A los 15 años fue portavoz de Unicef; a
los 23, asesor de Hillary Clinton; ya ha publicado en 'The Washington
Post'... Sin embargo, ha saltado a la fama por un comentario de su
madre, Mia Farrow, en el que insinuaba que su verdadero padre podría ser
Frank Sinatra y no Woody Allen. Aunque odia hablar de su vida privada,
algunas veces baja la guardia... Esta es una de ellas.-foto
El verano pasado, cuando recibió la llamada de un
canal de televisión, Ronan Farrow estaba viviendo en Oxford, en una
residencia de estudiantes. Nuestro hombre había dejado su trabajo en el
Departamento de Estado de los Estados Unidos para estudiar Ciencias
Políticas en la ciudad británica después de que le fuera concedida la
prestigiosa beca Rhodes. Al principio, Farrow creyó que los de
la tele querían que apareciese como tertuliano en algún programa. Pero
Phil Griffin, el presidente del canal MSNBC, tenía otra idea: «
Empecé
a seguirlo en Twitter y me gustó cómo hablaba sobre ciertas
cuestiones». Ambos se reunieron en Nueva York para intercambiar
impresiones sobre cómo plantear un programa de alto voltaje político. «A los 20 minutos de la charla me dije que tenía que contratarlo, cuenta Griffin. Y es que Ronan tiene lo que hay que tener».
Farrow,
de 26 años, ha nacido para aparecer ante las cámaras. Tiene un pedigrí
impresionante: es el único hijo biológico de Woody Allen y Mia Farrow;
su abuela hizo de Jane en las películas de Tarzán de Johnny Weissmuller;
su abuelo fue un director de cine premiado con el Óscar...
POR PRIMERA VEZ DA LA CARA
Pero
Ronan ha estado eludiendo el famoseo toda su vida. Su trayectoria es
impecable, propia de un niño prodigio: empezó la universidad a los 11
años, y a los 18 logró ingresar en Yale. Después fue asesor de Hillary
Clinton cuando era secretaria de Estado. Así que su decisión de trabajar
en la tele resulta extraña; va a poner en el punto de mira todo aquello
que él ha luchado por situar en segundo plano: su físico, su familia,
su vida privada. «Está claro que muchos me criticarán, pero creo que con
el tiempo, teniendo en cuenta el programa que queremos hacer, la gente
terminará por detestarme o admirarme por los temas que tratemos, no por
quién soy».
EL ESCÁNDALO DE SU FAMILIA
Conocí
a Farrow hace dos años en Amman (Jordania), cuando estaba a las órdenes
de Clinton. Hacía un año que había estallado la Primavera Árabe, y
Ronan estaba recorriendo Jordania, Israel, Cisjordania, Túnez y Argelia;
estuve siguiéndolo durante aquel periplo, en el que se reunió con
jóvenes emprendedores, universitarios y grupos juveniles. Hay que
recordar que a principios de los años noventa la familia de Farrow se
convirtió en la más famosa de los Estados Unidos. Y en la más atacada.
La separación de sus padres; las enconadas declaraciones públicas; la
relación entre su padre y su hermana adoptiva, Soon Yi... Todo parecía
sacado de un culebrón. Veinte años después, cada vez que alguien le
pregunta por su familia, Farrow se prepara para lo peor.Sin embargo, en
Oriente Medio, la mayoría de los jóvenes no habían oído hablar de él.
Así que cuando una chica jordana le preguntó por su familia, Ronan no se
puso a la defensiva: «Crecí en una familia en la que había niños
adoptivos procedentes de todos los lugares del mundo», dijo.Otra joven
le preguntó a qué se dedicaban sus hermanos. «Tengo uno que es maestro,
una hermana que es diseñadora gráfica, otro abogado... respondió él,
otro carpintero».«Tu familia es muy grande, ¿no?», preguntó otra
persona.«Éramos 14 hermanos», fue la respuesta de Farrow. Cuarenta pares
de ojos se abrieron de par en par.
