miércoles, 6 de agosto de 2025

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TITULO : MAS QUE COCHES - Mazda tiembla ante el impacto de los aranceles de EE.UU,.

 

 

Mazda tiembla ante el impacto de los aranceles de EE.UU. 

 El MX-5 es uno de los coches icónicos de Mazda.

foto - El MX-5 es uno de los coches icónicos de Mazda.

«Si Mazda fabrica menos coches, nuestros pedidos disminuirán», declaró Yamaguchi, cuya empresa de 110 años, Nanjo Auto Interior, cuenta con casi 1.000 empleados que fabrican paneles de puertas y otras piezas para el fabricante, lo que representa más del 90% de sus ventas.

«La clave es si podemos mantener la rentabilidad con volúmenes más bajos», declaró a Reuters.

Mazda, motor económico de Hiroshima, se enfrenta a aranceles estadounidenses del 25% sobre los automóviles, una perspectiva desalentadora para una ciudad que ya lucha contra la inflación y una economía débil.

Japón vota el domingo en unas elecciones a la cámara alta que parecen destinadas a debilitar el control del primer ministro Shigeru Ishiba, quien no ha conseguido una exención arancelaria de Estados Unidos, su aliado más cercano y un socio comercial crucial.

«Ya no tengo expectativas para el Gobierno japonés», declaró Yamaguchi, bisnieto del fundador de Mazda, Jujiro Matsuda. «He superado la frustración y simplemente me he resignado».

Mientras los habitantes de Hiroshima y otras regiones automotrices se preparan para las inevitables consecuencias de los aranceles, Yamaguchi afirmó tener pocas esperanzas de que el Gobierno pueda cambiar la situación.

El presidente estadounidense Donald Trump no ha dado señales de ceder en sus aranceles, e incluso ha insinuado que los aumentará contra Japón.

Mazda, cuyas ventas en Estados Unidos cayeron un 18,6 % interanual en mayo y un 6,5 % en junio, es uno de los fabricantes de automóviles japoneses más expuestos a las tasas fronterizas. Las importaciones representan la mayor parte de las ventas de Mazda en Estados Unidos, pero la importancia de la industria para Japón es casi imposible de sobreestimar.

Tras la cesión del liderazgo mundial de Japón en chips y electrónica de consumo, su industria automotriz ha crecido hasta representar alrededor del 28% de los aproximadamente 145.000 millones de dólares en bienes enviados a Estados Unidos el año pasado.

Según una encuesta realizada en julio por la firma de investigación Teikoku Data Bank, existen más de 68.000 empresas en la cadena de suministro automotriz de Japón, y el grupo industrial JAMA afirma que emplean a 5,6 millones de personas, lo que representa aproximadamente el 8% de la fuerza laboral del país.

«Es difícil reconstruir una cadena de suministro una vez rota», afirmó Hideki Tsuchikawa, jefe de Investigación de Teikoku Databank en Hiroshima, donde, según sus propias estimaciones, se encuentran más de 2.000 proveedores de automóviles.

«El sector automotriz es fundamental para la industria nacional. El apoyo del Gobierno es esencial». Los aranceles podrían costarle a Mazda y a otros fabricantes de automóviles japoneses más pequeños la cuota de mercado estadounidense perdida frente a rivales más grandes.

Mazda se ha negado hasta el momento a ofrecer una previsión de beneficios para todo el año, alegando la incertidumbre de los aranceles. La empresa declaró que su principal prioridad era proteger a proveedores, concesionarios y empleados mientras buscaba superar el impacto comercial.

Para la industria automotriz, parece que no hay otra opción que volver a la clásica estrategia de reducción de costos, perfeccionada durante los años de crecimiento económico intermitente de Japón.

Mazda ha creado un equipo de estrategia arancelaria que se reunía semanalmente en Hiroshima, según una fuente de la compañía. La reducción de horas extra y la revisión de los viajes de negocios formaban parte de su esfuerzo por recortar 100.000 millones de yenes en costes.

TITULO: Para Todos La 2 - Los drones alemanes regresan a El Ejido de Centenera, de Aldeacentenera,.

