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Hay palabras que de tanto repetirlas se nos quedan hueras, pierden eficacia. Muchas son hermosas, como el verbo ‘compartir’, por ejemplo. Ahora, y sobre todo en el trabajo, se comparten no solo objetos o sensaciones, sino también informes, contactos, correos, datos, fechas, cifras y no sé cuántas cosas burocráticas más, supongo que precisamente para que suenen menos burocráticas. ‘Solidaridad’ es otro vocablo que empieza a causar empacho de tanto oírlo (y poco practicarlo), y luego están las palabras ‘amor’ o ‘querer’. ¿Han observado que, de un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda decir «te quiero» en conversaciones telefónicas antes de colgar la comunicación? Como si fuera necesaria la reiteración, decimos «te quiero» a nuestros hijos, a nuestros cónyuges o amores, pero también a amigos, conocidos, colegas, a todo bicho viviente. Podría mencionar otras muchas palabras, pero voy a centrarme en una que usamos varias veces al día. Una que tiene mucho que ver con las fechas que ahora transitamos y es esta. ‘ilusión’. Conste que me gusta su uso más frecuente. «Me hace mucha ilusión verte» -repetimos a menudo- y, aunque no siempre sea cierto, tiene un agradable componente de cortesía que es de agradecer, como cuando decimos «encantado de conocerte» o «un placer». Si incluyo ‘ilusión’ en el grupo de palabras gastadas, no es tanto por su reiteración en conversaciones sociales, sino porque ya no significa lo que hace unos años. Según una de las acepciones del diccionario, ‘ilusión’ es la alegría o felicidad que se experimenta con la contemplación o esperanza de algo. Y cuanto más lejano e inalcanzable era aquello que se deseaba o esperaba, mayor ilusión. Digo ‘era’ porque me da a mí que las ilusiones de ahora se desvanecen con demasiada rapidez, se diluyen, se evaporan o incluso se vuelven desilusiones. Están por supuesto las desilusiones amorosas, que son las más evidentes. Nunca el amor ha sido tan fundamental en la vida de las personas. Antes, como decía Lord Byron (que de esto sabía lo suyo, no en vano era tremendo conquistador), el amor era una parte agradable de la existencia de alguien. Ahora, en cambio, es su vida entera. Así, si uno no tiene pareja, se vuelve un paria, un infeliz. Como si no hubiera otros afanes, otros placeres, otros amores. Por eso la gente prefiere un mal amor a no tener ninguno, cualquier cosa antes de que a uno lo vean solo, horror de horrores. De la ‘parejitis’ compulsiva o necesidad de empalmar un amor con otro ya hablaremos otro día. Volvamos a la ilusión, que es sobre lo que me interesa reflexionar en estos días próximos a la Navidad. ¿En qué piensan cuando se menciona esa palabra? A mí la primera imagen que me viene a la cabeza es la ilustración de un viejo cuento de Dickens en el que podía verse a un niño con harapos ante el escaparate de una juguetería. Estaba nevando, y él, con ojos enormes y la nariz pegada al cristal del establecimiento, observaba el carísimo caballito de madera allí expuesto. No recuerdo el título del cuento, pero sí que al cabo de muchos años y avatares el niño volvía convertido en un hombre muy rico para comprar aquel juguete que tanto había deseado. Eso es la ilusión, o al menos lo era. Como cuando uno se pasaba años soñando con una bicicleta. Y no solo soñando, sino haciendo méritos para conseguirla. No pretendo ponerme moralizante y cantar las virtudes de una infancia llena de privaciones y penurias tras la cual uno al fin alcanza una largamente añorada recompensa. Pero sí me gustaría reivindicar la ÿnada desdeñable felicidad que se siente con la anticipación, el deseo, la esperanza. También con el esfuerzo y con aquello que antes llamábamos «hacer méritos». Sé que es difícil recuperar tales sentimientos en un mundo donde las satisfacciones tienen que ser instantáneas, inaplazables, ¡lo quiero ahora y lo quiero ya! Pero tal vez a algún padre, madre, abuelo o abuela le guste recuperar y poner en práctica otra palabra también muy bella y que, a diferencia de las antes mencionadas, ya nadie usa. Anhelo. O, lo que es lo mismo, el deseo vehemente de conseguir algo y luchar porque así sea.
Feliz Navidad llena de anhelos a todos.
-foto, Desayuno - domingo - lunes : nada ‘pecaminoso’,.
Cena - domingo - lunes - Pollo con patatas, tomate y lechuga, pan, beber agua, postre un platano,.
«Bato un yogur natural con proteína de guisante y chía. Añado frutos secos, trozos de fruta y cereales. Luego, unas tostadas con pavo y una taza de té verde matcha».
TITULO: Documentos TV - Ciudades Irrespirables, Martes -27- Diciembre,.
