domingo, 3 de agosto de 2014

CONOCER ASTRONOMÍA, LOS ESCLAVOS DE LA VOYAGER,. / ¿ DEBEMOS FIARNOS SOLO DE NUESTRA CONCIENCIA ?.

TÍTULO; CONOCER ASTRONOMÍA, LOS ESCLAVOS DE LA VOYAGER,.
 
Hace 37 años, la NASA lanzó las sondas Voyager 1 y 2. Estos 'cacharros' deberían haberse averiado hace decenas de años, pero, ...foto,.

Astronomía

Los viajeros espaciales más viejos del mundo: Los esclavos de las Voyager

Hace 37 años, la NASA lanzó las sondas Voyager 1 y 2. Estos 'cacharros' deberían haberse averiado hace decenas de años, pero, sorprendentemente, aún viajan por el espacio. Solo un puñado de viejos especialistas que trabajan en California saben cómo manejarlos. Visitamos a esta pandilla de ancianos tan especiales.
Estamos en la central de mando del viaje espacial más largo de la historia. Hoy es el día 13.325 de la misión. El piloto, Enrique Medina, tiene 65 años. El científico jefe, 78. El programador, 77. El ingeniero jefe sonríe. Prefiere callar su edad.
La voyager 2 despegó el 20 de agosto de 1977. Salió de la atmósfera a 40.000 kilómetros por hora, alcanzó su velocidad de crucero y escapó de la gravedad terrestre. Era el día 1 de la misión. Esta sonda y la Voyager 1 llevan volando 37 años. Es decir, 32 años por encima de su vida operativa estimada. Poco a poco se van quedando sin energía, cada 500 millones de kilómetros se estropea algún componente o el ordenador de a bordo se vuelve loco, los brazos donde van los sensores llevan mucho tiempo rígidos y las cámaras se han quedado ciegas. Pero su equipo humano no desfallece. Están seguros de que las sondas aguantarán diez años más. Y ellos también, por supuesto.
Los peritos de la NASA, encargados de revisar las misiones espaciales, ya no se atreven a apostar lo contrario. La sonda Voyager 1 despegó el 5 de septiembre de 1977. Se lanzó en persecución de su hermana: una máquina de más de 175 millones de dólares con antenas parabólicas, baterías de isótopos radiactivos, sensores solares y un disco de oro en el que se grabaron saludos terrícolas en 55 idiomas distintos... Era el día 16 de la misión. Ahora solo quedan poco más de 12 técnicos supervisando su viaje. Uno de ellos es Tom Weeks, encargado del control posicional. Otro se llama Larry Zottarelly, el programador; sí, lleva audífonos, pero no hay nadie que entienda mejor estas máquinas. Y también está Regina Wong, encargada de instrumentos y que tuvo el privilegio de tocar las sondas con sus propias manos. Y Steve Howard, de sistemas de tierra, al que apodan Space Cowboy, el Vaquero Espacial, porque viste con botas y gorro tejano.
Medina y sus hombres llaman a las sondas la 31 y la 32; no se refieren a ellas por sus nombres reales, Voyager, ni por sus indicativos oficiales, VGR 1 o VGR 2. La NASA les impone utilizar nombres en clave. «¡Todo es confidencial! nos dicen. ¡Prohibido tomar notas! ¡Confidencial! exclama Medina. ¿Pero qué puede pasar? ¿Que alguien nos copie las sondas? ¡Pero si todo es de los años setenta! ¡Esta electrónica ya ni existe!». Los aparatos son tan viejos que en la central han tenido que ponerles carteles para que el personal de la limpieza sepa lo que son y no los desenchufe ni los tire por error». «Sí, sí, las reglas...», ironiza Medina. ¿Por qué la 31 ha sobrevivido tanto tiempo ahí fuera? Pues porque el equipo se saltó las reglas desde el principio.
Cuando las sondas pasaron por Saturno a toda velocidad fotografiando su superficie, la misión Voyager debía haber llegado oficialmente a su fin. Era el día 1030. Eso es lo que decían las órdenes: diseñar las sondas para que llegaran a Saturno... y nada más.Las sondas se construyeron de acuerdo con las órdenes, por supuesto, pero las antenas se hicieron un poco más resistentes solo por si acaso, los sensores un poco menos precisos y sus circuitos un poco más robustos. Ya se sabe, solo por precaución... y voilà, las sondas seguían tan en buena forma que tras dejar atrás Saturno pudieron continuar su camino; la 31 adentrándose en el espacio profundo y la 32 dando un salto más hacia Urano y Neptuno. Día 1031 de la misión.
Las sondas están ya tan lejos DE la Tierra que la señal tarda 17 horas, 37 minutos y 27 segundos en llegar a sus monitores. ¡A la velocidad de la luz! Esa distancia hace que maniobrar sea complicado. El equipo dirige las sondas con una especie de mando a distancia que funciona con retardo: las acciones que Medina ve ejecutar son las que la sonda realizó hace más de 17 horas como respuesta a unas órdenes que Medina dio hace más de 35 horas, es decir, anteayer. «Uno se acaba acostumbrando», dice.En Tierra procesan los datos a partir de números en bruto. Cuando el año pasado Larry tuvo que revisar a fondo los ordenadores de las sondas, se tuvo que adentrar hasta niveles que ningún otro programador de la NASA conoce ya: los sistemas de almacenamiento son grabadores magnetofónicos de ocho pistas, los datos se escriben en una cinta magnética de 328 metros de largo, lo único que vale aquí es el lenguaje máquina.
Pero Larry se mueve en este mundo como nadie. El equipo sabe que, en algún momento, su misión llegará a su fin. Cada vez que suena una alarma, les asaltan las mismas preguntas, los mismos temores. ¿Habrá llegado ya la hora? ¿Se ha muerto una o las dos? Cuando eso ocurra, podrán despedirse con honores. Habrán visto los volcanes de Ío. Y las tormentas de Júpiter. Y los océanos helados de Europa. Y los géiseres de Tritón. No pueden quejarse. No obstante, todos saben que el final se acerca. La 32 solo sigue las órdenes gracias a su receptor de reserva y la 31 vuela gracias a su ordenador secundario. Pero siguen volando. «Son objetos delicados, los dos», dice Medina.
Están preparados para el día que las máquinas fallezcan. Todo está previsto. Pero ¿y si desaparecen las personas? «Nadie de aquí está autorizado a jubilarse mientras las sondas no se jubilen», cuenta Medina.A lo largo de estos años, el equipo ha desarrollado una fidelidad propia de soldados. Casi nadie creía que las viejas sondas pudieran conseguir lo que han logrado hasta ahora. Solo ellos estaban seguros de sus posibilidades. Con los años aparecieron nuevas misiones, se lanzaron sondas más modernas y, un buen día, las Voyager desaparecieron del primer plano, sustituidas por alguno de los vehículos que aterrizaron en Marte. Y ellos se convirtieron en unos vetustos maquinistas de dos cacharros desfasados.
Cada dos años les toca ir allí donde se toman las decisiones y suplicar fondos. Cada dos años reciben el reconocimiento solemne a la importancia de su trabajo, pero los presupuestos son cada vez más reducidos. Los ingenieros que pudieron se marcharon. Los que se quedaron se acabaron convirtiendo en una familia. Con motivo del trigésimo cumpleaños de las Voyager se organizó una recepción en la sede central de la NASA; y les entregaron a Regina y a Larry, los dos únicos que están en el proyecto desde el principio, un diploma enmarcado. Poco tiempo después, allá arriba, con el brillante telón de fondo de las estrellas que forman la constelación de Ofiuco, a casi 19.000 millones de kilómetros del Sol, la 31 consiguió dejar atrás las últimas olas levantadas por el viento solar y se convirtió en el primer objeto fabricado por el hombre en alcanzar la inmensidad del espacio profundo. Día 12.789 de la misión. Desde aquel día son viajeros interestelares.

