La peculiaridad de esta prueba solidaria es que la marca del
vehículo tiene que ser Seat o Fiat, en sus modelos Panda o Marbella con
más de 20 años de antigüedad,.( foto )
Solidaridad al volante de un Panda por Marruecos. Es la nueva
aventura benéfica en la que se van a embarcar los pacenses Ramón López y
José Manuel Boza. Se trata de la séptima edición del Pandaraid
solidario que se desarrollará desde el 7 hasta el 14 de marzo en
diferentes etapas a través del desierto y varias poblaciones del país
norteafricano.La peculiaridad de esta prueba solidaria es que la marca del vehículo tiene que ser Seat o Fiat, en sus modelos Panda o Marbella con más de 20 años de antigüedad. Los pilotos pacenses participan con un Marbella de color amarillo que quisieron tuviera matrícula de Badajoz y que localizaron en Valverde de Mérida. Será uno de los 200 vehículos que recorrerán los 3.500 kilómetros del Pandaraid 2015. Al margen de la vertiente deportiva, la prueba tiene una finalidad solidaria por la que cada participante aporta entre 20 y 30 kilos de material didáctico (libretas, lápices, gomas, estuches, mochilas...) y que López y Boza llevarán hasta Marruecos gracias a la donación de profesores y alumnos del IES Tamujal de Arroyo de San Serván.
Para este proyecto cuentan con la colaboración de Hielo Norte, Estanco 27, Talleres Copa, Talleres MJ, Talleres Antonio Canchales, Desguaces Brú, Recambios del Suroeste, Autofrenos Extremadura, Saneba, Ferrera, Sofass Muebles, Ibiza Paradisse y Azkoyen Group.
TÍTULO: EL HORMIGUERO VIERNES 27 FEBRERO, ALFONSO BLANCO ACTOR,.
Es más difícil hacer reír que hacer llorar al público,.
(foto ) ALFONSO BLANCO ACTOR,.
Estrena mañana en el Centro Dramático Nacional de Madrid 'Salvator Rosa o el artista', de Francisco Nieva,.
Con 54 años recién cumplidos, Alfonso Blanco es ya uno de los veteranos de la escena regional. Aparca durante las próximas semanas su 'Candi2Band' para meterse en el próximo montaje del Centro Dramático Nacional. Escrita por Francisco Nieva, 'Salvator' es una reflexión sobre el poder que protagoniza Nancho Novo. Desde mañana y hasta el 5 de abril en el María Guerrero madrileño.
¿Llegar a Madrid es una bendición o una responsabilidad?
Las dos cosas. Me preguntaron si sabía hacer de mujer y les dije que
con la 'Candi' llevo toda la vida. Ya trabajé en el Centro Dramático
Nacional hace muchos años y para este montaje buscaban un personaje de
mis características. El mismo día que me llamaron cogí un autobús para
Madrid, hablé con el director y regresé a Badajoz. El 9 de enero me
volví y ahora ya deseando estrenar. Y en Extremadura, ¿tiene algo a la vista?
Allí, ahora mismo, está muy mal. Igual que en todos lados, supongo. Yo no tengo problemas en moverme de un sitio a otro. En Barcelona, por ejemplo, estuve seis meses.
¿Conocía a alguien del reparto de 'Salvator'?
Somos catorce personas y no conocía a nadie. Sólo, de oídas, a Nancho
Novo. Hemos hecho una buena piña en este tiempo. El director nos dice
que tenemos que pasárnoslo bien porque si nosotros disfrutamos el
público también. Yo nunca había trabajado con Guillermo Heras, pero me
gusta. A los técnicos del teatro, que llevan toda la vida viendo
montajes y compañías, les pregunto y me dicen que a la gente le va a
gustar, que tiene buena pinta.
¿Y usted que sensaciones tiene?
La gente viene al teatro a reírse. Para tragedia, basta con las
noticias de todos los días. Las dos horas de función son una evasión. Yo
he trabajado en muy pocas tragedias y me siento más cómodo en las
comedias. Es más difícil hacer reír que hacer llorar al público. Me
gusta reírme de mí mismo. Siempre me ha molestado que me llamen enano,
pues en esta obra me lo repiten mil veces.
¿Ha cambiado mucho la profesión desde que empezó?
Yo con la Candi empecé en el año 1986. Más tarde, montó la Diputación
una obra de teatro por su aniversario. Allí había un montón de gente.
Algunos ya se han ido. El compañero Leoni ha sido el último. No quiero
parecer pesimista, pero ahora mismo, el mundo teatral trabaja bajo
mínimos. Lo del IVA ha sido un palo muy grande. La gente se lo piensa
mucho. El 5 de abril se acaba esto y si no me sale otra cosa que
interese, me iré. Madrid es muy caro. Los compañeros me dicen que me
quede. Lo hubiera hecho hace tiempo, pero ya, con 54 años, no estoy para
estas aventuras.
¿Se arrepiente de haber elegido esta profesión?
No. No me arrepiento. Esta profesión me engrandece mucho. Yo nunca
pensé que iba a ser actor, pero después de tanto tiempo ahora no me veo
en otra cosa. Es duro, porque hoy tienes algo, pero mañana ya no sabes.
Con el centro dramático extremeño, terminaba un montaje y empezaba otro.
Yo participé en algunas giras por Nueva York o Cuba en la Feria
Internacional del Libro. Me satisface mucho, pero insisto, es muy duro
por la inestabilidad.
¿Cómo aprende a convivir con esto?
En realidad, sigo siendo el mismo. He aprendido a digerir mejor los
malos momentos o los disgustos. Cuando se te va un personaje, estás tres
segundos fuera de sitio y se te hacen eternos. Soy consciente de que
trabajar de actor es muy difícil.
Y el público ¿ha cambiado tanto como la profesión?
Yo no comparto la teoría de hablar del público como algo homogéneo.
Haciendo comedia llegas a la conclusión de que las sensaciones que
transmites no llegan por igual. Hay gente que se ríe de una cosa y otros
de algo completamente distinto. Esto no es como los toreros, que en
Madrid o Sevilla saben que tienen a un público más exigente y después en
otras provincias creen que todo es más fácil. Aquí la exigencia es la
misma cuando alguien saca la entrada para verte. Antiguamente,
abucheaban o pataleaban cuando algo no gustaba, ahora se levantan y se
van.
¿Se ha planteado montar una compañía en Extremadura?
Montar una compañía es muy complicado. Tienes impuestos encima desde
que arrancas y después necesitas una infraestructura mínima. Sigo con la
'Candi2Band'. Después de tanto años, somos casi una institución y
espero que pronto le pongan una calle en Badajoz a mi compañero Cándido y
no esperen a que se muera para hacerlo. El año pasado hicimos quince
funciones juntos y ambos tenemos libertad para trabajar en otros
proyectos sin que nuestra 'relación' sea un problema. Después de tanto
tiempo, nos entendemos bien.
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