sábado, 18 de octubre de 2025

Metrópolis - Oscar Wilde recupera el carné que la Biblioteca Británica le anuló por homosexual hace 130 años ,. / DIAS DE TOROS - Morante, una última puerta grande apoteósica ,. / Retratos con alma - La rompedora mirada de Maruja Mallo sobre la mujer moderna llega al Reina Sofía ,.

 

  TITULO: Metrópolis - Oscar Wilde recupera el carné que la Biblioteca Británica le anuló por homosexual hace 130 años ,.   

  El lunes -  3 - Noviembre  los lunes a partir de las 00:30, en La2, foto,.

 Oscar Wilde recupera el carné que la Biblioteca Británica le anuló por homosexual hace 130 años,.

 Oscar Wilde.

 Oscar Wilde.

La institución libresca prohibió al escritor entrar en sus salas después de una condena por actos de «indecencia grave» con otros hombres. Su nieto recibirá una reimpresión simbólica,.

Hace 130 años, Oscar Wilde ya había publicado sus obras maestras, como 'El retrato de Dorian Grey'. Estaba casado, tenía dos hijos y un amante, Alfred Douglas, cuyo padre le escribió una nota, casi pública, en la que le decía 'sodomita'. Wilde lo demandó pero el juicio viró y fue condenado por «indecencia grave», cuando la defensa presentó pruebas de su homosexualidad. Cumplió una condena de dos años de trabajo forzado en las afueras de Londres. Pero también tuvo otro castigo, menos conocido. La Biblioteca Británica, que frecuentaba y de la que tenía el carné 4031879, que expiraba en 1900, le revocó su acreditación. La reputada institución le convirtió en un escritor sin acceso a libros públicos y sin sala de lectura. Un paria intelectual, además de reo de una hipócrita época victoriana.

Ahora, cuando se cumplen 125 años de su muerte, ocurrida cinco después de su encierro, la Biblioteca Británica va a resarcir su deuda y reimprimirá un carné similar al que tuvo Wilde, para dárselo al único nieto del célebre autor, Merlin Holland. El acto de entrega del «pase de lector», como se conoce a la cédula, se celebrará el próximo jueves.

«Óscar llevaba tres semanas en la prisión de Pentonville cuando le cancelaron la entrada a la Sala de Lectura del Museo Británico, así que no se enteró, lo cual probablemente fue una suerte», dijo Holland, que esta semana publicó un ensayo sobre su abuelo, titulado 'Después de Óscar, el legado del escándalo'. «Creo que sentir que una de las mejores bibliotecas del mundo le había prohibido el acceso a los libros, al igual que la ley le había prohibido la vida cotidiana, habría aumentado su sufrimiento. Pero la devolución de su pase es un hermoso gesto de perdón y estoy seguro de que se sentirá conmovido y feliz».

Aunque simbólicos, los fastos del homenaje se hacen para «reconocer las injusticias», como dijo una portavoz de la institución libresca, «y el inmenso sufrimiento que enfrentó» el hombre que luego de salir de prisión tuvo que exiliarse. Además, esta semana abrió sus salones a Holland para que diera una conferencia sobre su ensayo que da cuenta de las repercusiones de aquel escándalo que duraron décadas y llegaron a sus descendientes.

«Los acontecimientos de 1895 tuvieron un profundo impacto en su vida y carrera, y finalmente lo llevaron a refugiarse en Francia, donde permaneció hasta su muerte», reconoció la Biblioteca Británica que, a pesar de mantener el veto durante 130 años, resguardó en su colección sus obras, incluido un largo poema que escribió desde la cárcel a su noble amante. El manuscrito tiene el sugerente título de ‘De profundis’. Wilde, maestro de las letras y la exactitud, no dejaba nada al azar. Ahora los bibliotecarios ingleses pueden sentirse aliviados.

TITULO:  DIAS DE TOROS  - Morante, una última puerta grande apoteósica ,.


Morante, una última puerta grande apoteósica ,.


Tras una faena magistral al cuarto toro de Garcigrande premiada con las dos orejas, sorprende a todos con una decisión probablemente premeditada. También Fernando Robleño se despide en un ambiente de cariñoso reconocimiento,.

 El diestro Morante de la Puebla tras el festejo taurino de la Feria de Otoño.

foto - El diestro Morante de la Puebla tras el festejo taurino de la Feria de Otoño,.

Madrid. 7ª de la feria de Otoño. Fuera de abono. No hay billetes. 23.000 almas. Soleado, templado. Dos horas y media de función.

Seis toros de Garcigrande.

Morante, silencio y dos orejas. Fernando Robleño, silencio y una oreja. Sergio Rodríguez, que confirmó la alternativa, aplausos tras aviso y palmas.

Iván García prendió al quinto dos pares extraordinarios.

AL CABO DE UNA vuelta al ruedo apoteósica -le había cortado las orejas al cuarto toro de la corrida de Garcigrande- Morante se apartó de su cuadrilla y se encaminó a solas y a paso lento hasta el mismo platillo. Ahí y entonces, se echó las dos manos a la nuca y con la misma despaciosidad con que había toreado se fue desprendiendo el añadido postizo que remeda la primitiva coleta distintiva de su oficio. Se acababa de cortar la coleta.

