Doctor De Oña no es el nombre de ningún fármaco, pero él,
quinta generación de médicos en su familia, bien podría serlo para los
miles de exfumadores agradecidos que han pasado por sus sesiones. Las
cosas han cambiado y la lucha contra la nicotina ha dejado de ser para
este especialista en medicina preventiva tan convencional como ya lo es
el cigarrillo. La versión electrónica del 'enemigo' le sirve como
coartada a un nuevo fumador 'dual' pero también ha sustituido a parches,
chicles y demás refuerzo farmacológico. Al 'e-cigarrillo' le augura un
'boom' de la mano del gran esfuerzo tecnológico de las grandes
tabaqueras para que el chute adictivo llegue a reproducir el placer del
cigarrillo. El nuevo vapor que sustituye al humo de siempre está rodeado
de incógnitas.
-No hay aún consenso científico sobre los efectos del
cigarrillo electrónico. Ni se defiende abiertamente que sea inocuo ni lo
contrario. ¿Qué dice la OMS?
-La OMS no recomienda su uso, lo que me parece un principio
de prudencia lógico, pero las evidencias científicas por ahora hablan
de una baja toxicidad. El rol del cigarrillo tradicional ha cambiado y
el 'e-cigarrillo' está siguiendo los mismos patrones de promoción que
el tabaco. Va cambiar el hábito de fumar, como ha ocurrido con las
labores de tabaco más seguras. Se prevé una explosión comercial en ese
sentido, y ahí aparece el 'e-cigarrillo', que es un dispositivo de
entrega electrónica de nicotina. Antes hablábamos de nicotin tabáquica y
ahora de nicotin electrónica. He visto muchos cambios desde el 99,
cuando empecé en esto. Yo era un fumador importante con muchas recaídas.
Me puse a fondo a estudiar el asunto y de forma autodidacta para dejar
de fumar yo mismo.
-¿Sin inquietud científica?
-Era algo totalmente personal. Le pedí a la Asociación de
Lucha Contra el Cáncer, con la que ya colaboraba, trabajar en el tema, y
a los seis meses empecé con el primer grupo, del que aún recuerdo sus
nombres.
-Aquella actividad también le serviría como terapia de refuerzo.
-Claro. A mí me refuerza mucho estar dedicado a esto, pero
he tenido a personas que a los 19 años han recaído. La recaída sigue un
código matemático, lentamente el exfumador tarda años pero, décima a
décima, vuelve al nivel de nicotina.
-¿Es más adictiva la recaída?
-Depende de la persona. Hay quien se siente culpable y se
autolesiona fumando más. Se siente mal. En general, cuando vuelven
sienten que no pueden hacer nada, pero también he tenido a gente que ha
vuelto a caer por tercera vez y que ahora lleva dos años sin fumar.
Generalmente se recae en contextos de ocio, actos sociales y así como en
el alcohólico eso no ocurre, aquí son los amigos fumadores los que le
proporcionan ese cigarro de recaída.
-¿Corre peligro tanto camino andado para excluir el tabaco de nuestro entorno cotidiano?
-Pues no se sabe. El 'e-cigarrillo' ha burlado la ley en
cierta forma porque era un espacio vacío sin regulación, pese a sus
componentes. Los productos con nicotina tienen que ser tratados como
medicamentos. Ahora está la Directiva europea sobre el tabaco que abre
dos opciones a los países: que presenten el producto como medicamento,
con pruebas, en ensayos...o que lo consideren producto de consumo
siempre que no supere la proporción de nicotina de 20 mg, y se le
apliquen las restricciones como al tabaco, en las ventas, en el
etiquetado y el marketing. Cada Estado tiene libertad para decidir los
espacios sin humo. En Francia y Bélgica han dicho que los cigarrillos
electrónicos en ningún espacio, a diferencia de nosotros que lo
permitimos en espacios de ocio y de hostelería, aunque este prohibido en
escuelas, hospitales y transportes y aquí se ha ido a favor de la tesis
de los fabricantes. Hay países como Inglaterra donde se considera que
no hay temor por el 'fumador' pasivo del vapor y no se justifica la
restricción total.
-Más que un sustitutivo del tabaco, el 'e-cigarrillo' parece una coartada para no dejar de fumar.
