Frank Cuesta (izqda) y Pedro García Aguado-foto.

La mano izquierda que demuestra a la hora de domar
adolescentes intratables la ha perdido con un compañero. Pedro García
Aguado y Frank de la Jungla se han enzarzado en una discusión online que
ha generado mucho ruido. Y que terminó ayer, cuando el conductor de
'Hermano mayor' (viernes a las 21.30) pidió disculpas al aventurero
leonés, del que había dicho que hacía «el tonto» y al que había llamado
«llorón». La bronca virtual sorprendió más si cabe porque ambos trabajan
en la misma cadena, en Cuatro.
El rifirrafe, engordado por los tuiteros, que se
solidarizaron mayoritariamente con Frank Cuesta, se inició el viernes
con un mensaje que Aguado pretendía que sonara a broma y que resultó
todo lo contrario: «Empezaremos cuando Frank de la Jungla deje de hacer
el tonto, jaja». El aludido no respondió hasta el lunes, cuando regresó
de una de sus expediciones: «Menuda gran falta de respeto por parte de
esta persona y de la cadena que consiente estas cosas. En fin...». A
partir de ese momento Aguado empezó a recibir un aluvión de críticas por
internet y trató de frenar la avalancha: «Ha sido un comentario
irónico. No tengo nada contra Frank. Un poco de humor (...) Le pido
perdón desde aquí. No era mi intención herirte».
Pero los fans del aventurero siguieron abroncando a García
Aguado. El 'Hermano mayor' acabó por adoptar el mismo tono y volvió a
dirigirse a Frank Cuesta: «Si te molesta algo mío, un comentario o lo
que sea, me lo dices en privado antes de echarme a las fieras. Gracias.
Bueno un abrazo a todas y todos los fierecillas de Frank Cuesta. Gracias
Frank, eres un tío grande y además valiente. Vas de cara», dijo con
ironía.
Entonces ya sí... el otro le dio réplica el lunes por la
noche: «Primero me llaman tonto y ahora llorón y muy mala persona. Yo
creo que no he insultado a nadie. En fin...». Ayer por la mañana, a las
8.17 horas, el conductor de 'Natural Frank' (viernes a las 21.00)
publicaba un extenso comunicado en Facebook en el que aseguraba que lo
que había pasado con García Aguado «no es una pelea» porque él no se ha
dirigido «a este señor para nada». Sin nombrarle, dijo que la actitud de
su compañero de cadena le pareció «chulesca». «Me escribió un tuit en
el que decía: 'Tranquilo que no te he insultado. Aunque podría'. ¿A que
viene ese 'aunque podría?'». Y Frank deja caer algo: «Hace un mes me
propusieron colaborar en uno de sus programas y dije que no».
«Que no diga mi nombre»
En su extenso monólogo, el amante de los bichos quiso dejar
claro que «esto no tiene nada que ver con audiencias, celos o egos, ya
que obviamente en la televisión la violencia, el sexo y el cotilleo será
siempre lo que más audiencia cargue y su programa estará siempre por
encima en ese sentido». Pero lamentó que «alguien que sale en la tele
exponiendo su sabiduría en el trabajo de valores, en el saber estar y en
el respeto no haya sido capaz de escribir: 'Hey Frank, que fue de
cachondeo, tío' y dejarlo así. Ha seguido encendiéndose él solo y ha
terminado retratándose como algo diferente a lo que vende». «No necesito
disculpas, lo que necesito es que no pronuncie mi nombre, hable de mí o
se dirija a mí», finalizó Frank Cuesta el alegato.
Un rato después, Pedro García Aguado zanjaba el asunto con
un tuit igual de breve que el que encendió la mecha: «Frank, de verdad,
te reitero mis disculpas. Nos vemos en Cuatro». La casa de ambos, aunque
más parece la jungla.
TÍTULO; MIERCOLES, CINE, LA ULTIMA PRIMAVERA,.
- Reparto
- Judi Dench, Maggie Smith, Natascha McElhone, Daniel Brühl, Miriam Margolyes, David Warner, Toby Jones, Jack Callow, Clive Russell,.
-
- En 1936, Cornualles vive al margen de los grandes acontecimientos
históricos que se están desarrollando en Europa. De la información que
les llega a través de la radio, granjeros y pescadores sólo muestran
interés por la predicción atmosférica y el estado de la mar. Por otra
parte, los forasteros y los desocupados no son especialmente bienvenidos
en esta cerrada comunidad. El hallazgo de un náufrago en la playa
próxima a su casa, perturbará no sólo la apacible vida de las hermanas
Janet y Ursula Widdington, sino también la del pueblo. Antes de ser
arrojado al mar desde la borda de un barco que se dirigía a América, la
intencion de Andrea Marowski, un joven violinista de Cracovia, era huir
de una Europa prebélica y sobre todo del antisemitismo reinante para
empezar una nueva vida en América. Tanto él como las hermanas
Widdington consideran un milagro que haya podido sobrevivir.
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