sábado, 25 de julio de 2015

ENREDATE - DESAYUNO - CENA - SABADO,.EL CÓMICO QUE DEJO DE TENER GRACIA,./ QUE HAY DE NUEVO - DESAFIANDO A LA LLORONA,.

Resultat d'imatges de CAFE CON GALLETAS CHIQUILINJim Carrey 'La leyenda de la comedia'TÍTULO: ENREDATE - DESAYUNO - CENA - SABADO,.EL CÓMICO QUE DEJO DE TENER GRACIA,.

ENREDATE - DESAYUNO - CENA - SABADO,.EL CÓMICO QUE DEJO DE TENER GRACIA, fotos,.
Resultat d'imatges de JAMON Y Mortadela
Los 90 fueron suyos. Entonces, Jim Carrey era una leyenda de la comedia gracias a 'Ace Ventura' o 'La máscara'. Incluso demostró talento dramático en cintas como 'El show de Truman'. Pero eso es historia antigua y ahora acapara más titulares por sus salidas de tono que por su trabajo.
Ya dejó ojiplático al personal cuando en 2011 publicó un vídeo en el que confesaba su amor por Emma Stone y decía que le gustaría tener hijos regordetes y pecosos con ella. Luego, cabreó a los mandamases de Hollywood cuando criticó la violencia de Kick-ass 2, en la que él mismo actuaba. Y ahora vuelve a meterse en un jardín.
Durante años, Carrey fue un cruzado antivacunas junto a su ex, madre de un niño autista. Defendían la correlación entre el trastorno y las vacunas. Ahora, después de que California apruebe una ley que obliga a vacunar a todos los niños escolarizados, Carrey dice que las vacunas están envenenando a los niños y ha llamado fascista al gobernador Jerry Brown vía tuit. Es obvio que hace tiempo que el cómico dejó de tener gracia.

 TÍTULO: QUE HAY DE NUEVO - DESAFIANDO A LA LLORONA,.

