lunes, 12 de octubre de 2015

NINGUNA LECTURA ES DAÑINA - ESCRITORA - NELIDA PIÑON,./ EL ARCO IRIS DE LAS FRUTAS Y LAS VERDURAS,.

TÍTULO: NINGUNA LECTURA ES DAÑINA - ESCRITORA - NELIDA PIÑON,.

Resultat d'imatges de Nélida Piñón escritora-foto--Nélida Piñón: "Ninguna lectura es dañina",.

  • En su cuarto volumen de relatos, ‘La camisa del marido’, regresa a un género "primordial",.
  •  Para Nélida Piñón (Río de Janeiro, 1937) su entorno familiar ha sido una bendición. Pero la escritora y académica brasileña sabe que a menudo "la familia tiene más de infierno que de paraíso". Y de esos terribles entornos familiares castrantes y opresivos -"que dan mucho amor pero que también matan"-, tratan algunos de los nueve cuentos que ha reunido en ‘La camisa del marido’ (Alfaguara). Es su cuarto volumen de relatos y con él regresa a un género "primordial, en el que nada sobra ni falta, que tenía muy olvidado". "No son cuento de hadas", reconoce risueña esta brasileña con alma gallega para quien "no hay lecturas dañinas, por execrable que sea un libro".

    Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2005, Piñón cree que "de Homero a Shakespeare, y hasta hoy, la literatura es la mejor manera de conocer el mundo y conocernos". "Tiene un código moral, ético y estético. Nos revela lo que la sociología y la ciencia no pueden contarnos", dice. "Está asociada a la visión poética de ese mundo secreto que nadie ve y que hay que rescatar: el de los sentimientos y las emociones. Por eso Homero es eterno: habla del egoísmo, la venganza, la crueldad o la épica, como en Antígona o en Macbeth están el tormento, la ambición, la avaricia, la muerte…. todos los indescifrables enigmas humanos", dice.

    "Damos siempre vueltas a las mismas cosas", admite la narradora. Y una de esas constantes son las luchas e infiernos familiares. "Somos más crueles y belicosos que tiernos, y la familia es un espejo y un resumen del mundo. Nos conforma para lo bueno y para lo malo, en el amor y en el odio. Y hay amores carnívoros y destructivos", asegura. "Somos lo que ha sido nuestra familia", dice constatando que algunos modelos han cambiado, como el del padre autoritario e implacable que dibuja en estos cuentos. "Los jóvenes hoy son más sensibles y amorosos con los hijos, se han humanizado y han aprendido mucho con el movimiento feminista, que ha sido liberador", se felicita.

    Se permite Piñón recrear a su antojo a un episodio crucial del Quijote. En el cuento ‘Dulcinea’ rescata a la mesonera de su cruel destino. En su encuentro con el hidalgo, la moza no rechaza al loco de la triste figura y acaba huyendo con el caballero andante y su escudero Sancho. "Para Dulcinea es liberador. No existía, era Maritornes, con su vida miserable de abusos, penurias y violaciones. La huida le rescata de esa cárcel del destino y le permite recuperar la ilusión bajo la locura protectora de don Quijote. Sancho, Dulcinea y Quijano forman una familia", ironiza.

    El hidalgo enloquecido por los libros de caballería clama en ese relato que "ninguna lectura es dañina". Y la escritora lo corrobora. "El espíritu de los libros anida en nuestro interior y nos corroe o nos embellece, como la vida". "Hasta de los libros más terribles y execrables se aprende. Habría que leer el ‘Mein Kampf’ de Hitler para comprender la esencia del mal y de su locura. No podemos ignorar la crueldad como si no existiera. Pero como contrapartida habría que leer a los poetas que Stalin asesinó. Se da la paradoja de que la crueldad genera aprendizaje, y la maravilla de un poema genera el rencor de un dictador que te manda matar", plantea. "No soy ni pesimista. Soy realista, aunque la crueldad de la historia y la barbarie no derrota mi apuesta por el género humano, la creencia en que mejoramos, en que cada gesto puede contribuir hacia el bien en vez de hacia el mal", declara.

