto no sé que dirá, pero fue un gol legal de la A a la Z. ¿Usted vio protestar a algún jugador de la Juve tras marcar? Pues eso.
    —Me dan ganas de reunirle con los hombres de Ancelotti y que les cuente esta historia para que salgan como motos en Lisboa.
    —Tranquilo, estos jugadores son grandiosos a nivel mundial y darán ante el Atleti su mejor versión. ¿Cómo va a dudar alguien de gente tan comprometida como Cristiano, Ramos o Pepe?
    —Ya sabe que Cristiano, Pepe y Di María llegan tocados a esta final.
    —¿Y qué? Nadie se pierde una final de Champions. Nadie va a pensar en el Mundial esa noche. Sabes que todo el mundo te está siguiendo por las televisiones. Ves a 20.000 de los tuyos en la grada y se te ponen los pelos de punta. Es un paraíso para un jugador estar en días así. Que nadie dude que Cristiano estará al cien por cien y que Pepe o Di María forzarán para jugar como sea. Esta final es el partido de la década para el Madrid. Jugarla y ganarla es pasar a la memoria. Nadie se lo perderá. Ya lo verá.
    —¿No les afectará perder la Liga de una forma tan lastimosa?
    —No debería. En estas dos semanas deben limpiar sus cabezas, olvidarse de estos tres partidos que han apagado la euforia por lo de Múnich e imaginar lo que vivirán en caso de conquistar la Décima. El Atleti será un rival durísimo, pero el Madrid debe hacer valer su historia, su tradición...
    —¿Tradición?
    —Sí. Al Madrid le va jugar finales de Champions. Ganó la Séptima, la Octava y la Novena. Sin fallo. Es la hora de la Décima.
    —Así sea.
    —Así sea...

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