domingo, 30 de agosto de 2015

REVISTA XL SEMANAL - PORTADA - SILENCIO POR FAVOR - Sergio Llull & Sergio Rodríguez: "Estamos en el mejor momentos de nuestras carreras",./ EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - Decadencia,.

TÍTULO: REVISTA XL  SEMANAL - PORTADA - SILENCIO POR FAVOR -  Sergio Llull & Sergio Rodríguez: "Estamos en el mejor momentos de nuestras carreras",.

-fotos--Sergio Llull & Sergio Rodríguez: "Estamos en el mejor momentos de nuestras carreras"

Juegan en posiciones similares, tienen el mismo nombre, son buenos amigos y comparten 'look' con una barba que marca estilo. Ahora, tras una temporada espectacular en el Real Madrid, se la juegan con la selección en el Eurobasket. Hablamos con los nuevos líderes de la cancha.
La Selección Española de baloncesto afronta un Europeo en el que, además de luchar por el título, buscará una recompensa igual de valiosa: el pasaporte para los Juegos Olímpicos de Río.
La tarea se presenta complicada porque, para lograrlo, habrá que llegar a la final tras una exigente primera fase, que empieza el 5 de septiembre. Pero todos quieren evitar el riesgo que supondría jugarse la plaza el próximo año en el preolímpico. En la vuelta de Sergio Scariolo como seleccionador y con un equipo mermado por las bajas de Calderón, Navarro, Ricky, Marc Gasol e Ibaka, es el momento para que otros cojan el mando. Todas las miradas apuntan a Llull y al Chacho Rodríguez, que quieren poner en esta cita el broche a su inolvidable temporada en el Real Madrid, con el que han ganado Copa de Europa, Liga, Copa del Rey y Supercopa. Es su hora.
XLSemanal. ¿Es este Europeo especialmente importante?
Sergio Rodríguez. Cada vez que se juega con la selección es un reto. Yo he disputado ya tres Europeos y cada uno tenía su valor. Está claro que este es muy importante porque todos queremos estar en Río.
Sergio Llull. Nosotros somos ambiciosos y afrontamos cada torneo por estar en la lucha por las medallas, pero el hecho de que podamos lograr la clasificación lo hace más trascendente.
XL. Acaban de superar la barrera de las 100 internacionalidades con España. ¿Qué les supone alcanzar esa cifra?
S.R. Un sueño hecho realidad. Venir a la selección es un gran reconocimiento porque supone estar entre los mejores de tu país. Desde pequeño veía los partidos y siempre quería estar. Superar los 100 partidos después de siete campeonatos es una ilusión y un premio muy grande.
S.L. Es una cifra muy bonita y un motivo de orgullo. Para mí es un privilegio poder venir cada verano a defender la camiseta de la selección y espero aumentarla mucho.
XL. Tienen la posibilidad de completar un año casi irrepetible si suman el oro en el Europeo a los títulos del Real Madrid.
S.R. Sabemos que es muy difícil, casi imposible, pero nos queda uno nada más.
S.L. Sería redondear un año histórico. Lo que hemos hecho con el Madrid es impresionante, algo que va a quedar en los libros y la gente lo va a recordar.
XL. Llegan con la vitola de haber sido referencia en el equipo campeón de Europa. ¿Sienten que es el momento para que asuman ese papel también en la selección?
S.L. Sí, puede ser y más viendo las bajas que hay. Los que estamos tendremos que dar un paso adelante para que esas bajas se noten lo menos posible.
S.R. Venimos con mucha predisposición, sabemos adónde vamos y lo complicado que es estar bien. Yo he sido plata, bronce y cuarto, y Sergi ha tenido la suerte de ganar los dos que ha disputado. Tenemos que estar muy concentrados y tratar de ayudar al máximo en lo que podamos.
XL. ¿Están atravesando el mejor momento de su carrera?
S.R. Sin duda. Llevamos tres años jugando finales, con mucha confianza y sintiéndonos muy cómodos.
S.L. Personalmente creo que estoy en mi mejor momento. Lo que intento es mejorar año tras año, seguir creciendo y creo que lo estoy consiguiendo. Nunca te puedes estancar ni dejar de aprender.
XL. Hay gente que opina que aún no se ha visto la mejor versión de Llull y Rodríguez en la selección.
S.L. Probablemente. Al final tienes que entender también tu rol, algo que la gente no piensa. Están acostumbrados a vernos en el Madrid con un papel protagonista, pero aquí, con los jugadores que ha habido, a veces tienes que hacer otras cosas que te pide el entrenador y que puedan ayudar al equipo.
