Pues va a ser que no. Por mi parte, al menos. En los últimos
tiempos, un abogado de origen marroquí residente en España, en perfecto
ejercicio de su derecho a solicitar, se ha dirigido a la Real Academia
con la petición formal de que la palabra
moro se defina en el
Diccionario como racista, discriminatoria y xenófoba. La cuestión no es
menor en absoluto, entre otras cosas porque una definición de esa clase
incluida en el DRAE, instrumento que los tribunales hispanohablantes
-500 millones de personas a su alcance en España y América- utilizan
como base para consultar el verdadero sentido de las palabras en cuanto
asunto juzgan, supondría que, en el futuro, cualquier uso de la palabra
moro
podría verse incluido, por la cara, en dos o tres artículos del Código
Penal. Hasta el momento, ateniéndose los jueces a lo que el Diccionario
dice -
Natural del África septentrional frontera a España. / Que
profesa la fe islámica. / Que habitó en España desde el siglo VIII hasta
el XV- ninguno de los procedimientos judiciales contra el uso de
esta palabra ha prosperado; salvo, lógicamente, cuando ésta iba incluida
en contextos realmente injuriosos. La intención expresa del abogado de
origen marroquí -moro, según el DRAE- es que el solo uso de la palabra,
aunque sea a secas -lo que yo acabo de hacer, por ejemplo- ya pueda
constituir delito.
«Por eso es innegable revisarla y definirla con contenido racista y xenófobo -dice en su petición-
pues su permanencia con la definición actual provoca conflictos y atenta contra la paz social».
Por
supuesto, no ha faltado el coro habitual de oportunistas y bobos que,
desde la elemental simpleza de esos lugares comunes que tanto placen a
ciertos políticos y tertulianos, se han puesto a jalear la idea. Crecido
por el apoyo de semejante peña, el abogado solicitante habla incluso de
llevar el asunto a los embajadores de países del Magreb, pidiéndoles
apoyo diplomático. Mientras tanto, la Real Academia, como no podía ser
de otro modo, ha respondido que verdes las han segado. Dicho de otra
manera: el Diccionario no se puede construir a la medida de las
personas, sino del uso real de una lengua, que es asunto muy complejo
que se decanta a lo largo de los siglos, de las sociedades y de la
Historia. Las lenguas se hacen por quienes las usan, son herramientas
poderosas que sirven para definir y comunicarse, y no hay abogado en el
mundo, ni juez, ni gobierno, ni academia, que puedan cambiar eso. Me
parece de perlas que quien usa
moro en un contexto insultante
-no la palabra, que no lo es, sino las que la acompañen y envilezcan-
sea castigado por ello; pero el uso malintencionado de una palabra nunca
debe perjudicar a quienes la utilizan en su sentido recto y la
necesitan para expresarse con eficacia. En español, cuando uno dice
moro o
mora todos saben perfectamente de qué habla: la palabra es tan definitoria como
eslavo, asiático o hispanoamericano.
Pretender que sea delito en España, con nuestra dilatada historia
moruna a cuestas, es como prohibir que un rifeño llame a un español
arume, o ponerle una denuncia a un nacionalista catalán o vasco porque -y eso ocurre con lamentable frecuencia- éste llame
español a alguien con mala intención. O decir
negro a quien es de raza negra, del mismo modo que a mí se pasaron media vida en África llamándome
blanco: unas veces como insulto y otras como simple definición.
Así
que recomiendo al abogado en cuestión y a los aficionados a la
demagogia barata que lean un poco; lo justo para saber que cuando
alguien dice
moro en lengua castellana todo el mundo comprende a
qué se refiere: exactamente a la definición del Diccionario, pues para
eso están las palabras; para saber de qué se habla cuando se habla. Lo
de
moro lo usamos en nuestra lengua escrita desde hace nueve
siglos y medio; y en la hablada, ni te cuento. Pero es que antes ya
estaba en el latín que aquí hablaban los romanos; y después, en nuestra
lengua romance:
Mauro invenire potueritis, escribía el abad
Albelda nada menos que en el año 928. Y de ahí hasta hoy, pasando por
los pactos firmados por Alfonso el Batallador
cum illos bonos (que, ojo, significa buenos)
moros de Tudela, y por el Poema del Cid -
los moros yazen muertos, de bivos pocos veo / los moros e las moras vender non los podremos- y por los
Claros varones de Castilla
o las crónicas de Fernando del Pulgar sobre la guerra de Granada, y por
el desembarco en Orán, el Barranco del Lobo, Annual, Monte Arruit,
Alhucemas, don Ramón Menéndez Pidal, la guerra civil española, Ceuta,
Melilla, Ifni, el Sáhara, las pateras y la pepitilla de doña Fátima. Así
que, con Real Academia o sin ella -me alegra decir que, de momento, con
ella-, seguiré escribiendo
moro hasta que se me desgasten las teclas.
TÍTULO: SILENCIO POR FAVOR, CINE, Superdetective en Hollywood ,.
- Reparto
- Eddie Murphy, Judge Reinhold, John Ashton, Lisa Eilbacher, Ronny Cox, Steven Berkoff, James Russo, Jonathan Banks, Stephen Elliott, Bronson Pinchot, Paul Reiser, Darwyn Carson,.
-
- Axel Foley (Eddie Murphy) es un impetuoso e inteligente detective de
Detroit que sigue la pista del asesino de un amigo suyo hasta los
barrios más elegantes de Beverly Hills. Pero antes de que Axel logre su
objetivo, va a verse involucrado en una red internacional de
contrabandistas y traficantes de droga.
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