domingo, 15 de junio de 2014

ESPECIAL VERANO, KATE UPTON, LA CHICA DE CUERPO PREFECTO,./ ENTREVISTA, EDWARD ANOWDEN " SI USTED HUBIERA VISTO LO QUE YO VI, ¿ QUÉ HABRIA HECHO?,.

TÍTULO: ESPECIAL VERANO, KATE UPTON, LA CHICA DE CUERPO PREFECTO,
¿ MI MOMENTO MAS SENSUAL?"VIENDO LA TELE EN PIJAMA",.


K.U. Cuando estoy en pijama viendo una película en el sofá de casa. Ese es mi momento más sensual [se ríe]. Creo que ser sexy es cuestión ...

Especial verano / La 'celebrity'

-foto-Kate Upton: "¿Mi momento más sensual? Viendo la tele en pijama"

Nadie luce un bikini como ella. Kate Upton ha triunfado como modelo sin haber pisado una pasarela. Un sensual baile que arrasó en YouTube la catapultó a la portada de 'Sports Illustrated' y la elevó a la categoría de mito sexual. Ahora ha dado el salto al cine.
Solo tenía 17 años cuando aterrizó en Nueva York desde Florida, pero Kate Upton ya sabía lo que quería y, sobre todo, cómo conseguirlo. Después de acosar con llamadas a la agencia IMG, hogar de modelos como Kate Moss o Gisele Bündchen, Upton los convenció con un argumento de peso: sabía que, si quería ser modelo, primero tendría que convertirse en una celebrity. Pero quería hacerlo a su manera: no le interesaba la pasarela (ni al mundo de la pasarela, obsesionado con la talla cero, le interesaba ella) ni ser un ángel de Victorias Secret.
Su meta era otra: quería ser portada de Sports Illustrated. Un vídeo de YouTube en el que Upton bailaba de forma sinuosa durante un partido de baloncesto obró el milagro. Así es como, hace tres años, Upton se convirtió en la primera modelo viral. La recompensa fue la que ella había soñado: ocupó la portada de la edición de bañadores de Sports Illustrated dos años consecutivos y protagonizó las cabeceras de moda de medio mundo. En tres años, Upton ha reinventado el concepto de supermodelo: no tiene nada que ver con las inalcanzables top de los noventa (ella tiene más de un millón de seguidores en Twitter) ni tampoco con las modelos esqueléticas y tristonas que dominan las pasarelas desde hace una década.
Upton es risueña, vital, voluptuosa, no vive esclavizada por la dieta y no quiere seguir el camino preestablecido. De hecho, ahora también aspira a ser actriz. Después de un par de pequeños papeles, No hay dos sin tres es su primera película importante en Hollywood. En ella interpreta a la amante de un hombre casado (con Leslie Mann), que a su vez tiene otra amante (Cameron Diaz). El enredo comienza cuando las tres unen fuerzas para vengarse. Con el pelo recogido en una coleta, una chaqueta blanca, vaqueros y taconazos, Kate Upton no aparenta sus 22 años recién cumplidos. El look sobrio le hace parecer mayor. Pero su discurso sí es el de una veinteañera: Upton solo quiere divertirse. Y lo está consiguiendo. XLSemanal. Este es su primer papel importante en Hollywood. ¿Con qué se queda de la experiencia? Kate Upton. Tanto Cameron [Diaz] como Leslie [Mann] fueron muy amables conmigo. Desde que pisé el plató, sentí que podía cometer un error o hacer el tonto sin que nadie me juzgara. Cuando terminábamos de rodar, nos íbamos a cenar juntas y hablábamos durante horas. Las considero unas de mis mejores amigas. XL. Cameron Diaz tenía su edad cuando rodó La máscara y también fue modelo antes que actriz... K.U. Yo ni si quiera sabía que ella había sido modelo. Cuando lo descubrí, me hizo enamorarme más aún de ella [se ríe]. La forma en la que Cameron ha dirigido su carrera es una inspiración para mí. Me dio muchísimos consejos, pero sobre todo he aprendido observando lo amable, humilde y dulce que es con todo el mundo. XL. ¿Aspira a tener una carrera como la suya? K.U. Sería un honor, pero ya veremos qué ofertas tengo y me gustan. XL. Su personaje tiene una aventura con un hombre casado. ¿Cómo logró conectar con ella? K.U. Mis padres y mis abuelos todavía están casados. Para mí, el matrimonio tiene un significado muy importante. Y es ahí donde encontré la conexión con mi personaje: ella nunca hubiera tenido un affaire si supiera que él y su mujer aún estaban juntos. Y yo tampoco. XL. ¿Cuándo empezó a interesarse por la interpretación? K.U. Hace dos años empecé a tomar clases de interpretación. Eso me ha ayudado a acostumbrarme a tener una cámara delante todo el rato. Y ahora