DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - JUEVES - VIERNES -Pérez-Reverte recupera «la naturalidad del horror,./ LA BRUJULA ONDA CERO - LA LINTERNA LA COPE - «Internet es el mejor invento del mundo»,.

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DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES - JUEVES - VIERNES -Pérez-Reverte recupera «la naturalidad del horror,.

Pérez-Reverte recupera «la naturalidad del horror»,.

Arturo Pérez-Reverte en el parisino Pont des Arts, un escenario de la última aventura de Falcó, «una novela canónica de espías» ,.

«Los intelectuales se apropian de todas las guerras», dice el escritor, que con 'Sabotaje' cierra su trilogía de Lorenzo Falcó,.

«Recupera la naturalidad del horror», dice Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) de su última novela, 'Sabotaje' (Alfaguara) con la que cierra «de momento» su trilogía de Lorenzo Falcó. Su espía, «asesino y mercenario de sí mismo», a sueldo de la inteligencia fascistas durante la Guerra Civil española, tiene esta vez varias misiones en el efervescente París de los años 30. Entre ellas, «reventar» el 'Guernica' que Pablo Picasso pinta en 1937 para la II República, y desprestigiar a un intelectual de izquierdas que recuerda a André Malraux. El telón de fondo vuelve a ser una guerra «de la que se apropiaron los intelectuales», dice en un paseo por los escenarios en los que transcurre esta «canónica novela de espías» que hoy llega al lector.
«Esta vez le subo la dosis de sexo, de violencia, de crueldad y de amoralidad, algo que sólo puedes hacer cuando el lector es tu cómplice», plantea el escritor y académico en un velador de 'Les Deux Magots', legendario café en el corazón del barrio latino, bajo una foto de Hemingway, con quien ajusta cuentas a través de Falcó. «Quería que fuera un perfecto hijo de puta ahora que todos los héroes son republicanos, demócratas, animalistas y feministas 'avant la lettre'», enumera. «Trabaja para los fascistas, pero no es uno de ellos. Hace su guerra y puede cambiar de bando cuando quiera», dice de un Falcó que mata y tortura sin pestañear. «Para él es como liarse un cigarrillo», dice su creador, que confronta al lector «con un horror que está en todas partes y cuya naturalidad intento recuperar». «Matar, violar, degollar o torturar es el pan de cada día en África, aunque aquí nos asombremos y aterremos», explica hablando de «crueldad objetiva». «Estuve donde nacen los 'Falcós' y su alma, que es un poco como la mía, viene de ahí», señala Reverte.
«Ser novelista es formidable; mejor que ser historiador. No te pliegas al rigor y te diviertes manipulando la historia», asegura malicioso. En 'Sabotaje' es fácil reconocer a Malraux o a Peggy Guggenheim. Marlene Dietrich es real y Falcó la besa en un cabaré de Pigalle. Pero disfruta más apaleando a Gatewood, un trasunto de Ernest Hemingway «un fanfarrón con el que tenía cuentas pendientes». «Es un novelista y un cuentista formidable, pero yo he hecho más guerras que él, que presumía de comerse las balas sin pelar», dice reconociendo que «la paliza que Falcó le atiza ha sido más placentero que besar a la Dietrich, recortar el 'Guernica' o hacerse retratar por Picasso, que pintó el cuadro por dinero, no por patriotismo, a la República». «No quiero contar la Guerra Civil. Esta es una novela canónica de espías, no sobre la guerra, y como todas las mías, se mueve en la ambigüedad, en la confusión entre el bien y el mal», dice el escritor, cuyos personajes cargan contra los intelectuales. «En la guerra los hubo, de los dos bandos, que solo visitaron el frente para hacerse la foto y luego se paseaban por la retaguardia con pistolones», denuncia. «Los intelectuales se apropian de todas las guerras, y más de las civiles. En la española, los protagonistas reales fueron los jóvenes incultos y desgraciados -falangistas, comunistas, socialistas o carlistas- que murieron y de los que no tenemos los rostros». «Nos queda la memoria de Alberti, de Sánchez Mazas, de Dionisio Ridruejo, de Miguel Hernández, de Pasionaria o de Carrillo, que se hacen protagonistas y se apropian de la historia. Es una injusticia».
Falcó trata de cargarse el universal cuadro de Picasso, y casi lo logra. Si hoy lo conocemos, es porque tras el desastre causado por el mercenario, Picasso pintó otras versión a toda pastilla, según sugiere la novela. «El 'Guernica' no está mal, pero hay cuadros de Picasso que me gustan más», dice un sarcástico Pérez-Reverte ante el que fuera el estudio del artista en el 7 de la Rue des Grands-Augustins, por cuyos tejados escaló Falcó para dinamitar la tela hace 81 años.