 

Los drones alemanes regresan a El Ejido de Centenera, de Aldeacentenera,.

Los drones alemanes regresan a El Ejido de Centenera, de Aldeacentenera |  Hoy

fotos / El aeródromo El Ejido de Centenera, de Aldeacentenera, vuelve a ser escenario de las pruebas que lleva a cabo la empresa alemana Wingcopter, especializada en drones de logística y topografía.

 

Desde hace dos años, esta firma viene testeando y perfeccionando sus drones en esta zona «para que sean cada vez más seguros y competitivos», y recientemente ha renovado el contrato con el Ayuntamiento por cinco años más. Estas pruebas, explican, buscan demostrar el cumplimiento con los estándares de aviación ante autoridades reguladoras de varios países.

 

TITULO:  Gigantes de La 2 -  Jesús García Calero -  La constitución histórica de España ,.Jueves -  7 , 14 Agosto ,.

Gigantes de La 2 - Programa de entrevistas, de cincuenta minutos de duración y emisión semanal, para La 2  Jueves -   7 , 14 Agosto, 23:50 de Televisión Española,.

 

 Jesús García Calero -  La constitución histórica de España,.

 

 

 

 foto  - Jesús García Calero ,.


Hace bastantes años que todos o casi todos percibimos un problema creciente: la quiebra de las bases políticas, sentimentales, culturales y simbólicas de aquello que nos conforma como país, de aquello que compartimos y que permite que todos, desde la diversidad, nos sintamos parte de un conjunto llamado España. Es una percepción, pero crece. Quienes seguimos la actualidad sabemos que es así y que, seguramente, responde a una lógica suicida: los poderes levantan muros y a veces da la impresión de que nadie trabaja por lo común.

El problema es muy complejo, pero yo recuerdo un día especial en el que me pregunté con aspereza: «Pero, ¿qué nos ha pasado?». Corría 2020 y acababan de estrenar el documental 10 años de nuestra estrella, sobre la victoria de la selección española en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica de 2010. Contemplar las imágenes y recordar aquella celebración, la energía que atravesaba cada ciudad, la fuerza positiva con la que todos festejábamos, y verlo precisamente en aquellos oscuros días de la pandemia, de los encierros, con las libertades acotadas y la división creciendo como un abismo entre los españoles, fue para mí una dolorosa evidencia.

"He de decir que contemplando el espectáculo de la política durante los últimos años ha resultado difícil encontrar razones para la esperanza"

¿Qué podemos hacer? Cada vez más, en nuestro entorno personal, incluso familiar, han entrado debates no sólo de política, a veces de cuestiones sociales, en los que se ha instalado un afán, casi una liturgia, de señalamiento, de dibujar adversarios, de destruir matices o no atender a razones, y se ha creado esa percepción insólita, como de archipiélago, que casi todos conocemos y no sabemos cómo dejar atrás. Tengo la impresión de que ya hay quien vive de alimentarlo, de que sintamos una división insalvable, de que interioricemos una frontera en lo más profundo, una cicatriz hipotética que proyectamos con pereza sobre todas las cosas. Y crece la polarización, abonada en las redes sociales que también nos atrapan. Como todas las fronteras, no es más que una línea imaginaria.

He de decir que contemplando el espectáculo de la política durante los últimos años ha resultado difícil encontrar razones para la esperanza. Da la impresión de que hemos perdido un gran capital de talento, de capacidad, de servicio, y los ciudadanos desencantados hemos caído en melancolías infructuosas y sentimientos negativos que no son más que negligencia mal disimulada. La responsabilidad perdida está en el centro de todo. Ni valoramos lo bueno que tenemos, ni exigimos cuentas de manera rigurosa. Aceptamos la inconsecuencia de mentiras y corruptelas que ni siquiera avergüenzan a los culpables. Son ya muchos años y no será fácil revertirlo.