-Ya estamos en la tercera generación de estos dispositivos,
con una altísima tecnología: atomizadores, filtros, capacidad de carga
de la batería, líquidos. Entregan de forma muy eficiente la nicotina, de
tal forma que se logran picos plasmáticos de nicotina en sangre mucho
más elevados que con las terapias sustitutivas sin llegar a los del
tabaco, pero está claro que hay fumadores que lo utilizan para reducir
el consumo de cigarrillos.
-De momento, el 'e-cigarrillo' se ha cargado todo ese
catálogo de parches, chicles, caramelos... ¿Están también las tabaqueras
detrás del dispositivo?
-Parece que habrá que introducir el 'e-cigarrillo' como
medicamento. De hecho yo he tenido experiencia y lo he utilizado como
coadyuvante con otros fármacos y acelera el proceso. Desde hace dos
años, he tenido grupos de personas que consumen de forma dual. Les he
enseñado a utilizar el e-cigarrillo, el patrón de consumo, qué tipo de
caladas deben dar.
-¿Y no sufre cierta esquizofrenia al recomendar al fin y al cabo algo contra lo que lucha?
-No, porque es en un contexto de una terapia para dejar de
fumar. El 'e-cigarrillo'. He tratado ya a tres personas que venían de
dejar el tabaco y que se enganchado al 'e-cigarrillo'. Estaban en un
escalón intermedio de consumo de tabaco, preocupados por su salud, pero
están atrapados con la misma ansiedad del tabaco cuando se les agota la
batería o las cargas. He elaborado un protocolo específico para dejar el
cigarrillo electrónico. Lo primero, como en el tabaco, es saber el
patrón de consumo, luego la reducción y después, a través de fármacos
bloquear el gran receptor de nicotina al cerebro.
-¿Y por qué no se hace al revés?
-Sí, claro, pero me estoy encontrando muchos patrones de
consumo. Nosotros empezamos con dependencias de tabaquismo altísimas en
el año 99 con un 43% de fumadores entre los hombres y del 27 en las
mujeres. Hoy son el 30 por ciento y 20, pero he visto patrones distintos
en mujeres. Son más dependientes de la nicotina y en función del ciclo
hormonal su adicción es mayor o menor. Antes tenía más hombres y ahora
más mujeres, e incluso grupos de solo mujeres, que suelen estar más
preocupadas por su salud, por el peso al dejar de fumar. También hacemos
terapias para evitar eso.
-¿Cuántos españoles habrán dejado de fumar desde que está la Ley Antitabaco?
-Calculo que del 2,5 al 3 por ciento. Con la primera
restricción en 2005, no hubo un efecto intenso aunque la venta de tabaco
empezó a caer con la subida de precio.
-Usted defiende que los impuestos son la mejor manera de reducir el consumo.
-Es la mejor medida, sin duda. En Inglaterra es restrictivo
y con precio alto, foma entre el 20 a 25 por ciento, aunque la
población de menos de 16 años no se estudia.
-Eso en España debe ser una gran laguna.
-Pues sí. Hablamos de la iniciación, es la puerta de
entrada al tabaco de los adolescentes y esa edad baja. Empiezan antes
las niñas, a los 12, y los niños a los 13,5 y 14. Luego viene la etapa
de fumador ocasional a regular, y a partir de ahí, se llega a los 40
años y a los intentos para dejar el tabaco. Hay un gran problema con el
tabaco de liar. Es un producto tremendamente barato porque 30 gramos
equivalen a cuatro paquetes.
-Es el 'Ikea' del tabaco: el cliente asume el coste de manufacturar y abarata precios.
-Algo así. Sabemos que tienen más nicotina, más monóxido de
carbono y más alquitrán de lo permitido por la ley y eso se da en las
70 marcas más vendidas. Hay un fallo de control sanitario, y es una
puerta de entrada al tabaco de los más jóvenes.
-Pero es que ésta es una industria no da puntada sin hilo
-La propia industria del tabaco está entrando ya en el
'e-cigarrillo'. Philips Morris presentará su dispositivo en 2014 y en
una de sus grandes reuniones se vio la preocupación por el dominio sobre
los aditivos, que representan el 10 por ciento del peso del cigarrillo.
La industria americana ya tiene su lista de aditivos en el tabaco
mientras que la Directiva europea solo aboga por tenerla:_ en el tabaco
hay chocolates, broncodilatadores, antitusígenos, güisqui para ocultar
el olor del humo... Un enigma es qué comportamiento tendrán los nuevos
aditivos del cigarrillo electrónico cuando sean vaporizados.
-¿Y los que ya hay?