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 LA BRUJULA ONDA CERO ,.
 
 La Brújula es un programa de radio de la emisora española Onda Cero, presentado y dirigido por David del Cura. Es el tercer espacio en audiencia en la franja nocturna, retransmitiéndose entre las 20 y las 24 horas, tiempo que dedica a un análisis de la actualidad, el deporte, la economía (con el espacio denominado La Brújula de la Economía) y el debate político.,etc.

 LA LINTERNA LA COPE ,.
 
 La linterna es el programa de radio informativo, político y económico, cultural y de debate nocturno de la Cadena COPE. Dirigido y presentado desde 2009 con Ángel Expósito., se emite de lunes a viernes de 19:00 a 23:30 horas, correspondiendo la última hora de los viernes a La linterna de la iglesia, dirigida y presentada por Faustino Catalina., etc.

 «Internet es el mejor invento del mundo»,.

foto / Jerónimo de Sande, de 100 años, acaba de ser homenajedo por ser uno de los vecinos más longevos de la capital,.

Jerónimo de Sande Nevado no perdona su caminata diaria por el Paseo de Cánovas. Tampoco renuncia a una de sus pasiones: los toros. Su hija Toñi, con la que vive, rastrea en internet festejos de todas las épocas para que su padre pueda seguirlos a través del ordenador. Y a Jerónimo le parece maravilloso. «Internet es el mejor invento del mundo», asegura este hombre de ojos claros y memoria prodigiosa, que el pasado mes de mayo cumplió cien años.
Nació en Alcuéscar el 10 de mayo 1918. Ha conocido la República, la Guerra Civil, el franquismo, la democracia... Y ayer se convirtió en uno de los nombres propios del día. Fue homenajeado en el Palacio de la Isla por el Ayuntamiento. El acto, organizado por el IMAS (Instituto Municipal de Asuntos Sociales), abrió la agenda diseñada para conmemorar el Mes del Mayor. Cada año por estas fechas el Consistorio brinda un reconocimiento a los cacereños que soplan cien velas.
En el transcurso de la celebración la alcaldesa, Elena Nevado, también tuvo unas palabras para otra centenaria, Eloína Fernández, que celebró su cumpleaños el pasado mes de abril, aunque ayer no pudo asistir al acto por motivos de salud.
Jerónimo está convencido de que tiene siete vidas. Lo cierto es que no le faltan motivos. Cuenta que se perdió en las montañas asturianas bajo temperaturas extremas y que logró regresar sobre sus pasos. Ha sufrido dos atropellos de coche. El último hace pocos años. Y también sobrevivió al vuelco de un tractor.
Hombre de profundas convicciones religiosas, nació en el seno de una familia de cuatro hijos. Cuando era pequeño, además de ir a la escuela, ayudaba a su padre en las labores del campo. Y consiguió sus primeros ingresos (cinco pesetas al mes), evoca, como monaguillo.
Años después dejó su casa y su familia por el estallido de la Guerra Civil. «A Dios gracias no estuve en el frente. Tenía un pariente de mi padre que era general y, gracias a él, me dieron trabajos de intendencia. Trabajaba con sacos de harina, de arroz, de patatas, de café, de azúcar... Nunca he dado ningún tiro», aclara. Pasó por Valladolid, Madrid, Talavera la Real y Barcelona.