Ver lo que nos ha pasado desde 2010 en el terreno del debate público, la política y el respeto institucional es un espectáculo tan poco edificante que no somos capaces de ver otras cosas positivas que permanecen en segundo o tercer plano, marginales. Ni sacrificios enormes, evidentes, como el de los sanitarios en la pandemia, se salvan. Como periodista cultural he contemplado muestras enormes de talento en los creadores, la inteligencia de muchos debates cuando tienen lugar en un contexto de respeto y escucha. Pero la cultura, el gran espacio simbólico que une y que permite crear puentes, también ha caído en banderías políticas, censuras y señalamientos. Incluso desde instituciones públicas.

"La historia muestra que somos desde hace siglos una nación que cuando trabaja en una misma dirección es capaz de logros asombrosos"

Creo que hemos perdido la virtud de lo neutral, los espacios donde todos nos podemos sentir incluidos sin dejar de ser como somos. Si pudiésemos establecer, o al menos incentivar, dinámicas de neutralidad para trabajar por lo común, los agrandaríamos. Pero no es fácil, porque también las fuerzas disolventes ocupan el tablero y su crecimiento depende de que sigamos sin percibir nuestro potencial. Hemos dejado que el sectarismo invadiese el espacio cívico.

La historia muestra que somos desde hace siglos una nación que cuando trabaja en una misma dirección es capaz de logros asombrosos, que ayudaron a configurar el mundo como lo conocemos: la navegación oceánica que puso en marcha la primera globalización, la primera misión humanitaria en 1803, y mil historias que conducen a una cultura y una lengua compartida con casi 600 millones de personas. No hemos cometido ni más ni menos errores que otras naciones, pero desconocemos hasta qué punto somos los herederos de un pasado inabarcable. No podemos ser indolentes ante nuestro presente, ni por supuesto ante el futuro, ni desde luego ante ese pasado en el que debemos reconocernos. Pero no hemos logrado ni un relato común de nuestra historia.

Quizá el día que tuve la ocasión de oírla por primera vez en el Teatro Campoamor, durante la entrega de los premios princesa de Asturias, algo se removió en mí. Su discurso fue una llamada de atención para la juventud contra esa indolencia. Aquél «me importa» reiterado en su discurso, sonó como un eureka, aplicado al periodismo de Michnik, a la dramaturgia de Mayorga, al estudio del antropólogo Matos Moctezuma, incluso al arte jondo de María Pagés y Carmen Linares, entre otros. «Me importa», «me interesa», «me impacta…» fueron aldabonazos que nos permitían mirar a otra España posible donde se valora el mérito sin importar la filiación.

"Creo que es aún más importante el papel de la monarquía hoy, esa constitución histórica que decía Jovellanos. Imprescindible si queremos convivir todos"

Desde entonces he seguido con mucho interés sus alocuciones y los estadios de su formación y creo que será usted una reina capaz, con un conocimiento preciso y profundo de su papel constitucional. Es una muy buena noticia. En su empeño veo muy claro, al igual que en el de sus padres, los Reyes, aquello que más nos falta en España, desgraciadamente, y que más necesitamos: una institución neutral y un trabajo enérgico y respetuoso por lo común, para alentar ese espacio en el que todos volvamos a encontrarnos, cada uno con sus ideas y sus peculiaridades, si es que un día recuperamos suficiente lucidez cívica y usted persevera. La animo a que sea tenaz.

Hay una frase en la que pienso cuando la escucho. Contemplando la turbulenta historia de España en la que la nobleza territorial a menudo instigó crudos enfrentamientos, o instituciones venerables se prestaron a la lucha partidaria y élites reconocidas abandonaron su responsabilidad o fueron perseguidas, Gaspar Melchor de Jovellanos dijo que la monarquía es la constitución histórica de España. Yo también lo creo, porque sólo bajo su poder histórico fueron superadas las viejas, atávicas banderías, en equilibrios a veces insuficientes, pero salvíficos. Su abuelo logró en 1977 volver a reunir a todos los españoles. Su padre mantiene ese espíritu y ese espacio en un momento especialmente difícil como el actual, en el que pocas instituciones quedan fuera de una lucha política que no respeta las reglas que nos hemos dado. Por eso mismo creo que es aún más importante el papel de la monarquía hoy, esa constitución histórica que decía Jovellanos. Imprescindible si queremos convivir todos. Todos sin exclusión. Ya no tenemos otra, allá donde mire.