estoy a tope. ¡Me encanta! XL. ¿Y se plantea dedicarse al mundo del cine en exclusiva? K.U. Estoy muy contenta con mi carrera como modelo. Además, para mí la industria de la moda es casi como parte de mi familia; es donde he crecido. No querría irme de ella sin más. XL. ¿Hay algo que le dé miedo de esta industria? K.U. No. Para mí es una aventura. Empecé desde cero en la moda y fui escalando poco a poco. Y ahora me siento igual: estoy en el fondo y quiero subir. No me da miedo, me parece divertido. Escuchas historias horribles sobre gente que pierde el rumbo, pero por ahora ha sido fácil para mí. Quizá he llegado en el momento adecuado. XL. Su escena corriendo en bikini por la playa ha dado la vuelta al mundo. ¿Teme que solo le ofrezcan papeles de chica sexy a partir de ahora? K.U. El papel ya estaba escrito antes de que yo lo aceptara... Pero soy de Florida: correr por la playa en bikini es mi vida. Para mí, es lo más natural del mundo. XL. Entonces, ¿no le incomoda la etiqueta de sex symbol? K.U. No me tomo a mí misma tan en serio. Cuando escucho ese tipo de cosas, me entra la risa. XL. ¿Y usted cuándo se siente más sexy? K.U. Cuando estoy en pijama viendo una película en el sofá de casa. Ese es mi momento más sensual [se ríe]. Creo que ser sexy es cuestión de actitud. XL. ¿La gente tiende a subestimarla por su físico? K.U. Cuando la gente te subestima, hace que todo sea mucho más fácil. XL. ¿Y quién la juzga más: los hombres o las mujeres? K.U. Al principio, las mujeres. Luego, de pronto, se pusieron de mi parte y los hombres empezaron a criticarme más. Pero trato de no prestar atención a lo que se dice sobre mí. Además, me encanta ser mujer: somos poderosas, sexys, fuertes, tenemos confianza en nosotras mismas y somos capaces de hacer cualquier cosa. XL. ¿Cuáles fueron sus primeros pasos en el mundo de la moda? K.U. Tenía 12 años cuando el ojeador de una agencia de modelos se fijó en mí durante un concurso ecuestre en el que competía. Pero yo era demasiado joven y mi madre dijo: «¡Ni hablar!» [se ríe]. La idea germinó en mi cabeza y empecé a investigar sobre cómo convertirme en modelo. Quería probar suerte. XL. Y tres años después ya estaba trabajando... K.U. Sí, empecé con 15 años. Era muy joven, pero estaba decidida a convertirlo en mi carrera. No quería tomar el camino tradicional porque el camino tradicional... simplemente, no es tan divertido [se ríe]. Tienes que salvar algunos obstáculos. XL. ¿Qué obstáculos? K.U. Era un camino que nadie había hecho antes, porque yo no hacía pasarelas. Fue una cuestión de discutir con mi agente y explicarle que yo tenía razón y que quería hacerlo a mi manera. XL. ¿Siempre tuvo esa autoconfianza? K.U. [Ríe]. Pueda sonar raro, pero sí. Así es como mi madre nos educó. XL. ¿Y ya se sentía guapa cuando era una adolescente? K.U. ¡Ni siquiera me creo guapa ahora! XL. Cuando no tiene que posar, ¿se pone lo primero que encuentra o es una fashionista practicante? K.U. Me encanta la moda. Muchas veces busco mi confianza en aquello que llevo. Me gusta ir de shopping, pero no sigo las tendencias. Casi siempre voy 'de uniforme': vaqueros, unas buenas botas y una camiseta que me guste. Y me encantan los anillos. XL. No parece el tipo de modelo obsesionada con la dieta. K.U. Cuando empecé, era mucho más estricta conmigo misma, pero, después de cosechar cierto éxito, me di cuenta de que debía disfrutar un poco más de mi vida y divertirme. Si siempre estás concentrada en tu peso, eso es imposible. XL. ¿Qué no falta nunca en su nevera? K.U. Me encanta el sushi y soy adicta a las espinacas salteadas con queso feta fundido. Me podría alimentar exclusivamente de eso [se ríe]. XL. Veo que tiene un crucifijo tatuado en la mano. ¿Tiene algún significado? K.U. Soy religiosa. Cuando trabajas como modelo, no puedes llevar colgantes con cruces; por eso decidí tatuármela. Quería tenerla conmigo. XL. ¿Qué le gustaría estar haciendo dentro de diez años? K.U. No lo sé. No hago planes a tan largo plazo. Últimamente, solo me he centrado en encontrar el próximo guion para otra película. En esta industria no existe un manual que se titule Cómo ser actriz o Cómo convertirse en estrella de Hollywood. Por eso, simplemente tienes que seguir el camino que se vaya abriendo delante de ti.

