La evidencia de la aparición de Europa tal y como la conocemos se encuentra en el subsuelo de París, en los túneles de sus catacumbas. Cuando la placa oceánica de la India colisionó con Asia, el océano Tetis que atravesaba todo el continente eurasiático, se elevó convirtiéndose en el Himalaya. ( foto),.
TITULO: Días de cine clásico -Cine - El puente sobre el río Kwai , Miercoles -5- Junio ,.
Este miércoles 5- Junio a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.
Reparto ,.
- William Holden, Alec Guinness, Jack Hawkins, James Donald, Sessue Hayakawa, André Morell, Geoffrey Horne, Peter Williams, John Boxer, Percy Herbert, Harold Goodwin, Ann Sears, Heichiro Okawa,.
- Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), un grupo de prisioneros británicos son obligados por los japoneses a construir un puente. Los oficiales, capitaneados por su flemático coronel, se opondrán a toda orden que viole la Convención de Ginebra sobre los derechos y las condiciones de vida de los prisioneros de guerra.
TITULO: Un país para escucharlo - «Ahora se empieza a reconocer la pintura de Toto Estirado»,.
Un país para escucharlo,.
- Martes -4- Junio a las 23:00 horas en La 2, foto,.
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Ahora se empieza a reconocer la pintura de Toto Estirado»,.
Luis Fernández, del bar El Sótano, fue amigo del pintor y en el 25 aniversario de su muerte expone algunas de las obras que le compró,.
A los trece años entró Luis Fernández en El Sótano. Todavía un niño que ganaba su primer sueldo barriendo y fregando platos en el restaurante de la calle Virgen de la Soledad. Había pocos lavavajillas en los setenta y alguien tenía que ponerse a la faena. Le llamaron y aprendió el oficio. El empeño le llevó a ir ganando galones en la empresa. Dos décadas después se convirtió en el gerente. Los propietarios se jubilaron y le traspasaron el local. El traspaso incluía tres óleos de Francisco Pedraja. A Luis siempre le gustó la pintura, por eso se empeñó en dar compañía a Pedraja en la pared.
Toto Estirado, Santana, Terrón, Vaca o Corraliza pasaban por allí a menudo en la década de los ochenta. Y Luis aprovechó su compañía para convertirse en comprador habitual de sus trabajos. «Eran mis amigos. Venían a comer mucho. Pero no lo hacía por eso. Me gustaba mucho lo que pintaban».
El Sótano abrió a finales de los ochenta un salón para bodas encima del restaurante y allí encontró Luis donde colgar todo lo que compraba. Juntó más de trescientas obras. Muchas explicaciones dio entonces por su afición. «La gente no entendía que me gastara tanto dinero en cuadros y marcos». Pero lo hacía porque quería trasladar a su negocio la pintura vitalista y colorida de algunos pintores que en esos años vivían en el Casco Antiguo.
En su salón de bodas llegó a colgar más de trescientos cuadros de pintores de BadajozA base acumular y de fraguar amistad con artistas, se convirtió en un coleccionista y en un experto de la obra de Toto Estirado. Hoy se alegra de haber llenado el negocio con sus cuadros. «Su obra se está reconociendo por fin tras mucho tiempo. Era una artista único y los que lo conocíamos lo veíamos».
A su puerta le han llamado en los últimos años museos, marchantes de arte y coleccionistas especializados. A Caja de Badajoz, por ejemplo, le vendió una treintena de Toto en la época de José Antonio Marco.
En el 25 aniversario de la muerte de Toto, Luis Fernández quiere recordarlo con su legado.
En la galería Arte Joven de la calle San Isidro expone 25 cuadros del pintor. Luis cuenta la historia que esconde cada obra. Al pintor de Usagre le recuerda todavía caminando por la calle Virgen de la Soledad sujetando un lienzo con las dos manos para venderlo en cuanto se secara la pintura.
Quinientas, mil, dos mil pesetas como mucho. Necesitaba dinero y no reparaba en si los vendía caros o baratos. También en el pequeño taller que compartía con Santana cerca de la Plaza de la Soledad. «Se pasaban el día juntos, pero tenían estilos muy distintos».
Colores
De Toto, explica, cuesta encontrar dos piezas parecidas. Le gustaba probar y experimentar con el color. Santana, en cambio, profundizaba sobre una misma idea.
Mucho le han llamado también de Sevilla, donde Toto protagonizó la película 'Vivir en Sevilla', de Gonzalo García Pelayo en 1978. «Un catedrático de arte de la universidad que lo conoció vino muchas veces a ver mi colección y siempre se llevaba alguno».
Entre las obras que todavía conserva y se pueden ver estos días en Arte Joven destacan, sobre todo, los paisajes y uno de los pocos autorretratos que firmó. «Se nota mucho su pintura de urgencia, la que hacía para venderla pronto y los que afrontaba con más pausa y ambición».
El Sótano cerró en 1996, dos años después de morir Toto. Los clientes habituales dejaron de subir al Casco Antiguo y Luis se fue con su negocio y sus cuadros hasta el Golf Guadiana. Allí estuvo hasta el año pasado. Se jubiló con 71 años. Sus seis hijos continúan con la hostelería. Y todos, explican, tienen algo de Toto. También regalará cuadros a cada uno de sus doce nietos. No le cuesta desprenderse de sus obras. De las más de trescientas que llegó a comprar, apenas le quedan medio centenar. Es su particular homenaje a un amigo tan particular. «Cuanto más gente conozca su obra mejor».
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