Ser joven y beber son dos experiencias que van de la mano.
El consumo de alcohol entre adolescentes de 14 a 18 años gana adeptos.
De hecho, seis de cada diez escolares se han emborrado alguna vez, la
misma proporción que en el último año ha ido a algún 'botellón'. Los
menores que dicen haber bebido en el último mes representaban un 74% en
2012, frente al 63% de hace dos años. Según la Encuesta Estatal sobre
Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias (Estudes), el
'binge drinking' o atracón, consistente en beber cinco copas o más en
apenas dos horas, arrasa en la juventud, hasta el punto de que un 43% de
los chicos de 16 años y un 51% de los de 17 se apuntaron a esta moda.
Uno de los datos positivos que arroja el informe es que la
edad media de iniciación al alcohol ha subido ligeramente y se cifra en
13,9 años (frente a los 13,7 años de antes). En cambio, resulta
inquietante que el consumo de drogas legales como tabaco, alcohol o
hipnosedantes está más extendido en las mujeres, aunque los varones
beben y fuman con más intensidad.
Para el delegado del Gobierno para el Plan Nacional Sobre
Drogas, Francisco Babín, el abuso de alcohol entre la población escolar
es tan desorbitado que es conveniente que los padres reciban algún tipo
de «reproche moral» en caso de que las recaídas sean frecuentes. La
encuesta demuestra una relación directa entre la embriaguez y el
'botellón'. De igual modo, los estudiantes que se apuntan al consumo de
alcohol en la vía pública presentan un mayor riesgo de fumar cannabis o
esnifar cocaína.
A las autoridades sanitarias les preocupa mucho que los
jóvenes accedan tan fácilmente a las bebidas alcohólicas cuando lo
tienen prohibido por ley. Babín reconoció que se incumple la norma de
forma sistemática. No en vano, el 61,8% de los encuestados asegura que
consigue el alcohol en el supermercado. En cuanto al lugar donde se
consume, seis de cada diez lo hacen en bares y pubs y cinco de cada diez
en discotecas. El botellón cosecha una buena proporción de partidarios,
en concreto del 57%.
El alcohol y el tabaco, además del cannabis, siguen siendo
las drogas más consumidas por los estudiantes españoles. Los siguen, por
orden decreciente, los hipnosedantes (con o sin receta), la cocaína, el
éxtasis, los alucinógenos, las anfetaminas, los inhalables volátiles y
la heroína, que ocupa el último lugar y que ahora apenas es consumida
por un 0,7% de los escolares.
Para Babín, el consumo de cannabis está asociado a un peor
rendimiento escolar. No por casualidad el 44% de los fumadores de hachís
han repetido curso, cifra que baja ostensiblemente entre los no
consumidores, que solo repiten en un 27,9%.
Consumo problemático
Con todo, el cannabis ha experimentado una caída en su
consumo del 36% en la última década. Aun así, todavía hay un 33% de
escolares que admiten haberlo fumado alguna vez en su vida, y solo un
2,7% lo prueba a diario. Pese a este descenso, la encuesta desvela un
repunte del consumo problemático. Ello quiere decir que un 16% de los
menores que ha recurrido al cannabis en el último año corren el riesgo
de padecer problemas físicos y psicológicos. Esta droga es responsable
de la inmensa mayoría de las demandas de tratamiento (94%).
La cocaína pierde terreno en los menores. Esta droga
confirma una tendencia descendente que comenzó en 2004. El 1,5% de
estudiantes que dijo haberla tomado en el último mes representa un
porcentaje inferior al que se contabilizaba hace 16 años.
El policonsumo es cada vez más frecuente, de manera que
cuatro de cada diez jóvenes recurren a dos o más sustancias tóxicas. De
hecho, la ingesta del alcohol suele ir acompañada de otra droga,
generalmente tabaco o cannabis.
A la vista de estos datos, Babín aseguró que «en breve» el
Gobierno presentará una proyecto para establecer límites en el acceso al
alcohol por los adolescentes. Por ahora los esfuerzos del Ejecutivo van
encaminados a concienciar al sector de la hostelería y potenciar la
labor de los inspectores.
Entre las drogas emergentes, que se adquieren por lo
general por internet, destacan las setas mágicas, consumidas por un
2,2%, el 'spice' (1,4%) y la ketamina (1,1%). Se trata de sustancias
'recreativas' cuyo consumo acontece en fin de semana.
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