TITULO:  ¡ Atención obras ! - Cine -   El Papa «bárbaro» que reinó en España y aplastó a los rebeldes comuneros ,.

 

El Papa «bárbaro» que reinó en España y aplastó a los rebeldes comuneros,.

En el caluroso verano de 1522, el séquito del Emperador avanzó con lentitud hasta Palencia con la esperanza de reunirse con Adriano y agradecerle sus servicios como regente de Castilla durante su ausencia. Pero supo por el camino que su apreciado Adriano ya había zarpado a Roma a reclamar la tiara papal sin esperarle a él,.

fotos / Ejecución de los comuneros de Castilla, del romántico Antonio Gisbert,.

Carlos I de España , más tarde Emperador 5º con ese nombre del Sacro Imperio Germánico , entró en Castilla como un elefante en una cacharrería. Sin hablar bien castellano y de gesto inexpresivo, el nieto de Fernando el Católico emergió en España de la mano de una amplia corte de consejeros flamencos y sin molestarse en conocer los pormenores de la siempre díscola nobleza local.

Con la Reina madre Juana encerrada en Tordesillas , el más español de todos los infantes, Fernando, camino de Bruselas, y el cardenal Cisneros fallecido; la entrada de Carlos levantó casi desde el principio ampollas entre la nobleza. Y lo peor es que ni siquiera contaban con la forma de elevar al Rey sus protestas. Guillermo de Croy, señor de Chièvres , hacía las veces de interlocutor entre Carlos y la mayoría de nobles castellanos y aragoneses, que, a excepción de unos pocos, como el Marqués de Villena o el Obispo de Badajoz , fueron apartados de las esferas de poder. Pero más que un interlocutor era un muro.

El germen de una rebelión

El ministro flamenco, que comprendía España como una vasta operación económica, se dedicó a repartir cargos entre los nobles flamencos que le acompañaban. El preceptor de Carlos, Adriano de Utrecht, recibió el Obispado de Tortosa ; Ludovico de Marliano el de Tuy, y el sobrino de Chièvres, el Cardenal Guillaume de Croy, que tenía 20 años, el principal de todos los cargos eclesiásticos: el Arzobispado de Toledo que había dejado vacante Cisneros. «Era mala cosa encolerizar a los curas en Castilla», susurraban algunos con los dientes apretados.

«En verdad nuestro mercenario es (el rey), y por esta causa asaz sus súbditos le dan parte de sus frutos y ganancias suyas»,.

Nada comparado con la ristra de cargos y posesiones que se agenció el propio privado: Contador mayor de Castilla, Capitán General del mar en la Corona de Aragón y almirante de Nápoles . Esta política de prebendas fue interpretada como un desprecio absoluto hacia la nobleza, que celebró unas cortes plagadas de desconfianza a principios de 1518. Las Cortes de Castilla juraron fidelidad al Rey, recordándole de paso que en «España el poder está en la república, y si el Rey gobierna, es por un pacto callado». Es decir, frente a aquellos países de influencia francesa donde el Rey tenía un origen divino, aquí el Rey servía al reino porque así lo estipulaba un contrato tácito entre el reino y el rey. O como el procurador burgalés Zumel explicó:

«En verdad nuestro mercenario es (el rey), y por esta causa asaz sus súbditos le dan parte de sus frutos y ganancias suyas y le sirven con sus personas todas las veces que son llamados…»

La nobleza castellana esperaba del Rey que fuera el mejor alcalde y el mejor juez, siendo tan solo un servidor del reino, un mercenario, con el muy humano tratamiento de Alteza . Esta idea chocaba de frente con los planes de aquel descendiente de emperadores alemanes y señores flamencos, que pretendía imponer el tratamiento casi divino de Majestad . Aparte, los procuradores castellanos le exigieron que aprendiera a hablar castellano en el menor tiempo posible; que el infante Fernando no saliera de España hasta que Carlos tuviera hijos; un trato más respetuoso para su madre Juana, y que cesara de nombrar extranjeros para cargos hispánicos.