S.R. Hay mucha competencia. Lo bueno de esta generación en los últimos 15 años es que ha habido una gran lucha por cada puesto. Nosotros hemos intentado ayudar, pero hay mucha competitividad. Todos intentamos jugar lo mejor posible y quizá, al tener tanto nivel al lado, no se brille tanto.
XL. ¿La camiseta de España pesa más que la del Madrid? 
S.R. No creo que haya más presión. Son situaciones diferentes. Con el Madrid te pasas diez meses compitiendo para ganar y te conoces más. Aquí tenemos la suerte de haber coincidido varios durante bastante tiempo, pero no deja de ser un mes y medio en el que te lo juegas todo, por lo que lo más importante es llegar en un buen momento, sobre todo físico.
S.L. Yo tampoco hablaría de presión. Tanto en el Madrid como en la selección se juega para ganar. Es una responsabilidad defender esas dos camisetas. Te obliga a dar el cien por cien siempre.
XL. Venimos de la decepción del pasado Mundial en España. ¿Es importante conseguir un buen resultado para volver a enganchar a la gente con la selección?
S.L. Sí, está claro. Los primeros que nos llevamos una decepción fuimos nosotros, fue un palo grande porque teníamos muchas expectativas puestas en ese Mundial, que se jugaba en casa, pero hay que aprender de los errores y venimos con ganas de hacer algo importante.
S.R. Esta generación ha dado muchas alegrías en los últimos años. Cuando he venido, nunca se ha hablado de lo que había ocurrido en el anterior torneo; hayan ido bien las cosas o no. Todos tenemos claro el objetivo, con un equipo diferente, y no hay que pensar en lo que ocurrió en el pasado.
XL. ¿Las ausencias de Calderón, Ricky Rubio, Navarro, Ibaka y Marc Gasol hacen que España sea menos fuerte?
S.L. Esos jugadores son irremplazables. Lo que tenemos que hacer los que estamos es hacer bien las cosas que sabemos hacer. El equipo tiene talento suficiente como para conseguir los objetivos.
S.R. Está claro que perdemos mucha calidad, pero tenemos que sacar nuestras virtudes y limitar las carencias que pueda haber. Hay equipo para hacerlo bien, tenemos que estar muy unidos y muy concentrados desde el principio.
XL. ¿Cómo valoran la vuelta de Scariolo como seleccionador?
S.L. Es una buena noticia. Ya estuvo con nosotros y conseguimos muchos éxitos con él. Conoce cómo funciona la federación, nosotros lo conocemos a él, su método de trabajo, y creo que nos va a aportar cosas muy positivas.
S.R. Él ya ha estado cuatro años aquí, tiene un cien por cien de victorias en el Europeo y la plata olímpica. Tiene un bagaje muy amplio, y seguro que nos ayudará.
XL. ¿Que tenga que volver a un puesto que ya ocupó habla muy bien de Scariolo o significa que no todo el mundo vale para llevar el equipo nacional?
S.L. Creo que habla muy bien de él.
S.R. Las situaciones personales tiene que valorarlas cada uno. Él ha decidido volver y nosotros estamos encantados.
XL. ¿Se le puede poner a España el cartel de favorito al triunfo?
S.R. El sistema de competición hace que el Europeo esté muy abierto, más que otras competiciones. Es duro porque hay mucha gente buena y en la primera fase hay cinco partidos en seis días ante grandes equipos. El favorito para mí es el que ganó la última edición y ese fue Francia. Además, es el anfitrión.
S.L. Es un Europeo muy exigente y muy igualado. Hay grandísimos equipos y quizá el que esté un poco por encima es Francia. Es el actual campeón y están demostrando un gran nivel.
XL. Sergio Llull es el hombre de los triples imposibles. ¿Eso se consigue entrenando la cabeza para lograr la confianza necesaria o perfeccionando al límite el mecanismo de lanzamiento?
S.L. Es un poco de todo. Para meter esos triples tienes que querer la responsabilidad de tirarlos. Unas veces entran y otras no. En los momentos importantes nunca me escondo y este año, por suerte, he podido acertar en algunos de ellos.
XL. Muchos aficionados siguen sorprendidos de que Llull rechazara la oferta para irse a jugar la próxima temporada a la NBA.
S.L. Ha sido una decisión difícil, la NBA es muy tentadora y Houston mostró mucho interés, pero en el Real Madrid también ha demostrado que me valoran, han hecho un gran esfuerzo y eso, unido a lo feliz que soy aquí y a las muestras de cariño de la gente, hizo que me decantara por quedarme.
EN LA CANCHA
Sergio Rodríguez