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Resultat d'imatges de DESAFIANDO A LA LLORONA,.
Afuera de su rancho de tablas arrincona unas cajas de cerveza y gaseosa, para abandonar el lugar antes de que la oscuridad arrastre con la mínima certidumbre, que sólo con la luz del día les llega a los escasos habitantes de la carretera, desde hace tres meses.
Como otros campesinos pasará la noche entre las montañas que cercan la vía, en la casa de unos conocidos , dice él. Desde el 31 de diciembre, cuando unos 30 paramilitares se pasearon por la carretera asesinando a supuestos colaboradores de la guerrilla, sus contados pobladores dejan los ranchos para irse a dormir donde no los alcance la venganza entre autodefensas y guerrilleros.
Es siete de enero, y después de 20 días de soledad en esa vía que comunica a Medellín con Urabá -por las intimidaciones de las Farc contra los conductores que se atrevieran a circular por ella-, se ven transitar los primeros vehículos.
Soldados contraguerrilla del Batallón Cacique Coyará -de la Brigada 17 del Ejército-, que durante el día permanecieron a lo largo de la carretera, también se atrincheran entre la selva.
Nosotros somos como los gallinazos, pasamos la noche entre los cerros , murmura uno de los militares. En medio de la oscuridad los insurgentes pueden sorprender en cualquier momento, y en la vía serían presa fácil.
La selva encubre La espesura del cañón de La Llorona da para todo, y a la vez, camufla a campesinos, soldados, subversivos y paramilitares. Todos, a excepción de los agricultores, persiguen y se sienten perseguidos.
Hace seis años que don Guillermo vive a orillas de esa carretera entre Dabeiba y Mutatá, que se volvió noticia desde septiembre del año pasado, cuando los insurgentes la bloquearon por primera vez, durante ocho días.
Impedir el paso por la vía al mar era el desafío inicial de las Farc a los paramilitares que venían del eje bananero, para mostrarles que si habían logrado menguarlos en esa parte y en el norte de Urabá, la pelea era peleando para sacarlos del sur, donde la selva del cañón ha sido cómplice ideal.
Los 43 muertos que dejó la llegada de los paramilitares a la zona urbana de Mutatá, entre julio y agosto pasados, caldearon los ánimos de los subversivos.
No sólo las montañas boscosas que amurallan la carretera han servido de trinchera a la violencia de los guerrilleros, y ahora de los paramilitares. También el río Sucio, que corre paralelo a la vía, y que según los campesinos, fue el depósito para los cadáveres de algunos agricultores masacrados por los grupos de autodefensa el último día de 1996, entre Tascón y Vallesí, un tramo de la vía.
Había pasado el medio día y desde su rancho don Guillermo vio pasar a los paramilitares, unos vestidos de civil, otros de negro y unos últimos de militar. Ellos mismos se anunciaron como integrantes de las Autodefensas de Córdoba y Urabá.
Los vio perderse entre el bosque del cañón, tal como lo hacían los guerrilleros que desde el 17 de diciembre obligaron a desalojar la carretera a los obreros que la construyen. Hacían retén y de vez en cuando surgían de la selva para quemar los vehículos de conductores que osaban cruzar por el lugar.
El 31, horas antes de que los paramilitares pasaran por donde estaba don Guillermo, él le prometió 3.000 pesos a Jorge Alberto Oquendo García, un niño de 15 años, para que fuera varias cuadras adelante a buscar un cerdo suyo.
Pensaba sacrificar el animal para compartirlo con los campesinos de la carretera que ya empezaban a pasar hambre por las amenazas de los insurgentes, que impedían el paso de los vehículos en los cuales ellos salían a mercar a Dabeiba o Mutatá.
El menor y su papá, Jesús Antonio Oquendo, un par de aserradores, llegaron a pie al rancho de don Guillermo ocho días antes. Por el atranque de la guerrilla no habían podido sacar la madera y me pidieron posada para quedarse aquí .
El menor le pidió a su padre que lo acompañara por el cerdo. En el camino se encontraron con los paramilitares, quienes después de asesinarlos los arrojaron al río Sucio. Vimos la sangre y el arrastre pa el río , cuenta don Guillermo.
El cuerpo decapitado del muchacho lo encontraron flotando en el agua. Lo reconocieron por un defecto en uno de los dedos de su mano izquierda.
Otro éxodo en Urabá El campesino asegura que los agricultores asesinados ese día fueron ocho. Los Oquendo, los dos indígenas Domicó, Octavio Jiménez Restrepo. A un trabajador de esta última víctima, a un campesino de Vallesí conocido sólo como Javier y a un joven de 17 años, hijo de un señor José María, del sector de Chibugá, también los dan por muertos, pues desaparecieron con el arribo de los paramilitares.
Tanto autoridades de Mutatá como de Dabeiba confirman que el río Sucio se convirtió en el encubridor número uno de las muertes violentas, en la vía que comunica los dos municipios.
Ante la imposibilidad de hallar los cadáveres las autoridades civiles y militares del departamento oficializaron los asesinatos de sólo cuatro personas. La madera aserrada por los Oquendo se quedó a orillas de la carretera.
Los subversivos prohibieron el paso por la vía desde el 17 de diciembre y los militares llegaron a ella dos días después, según algunos campesinos. Sin embargo el día de Navidad, 24, los guerrilleros quemaron nueve vehículos que apenas el pasado martes eran recogidos por sus propietarios. Los paramilitares llegaron la víspera de año nuevo y masacraron a los campesinos.
En las paredes y en los tableros de la escuela Alto Bonito, hoy abandonada, unos y otros se dejan dedicatorias con palabras de calibre mayor. Se desafían, se buscan y se esconden en el cañón de La Llorona, que los abriga a todos, mientras don Alberto busca un cliente que le dé 500.000 pesos por una vaca que tiene, para irse definitivamente del lugar.
Pierdo los cinco millones que invertí en la siembra de 30.000 matas de yuca, pero aquí no pude más . No sabe qué hará en Medellín, pero tiene claro que su vida en el campo se acabó.
Aún gran parte de los transportadores se resisten a viajar por La Llorona. Lo cierto es que mientras el tránsito de vehículos por la carretera se normaliza lentamente, el éxodo de los campesinos avanza a pasos de gigante.
*Para preservar la integridad del campesino, su nombre fue cambiado.

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