 
Óleo de Manuel Pícolo López que muestra la rendición de los líderes comuneros,.

El monarca fingió acceder a todas estas condiciones a cambio de recibir un imponente montante de maravedís a pagar en tres años. Los castellanos comprobaron lo poco que valían las palabras del Monarca tras su abrupta salida de Castilla con dirección al territorio de la Corona de Aragón , donde permaneció casi un año enzarzado esta vez con las Cortes catalanas, y luego hacia Alemania, donde acudió a reclamar el trono vacante de su abuelo Maximiliano I en el Sacro Imperio Romano Germánico . La indignación castellana se sustentaba en cifras:

«En nuestra tierra obtuvo 600.000 ducados y permaneció solo cuatro meses; en Aragón, 200.000 y estuvo ocho meses; en Cataluña, 100.000, y se queda un año».

Con pie y medio fuera de España, Carlos forzó que las siguientes Cortes castellanas fueran celebradas en Santiago de Compostela , dado que planeaba embarcar hacia el Norte de Europa cuanto antes, y no en Toledo como reclamaba la aristocracia local. La consecuencia directa de esto fue que los procuradores de Toledo se ausentaron como señal de enojo, y los de Salamanca, en conformidad con los toledanos, se escudaron en un error burocrático para evitar ir a Santiago.

A Carlos I se le agotaba el tiempo y la paciencia. En previsión de embarcar de forma inminente hacia Alemania, ordenó el traslado de las Cortes a La Coruña y ejerció una presión asfixiante, procurador por procurador. Aun así fueron necesarias cinco votaciones para que las Cortes dieran su brazo a torcer, e incluso entonces lo hicieron por una débil mayoría. Dado que Toledo y Salamanca ni siquiera estaban representados, la victoria de Carlos en La Coruña únicamente se podía ver como una forma de ganar tiempo antes de la rebelión. Cuando el 20 de mayo de 1520 zarpó de La Coruña, Carlos estuvo hasta el último instante dudando si debía posponer el viaje para dirigirse a Toledo, que ya se había pronunciado en rebeldía, o si seguir adelante. Su ambición imperial pudo más que las razones de Estado . Castilla ardía a su espalda cuando tomó camino de Flandes.

El regente más adecuado

A su espalda el Rey dejaba una revuelta en curso y una polémica designación que, además de alimentar el fuego, incumplía sus renovadas promesas de no entregar cargos españoles a extranjeros. Adriano de Utrecht , el piadoso monje que le había educado, fue elegido gobernador de Castilla durante su ausencia. Desde ese cargo hubo de hacer frente al alzamiento de las llamadas Comunidades de Castilla. Al levantamiento en Toledo le siguió el de Segovia, cuya población se amotinó con sus procuradores en Cortes por haber votado a favor de lo que pedía Carlos. Dieron muerte a uno de dichos procuradores, Rodrigo de Tordesillas, a pesar de haberse acogido a sagrado en la iglesia de San Miguel . Toledo, Madrid, Salamanca y Ávila fueron detrás.

Al igual que un virus, el alzamiento se fue extendiendo por otras ciudades castellanas, siguiendo el clamor que los curas lanzaban desde sus púlpitos contra el mal gobierno del Rey extranjero. Frente a la movilización de las tropas reales, los representantes de Toledo pusieron a la cabeza de las milicias urbanas a Juan de Padilla, un hombre con el suficiente talento militar cómo para complicarle las cosas a los enviados de Adriano de Utrecht. Por no hablar de su esposa, María Pacheco y Mendoza , «la Leona de Castilla». Y es que los leones no se rinden.