SU INFANCIA LEJOS DE HOLLYWOOD
«Crecí
en una familia en la que nunca podías ser el centro de atención», me
dijo Farrow en Argel. «Siempre me mantuvieron alejado del típico
ambiente de Hollywood», agregó, recordando su niñez en una gran finca
rural en Connecticut. «Los de mi familia representábamos la totalidad de
los grupos étnicos minoritarios que había en el pueblo». A la hora del
almuerzo, el comedor de Mia Farrow parecía una asamblea general de la
ONU. Sin embargo, el mundo exterior no era tan acogedor. Farrow recuerda
que «a mis hermanos de raza negra siempre los llamaban 'negratas' y
'macacos'». Su hermana Quincy respondía a los insultos «invitando a casa
a los atacantes. Les decía: 'Para que veáis que todos podemos ser
amigos'. Quincy siempre ponía buena voluntad. Mi hermano Isaiah se lo
tomaba peor».
EL DRAMA DE SUS HERMANASTROS
Muchos
de sus hermanos adoptivos habían escapado de la miseria en Vietnam,
Calcuta..., y arrastraban serios problemas de salud. Uno estaba
desnutrido; había sido abandonado a las puertas de un orfanato de
Calcuta tras vivir años encadenado a un poste. Ronan recuerda que, según
la parte de su cuerpo que uno mirase, lo mismo podía tener 8 que 12
años. La familia optó por el término medio y decidió que tenía 10, los
mismos que Ronan entonces. Farrow ingresó en la universidad un año
después. «De niño era una especie de Pitagorín; todo me interesaba. Mi
madre siempre me apoyó, pero dudaba... '¿Por qué tienes que ir a la
universidad?' me decía. '¿Por qué no sigues en el colegio? ¿Por qué no
llevas una vida normal?'». Pero normalidad y Ronan no conjugan bien. A
los 10 años viajó con su madre a Sudáfrica, donde conversó en privado
con Mandela sobre la efectividad de las protestas no violentas. Antes de
su ingreso en Yale, ejerció como portavoz de la Unicef y recorrió zonas
africanas en guerra. A raíz de sus viajes a Sudán y, al descubrir las
inversiones chinas en ese país, Ronan publicó con Mia un artículo en The
Wall Street Journal en el que decían que los Juegos Olímpicos de Pekín
2008 iban a ser «las Olimpiadas del genocidio».
CONDENADO A UNA SILLA DE RUEDAS
Después
de trabajar para Unicef, Farrow dirigió una investigación para la
sanidad pública estadounidense sobre el trastorno por estrés
postraumático. La realizó en Kibera, un barrio de chabolas de Nairobi.
Durante una estancia en Sudán contrajo una infección ósea. Pasó por
varias operaciones y se vio obligado a usar una silla de ruedas; durante
años anduvo con muletas y tobilleras especiales. «Aquello hizo que mi
carácter se volviera menos ingenuo y más complejo. Es posible que
también me volviera un poco neurótico, pero me aportó la empatía
necesaria para tratar con gente que tiene que lidiar con problemas más
graves».
SU TEORÍA POLÍTICA PREFERIDA
El
día que nos vimos para comer en Nueva York, charlamos de libros, de
películas y de música [Farrow a veces hacía de músico callejero en
Washington y tocaba las canciones que había estado componiendo para un
álbum]. En un momento dado hizo una asombrosa imitación de la actriz
Katherine Hepburn. La conversación pasó a centrarse en su último libro,
cuyos derechos ha vendido a Penguin. En él desarrolla su teoría política
preferida: la costumbre estadounidense de financiar y armar a «sujetos
despreciables del mundo entero» ha tenido efectos desastrosos. «La
historia siempre es la misma. Los Estados Unidos crean Shabab, y este
grupo comete una matanza terrorista en Nairobi», dice. Al momento se
disculpa y matiza: «Lo he explicado de la forma más simplista posible,
para que todo el mundo lo entienda».
