Aparecen tras sesenta años ocultos los diarios del ideólogo del mal / fotos
Alfred Rosenberg, el hombre que insufló
proclamas y estrategias a Hitler, fue anotando sus planes de exterminio
en un diario que desapareció en 1946. Tras más de 60 años de una
intensa búsqueda en la que ha participado el FBI, los diarios
aparecieron en Estados Unidos. Se los había llevado Robert Kempner, uno
de los fiscales de los juicios de Núremberg. Son un documento crucial
para conocer las entrañas del pensamiento nazi. Este impactante dietario
se publica ahora en España.
Él, que había propuesto el exterminio de todo el
pueblo judío en Europa, se mostró indiferente cuando le tocó afrontar su
propia muerte. Lo condujeron en silencio por el patio de la
cárcel hasta el gimnasio, donde las autoridades aliadas habían instalado
el patíbulo.
Dos sargentos del Ejército estadounidense le preguntaron si quería decir algo. Alfred Rosenberg respondió que no. Segundos después se abrió la trampilla, y todo acabó para el gran ideólogo del nacionalsocialismo. Minutos antes habían sido ahorcados Joachim von Ribbentrop ministro de Asuntos Exteriores del Tercer Reich, el mariscal de campo Wilhelm Keitel y Ernst Kaltenbrunner, jefe de la Policía de seguridad de los nazis. Era el 16 de octubre de 1946.
Rosenberg, apodado por sus camaradas de partido el Filósofo del Reich, nació en Reval (Estonia) en 1893. Siendo joven se trasladó a Moscú para acabar Arquitectura y presentar su tesis de fin de carrera, que irónicamente trataba sobre la construcción de un horno crematorio. Luego volvió a Estonia, donde fue testigo de la ocupación alemana. A partir de entonces quedó fascinado por aquel pueblo y su cultura.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, se exilió a Alemania y participó en el Putsch de Múnich de 1923, convirtiéndose en un especialista de la cuestión pangermanista y en un virulento antisemita. Pronto se incorporó al círculo de los más estrechos colaboradores de Hitler y formó parte de la plantilla del órgano del partido, El Observador del Pueblo, del que fue editor a partir de 1923.
Los títulos de sus principales obras desvelan sus más profundas obsesiones: La inmoralidad del Talmud (1920), Los protocolos de los sabios de Sion y la política judía mundial (1923) y El mito del siglo XX (1930). En este último libro, Rosenberg critica con suma dureza a la Iglesia y elabora un sistema en el que enfrenta los conceptos de 'raza' (alemán) y 'antirraza' (judío), una oposición que solo será superada por la confrontación y victoria de uno de los bandos sobre el otro.
Cuando estalló la guerra, Hitler lo puso al frente de una oficina central para la protección de bienes semíticos, desde la cual saqueó obras de arte de familias judías que pasaron a engrosar las colecciones de muchos museos alemanes. En julio de 1941 fue nombrado ministro para los Territorios Ocupados del Este. Desde aquel importante puesto político, Rosenberg fue uno de los grandes promotores de la llamada 'guerra de exterminio'.
Sus diarios personales, que habían desaparecido durante el proceso de Núremberg de 1946, fueron hallados en Estados Unidos en 2013. Se trata de un diario de 400 páginas y con anotaciones a mano realizadas por Rosenberg entre 1934 y 1944, que ahora publica la editorial Crítica. El testimonio del confidente de Hitler y cerebro del antisemitismo es una nueva e indispensable fuente documental para aquellos que se interesan por la turbulenta historia del siglo XX.
En sus escritos de enero de 1941, Rosenberg recuerda con satisfacción el éxito que tuvieron los debates que organizó en Fráncfort dedicados a «fortalecer la voluntad antijudía». El ideólogo nazi subraya que «es la primera vez en la historia que diez naciones europeas tienen representación en un congreso antijudío con el claro programa de eliminar a toda esta raza de Europa». A continuación revela las importantes confiscaciones que sus hombres llevaron a cabo en el París ocupado.
Rosenberg enumera algunos de los tesoros expoliados: «La biblioteca de la Alianza Universal Israelí, de la Academia de Rabinos, el archivo del banco Rothschild en setecientas cajas, bibliotecas de otros muchos judíos procedentes de París, Bruselas, Ámsterdam, etc. Adjunto a mi diario el informe anual. Hay que añadir, además, los tesoros de arte judíos que han llegado recientemente a Neuschwanstein. Se calcula que su valor asciende a un billón. Se los presentaré próximamente al Führer para su distribución en los museos», subraya el estonio.
El 22 junio de 1941, el envalentonado Reich lanzó a tres millones de soldados a la conquista de la Unión Soviética. Las tropas invasoras informaron de un número cada vez mayor de mujeres y niños fusilados, así como de la destrucción de pueblos enteros.