Medidas: 1,91 m y 79 kg.
Posición: base.
Características: rápido e imprevisible sobre la pista. Gran pasador. Récord de asistencias. Buen lanzador de triples. 
Jugadores favoritos: «Jason Williams ha sido el jugador que más me ha gustado. El único póster que he tenido de un jugador español ha sido de Raúl López».
Antecedentes: hijo de profesores que en su día jugaron al baloncesto, en su casa siempre hubo una canasta. «Intentaba imitar a Michael Jordan... y, cuando la canasta estaba baja, machacaba como Shaquille ONeal». Ahora no machaca nunca. «Para hacer un mate cutre, prefiero no arriesgarme».
Mote: le pusieron Mojo Picón por la velocidad y el juego divertido.
Sergio Llull

Medidas: 1,90 m y 80 kg.
Posición: base o escolta.
Características: jugador con un gran físico. Buen defensor, es idóneo para los contraataques gracias a su velocidad. Especialista en los lanzamientos triples.
Antecedentes: su padre, Paco Llull, fue también jugador de baloncesto. Jugaba de alero y era muy buen tirador.
Comienzos: empezó a jugar con cinco años en el colegio La Salle Mahón.
Jugadores favoritos: «De pequeñito, me gustaba mucho Arlauckas, y me fijaba en Herreros, por su entrega. Luego me impresionaron mucho la fuerza y el coraje de Felipe».
Mote: no tiene uno habitual, pero lo llaman «el increíble Llull».
EN PRIVADO

DNI Sergio Rodríguez
Edad: 29 años.
Lugar de nacimiento: Santa Cruz de Tenerife.
Estado civil: casado desde hace un año con la alicantina Ana Bernal. Acaban de tener una hija.
Lugar favorito: «Mi isla, Tenerife. Y Madrid».
Comida: «Me encanta el sushi».
Música: «Me gustan muchos géneros, desde Juan Luis Guerra y Coldplay a 2Pac».
Manía: «Entrar a la pista con el pie derecho».
Sobre la barba: «No me la dejo por superstición, es simplemente que me gusta llevarla. A mi mujer también le gusta. Y no significa que me identifique con el movimiento hipster, yo solo me identifico con las cosas que me gusta hacer y nada más».
DNI Sergio Llull
Edad: 27 años.
Lugar de nacimiento: Mahón.
Estado civil: soltero, pero lleva varios años de relación con su novia, Almudena.
Lugar favorito: «Menorca, mi casa, un lugar espectacular».
Comida: «Me gusta muchísimo la ensaladilla rusa, y todo lo que sea marisco me vuelve loco».
Música: «Española, en especial cosas de Pereza y de Leiva».
Manía: «El orden. Me gusta que todo esté en su sitio y bien colocado».
No me gusta: «Me mata madrugar. Y me encanta la siesta. No hay nada mejor que acabar de comer y tumbarte en la cama».
Sobre la barba: «Va por rachas, a veces me afeito y a veces me la dejo. A mi pareja y a mi madre les gusta más cuando estoy afeitado; va en gustos...».

TÍTULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - Decadencia,.


 foto - el reloj,.
 
reloj sabado.jpgAfirmábamos hace un par de semanas que progreso material y civilización son conceptos que nada tienen que ver entre sí; y que a veces, incluso, pueden resultar conceptos antípodas, si el progreso material no se subordina a las necesidades de orden moral y espiritual que fundan y sostienen una civilización. Cuando ocurre lo contrario (cuando el progreso se antepone a las necesidades morales y espirituales, llegando a sepultarlas, o manteniéndolas a modo de perifollos retóricos), la decadencia de esa civilización ya ha comenzado. He aquí una verdad infalible que, misteriosamente, los hombres de todas las épocas se obstinan en ignorar, pretendiendo que la civilización que los cobija está inmunizada contra el mal que a otras anteriores las corrompió, hasta aniquilarlas. Se trata, sin duda, del engaño más trágico y reiterado de cuantos recorren, a modo de estribillo aciago, la historia de la Humanidad.
A este engaño contribuye, en gran medida, otro hecho paradójico. Con frecuencia, las civilizaciones que han iniciado su decadencia muestran un aspecto falsamente saludable, como el del comensal que sonríe ahíto un segundo antes de que lo fulmine el infarto. En efecto, casi todas las civilizaciones que han sucumbido lo han hecho en un momento que, aparentemente, era el de su mayor esplendor; un esplendor con pies de barro, sostenido sobre un progreso puramente material, pero muy resultón y aparente, tan resultón y aparente que provoca engreimiento en quien lo padece. Hemos escrito «padece» porque tal esplendor aparente es la enfermedad más nociva de cuantas pueden aquejar a una colectividad humana: a veces se reviste de prosperidad económica, a veces de avances científicos y técnicos, a veces de formas políticas primorosas, a veces de todos estos oropeles juntos, en apoteosis esplendorosa que preludia un aparatoso derrumbamiento. A estas civilizaciones revestidas de esplendores de pacotilla les sucede como a las momias, cuyo aire hierático se puede confundir con un aire mayestático, cuyo aspecto amojamado se puede confundir con sobriedad y nobleza, cuya mirada fija y taladrante nos impide determinar si son jóvenes o viejas (aunque determinar tal cosa carece de importancia, pues ante todo están fiambres).
El progreso material, cuando no está animado por un impulso espiritual, arrastra a la decadencia. Y es una decadencia que nace del hastío, del cansancio, de un malestar sin forma, una gangrena que se va apoderando imperceptible, casi voluptuosamente, de personas e instituciones, un agostamiento paulatino e indoloro que las va enfermando de escepticismo y desesperanza. La etiología de esta enfermedad es muy sencilla, pues es la misma que la de la planta que ha sido arrancada del suelo que le daba sustento. Las civilizaciones siempre se agostan y pudren cuando son arrancadas de la fuente de su alegría y vigor, que en último extremo es religiosa; pero, absurdamente, piensan que podrán suplir esa fuente de alegría y vigor mediante ídolos diversos. El ídolo sucedáneo más socorrido a lo largo de los siglos ha sido el Dinero; en esta fase de la Historia, el Dinero se amalgama con una serie de fetiches políticos muy rimbombantes, todos ellos presentados con traje cívico y solidario, aunque en realidad inventados para satisfacer egoísmos particulares. Pero tales ídolos son alimentos que no nutren, medicinas que no curan, bendiciones que no bendicen; son placebos que, tarde o temprano, revelan su inoperancia ante las necesidades más sinceras y duraderas del ser humano, que son de índole espiritual. Entonces las sociedades, mientras avanza la gangrena del cansancio en sus organismos, se percatan de que tales ídolos son placebos inanes; pero como la fuente de la alegría les ha sido arrebatada, sólo pueden consolarse buscando otro placebo más 'intenso' y 'estimulante' (más destructivo, en realidad). Decía Chesterton que los hombres, una vez que han pecado, buscan siempre pecados más complejos que estimulen sus hastiados sentidos. El pornógrafo hastiado de contemplar imágenes sórdidas protagonizadas por adultos buscará imágenes sórdidas protagonizadas por niños; el drogadicto hastiado de los paraísos artificiales de la marihuana buscará los paraísos artificiales de la heroína; el hombre hastiado de los subsidios rácanos y entretenimientos plebeyos suministrados por la democracia buscará los subsidios más rumbosos del latrocinio y los entretenimientos más excitantes de la anarquía.
La decadencia siempre surge del hastío provocado por un progreso material desembridado de exigencias morales. Ha ocurrido en todos los crepúsculos de la Historia; está ocurriendo también en este, aunque nos neguemos a aceptarlo.

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