TÍTULO: ENTREVISTA, EDWARD ANOWDEN " SI USTED HUBIERA VISTO LO QUE YO VI, ¿ QUÉ HABRIA HECHO?,.

Lo cuentan personas que han estado con Edward Snowden en los .... Hace un año había asumido que ni siquiera conseguiría salir de Hong Kong. ... Si usted viera lo que yo vi, si supiera que una única voz bastaría ... Puedo irme a la cama todas las noches con la conciencia de haber hecho lo correcto.

Entrevista

Edward Snowden: "Si usted hubiera visto lo que yo vi, ¿qué habría hecho?"

Usted está siendo espiado por los servicios secretos estadounidenses. «No solo saben a qué hora se va usted a la cama, también con quién», asegura este antiguo analista de la CIA y de la NSA que ha destapado cómo los espías norte americanos vigilan a los ciudadanos de medio mundo. Desde hace un año es el asilado más famoso del planeta. Desde Moscú, donde vive oculto para evitar la ex tradición, Edward Snowden concede una entrevista exclusiva y nos descubre cómo se ha creado un poder fuera de la ley y del control de los gobiernos.
Algunos dicen que es feliz en Moscú, muy feliz incluso. Que puede moverse por la ciudad sin que prácticamente nadie lo reconozca, que a veces parece un estudiante que está en Rusia de intercambio. Lo cuentan personas que han estado con Edward Snowden en los últimos días. Pero el propio Snowden no cuenta mucho sobre su vida diaria. Tampoco sobre los posibles compromisos a los que quizá tenga que llegar con las autoridades rusas para poder seguir viviendo allí. Su concesión de asilo temporal expira este mes. ¿Y luego? Nadie lo sabe.
Edward Snowden ha mantenido una conversación por escrito con la revista. Las preguntas y respuestas, las repreguntas y nuevas contestaciones, han ido de un lado a otro durante semanas a través de un servidor seguro. Los temas personales los ha dejado casi siempre fuera; él no es lo importante, repetía. De esta forma pretende darle mayor relevancia a la alerta que lanza sobre los peligros de un Estado vigilante. Y también acentúa su optimismo, su convicción de que, ahora, las personas sí están dispuestas a defenderse contra el poder de los servicios secretos.
XLSemanal. Señor Snowden, hace un año estaba usted en una habitación de hotel en Hong Kong, hablando ante una cámara de vídeo. «Mi nombre es Edward Snowden», fueron sus primeras palabras. No quiso el anonimato. ¿Se imaginaba que iba a cambiar el mundo?
Edward Snowden. Es posible que haya contribuido a que una nueva generación esté tomando la palabra. Yo la llamo la 'generación posterrorismo'.
XL. ¿Una generación que por fin ha superado el miedo al terrorismo, el trauma del 11-S?
E.S. Sí. Para mí, el término 'generación' no hace referencia tanto a la edad como a una experiencia colectiva. Ataques terroristas tan horribles como los del 11 de septiembre provocan un sentimiento de vulnerabilidad que lo domina todo. Sociedades enteras son víctimas de ese miedo profundo. Pero ahora la gente ya no quiere quedarse en el papel de víctima. La generación posterrorismo quiere superar, por fin, ese miedo que produce saber cómo podrían matarnos. La gente prefiere saber cómo podemos vivir. Y ven en el espionaje masivo una amenaza para la libertad, para la democracia.
XL. ¿Por qué la sensación de ser vigilado produce miedo? ¿Todos tenemos algún secreto...?
