jueves, 7 de septiembre de 2017

AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EN LA TUYA O EN LA MIA - MIERCOLES -13- SEPTIEMBRE - LOS GALLOS DE LA JOLA ,./ ¡ BUENOS DIAS, JAVI Y MAR ! CADENA 100 - MUSICA PARA REHACER VIDAS,.

TITULO: AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - EN LA TUYA O EN LA MIA - MIERCOLES -13- SEPTIEMBRE - LOS GALLOS DE LA JOLA ,.

  EN LA TUYA O EN LA MIA - MIERCOLES -13- SEPTIEMBRE,.

 'En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevante, en La 1 a las 22:30 el miercoles -13- septiembre, etc.

AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! - LOS GALLOS DE LA JOLA ,.


 LOS GALLOS DE LA JOLA ,.

Gallos, en la alquería fronteriza de Jola. :: E.R.
Gallos, en la alquería fronteriza de Jola. foto.

En esta alquería fronteriza, el paisaje es cultura, silencio e historia,.


Si Portugal fuera mar, Jola sería nuestro Finisterre. Incluso siendo Portugal tierra, Jola sigue teniendo algo de fin de trayecto, de confín inquietante donde se acaba el mundo conocido y empieza la aventura. El Finisterre extremeño se encuentra en Valencia de Alcántara, a 17 kilómetros de la capital municipal por una carretera bien asfaltada.
Hay que salir de Valencia camino de Portugal por la N-521. A pocos kilómetros del casco urbano, un cruce a la izquierda nos indica la dirección de Aceña de la Borrega. Tomemos esa carretera y discurramos plácidamente entre arroyos, bosques de robles, hileras de chopos, manchas de pinos y prados verdes incluso en verano. Antes de llegar a Aceña de la Borrega, sale otra carretera a la derecha. Sigámosla y nos conducirá a Jola.
Al poco de coger esa carreterita, todo cambia. Entramos en un paisaje de bosques frondosos y alta montaña, aunque no haya cumbres elevadas en los alrededores. La calzada serpentea y desciende para luego volver a serpentear y ascender. La estampa quiebra cualquier tópico al uso sobre la Extremadura árida, seca y llana. Y al final del camino y de todo, Jola.
Esta alquería fronteriza tiene unas pocas casas, un asador que debe de abrir solo en verano y en las fiestas de guardar y un aparcamiento donde la carretera se acaba y empiezan las rutas de montaña, que hasta hace nada eran senderos de contrabandistas. Cuando visitamos el lugar, a principios de julio, no habían llegado los emigrantes ni los turistas y solo saludamos a tres personas.
Las casas son blancas, de arquitectura tradicional rayana, una mezcla de Extremadura y Alentejo sustanciada en la cal blanca, el muro grueso y la chimenea poderosa. El silencio era absoluto, tremendo, emocionante. Solo lo quebraban los gallos. Porque eso sí, había muchos gallos, que parecen ser los reyes del lugar. Gallos elegantes e impávidos. Los animábamos a aletear para la foto y ni por esas. Nos miraban igual que miran los paisanos desconfiados de algunos pueblos, como si te echaran en cara que estuvieras allí con tu fascinación boquiabierta de urbanita tonto, molestando la quietud, inquietando la armonía, desasosegando con tu papanatismo de Coronel Tapioca, que cree estar descubriendo Extremadura cuando Jola existe desde siempre y no necesita que nadie la ensalce para ser la más bella alquería de la frontera.
A un paseo de la aldea, la sierra delimita una frontera que nunca existió salvo en los mapas, y ni así, que cerca de aquí están las titubeantes Casas de la Duda y, un poco más allá, la famosa casa de La Fontañera cuya ampliación obligó a mover los límites oficiales de España y Portugal. El pueblo portugués más cercano es otra aldea encantadora: São Julião. Y en línea recta, Alegrete, una localidad con cierta importancia y con gracia monumental e histórica.
Decía Otero Pedrayo que sobre los paisajes trascendentes siempre luce una luz de conciencia humana. Así, habría paisajes ilustres por la historia, la cultura y los modos de vida que albergaron y paisajes con menos contenido y profundidad. Chateaubriand reconocía que las tierras de Esparta no eran bellas, pero impresionaban por la historia que atesoraban.
Estos montes, estos bosques y estos caminos de Jola son también paisaje cultural, tierras sublimadas por una historia de fraternidad rayana y comercio sin ley ni cortapisa, tierras de intercambio y relación, más allá de la guerra y la paz que se declaraban y se negociaban en Madrid y Lisboa. Jola, la ley de la Raya en la frontera más antigua de Europa y los gallos de la alquería convertidos en el animal totémico de este Finisterre extremeño: donde acaba todo, donde todo comienza.

 TITULO: ¡ BUENOS DIAS, JAVI Y MAR ! CADENA 100  - MUSICA PARA REHACER VIDAS,.

 ¡ BUENOS DIAS, JAVI Y MAR ! CADENA 100 ,.
 
  Lo mejor del programa ¡Buenos días, Javi y Mar! que se emite cada mañana en CADENA 100 de 06:00 a 11:00 y que presentan Javi Nieves y Mar , etc,.


 MUSICA PARA REHACER VIDAS,.