LOS CHISMORREOS Y LA PUBLICIDAD
El
día que Farrow y MSNBC iban a anunciar la producción del nuevo programa
de televisión, empezaron a circular ciertos chismes. Su madre sugirió a
una revista, de forma un tanto picarona, que el padre de Ronan
seguramente no había sido Woody Allen, sino Frank Sinatra, su primer
marido. [«Frank y yo en realidad nunca llegamos a separarnos del todo»,
dijo]. ¿El chismorreo sobre su paternidad afectará a su programa de
televisión? Ronan Farrow lo tiene muy claro: «Voy a ser un cenizo. ¡Ya
lo creo que sí!».Pero también es muy listo y respondió a la polémica con
un ingenioso comentario en Twitter: «Una cosa está clara: todos somos
posibles hijos de Frank Sinatra». Y no dijo más. Dejó que pasara el
tiempo y los rumores perdieron fuelle. «Es evidente que la historia
tiene un gancho irresistible, es tan escandalosa como divertida me dijo
en el almuerzo. Como todo el mundo, soy perfectamente capaz de apreciar
lo picante de la historia. Pero bueno, la cuestión ahora es pasar página
y concentrarnos en asuntos más importantes».
Ninguna publicidad
es mala para un presentador de televisión. «En cierta forma, me viene
bien que tanta gente se interese por mí. Porque lo importante son las
historias que contamos. Lo que quiero es que, cuando el espectador
termine de ver un reportaje, tenga el conocimiento del tema que podría
tener un estudiante de primer año de universidad, que se sienta capaz de
debatir la cuestión en una reunión o una cena con amigos, que entienda
lo que puede pasar en el futuro».
UN CHICO SIN PELOS EN LA LENGUA
Ronan
se siente liberado al no tener que seguir ejerciendo como portavoz del
Gobierno, como en sus tiempos con Hilary Clinton. «Soy libre de decir lo
que quiera. Y no pienso andarme con medias tintas. Tan solo hay una
cosa con la que me ando con cuidado. Y es hablar de mí mismo. Se trata
de una trampa en la que muchos caen... Si uno evita ese peligro,
entonces puede dejar de morderse la lengua y decir todo cuanto se le
pase por la cabeza».
Sus 'tuits' incendiarios
Su
chispa y desparpajo en Twitter le han valido a Ronan Farrow para tener
180.000 fieles seguidores y también algunas 'víctimas'. Ahí van unos
ejemplos:
-Edward Snowden se quita su máscara de Rafael Nadal. Ahora necesitará una nueva cubierta".
-En
1964, el Comité Olímpico japonés presentó Tokio como el nuevo Japón
post-Segunda Guerra Mundial; en 2020, los Juegos harán lo mismo tras el
tsunami y Fukushima".
-Me he perdido el tributo a Woody Allen [en
los Globos de Oro]. ¿Han puesto la parte en que una mujer confirmó
públicamente que él abusó de ella cuando tenía siete años, antes o
después de Annie Hall?".
-Mi hermana Lark murió en Navidad hace
cinco años. No he encontrado un alma más generosa. Este es el
tatuaje-tributo de su hermana".
-Teniendo un momento Dolly con la adorable @MileyCyrus".
-El
96% de los fuegos artificiales y el 94,7% de las banderas que entraron
en los Estados Unidos el año pasado estaban fabricados en China. ¡Feliz
Día de la Independencia!".
-El 1% de los americanos más ricos
poseen el 40% de la riqueza del país. El 80% de los americanos más
pobres poseen el 7%. Es bueno que el término 'igualdad' no esté en la
Constitución".
-Yo, como muchos americanos, siempre divido mi vida en dos partes: antes de que Beyoncé se cortara el pelo y después".
-La
polio ha reaparecido en Siria por primera vez en 16 años. Recordatorio:
la única razón de su vuelta es la falta de visión política".
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