E.S. Cuando un Estado permite que se espíe y vigile a inocentes, todos perdemos un derecho fundamental; da igual quién seas y dónde estés, pierdes tu derecho a la privacidad. El derecho fundamental a poder estar a solas con uno mismo. A que lo dejen a uno en paz.
XL. Pero usted ha afirmado que en la era digital ya nadie está solo... y que nunca más lo estará.
E.S. Estamos creando un smog digital con nuestros móviles, con nuestros ordenadores y cámaras. Estos dispositivos dejan cada día miles de rastros que basta con seguir y grabar para poder vigilar a todo el mundo durante todo el tiempo y con una precisión nunca vista. A un analista como yo, esos datos le dicen todo sobre usted: dónde vive, a quién va a votar y a quién ama.
XL. Pónganos un ejemplo.
E.S. Usted sabe que, cuando se desplaza, su móvil siempre se registra en la antena más cercana. Pero quizá no se haya parado a pensar que eso mismo les pasa a todas las personas con móvil. Si cruzo estos datos, no solo sé a qué hora se va usted a la cama; también sé con quién.
XL. Así se va creando una especie de memoria colectiva de la humanidad controlada por los servicios secretos.
E.S. Por eso debemos preguntarnos: ¿por qué personas al servicio de algún gobierno nos siguen todos los días durante cinco o diez años? ¿Por qué acceden a cualquier detalle, por insignificante que sea, con una precisión de la que nuestra propia memoria es incapaz de recordar? ¿Qué implica que puedan acceder a los correos electrónicos o a sus planes para organizar un acto político? ¿Nunca ha vulnerado usted la ley? Y, antes de que me diga que no, le recuerdo que los datos de su teléfono móvil delatan cuándo y dónde ha superado usted la velocidad permitida.
XL. ¿Es cierto que los servicios de información, como la NSA, están en condiciones de almacenarlo todo, Internet al completo, la red de redes, esa cantidad inimaginable de datos que se mueven todos los días?
E.S. Almacenarlo todo no es imposible. Una agencia de inteligencia solo necesita almacenar los protocolos de las consultas que usted realiza en la Red, como por ejemplo los enlaces. Y esos protocolos apenas ocupan espacio.
XL. Los servicios secretos se valen principalmente de ese tipo de datos, los llamados 'metadatos'.
E.S. Da miedo. Lo que consigue la NSA es convertir todo Internet en una especie de colaborador. El espionaje y la vigilancia son posibles en proporciones nunca conocidas.
XL. Desde centros de almacenamiento de datos como el data center de la NSA en Idaho...
E.S. Al principio se hablaba de 'centros de almacenamiento masivo de datos', luego se cambió su nombre a 'centros de datos'; sonaba más políticamente correcto.
XL. Pero los estados necesitan datos para proteger a sus ciudadanos contra la delincuencia y el terrorismo.
E.S. Eso argumentan los defensores del sistema. Aunque los ataques a la privacidad no deben ser la norma, sino una excepción supervisada por tribunales independientes. Sin embargo, las informaciones que salieron a la luz el año pasado demuestran que los gobiernos ya no quieren tener que vérselas con decisiones judiciales; lo que quieren es vigilar a todos todo el tiempo. Eso altera el equilibrio de poder entre ciudadanos y Estado y nos reduce a la condición de súbditos.
XL. Pero los hackers también nos espían.