Las calles de Nueva Orleans son protagonistas en 'Tremé'.Música para rehacer vidas,.

Las calles de Nueva Orleans son protagonistas en 'Tremé'. / foto.
Las mejores series del siglo XXI | Treme

Tras la tragedia del 'Katrina', los habitantes de Nueva Orleans deben reinventarse. David Simon, creador de 'The Wire', plasmó esta lucha en una producción en la que el jazz juega un papel crucial,.


Lo llaman Tremé a secas, aunque la denominación oficial lleva por delante Faubourg -que significa suburbio en francés-. Bienvenidos al barrio africano-americano más antiguo de Estados Unidos. Recorran, paseen, observen. Escuchen. No se queden solamente con sus edificios o monumentos. Lo más atractivo de esta zona de Nueva Orleans está en sus gentes. Las encontrará con seguridad en el parque de Louis Armstrong, que actúa como centro neurálgico y rinde homenaje a una de las figuras principales que ha parido esa tierra. Trompetista, cantante, autor de 'Hello, Dolly'. «It's so nice to have you back where you belong...» -es bueno tenerte de vuelta a donde perteneces-.
En Tremé existe un enclave en el que se reunían los esclavos liberados para dejarse llevar por la música, al que extraoficialmente se le conoce como Congo Square -se supone que el nombre deriva de cuando allí se realizaba la venta de hombres venidos del territorio africano-. El jazz nació en este espacio. Recuérdelo cuando pase. E imagine cómo se tocaba el banjo, la quijada o el birimbao. Y cuánto se soñó allí. Porque aquello trascendió del mero divertimento para reflejar un modo de vida. Nueva Orleans fue testigo, cualquier rincón lo sabe y lo sigue mostrando.
Claude Tremé, fabricante de sombreros, se convirtió, gracias a su matrimonio con Julie Moreau, en propietario de estas tierras sureñas y las urbanizó para después vender parcelas a la población negra que iba obteniendo su libertad. Tremé significó para mucha gente una nueva vida, una oportunidad. Años más tarde a Tremé la castigó el huracán 'Katrina', que se cobró no pocas vidas y se llevó por delante oportunidades.
Cuando uno cita a David Simon debe ponerse en pie por la trascendencia de este escritor y productor en la historia reciente de la televisión. Este mismo mes estrena en HBO 'The Deuce', título de ocho capítulos en torno el nacimiento de la industria del porno en el Nueva York de los años 70. El piloto -que la plataforma ya ha puesto en circulación- ha despertado el entusiasmo de los miles de seguidores que tiene el creador desde que firmase 'The Wire'.

Estilo descarnado

Aquella producción sobre las entrañas de Baltimore trazó un estilo descarnado y realista que iba a permanecer en sus siguientes proyectos. Como en 'Tremé', que surgió en 2010 con la intención de retratar un barrio sacudido por la tragedia que se ve obligado a reinventarse. La elección de la localización no fue baladí. Nueva Orleans es el personaje principal de esta serie, de ahí que convenga situarla en el mapa como hicimos al comenzar este artículo. Pocas ciudades americanas cuentan con una historia tan rica y una personalidad tan arrebatadora. Y pocas han contado con un realizador que las retratase tan bien como lo hizo Simon durante cuatro temporadas. Nueva Orleans es pasional, es valiente, es contradictoria, es racial.
La música, por supuesto, se convirtió en la mejor aliada para narrar el devenir de los residentes de esta localidad y en el motor al que los protagonistas recurren para tirar adelante. Allen Toussaint, Little Queenie, Dr. John, Lee Dorsey o Jon Cleary figuran en la interminable nómina de artistas que conforman la banda sonora en este cruce de tramas. John Boutté firma el tema de apertura. Nueva Orleans presta el ritmo, sí, y también la cocina, las tradiciones, las costumbres: las Brass Band en los funerales, los platos criollos, el carnaval de Mardi Gras. Todo eso es 'Tremé'.
Policías, cocineros, abogados, aspirantes a DJ, profesores, amas de casa... Y músicos. Todos ellos conforman un paisaje que ha quedado desolado, en el que toca recuperarse de las ausencias, en el que la tentación de tirar la toalla amenaza en cada esquina.
Eric Overmyer se encargó de los guiones junto a Simon y su punto de vista -había vivido en Nueva Orleans- permitió que la ficción avanzase más allá de las consecuencias del 'Katrina' y reflejase también las dificultades laborales que atraviesa la sociedad de Luisiana, los defectos de la clase política, la ley de la calle, el abuso policial... Incluso un tema tan complejo y actual como es el de la turismofobia ya se planteaba en esta carismática producción. Numerosos músicos, además, colaboraron con los escritores, ofreciendo su punto de vista y muchas experiencias que habían conocido en primera persona.
36 episodios se grabaron finalmente de este título que es un lujo por el planteamiento de las historias humanas y por la cantidad de información que ofrece sobre las diferencias e historia del Estados Unidos del siglo XX.
Elvis Costello. Una de las muchas sorpresas con las que se encontrará el espectador de 'Tremé' son los cameos en diferentes episodios. Muchos recordarán, por ejemplo, descubrir a Elvis Costello entre el público que asiste entusiasmado a la actuación en un bar de unos músicos interpretando blues.

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