En julio, Rosenberg fue nombrado ministro para los Territorios Ocupados del Este. Hasta finales de 1941 perdieron la vida unos ochocientos mil judíos, aunque fue mayor el número de prisioneros rusos asesinados. La 'solución transitoria' de la 'cuestión judía' señaló el camino hacia la aniquilación total. Y uno de los principales responsables de aquella primera matanza fue Rosenberg.
En enero de 1942, el Tercer Reich oficializó el holocausto en la Conferencia de Wannsee. El protocolo de la 'solución final' fue firmado por un puñado de jerarcas nazis, entre los que figuraban Heydrich, Eichmann y representantes de diversos ministerios del Reich. Al igual que otros compañeros del partido, Rosenberg abogó, a través de un representante, por la definitiva aniquilación de los judíos.
Un año más tarde anota en su diario la celebración de su 50.º cumpleaños. «Me ha emocionado la nota del Führer escrita de su puño y letra. [...] Le he respondido que ahora puedo decirle que en todos estos años no he vacilado nunca en mi fidelidad a él y a su trabajo y que el mayor honor de toda mi vida ha sido poder luchar a su lado».
Según avanza la guerra, el tono del diario se hace un poco más sombrío, aunque el autor sigue creyendo en la victoria del Reich. En diciembre de 1943 escribe sobre los bombardeos aliados que asolan Alemania. «Las veinte grandes ciudades alemanas que hoy han sido convertidas en su mayor parte en ruinas han enterrado ya bajo sus escombros a unos cuantos centenares de millares de mujeres y niños. No venirse abajo a pesar de todo ello es mérito del movimiento nacionalsocialista».
Páginas más adelante, el diario describe la caótica situación en Berlín. «Nuevo ataque fortísimo y nueva devastación. Estamos en el sótano de la Cancillería del Reich. Cuando salimos, vemos llamas en el primer piso del Kaiserhof».
En la parte final de su diario (1944), Rosenberg recuerda que en un congreso celebrado en Dresde todos le preguntaron por qué su obra fundamental El mito del siglo XX no había sido traducida. El estonio les respondió que él mismo había prohibido las traducciones, aduciendo que su contenido anticlerical podía causar problemas en otros países aliados. Puso como ejemplo a Franco y los falangistas, que se habrían sentido profundamente ofendidos con la traducción de su libro al español. «Habría sido un desastre desde el punto de vista de la política exterior», subraya el jerarca nazi.
En las últimas líneas de su diario, Rosenberg recuerda que tiene una cita con oficiales del Grupo de Ejércitos de Este para aleccionarlos sobre los planes del Reich en la futura configuración de Europa.
Sus reflexiones son frías. No es consciente de la situación agónica que vive Alemania ni tampoco de su propia situación. Sin sospechar que va a morir en la horca dos años más tarde, Rosenberg anota que el encuentro con los oficiales de la Wehrmacht está previsto para el 7 de diciembre de 1944, solo cinco meses antes del final apocalíptico del régimen nazi.
* Frío hasta la muerte. Fue condenado en los juicios de Núremberg y murió en la horca el 16 de octubre de 1946. No mostró arrepentimiento.
* Solución final. Rosenberg fue uno de los impulsores de la 'solución final', que llevó a las cámaras de gas a millones de judíos. Los de la imagen son recién llegados al campo de exterminio de Auschwitz.
Para saber más: Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Edición dirigida por Jürgen Matthäus y Frank Bajohr.
TÍTULO: Richard Dawkins, el creador del meme, el gen de la cultura,.
Zoom Mis científicos favoritos
Dos sargentos del Ejército estadounidense le preguntaron si quería decir algo. Alfred Rosenberg respondió que no. Segundos después se abrió la trampilla, y todo acabó para el gran ideólogo del nacionalsocialismo. Minutos antes habían sido ahorcados Joachim von Ribbentrop ministro de Asuntos Exteriores del Tercer Reich, el mariscal de campo Wilhelm Keitel y Ernst Kaltenbrunner, jefe de la Policía de seguridad de los nazis. Era el 16 de octubre de 1946.
Rosenberg, apodado por sus camaradas de partido el Filósofo del Reich, nació en Reval (Estonia) en 1893. Siendo joven se trasladó a Moscú para acabar Arquitectura y presentar su tesis de fin de carrera, que irónicamente trataba sobre la construcción de un horno crematorio. Luego volvió a Estonia, donde fue testigo de la ocupación alemana. A partir de entonces quedó fascinado por aquel pueblo y su cultura.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial, se exilió a Alemania y participó en el Putsch de Múnich de 1923, convirtiéndose en un especialista de la cuestión pangermanista y en un virulento antisemita. Pronto se incorporó al círculo de los más estrechos colaboradores de Hitler y formó parte de la plantilla del órgano del partido, El Observador del Pueblo, del que fue editor a partir de 1923.