E.S. Un hacker puede robarle el número de su tarjeta de crédito, puede colgar fotos comprometedoras en su página de Facebook o enviar e-mails a su nombre a periódicos sensacionalistas. Pero también puede ser atrapado mientras lo hace. Los gobiernos, por su parte, utilizan la señal de un móvil como objetivo para un ataque con drones sin estar del todo seguros de quién lleva el teléfono en ese momento determinado. Almacenan las páginas porno que visita una persona para luego desacreditarla. O la incluyen en listas negras para que no le permitan subir a un avión, limitan su libertad de movimientos por algo tan nimio como haber marcado un número de móvil sospechoso, por ejemplo. Y usan las cámaras web privadas para identificar a personas a las que luego llevan a cárceles secretas para torturarlas. Creo que hay una gran diferencia.
XL. Usted se describe como una persona que 'ha tirado de la manta' por motivos de conciencia. Desde la NSA sostienen que debía haber comunicado internamente los posibles abusos. En los Estados Unidos hay una acusación contra usted por vulneración de la legislación sobre espionaje.
E.S. Lo diré con toda claridad: manifesté mis dudas acerca de los fundamentos jurídicos sobre los que opera la NSA en multitud de ocasiones y con todo detalle. La NSA dispone de informes sobre los correos electrónicos internos que escribí en torno a este asunto. La afirmación de que no hay constancia de mis avisos es falsa. Cualquier miembro del Congreso puede preguntarle al responsable legal de la NSA.
XL. ¿Y por qué no lo hacen? Todo esto podría costarle a usted muchos años de cárcel.
E.S. Argumentan que no me atuve a los procedimientos internos de la NSA. Pero no podía hacerlo, no estaba empleado directamente por la NSA.
XL. Tras un tiempo en la CIA trabajó usted en empresas privadas contratadas por la NSA: Dell y Booz Allen Hamilton.
E.S. Y era esa situación lo que me privaba de una protección legal clara si quería comunicar abusos.
XL. Sus críticos aseguran que, al publicar ciertos documentos, ha puesto en peligro la vida de ciudadanos estadounidenses.
E.S. Actualmente siguen sin aportar pruebas sobre eso. Nadie ha resultado perjudicado por la publicación de esas informaciones ni le ha costado la vida a nadie.
XL. La NSA asegura lo contrario.
E.S. La historia juzgará qué es verdad y qué es mentira. En cualquier caso, no me arrepiento de lo que hice, da igual lo que me pase. Hace un año había asumido que ni siquiera conseguiría salir de Hong Kong.
XL. Al final logró llegar al aeropuerto de Hong Kong sin ser detenido, aunque todavía no se sabe del todo cómo lo hizo. Su intención era ir a Sudamérica. Durante la escala en Moscú se enteró de que las autoridades estadounidenses habían anulado su pasaporte. Desde entonces está, digámoslo así, varado en la Rusia de Putin.
E.S. Nunca conté con un happy ending, con un final feliz. Es lo que ocurre cuando desafías abiertamente a las personas más poderosas del mundo.
XL. ¿Nada de dudas, arrepentimiento, miedo o pesadillas?
E.S. Sabía que tendría que despedirme de una vida feliz en compañía de mi familia, de las personas a las que amo. Pero no quería que vivieran en un mundo en el que los derechos ya no sean importantes. Si usted viera lo que yo vi, si supiera que una única voz bastaría para darnos a todos una nueva oportunidad... ¿qué haría?
XL. Tomó una decisión que lo marcará de por vida. No sabe si algún día podrá vivir de nuevo en libertad, por no hablar de volver a su país: los Estados Unidos.