Esta tarde de Madrid, memorable por eso, fue la de su despedida y retirada del toreo. Es posible que la decisión estuviera tomada de antemano, pero, si fuera así, estaban en el secreto solo los íntimos. La reacción del público -plaza abarrotada- fue, primero, de sorpresa y tardía. Y, en seguida, de pasión desatada. La gente en pie rompió en ovaciones cerradas y en cadena. A la inmensa mayoría le estaba pasando la historia por delante.

Apenas media hora después, arrastrado el sexto toro y cumplida justo antes la despedida anunciada de Fernando Robleño, se echó al ruedo una multitud para pasear a Morante a hombros en una última vuelta al ruedo a paso de caracol y procesión. Más de mil costaleros cargaron con el ídolo venerado en un caótico desfile interminable de casi un cuarto de hora hasta alcanzar la puerta grande de las Ventas. Ya era de noche. Se repetía corregida y aumentada la tumultuosa salida a hombros del pasado mes de junio. A Morante le fueron arrancando los alamares del vestido malva y oro como quien sentía hacerse con una reliquia de un torero inigualable. Todo fue la señal de un fin de época. Sin Morante el toreo queda sumido en estado de orfandad.

El último acto de la carrera de Morante estuvo teñido por una circunstancia insólita. Al dibujar en los medios un quite de chicuelinas de versión propia, Morante se vio cogido y volteado violentamente, cayó a plomo y quedó tendido boca arriba, inerte, los brazos abiertos en cruz. La conmoción fue general. Todo lo que venía Morante cuajando con el capote antes siquiera de haber salido los caballos de picas se había celebrando como una fiesta. Desde el recibo del toro con una tijerilla de rodillas en tablas hasta las verónicas de trazo ondulado que siguieron y, cosidas con ellas, las chicuelinas de ajuste mecido, traídas por delante.

Con la cogida llegó un paréntesis. Parece que Morante iba sin sentido cuando las asistencias lo llevaron en andas hasta el burladero de sol más cercano. Un largo rato tardó en recomponerse Morante, que al fin apareció pálido, pero entero, sano y salvo. No podía ni adivinarse con qué cuerpo iba a torear de muleta. El toro había cortado en banderillas. Se suponía que Morante no podría con su cuerpo. Y, sin embargo, y a pesar de dolerse ligeramente, Morante cuajó una de sus muchas faenas superlativas de los últimos cinco años, los de su estelar proclamación. Embraguetado por la mano derecha, a cámara lentísima, la mano suelta y baja, sutil toreo por los vuelos y traído el toro a la cadera. El canon de Morante y su toreo de compás. La embestida humillada y dormida del toro fue el complemento perfecto para tan rico ritmo y tanta belleza. Le costó a Morante cuadrar al toro. Cuando lo hizo, se perfiló en cortó y por derecho y enterró la espada hasta los gavilanes por el hoyo de las agujas. Rodó sin puntilla el toro. Y fue el delirio.

El protagonismo de Morante venía de largo. El había sido el promotor del festival que a mediodía rindió homenaje a Antonio Chenel, Antoñete, de él había sido la idea de encargar y costear la estatua de bronce con su figura descubierta el viernes en la explanada de las Ventas y, además, a su reclamo se colocaron en el festival dos toreros tan singulares como Curro Vázquez y César Rincón, Con 74 años cumplidos Curro hizo una faena sencillamente maravillosa. Rincón se fue a la distancia para trazar cinco tandas ligadas de una garra incontestable. Morante no tuvo la suerte merecida, pero dejó huella propia en lances y muletazos sueltos.

La corrida postrera tuvo por coprotagonista, en otro rango, a Fernando Robleño, tratado y premiado con generosidad y largueza -una oreja del quinto toro, el mejor de los seis- y aclamado cuando sus dos hijos saltaron al ruedo para cortarle la coleta. Confirmó la alternativa Sergio Rodríguez con un toro que hizo el surco pero fue algo pegajoso para torero novel y estuvo firme con el sexto, cuando ya la gente estaba más pendiente de echarse al ruedo para aupar a Morante, que toreó por delante un monumental toro castaño que iba a cumplir los seis años dentro de un mes. 

 

TITULO:  Retratos con alma -La rompedora mirada de Maruja Mallo sobre la mujer moderna llega al Reina Sofía ,.

 

La periodista Isabel Gemio regresa a la televisión para presentar 'Retratos con alma', el nuevo programa producido por RTVE en colaboración,.   

 

 Lunes -  3 - Noviembre  a las 22:40 horas en La 1 / foto,.

 

 

 La rompedora mirada de Maruja Mallo sobre la mujer moderna llega al Reina Sofía ,.

 

 

En la mayor retrospectiva realizada de esta artista de la Generación del 27 se reúnen cerca de 300 obras de potente imaginario y técnica depurada,.