Nació en Alcuéscar, regentó el bar del hogar de Peña del Cura y camina a diario porel Paseo de Cánovas

Una vez finalizada la contienda, de vuelta a su tierra, conoció a Inés, la mujer de su vida. Poco después se vieron obligados a separarse porque a Jerónimo, cuenta, volvieron a requerirle en el Ejército. «Se acabó la Guerra Civil y se lió la mundial y nos volvieron a llamar», explica. Nunca combatió.
Fue en 1947 cuando la pareja se dio el sí quiero en su pueblo. Jerónimo e Inés tuvieron tres hijos y se instalaron en Cáceres buscando un futuro mejor. «Jerónimo me ha contado que cuando llegó a Cáceres la ciudad tenía 18.000 habitantes», apuntó durante el homenaje la alcaldesa a modo de anécdota. «Se han hecho muchos pisos donde antes había campo», ilustra el homenajeado.

«Desprecié ser guardia civil»

Presume Jerónimo de haberse sabido buscar la vida para alimentar a su familia. «Desprecié ser guardia civil. Podía haberlo sido en 1940», señala. Ha segado en el campo. Ha trabajado en la almazara. Ha sido empleado de la construcción. Y durante su última etapa laboral estuvo vinculado a la hostelería. «Llevaba la taberna –indica– del hogar de mayores de Peña del Cura y la de la residencia del hogar de Cervantes».
En Peña del Cura, el centro situado en La Madrila, sigue siendo un habitual. Hasta aquí se desplaza a diario para alimentar su tiempo de ocio. Le gusta, además, caminar por calles como San Pedro de Alcántara y la avenida Virgen de Guadalupe. «Donde me parece me paro y descanso cinco minutos». Cuando se le pregunta por el secreto para alcanzar su longevidad, Jerónimo lo tiene claro: «No hay ningún secreto para cumplir cien años. Es el divino el que me mantiene en pie. He tenido caídas para matarme y los coches que me han atropellado no me han dejado inválido», asegura.

Un mes cargado de actos

El homenaje a Jerónimo de Sande abrió ayer la agenda de actos programada para el Mes del Mayor. La siguiente actividad será el lunes, día 8, fecha elegida para reconocer a once parejas que llevan más de 50 años casadas. El día 17 se celebrará el Pleno del Mayor. Se trata de un encuentro en el que las diferentes asociaciones de la tercera edad plantean sus reivindicaciones. El día 20 habrá una jornada de convivencia y el 25 un gala pondrá el broche al programa, donde se homenajeará a Manuel Villar por su contribución social a la ciudad.

En su vida no todo ha sido de color de rosa. Jerónimo se quedó viudo con 60 años. A pesar del tiempo transcurrido, Inés sigue muy presente en su casa. Una foto de su mujer, que besa a diario, preside la mesita de noche del dormitorio. La familia ha ido creciendo y, en la actualidad, el homenajeado tiene cinco nietos y tres bisnietos.
Aunque dice estar más interesado por la actualidad cercana, Jerónimo no es ajeno a las noticias de calado nacional. «Veo la cosa muy fea. No sabemos cómo quedaremos con los catalanes», zanja.
Según los últimos datos de población publicados por el Ayuntamiento de Cáceres, a uno de enero de 2018, la ciudad contaba a comienzos de año con 29 residentes que habían alcanzado o superado ya el siglo de vida, de los que 25 eran mujeres. Otros 187 residentes estaban en el tramo comprendido entre los 95 y los 99 años (149 mujeres y 38 hombres). Y 684 (502 mujeres y 182 hombres) figuraban en la horquilla entre los 90 y 94 años.