Documentos TV' estrena 'Ciudades irrespirables'
Martes -27- de diciembre , a las 23:35 horas, en La 2 / foto.
'Ciudades irrespirables' es el reportaje que estrena esta semana 'Documentos TV'. La contaminación del aire causa siete millones de muertes prematuras cada año en el mundo. La Organización Mundial de la Salud considera cancerígenos a agentes contaminantes como el xileno, el dióxido de nitrógeno y las partículas finas, despedidos a la atmósfera por las fábricas, las calefacciones urbanas y el transporte rodado. La comunidad científica ha dado la voz de alarma al demostrar que la contaminación es ya el primer riesgo medioambiental para la salud pública.
La contaminación del aire afecta a todas las grandes ciudades del planeta. El desarrollo desenfrenado de las megalópolis emergentes, unido a la alta densidad de tráfico rodado en las ciudades de Occidente, han originado que la atmósfera que respiramos se haya convertido en un temido enemigo nocivo para la salud pública global.
La comunidad científica ha dado la señal de alarma y ya consideran a la contaminación como el primer riesgo medioambiental, que acorta nuestra esperanza de vida. Experimentos actuales demuestran cómo la polución además de enfermedades respiratorias y cardiovasculares, provoca cáncer. El caso de Pekín, con unas tasas de cáncer de pulmón, disparadas más del cincuenta por ciento en los últimos diez años, confirma los datos clínicos.
“La razón es que tenemos muchos más vehículos diesel que antes y los de última generación emiten mucho más dióxido de nitrógeno del que sugieren las normativas europeas” denuncian las autoridades medioambientales de la ciudad de Berlín.
Destacados climatólogos no dejan de insistir en que el problema de la contaminación del aire no es irreversible. Sin embargo, los estados han sacrificado el medio ambiente en favor del desarrollo y las medidas tomadas han resultado demasiado puntuales e ineficaces.
TITULO: POESIA NOCHEBUENA Y POESIA NAVIDAD,.
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Al callar la orquesta, pasean veladas
sombras femeninas bajo los ramajes,
por cuya hojarasca se filtran heladas
quimeras de luna, pálidos celajes.
Hay labios que lloran arias olvidadas,
grandes lirios fingen los ebúrneos trajes.
Charlas y sonrisas en locas bandadas
perfuman de seda los rudos boscajes.
Espero que ría la luz de tu vuelta;
y en la epifanía de tu forma esbelta,
cantará la fiesta en oro mayor.
Balarán mis versos en tu predio entonces,
canturreando en todos sus místicos bronces
que ha nacido el niño-Jesús de tu amor.
TITULO:LA COCINA - DOMINGO - LUNES -TARTA DE CAFE Y CHOCOLATE,.
Tarta de café y chocolate - fotos.
Una receta para cerrar de una forma deliciosa el menú navideño con un postre de tarta de café y chocolateTiempo de preparación: 4 horas
Ingredientes para 4 personas
Ingredientes
Para la ganache- 420 g de chocolate con leche
- 160 ml de café expreso
- 380 ml de nata fría
- 150 ml de café expreso
- 50 g de azúcar
- 150 ml de agua
- 120 g de azúcar
- 80 ml de nata líquida
- 80 g de cacao en polvo
- 2 paquetes de galletas maría rectangulares
- almendras o avellanas picadas y tostadas
PASO A PASO
1. Se pica el chocolate y se derrite al baño maría. Se incorpora un tercio del café y se mezcla de a poco con varilla, añadiendo el resto del café.
2. Se echa la nata fría. Se mezcla y se mete en una manga. Se guarda en la nevera 3 horas. Del remojado: se mezcla y se reserva a temperatura ambiente.
3. En un molde de 23 cm por 13 por 2,5 de alto se colocan las galletas sumergidas en el remojado. Se extiende una capa fina de ganache y se enfría en la nevera.
4. Se pone otra capa de galleta remojada en el café, se extiende la ganache y se enfría. Por último se coloca otra capa de galleta y se enfría la tarta en la nevera. Sobrará ganache en la manga para el remate final.
Acabado
De la salsa de cacao: se hierve el agua con el azúcar y la nata. Se añade sobre el cacao, se mezcla con una varilla hasta obtener una salsa lisa y brillante.Se desmolda y se unta la ganache por los lados de la tarta. Luego se rebozan con almendras o avellanas y se sirve con la salsa de cacao.
El vino
Abadal 3.9 2011. Auténtico vino de finca y producto emblemático de la bodega Abadal, se elabora con cabernet sauvignon y un 15 por ciento de syrah de la parcela 3.9 de la finca de la familia Roqueta en el Bages. En nariz desvela notas balsámicas de bosque mediterráneo y en boca es de gran carga frutal, sabroso y potente. Ideal con carnes y platos de caza (precio: 22,5 euros). Juan Luis Recio
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