Los comuneros sufrieron la negativa de Juana a apoyar sus demandas, pero fue la falta de apoyo de los grandes de Castilla lo que realmente malogró la revuelta

La guerra de las Comunidades de Castilla se alargó durante dos años sin que nadie lo hubiera si acaso imaginado en su origen. Los episodios aislados promovidos por el patriciado urbano evolucionaron hacia una guerra de asedios y batallas en campo abierto, debido tal vez al incipiente sentimiento nacionalista y a la indolencia de la alta nobleza. El incendio y saqueo de Medina del Campo , que se negó a entregar su parque artillero para asediar Segovia, convirtió al regente en el villano de referencia. En el verano de 1520, los comuneros consumaron el peor de los temores de Carlos: se apoderaron del palacio de Tordesillas, donde estaba internada la Reina Juana . Afortunadamente para la causa del Rey, los comuneros no lograron sacar a la reina madre de su apatía en los 65 días que permaneció la villa bajo su control.

Los comuneros sufrieron la negativa de Juana a apoyar sus demandas, pero fue la falta de apoyo de los grandes de Castilla lo que realmente malogró la revuelta. Como queriendo dar una lección al jovencísimo Rey, los miembros de la alta nobleza prefirieron mantenerse en un segundo plano hasta que observaron, preocupados y arrepentidos, que la sublevación en algunas ciudades estaba adquiriendo cierto carácter antiseñorial. El Rey accedió finalmente a nombrar dos gobernadores adjuntos al Cardenal Adriano elegidos entre la alta nobleza: el Almirante de Castilla, Don Fadrique Enríquez , y el Condestable, Don Íñigo de Velasco . Ese sencillo gesto cambió el signo de la contienda. Sin olvidar el millonario acuerdo matrimonial que Carlos obtuvo derivado de la boda de su hermana Leonor con el Rey de Portugal, Manuel «el Afortunado», quien se desposaba por tercera vez con una princesa de la Monarquía Católica. La millonada inyectó vigor a la causa real.

En la batalla de Villalar (el 23 de abril de 1521) fueron hechos prisioneros los principales líderes comuneros, entre ellos, Juan Bravo, Francisco Maldonado y Juan de Padilla . Todo ellos fueron ejecutados en esta misma localidad. Cuando María Pacheco recibió la noticia de la muerte de su marido se encerró unos días en su soledad. Pero al convertirse Toledo en el último reducto comunero, «la Leona de Castilla» apartó el luto de un manotazo para dirigir con el Obispo de Zamora , Antonio de Acuña , una resistencia desesperada frente a las tropas realistas. El resto de los dirigentes comuneros de la ciudad se inclinaron por capitular y reclamar cuanto antes el perdón real.

 
Doña María Pacheco después de Villalar, de Vicente Borrás y Mompó,.

No así la viuda de Padilla, que estiró la resistencia hasta extremos heroicos. Habiendo huido el Obispo Acuña en dirección a Francia, la leona se elevó como el máximo mando en Toledo. La resistencia de Toledo se alargó nueve meses más allá de la batalla de Villalar , durante los cuales María llegó a apuntar los cañones del Alcázar contra los toledanos para mantener el orden entre las filas comuneras.

Finalmente, la superioridad de las tropas reales forzó la caída de la ciudad. Gracias a la ayuda de los familiares que militaban en el bando realista, María Pacheco logró huir de la ciudad disfrazada con su hijo de corta edad hacia Portugal . Allí fallecería casi una década después sin haber logrado el perdón del monarca. De nada sirvió la insistencia de su hermano menor, el poeta Diego Hurtado de Mendoza , que era uno de los hombres de mayor confianza de Carlos I. A los comuneros nunca supo perdonarlos.

El Papa bárbaro

Dos años después de abandonar el país de aquella manera, Carlos regresó con el propósito de castigar a esos villanos capaces de retener a su madre varios meses, y a recompensar a los que habían permanecido fieles a la autoridad real. En el caluroso verano de 1522, el séquito del Emperador avanzó con lentitud hasta Palencia con la esperanza de reunirse con Adriano y agradecerle sus servicios. Pero supo por el camino que su apreciado Adriano ya había zarpado a Roma a reclamar la tiara papal sin esperarle a él. Sin aguardar al principal responsable de que un monje humilde y nacido fuera de Italia hubiera alcanzado la cabeza de Roma. Aquí habría que recordar que incluso el vilipendiado Rodrigo Borgia había sido tan italiano, o más, que valenciano. Los extranjeros no estaban bien vistos en la sede pontificia, siendo que la llegada de Adriano al trono de San Pedro obedecía meramente a una carambola orquestada por los cardenales afines al Imperio.