Un equipo con achaques
37 años despuésdel lanzamiento.Los miembros de la misión deben rescatar viejos ordenadores de antiguas misiones espaciales, porque solo la vieja tecnología funciona con las Voyager. El personal adscrito a esta misión ha ido envejeciendo al tiempo que las sondas. Tanto las naves como el equipo de ingenieros están achacosos. «Pero aún funcionamos», dicen con orgullo. Edward Stone es el quinto por la derecha. Año 2014
¿Dónde están ahora las voyager?
1. Heliosfera. Es la región espacial bajo la influencia del viento solar. En ella están los planetas de nuestro sistema solar.
2. Viento solar. Durante su rotación, el Sol lanza partículas al exterior. Es como un huracán. Cuando este viento alcanza la órbita de Neptuno, comienza a amainar porque se produce un atasco con otros vientos solares que vuelven 'rebotados' después de chocar con los vientos del espacio exterior.
3. Frente de choque de terminación. Zona de la heliosfera donde el viento solar se ralentiza debido al choque con los vientos galácticos. Sería la 'aduana' del sistema solar. A partir de aquí empieza la heliopausa.
4. Heliopausa. Zona en la que el viento solar interactúa con los rayos cósmicos y el viento interestelar (procedente de otras estrellas). Marca el límite de la influencia del Sol, la última frontera de la heliosfera.
5. Arco de choque. Es el borde de la heliopausa. Una zona muy turbulenta donde los vientos solares y galácticos impactan con toda su violencia; un tormentoso 'cabo de Hornos' espacial.
6. Rayos cósmicos galácticos. Las frías regiones donde soplan los 'cierzos' interestelares. El 'extranjero' para los habitantes del sistema solar. Solo la Voyager 1 navega ya por esas regiones infinitas.
7. Voyager 2. En 2007 cruzó el frente de choque de terminación y entró en la heliopausa. Se supo entonces que el sistema solar es ovalado.
8. Voyager 1. Lleva una trayectoria diferente. Entró en la heliopausa en 2004 y la abandonó en 2012. Navega ya por el espacio interestelar. Es el objeto artificial más distante de la Tierra.
9. Pioneer 10. Sonda lanzada en 1972. No hay contacto con ella desde 2002. Se dirige hacia la estrella Aldebarán, adonde llegará dentro de más de millón y medio de años.
10. Pioneer 11. Lanzada en 1973, sobrevoló Júpiter en 1974. Fue diseñada por el divulgador científico Carl Sagan, fallecido en 1996.