E.S. El exilio siempre ha sido un castigo: separarte de las personas a las que amas, pero sé que me apoyan. Puedo irme a la cama todas las noches con la conciencia de haber hecho lo correcto. Eso me aporta una profunda satisfacción. Y también sé que volveré a verlos.
XL. Usted supo de los programas secretos de espionaje de la NSA durante años, pero siguió trabajando para un Estado que se dedica a vigilar a sus ciudadanos. ¿Qué gota colmó el vaso?
E.S. Confiaba en que mis quejas internas tuvieran respuesta. Pero entonces llegó lo de James Clapper.
XL. En marzo de 2013, durante su declaración en el Senado, al director de la Inteligencia de los Estados Unidos le preguntaron si la NSA estaba recopilando datos de millones de americanos...
E.S. Y Clapper dijo: «No, sir».
XL. Dijo: «No conscientemente».
E.S. Con aquella mentira tan descarada cruzó el Rubicón. Le mintió al pueblo americano en directo. Los senadores sabían que mentía, Pero nadie dijo nada. En aquel momento entendí que tenía la obligación moral de sacarlo todo a la luz.
XL. ¿La NSA se ha convertido en un Estado dentro del Estado?
E.S. Ese Estado dentro del Estado existe. Los miembros más relevantes del Ejército y los servicios secretos reciben a los nuevos presidentes con la misma indiferencia con la que nosotros vemos los pronósticos del tiempo. Son muy poderosos, pero no invencibles. Si los Clapper de este mundo fuesen tan responsables de sus actos como los demás ciudadanos, podríamos vencer a este Estado vigilante. Para ello necesitamos reformas legislativas.
XL. Pero la NSA parece mucho más poderosa que las propias leyes.
E.S. La mala noticia es que el Estado vigilante cuenta con una infraestructura tecnológica implantada en los Estados Unidos y también en Europa. Gracias a los avances tecnológicos, esta vigilancia se va sistematizando progresivamente. Cada vez es más simple y más barata. Por lo tanto, la vigilancia seguirá aumentando de forma drástica en el futuro. La buena noticia es que ninguno de estos programas será capaz de superar el examen de un tribunal independiente, ni en los Estados Unidos ni en Europa.
XL. ¿Cuál es el motivo de su optimismo? ¿Por qué cree que llegará ese momento?
E.S. El problema central de la política estadounidense es que a los cargos públicos casi nunca se los hace responsables de sus actuaciones equivocadas, ni de crímenes de guerra o torturas ni de las vulneraciones sistemáticas de la Constitución. Sin embargo, la clase política está minusvalorando la inteligencia de la opinión pública. Hace falta mucho tiempo para que nos enfademos, cierto, pero también hace falta mucho tiempo para que perdonemos.
XL. Paralelamente, uno de sus abogados lleva tiempo negociando con el Gobierno estadounidense su posible retorno a los Estados Unidos. ¿Hasta qué punto es un objetivo realista?
E.S. Lo único que puedo hacer es repetir que, pase lo que pase, no me traicionaré a mí mismo. Y el objetivo más importante ya se ha alcanzado: la gente no está dispuesta a seguir tolerando la vigilancia masiva. No quiere entregar su libertad a cambio de una supuesta seguridad. Todos estos programas de vigilancia no han ayudado a salvar a nadie de un atentado terrorista. El mayor éxito se ha limitado a averiguar si un taxista envió dinero a Somalia. Y eso se podría haber conseguido con los métodos clásicos. 

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