Los títulos de sus principales obras desvelan sus más profundas obsesiones: La inmoralidad del Talmud (1920), Los protocolos de los sabios de Sion y la política judía mundial (1923) y El mito del siglo XX (1930). En este último libro, Rosenberg critica con suma dureza a la Iglesia y elabora un sistema en el que enfrenta los conceptos de 'raza' (alemán) y 'antirraza' (judío), una oposición que solo será superada por la confrontación y victoria de uno de los bandos sobre el otro.
Cuando estalló la guerra, Hitler lo puso al frente de una oficina central para la protección de bienes semíticos, desde la cual saqueó obras de arte de familias judías que pasaron a engrosar las colecciones de muchos museos alemanes. En julio de 1941 fue nombrado ministro para los Territorios Ocupados del Este. Desde aquel importante puesto político, Rosenberg fue uno de los grandes promotores de la llamada 'guerra de exterminio'.
Sus diarios personales, que habían desaparecido durante el proceso de Núremberg de 1946, fueron hallados en Estados Unidos en 2013. Se trata de un diario de 400 páginas y con anotaciones a mano realizadas por Rosenberg entre 1934 y 1944, que ahora publica la editorial Crítica. El testimonio del confidente de Hitler y cerebro del antisemitismo es una nueva e indispensable fuente documental para aquellos que se interesan por la turbulenta historia del siglo XX.
En sus escritos de enero de 1941, Rosenberg recuerda con satisfacción el éxito que tuvieron los debates que organizó en Fráncfort dedicados a «fortalecer la voluntad antijudía». El ideólogo nazi subraya que «es la primera vez en la historia que diez naciones europeas tienen representación en un congreso antijudío con el claro programa de eliminar a toda esta raza de Europa». A continuación revela las importantes confiscaciones que sus hombres llevaron a cabo en el París ocupado.
Rosenberg enumera algunos de los tesoros expoliados: «La biblioteca de la Alianza Universal Israelí, de la Academia de Rabinos, el archivo del banco Rothschild en setecientas cajas, bibliotecas de otros muchos judíos procedentes de París, Bruselas, Ámsterdam, etc. Adjunto a mi diario el informe anual. Hay que añadir, además, los tesoros de arte judíos que han llegado recientemente a Neuschwanstein. Se calcula que su valor asciende a un billón. Se los presentaré próximamente al Führer para su distribución en los museos», subraya el estonio.
El 22 junio de 1941, el envalentonado Reich lanzó a tres millones de soldados a la conquista de la Unión Soviética. Las tropas invasoras informaron de un número cada vez mayor de mujeres y niños fusilados, así como de la destrucción de pueblos enteros.
En julio, Rosenberg fue nombrado ministro para los Territorios Ocupados del Este. Hasta finales de 1941 perdieron la vida unos ochocientos mil judíos, aunque fue mayor el número de prisioneros rusos asesinados. La 'solución transitoria' de la 'cuestión judía' señaló el camino hacia la aniquilación total. Y uno de los principales responsables de aquella primera matanza fue Rosenberg.
En enero de 1942, el Tercer Reich oficializó el holocausto en la Conferencia de Wannsee. El protocolo de la 'solución final' fue firmado por un puñado de jerarcas nazis, entre los que figuraban Heydrich, Eichmann y representantes de diversos ministerios del Reich. Al igual que otros compañeros del partido, Rosenberg abogó, a través de un representante, por la definitiva aniquilación de los judíos.
Un año más tarde anota en su diario la celebración de su 50.º cumpleaños. «Me ha emocionado la nota del Führer escrita de su puño y letra. [...] Le he respondido que ahora puedo decirle que en todos estos años no he vacilado nunca en mi fidelidad a él y a su trabajo y que el mayor honor de toda mi vida ha sido poder luchar a su lado».
Según avanza la guerra, el tono del diario se hace un poco más sombrío, aunque el autor sigue creyendo en la victoria del Reich. En diciembre de 1943 escribe sobre los bombardeos aliados que asolan Alemania. «Las veinte grandes ciudades alemanas que hoy han sido convertidas en su mayor parte en ruinas han enterrado ya bajo sus escombros a unos cuantos centenares de millares de mujeres y niños. No venirse abajo a pesar de todo ello es mérito del movimiento nacionalsocialista».
Páginas más adelante, el diario describe la caótica situación en Berlín. «Nuevo ataque fortísimo y nueva devastación. Estamos en el sótano de la Cancillería del Reich. Cuando salimos, vemos llamas en el primer piso del Kaiserhof».