TÍTULO:¿ DEBEMOS FIARNOS SOLO DE NUESTRA CONCIENCIA ?.


Estoy en un pequeño pueblo humedecido por el Atlántico, cerca de Royan, bien al norte de Burdeos. La especie más prolífica y vistosa por ...foto,.
  Estoy en un pequeño pueblo humedecido por el Atlántico, cerca de Royan, bien al norte de Burdeos. La especie más prolífica y vistosa por aquí son los pájaros muchísimos más que los humanos, y sus colores no son chillones, sino matizados; es como si, al ser privados de la compañía de los humanos, su señal para los depredadores se hubiera dulcificado: ¿para qué hacían falta colores más brillantes para alejar a las bestias carnívoras? La naturaleza parecía tener razón: todo gris y pocas estridencias.
La segunda cosa que llamaba la atención en un paisaje dibujado por las aves era el cuantioso número de objetos diseminados por todos los rincones: piedrecillas, piedras, rocas, restos de ramas secas con las que fabricar nidos, babosas, gusanillos cubriendo un paisaje de encinas repletas de simulacros de pequeñas bellotas o una plaga de cochinillas, como las llaman los jardineros de turno. Después de pasar horas distinguiendo si las esperadas bellotas estaban realmente aflorando o habían renunciado a la vida hacía tan solo un par de semanas atrás, me pasé un tiempo absorto en un esfuerzo milimétrico, empeñado en conseguir que algo así como un millar de hormigas fueran eliminadas, apretando el pulgar o el índice contra el tronco de una joven encina, dejando una marca sanguinolenta para que la vista o el olfato de las que por ahora estaban a salvo las asustara para un rato.
La verdad es que los demás objetos -algunos muy bellos-, como un cántaro abandonado para siempre al pie de un árbol- no me importaban nada comparados con la belleza afiligranada de mis hormigas. ¡Qué raro que no estemos pensando más a menudo cuán escasos somos en número y hazañas, comparado con el resto de los 'objetos' que pululan alrededor! Debieron transcurrir varios miles de millones de años para que algunos de estos 'objetos' se transformaran en algo que supiera ir en una dirección determinada; y no digamos ya que tuvieran conciencia de lo que hacían o que pudieran empatizar con otros. En realidad, solo ahora empezamos a entender que el inconsciente fue lo que surgió primero en el tiempo evolutivo y que la conciencia se desarrolló mucho más tarde en la historia de la evolución.
La gente tiende a olvidar que necesariamente hubo muchos sistemas inconscientes, útiles y adaptativos, que guiaron nuestra manera de comportarnos; fue el inconsciente, mucho antes que la aparición de la conciencia hace apenas cien mil años, lo que nos permitió sobrevivir y reproducirnos. Los 'objetos' que consideramos impasibles y lejanos de nuestros sentimientos fueron, en cambio, nuestros antecesores. Es increíble pensar que apenas hemos empezado a deslindar el conocimiento acumulado por el inconsciente del conocimiento racional albergado en la parte consciente de nuestra mente. Hay un secreto válido para separar uno de otro sin temor a equivocarse: no es cierto que el pensamiento o los sueños albergados en el inconsciente sean todos falsos, como tampoco es cierto que el fruto del esfuerzo racional mucho más reciente sea siempre verdadero. Depende. Existen multitud de sueños inconscientes que nos han preservado de males horribles, y la experiencia nos dice que, cuando los descubramos, deberíamos profundizar en muchos sueños racionales y conocerlos.
Existen animales cuyo conocimiento es todo, o prácticamente todo, genético. Pueden nacer sin conocer a sus madres porque durante su vida, su estructura genética les irá resolviendo todos los problemas. A nosotros, los humanos, nos toca reflexionar constantemente para no equivocarnos. El conocimiento inconsciente acumulado será importantísimo guardarlo como un tesoro. E igual ocurrirá con el conocimiento probado.

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