    Para Nélida Piñón "no hay libros sagrados". A todos se le puede da la vuelta "si se hace desde el respeto". Se atreve en otro de los cuentos a redefinir la figura de Luis de Camoens, el faro del las letras portuguesas. En una Lisboa decrépita, presenta a un poeta crepuscular y deprimido, que ve como la vida se le escapa, avejentado y consumido por el olvido de "la tribu, su familia". Al eximio autor de ‘Los Lusiadas’ se le niega el merecido reconocimiento. "La disolución de la familia da paso al abandono, al olvido, la desilusión. A la soledad, que también mata", dice la vitalista escritora y catedrática. "Al gran poeta de nada le vale su talento. Se le paga con olvido. Solo se le reconocerá muchos años después de su muerte, como a Cervantes". "La miseria es ingrata y, además del pan, te roba el placer de vivir. Estamos metiendo a la sociedad entera en los asilas, arrinconado a los mayores en depósitos", se duele Piñón.

    Su regreso al cuento coincide con la reedición de ‘La república de los sueños’, un libro crucial sobra la inmigración que esta hija de inmigrantes gallegos publicó hace tres décadas y que esta hoy de plena actualidad. Pero Piñón distingue entre "emigrantes y refugiados". "Lo que vivimos hoy es un éxodo que es aterrador, como el de los armenios o las tribus congoleñas masacradas. Es la anulación de un grupo humano expulsado de su casa y de una tierra que no pensaban dejar. El emigrante podía haber seguido en su pueblo con un vida miserable, pero el refugiado no tiene elección. Es aterrador, horripilante". ¿La solución? "No lo sé. Pero no podemos mantener una indiferencia que es condenable. Europa y América deben responder y reconocer la irresponsabilidad de las grandes potencias que ha permitido llegar a ese nivel de destrucción", propone.

    Le duele a Nélida Piñón hablar mal de su país, pero admite que es hoy "una democracia sometida y gangrenada por una corrupción institucionalizada de dimensiones siderales". Y el paradigma es Petrobras. "Era un patrimonio y un símbolo de la soberanía brasileña y ha sido saqueada. Las acciones valen lo que una cerveza. Hay una rabia y una indignación profunda", concluye.
     
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  • TÍTULO:  EL ARCO IRIS DE LAS FRUTAS Y LAS VERDURAS,.
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  • Alfonso estaba preocupado por esa tendencia grisácea del frutero, y comenzó a pensar en una forma de animar la cocina, ya que simplemente con unas naranjas, el frutero cambiaría de color, y el estado de ánimo de la familia sería diferente.
    cuentos-infantiles-frutas-verdurasUn sábado al despertarse y asomarse a la ventana, vio que hacía un sol radiante. A pesar de estar en pleno mes de febrero, salió a la calle bien abrigado y se dirigió al mercado central de la ciudad. Estaba dispuesto a cambiarle la vida a su cocina y a su familia.
    Primero echó un vistazo general a todos los puestos de frutas y verduras que allí había, que eran los más coloridos, y después comenzó a maquinar una idea en la cabeza que cada minuto que pasaba le hacía impacientarse más para hacerla realidad.
    Cuando llegó a casa se encerró en la cocina, y les dijo a todos que entrasen cuando él lo dijera. Alfonso estuvo cerca de una hora maquinando su colorida idea. Al terminar, salió y dijo:
    – “A partir de ahora en esta casa, vamos a pensar en colores, porque nos van a ayudar a sentirnos mejor. Para empezar he creado para vosotros el arco iris de las frutas y las verduras”.
    Cuando todos vieron la obra de Alfonso, se dibujó en sus rostros una amplia sonrisa de felicidad, era precioso ese arcoiris.
    El color blanco esta formado por el interior de un melón, algunos ajos y una coliflor. El amarillo tenía una mazorca de maíz, plátanos y una carambola, fruta tropical de un amarillo brillante precioso. El naranja lo formaban mandarinas, zanahorias y una calabaza, que al ser de un naranja más oscuro parecía rojo, y se difuminaba con unos tomates, el interior de una sandía, granadas y cerezas muy maduras, casi granates.
    Se unía ese granate de las cerezas con kiwis y aguacates marrones, que poco a poco se tornaban de color verde con manzanas reineta, peras, brócoli y algunas hojas de espinacas, que de tanta intensidad, se mezclaba con el color azul morado de berenjenas, moras y uvas.
    El cuadro era precioso, la cocina adoptó una luz y una vida que daban ganas de estar en ella a todas horas, y lo más importante, el humor de la familia de Alfonso mejoró mucho.
    Todos comenzaron a comer frutas y verduras, que les hacían sentirse más felices, y se preocupaban porque hubiera siempre color en la cocina. Ya no les gustaba ver el frutero vacío. Así fue como poco a poco, Alfonso y su familia lucharon para promocionar las frutas y las verduras, y todas sus ventajas alimenticias y anímicas.

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