El cónclave que siguió a la muerte del joven León X —fallecido con solo 47 años—fue un alarde de juego sucio y diplomacia de pasillos. Las maniobras de Carlos, por su parte, iban enfocadas en su origen a lograr la elección de Giulio de Médici (el futuro Papa Clemente VII), un florentino joven, elegante, culto y, ante todo, insultantemente rico. Era, en apariencia, un candidato de consenso entre las distintas potencias que controlaban Italia. No así para el Cardenal Pompeo Colonna y el resto de su poderosa familia. Los Colonna, aliados de Carlos, advirtieron que en caso de ser elegido otro Médici no iban a obedecerle en absoluto.

 
Retrato del Papa Adriano VI,.

A las puertas de la elección, Giulio de Médici se hizo por sorpresa a un lado y, al ser preguntado por su voluntad, respondió: «Tomemos al Cardenal de Tortosa, Adriano, aquel anciano y venerable hombre». Aquel nombre no se lo había chivado al oído un Arcángel, sino uno de los cardenales de Carlos. Los votos de los Médici y los Colonna desembocaron esta vez sí en el mismo candidato, el regente de Castilla, que fue elegido Papa in absentia. Así las cosas, el pueblo romano no compartió la decisión. La histeria cundió por las calles ante la perspectiva de un papa extranjero. La multitud congregada insultó a los cardenales responsables de abrir las puertas a los bárbaros, que, según los rumores más improvisados, planeaban como primera medida trasladar la sede de la Iglesia a Castilla . Las paredes romanas se llenaron de grafitis con la inscripción «Roma est locanda» ( Roma se alquila ).

Adriano dudó incluso sobre si aceptar o no la elección. Jamás había pisado Roma y hablaba muy mal italiano. Aun así, lo peor de su adaptación estaba por llegar. El Papa bárbaro no se hizo a aquel ambiente de maledicencia, intriga y costumbres disolutas. Nada más ver el grupo escultórico clásico de « El Laocoonte y sus hijos », descubierto en 1506, quedó horrorizado por lo que consideraba un ídolo pagano y mandó tapiar las puertas de la galería de estatuas del Belvedere, repleta de obras grecorromanas con desnudos. Por otro lado, se abstuvo de nombrar nuevos cardenales, pues identificaba la venta de cargos e indulgencias como el más grave mal de la Iglesia , al igual que muchos de sus compatriotas del norte de Europa. Eso también complicaba su integración en ese hábitat.

Lo peor es que aquella guerra propagandística ató de pies y manos al reformador Adriano, que a su muerte, solo un año después de su elección, fue objeto de las más crueles bromas romanas

Los romanos contestaron con hostilidad a cada una de las decisiones del bárbaro, del que un soneto burlesco decía que se había vuelto «divino», haciendo referencia a que era «di vino». Le estaban llamando borracho tirando de los tópicos europeos. Los alemanes y los flamencos tenían fama de borrachos, los suizos de ordeñadores de vacas, los españoles de ladrones haraposos, los italianos de bujarrones y los franceses de meavinos. Lo peor es que aquella guerra propagandística ató de pies y manos al reformador Adriano, que a su muerte, solo un año después de su elección, fue objeto de las más crueles bromas romanas. Un grupo de gamberros adornó la casa del médico del Papa con guirnaldas que incluían la inscripción: «Liberatori Patriae Senatus Populusque Romanus» .

Mientras Adriano era vilipendiado, Carlos cambió su actitud a su regreso a España. Se acabó el tiempo de los consejeros flamencos: tocaba hispanizar la dinastía. Las prestaciones de la infantería castellana (conformada como tercios a partir de 1534) y las grandes remesas de metales preciosos llegados de las Indias convencieron a Carlos de la necesidad de dar preeminencia a este reino y a su nobleza dentro de la estructura imperial.

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