Tiene magia en las manos y utiliza el bisturí con la misma
maestría que Herbert von Karajan manejaba la batuta. Tanto es así, que los medios de comunicación no dudan en calificarle de Papa o gurú de las rodillas. El
doctor alemán Ulrich Boenisch ha saltado a la fama en España tras
operar sucesivamente con éxito en menos de dos semanas las rodillas del
delantero del Real Madrid Jesé Rodríguez y del guardameta del FC
Barcelona Víctor Valdés. En Alemania es un viejo conocido con una
larga carrera profesional al servicio del deporte y no solo del fútbol,
como piensan muchos. También del ciudadano de a pie. «Cuando hace
efecto la anestesia y el paciente duerme, todas las rodillas son
iguales, da lo mismo que sea la de un futbolista profesional que la de
un obrero de la construcción», dice Boenisch, un cirujano apasionado que
vive con su mujer e hija a dos minutos en coche de la Hessingpark
Clinic de Augsburgo, lugar de peregrinación de pacientes con graves
problemas en la articulación media de la pierna. Boenisch está siempre
de servicio, sus
jornadas laborales no bajan de las doce horas y está dispuesto a acudir
al quirófano a cualquier hora del día si la intervención es urgente.
Por
el quirófano de Boenisch, de 51 años, se sabe que han pasado también,
entre otras muchas estrellas internacionales, los alemanes Lukas
Podolski, Sami Khedira y Bastian Schweinsteiger, los holandeses Klas
Jaan Huntelaar y Arje Robben, el brasileño Stefano Celozzi y el griego
Kyriakos Papadopoulos. Pero no porque el especialista germano dé
publicidad a sus intervenciones, sino porque los clubes donde militan
las estrellas futbolísticas se preocupan de airearlo. Los partes médicos
nunca los publica él, ya que, según subraya, «la discreción es muy
importante» en la medicina. Son los equipos de fútbol los que reproducen
en sus comunicados los diagnósticos y valoraciones del cirujano alemán
después de la intervención. Si por Boenisch fuera, preferiría mantener a
sus pacientes en el anonimato. Pese a todo, las salas de recuperación
de la planta baja de su clínica en Augsburgo, a pocos kilómetros de
Múnich, están llenas de camisetas enmarcadas con las dedicatorias
especiales de agradecidas estrellas del deporte a las que reparó sus
maltrechas rodillas.
Jugador de fútbol
El propio Boenisch es un apasionado del deporte rey. Su
primera lesión se la produjo a los nueve años, cuando se rompió una
pierna jugando al fútbol. Decidió ya entonces convertirse en «médico de
huesos», como comenta con cierta sorna, después de que su ortopeda le
explicara entonces «al detalle y comprensiblemente» qué fractura había
sufrido y cómo iba a repararla. Y a los 25 años, una grave lesión de
tobillo le obligó a abandonar el deporte activo cuando jugaba en el FC
Dingolfing, de la liga regional de Baviera. «Como he sufrido en carne
propia graves lesiones con la práctica del deporte, siempre quise
atender a deportistas o equipos», confiesa Boenisch en una de las raras
entrevistas concedidas a medios germanos.
El
Karajan del bisturí es el médico jefe del FC Augsburg, de la
Bundesliga, miembro del equipo médico de la federación alemana de hockey
sobre hielo y asesor del equipo femenino de la federación de esquí. También
atiende a las jugadoras de la selección alemana de fútbol femenino. Su
compañero en esa misión, el doctor Andreas Weigel, asegura que «es el
mejor especialista alemán, cuando no europeo, en lo que se refiere a
intervenciones de rodilla y hombro. Tanto a nivel profesional como en
privado es una persona muy agradable y sincera».
Por eso lo que más le molesta cuando opera a alguna
estrella deportiva es la presión que ejercen sobre él los clubes a la
hora de concretar cuando recuperarán al futbolista. «Al fin y al cabo,
el tiempo de baja de un jugador depende siempre de la gravedad de la
lesión y del proceso individual de curación», dice Boenisch. Tras
estudiar en la Universidad de Múnich, en su larguísimo currículo
profesional figura su paso por hospitales estadounidenses de Hawai,
Boston y Vail, así como en la ciudad suiza de Basilea o en la inglesa de
York. Sin embargo, su gran maestro fue el especialista norteamericano
Richard Steadmann, con quien trabajó dos años en su clínica en la
estación de esquí de Vail, en las Montañas Rocosas. En aquella época el
médico jefe del Bayern Munich, Hans Wilhelm Müller Wohlfahrt, enviaba a
sus estrellas lesionadas hasta la lejana clínica en el estado
norteamericano de Colorado. Desde hace un par de años les ahorra el
engorroso desplazamiento. Ahora tienen a Boenisch y su equipo de
especialistas en la bastante más cercana Augsburgo.
En su etapa estadounidense también tuvo ocasión de atender a
deportistas y equipos, como la selección nacional de esquí de Estados
Unidos o el legendario conjunto de fútbol americano de los Denver
Broncos. Y cuando trabajó en Suiza fue durante dos temporadas el médico
del Basilea, pero también el ortopeda de la compañía local de ballet.
El modesto cirujano de Augsburgo confiesa que es un hombre feliz y sus clientes también parece que lo son. En un portal alemán de valoraciones médicas, Boenisch solo recibe sobresalientes por parte de los pacientes.
TÍTULO: MIERCOLES , CINE, EL GRAN GATSBY,.
- Reparto
Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire, Carey Mulligan, Joel Edgerton, Isla Fisher, Elizabeth Debicki, Amitabh Bachchan, Jason Clarke, Adelaide Clemens, Max Cullen, Steve Bisley, Richard Carter, Vince Colosimo, Brendan Maclean, Kate Mulvany, Callan McAuliffe, Jack Thompson,.-
- Nueva York, años 20. En la alta sociedad norteamericana, llama la
atención la presencia de Jay Gatsby, un hombre misterioso e inmensamente
rico, al que todos consideran un advenedizo, lo que no impide que
acudan a sus fastuosas fiestas en su gran mansión de Long Island. Gatsby
vive obsesionado con la idea de recuperar al amor que dejó escapar años
atrás. Para ello se hará amigo de su vecino recién llegado, el joven
Nick Carraway.
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