 La comisaria Patricia Molins, delante de una reunión de las 'Máscaras' de Maruja Mallo, en el Museo Reina Sofía, este martes

La comisaria Patricia Molins, delante de una reunión de las 'Máscaras' de Maruja Mallo, en el Museo Reina Sofía, este martes,.

Un centenar de pinturas, otros tantos documentos y unos 70 dibujos llegan al Museo Reina Sofía para mostrar las facetas de la artista más importante de la Generación del 27, Maruja Mallo (1902-1995). «Creó la imagen de la mujer moderna, a través de sus obras y a través de ella misma. Junto a otras compañeras, aparecía en revistas y se convirtió en el modelo de la mujer activa e independiente», describe Patricia Molins, comisaria de la exposición 'Maruja Mallo: máscara y compás'. «Ella se preocupa de crear una cosmovisión propia, en un momento en el que era difícil para las mujeres entrar en el mundo de lo público».

El recorrido comienza con la reunión de las cinco 'verbenas', óleos que la dieron a conocer en 1928, cuando Ortega y Gasset organizó una exposición en los salones de Revista de Occidente. Esta reunión no había vuelto a ocurrir desde entonces, hace casi un siglo. En estos cuadros iniciáticos se perfila nítida la intención artística que la guiará hasta la madurez, aunque el aire de arte ingenuo quedara en el camino. Para Mallo, «lo popular era lo moderno», prosigue Molins. «Para ese mundo utilizaba el imaginario de lo popular a través de deportes o fiestas. Ella decía que le interesaba el Madrid confiado y alegre que existía en los años anteriores a la guerra. Es la primera vez que se presenta el mundo desde una mirada femenina».

El recorrido sigue por la sección 'Estampas' en la que se aprecia el contraste que también caracteriza su obra. Mujeres vigorosas y libres versus maniquíes. Mujeres como ella haciendo deporte. Nadando, montando bicicleta o a caballo. A su «potente» imaginario se suma su técnica, desarrollada en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (hasta 1926) y en París, donde estudia escenografía teatral. Para entonces ya había establecido amistad y colaboraciones con escritores del 27, generación a la que Mallo pertenece. Dalí, Lorca, Buñuel, Margarita Manso, María Zambrano. Concha Méndez o Rafael Alberti, que fue su pareja.

Eran tiempos de cambio. «En España se está esperando la caída de la monarquía y la llegada de la República», resume Molins, en la presentación de la exhibición que puede verse hasta el 16 de marzo del próximo año. «Mallo empieza a trabajar cuando se quiere un arte renovador pero no vanguardista, como el surrealismo, que se considera que limita a los artistas. A ella le interesan los nuevos realismos. Los del 27 quieren establecer un nuevo orden a través del teatro, para recuperar la relación con el pueblo. Los intelectuales confían en ese proyecto de regeneración a través de la cultura. Se involucran en la educación, como Mallo, que será profesora». También incursionará en el decorado teatral, de lo que hay varios ejemplos en la exposición, realizada en colaboración con la Fundación Botín.

Exilio y sincretismo

Estalla la Guerra Civil y Mallo sale al exilio. Por allí prosigue la exposición, que respeta la cronología y, al mismo tiempo, las temáticas separadas, como fue el transcurso artístico de Mallo. En Argentina tiene una etapa 'negra', «por su preocupación por lo que pasaba en España», que la comisaria titula 'Cloacas y campanarios'. También refleja su estado de ánimo, separada de Alberti, fuera de su país y sin trabajo. Se acerca al surrealismo, con aire macabro, y sostiene que este lenguaje sirve para denunciar «poderes caducos», como los eclesiásticos. Muchas de sus obras se pierden, destruidas o desaparecidas. En esta ambiciosa exhibición se reúne ingente documentación, incluso reproducciones, para mostrar al menos la sedimentación de aquel trabajo extraviado.

Conociendo mundo más allá de Europa se encuentra con el mestizaje americano y dedica tiempo a explorar los paisajes humanos de Brasil, una «nueva humanidad», define, que mezcla razas y también géneros con sus 'Cabezas bidimensionales' o sus 'Arquitecturas humanas'. «Son heroínas. Retrata el sincretismo que encuentra al llegar a Suramérica», dice Molins. «El exilio fue un corte absoluto con su trabajo anterior».

Hay juegos recurrentes en su obra, y que la investigación del comisariado denota. La del zapato de baile y las alpargatas, por ejemplo. Está en una de las 'Verbenas', cuando dos mujeres disuelven la distancia social en la fiesta carnavalesca. Pero también reaparece en sus autorretratos, cuando al comienzo de una serie está a punto de perder el tacón y luego calza unas alpargatas. «Ella habla de desclasamiento», dice Molins.

Sobre la relevancia de esta artista que «controló absolutamente su imagen y su obra desde el principio», Molins sostiene que «se dice que fue borrada, porque en la memoria han quedado Buñuel, Dalí y otros que estaban en París. Pero ella es tanto o más conocida que otros compañeros de su generación y era la artista más importante del 36, con obra en museos parisinos». En las galerías del museo están también sus 'Naturalezas vivas', sus óleos de redes y pescadores y su fotografía, centrada en el autorretrato, donde está su icónica 'Con manto de algas'.


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