-Hablo de los que se prevén porque aún el 'e-cigarrillo' no
llega a proporcionar las experiencias sensoriales del cigarrillo
convencional, pero va a evolucionar en esa línea. Lo deduzco de los
propios datos de la industria. Philips Morris, en una junta de
accionistas hace un año, ya se hablaba de productos menos nocivos, como
los 'snus', esas bolsitas para absorber nicotina habituales entre los
nórdicos que se colocan bajo el labio superior. También está el tabaco
de mascar y el rapé. Es el tabaco sin humo y en ese sentido veremos un
perfeccionamiento del cigarrillo electrónico. Las tabaqueras están
dispuesta a manejar una alquimia que ya controlan.
-¿Las tabaqueras pueden pasar de pirómanas a bomberos?
-No son ellas las que inventaron el 'e-cigarrillo' sino un farmacéutico chino.
-¿Quién regula la seguridad de los componentes actuales? Se pueden comprar casi en cualquier sitio.
-No hay un organismo para ello. Hay un déficit en el
control sanitario, como lo hay sobre el tabaco de liar. El
'e-cigarrillo' ha estado en un limbo y en la Directiva europea sobre
aspectos como la publicidad en los paquetes, la eliminación de sabores
incitadores se ha hecho una mención lateral al 'e-cigarrillo'.
-¿Cuántos españoles los usan?
-Se calcula que un millón, un uno por ciento, pero en EE
UU representan un ocho y en Inglaterra un cuatro. Nosotros nos hemos
incorporado más tardíamente, pero hay una fuerte demanda que está en
claro crecimiento.
-¿Qué me dice del fallecido en Galicia por neumonía asociada al cigarrillo electrónico?
-Es un paciente que ha fallecido por una neumonía lipoidea
causada por la glicerina, a resultas de una inhalación fuera de todos
los márgenes del sentido común. Más me preocupa el tema de que los niños
pequeños se intoxiquen incluso por contacto con la piel con los
líquidos de carga del cigarrillo que usen sus padres y pueden ver en
casa.
-¿Se han dado casos?
-Sí, de absorción cutánea.
-El tabaco tradicional puede quedar solo para los países pobres
-La industria del tabaco variará. Occidente se ha entregado
de pleno al 'e-cigarrilo', que es más barato que una cajetilla y tiene
cuatro dianas: la juventud, los fumadores, el exfumador que es muy
interesante como promocionador, y un cuarto que es el que nunca ha
fumado y abrir un escenario de nuevas dependencias de la nicotina.
Algunas imprevisibles porque sabemos de su incidencia en fumadores y
exfumadores, pero no en los que nunca fumaron.
-Sorprende su postura tan ponderada. Creo que hasta un industrial del 'ecigarrillo' tendría difícil ponerle pegas.
-Es que hay que tener sentido común. Es un dispositivo
nuevo y hay un desconocimiento tan grande como la curiosidad que
despierta, pero las evidencias de sus efectos son pobres en fumadores y
ex fumadores.
-¿Es cierto que el 'e-cigarrillo' no produce efectos orgánicos que sí provoca el tabaco?
-No. Hay que diferenciar entre el 'wapeador' inexperto y
quien es capaz de lograr picos muy altos por la forma de inhalar y en
ese caso el efecto es igual: un poco de taquicardia, azúcar,
tensión...pero su acción es central, libera neutransmisores. La
nicotina, sea cual sea su origen, actúa sobre genes predispuestos. Esas
neuronas se alían entre sí y se abre un patrón de adicción crónica,
aunque no todo el mundo tiene igual predisposición.
-¿Hay un perfil psicológico del fumador extremo?
-Puede hablarse de un perfil de personalidad impulsiva,
personas que buscan la compensación inmediata y que tienen lo que
llamamos un 'hipomiedo' a las consecuencias físicas peligrosas de su
adicción.
Indudablemente este tipo de artículos con el que están bombardeando a diario últimamente a la opinión publica no vienen más que a demostrar quiénes son los verdaderos perjudicados por los e-cig. Demasiado obcecamiento en demostrar los peligros de este dispositivo por los señores que se hacen llamar "Expertos en Tabaquismos", por organizaciones detrás de las cuales actúan como mecenas compañías farmacéuticas... incluso se hacen oír con más fuerza que las supuestamente más afectadas tabacaleras.... ¿a quienes pretenden engañar ya señores? hace ya tiempo que se les empezó a ver el juego sucio en beneficio de sus propios intereses y no de la salud pública.
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