En la parte final de su diario (1944), Rosenberg recuerda que en un congreso celebrado en Dresde todos le preguntaron por qué su obra fundamental El mito del siglo XX no había sido traducida. El estonio les respondió que él mismo había prohibido las traducciones, aduciendo que su contenido anticlerical podía causar problemas en otros países aliados. Puso como ejemplo a Franco y los falangistas, que se habrían sentido profundamente ofendidos con la traducción de su libro al español. «Habría sido un desastre desde el punto de vista de la política exterior», subraya el jerarca nazi.
En las últimas líneas de su diario, Rosenberg recuerda que tiene una cita con oficiales del Grupo de Ejércitos de Este para aleccionarlos sobre los planes del Reich en la futura configuración de Europa.
Sus reflexiones son frías. No es consciente de la situación agónica que vive Alemania ni tampoco de su propia situación. Sin sospechar que va a morir en la horca dos años más tarde, Rosenberg anota que el encuentro con los oficiales de la Wehrmacht está previsto para el 7 de diciembre de 1944, solo cinco meses antes del final apocalíptico del régimen nazi.
* Frío hasta la muerte. Fue condenado en los juicios de Núremberg y murió en la horca el 16 de octubre de 1946. No mostró arrepentimiento.
* Solución final. Rosenberg fue uno de los impulsores de la 'solución final', que llevó a las cámaras de gas a millones de judíos. Los de la imagen son recién llegados al campo de exterminio de Auschwitz.
Para saber más: Alfred Rosenberg. Diarios 1934-1944. Edición dirigida por Jürgen Matthäus y Frank Bajohr.
TÍTULO: Richard Dawkins, el creador del meme, el gen de la cultura,.
-foto-Richard Dawkins, el creador del meme, el gen de la cultura
No somos más que un armazón. El cuerpo es la carcasa de unos
genes que compiten para salir adelante y propagarse; nos utilizan para
sobrevivir. A muy grandes rasgos, esta sería la idea que el biólogo
Richard Dawkins plasmó en su libro El gen egoísta, a finales de los
pasados años setenta, y que insistió en subrayarme cuando nos conocimos,
hace ya más de una década, en Múnich: «Eduard, la clave es la
supervivencia de las propias instrucciones. Me reafirmo en este
concepto». Sin duda, estaba convencido.
Cada organismo vivo es una máquina con capacidad de gestionar a su modo los genes, según Dawkins, las unidades fundamentales de selección en la evolución. Hay seres fijos, como las plantas, y móviles, como los animales. Unos viven en lo alto de los árboles y otros, en el fondo del mar. Los encontramos desde microscópicos y unicelulares como las bacterias hasta enormes y muy complejos como la ballena azul o las grandes secuoyas norteamericanas. Pero, en esencia, todos son máquinas cuya función es conseguir que su manual de instrucciones sobreviva y se extienda en el espacio y el tiempo.
Hubo otro aspecto del libro de Dawkins que encontré fascinante. Si bien el gen sería la unidad del proceso evolutivo, el autor propuso un equivalente para el caso de la transmisión cultural que denominó 'meme'. Podemos entender un meme como un gen de la cultura. Como los genes, los memes pasan de una persona a otra, se replican, se extienden... ¡y mutan!
Que levante la mano quien no haya jugado alguna vez al juego de los disparates. Allí, una frase se deforma al paso de cada participante hasta que el boca-oreja lo convierte al fin en un mensaje absolutamente distinto al original. De modo parecido, los memes mutan. Y también luchan por sobrevivir: las ideas mediocres perecen, pero las buenas triunfan y perviven. Por su dinámica parecen tan egoístas como los genes.
¿Quién es?
Zoólogo y etólogo. Es profesor emérito en la Universidad de Oxford, donde fue profesor de Com-portamiento Animal y en la que ocupó la cátedra Charles Simonyi de Difusión de la Ciencia. Autor de varios libros de divulgación, es un gran crítico del creacionismo y un acérrimo defensor del pensamiento crítico.
¿De dónde viene?
Nació en Nairobi (Kenia) hace 74 años, hijo de dos ingleses apasionados por las ciencias naturales, que supieron transmitirle esa pasión y encarrilar su carrera. Su padre era entonces granjero al servicio de las colonias británicas en África central.
¿Qué ha aportado?
Dawkins rompió moldes con El gen egoísta, un best seller de lectura obligada en toda carrera de Biología. En él presenta la conducta animal (incluida la humana) como resultado de la lucha de los genes por la supervivencia. Lo hace desde una óptica evolutiva y darwiniana.
La anécdota
Dawkins es un gran admirador del padre de la teoría de la evolución. Curiosamente, ambos comparten iniciales en su nombre completo: Charles Robert Darwin y Clinton Richard Dawkins. ¿Casualidad o fruto de la pasión de sus padres por las ciencias naturales?,.
TÍTULO: ¿ Y ESTO COMO SE COME ?,.
Cada organismo vivo es una máquina con capacidad de gestionar a su modo los genes, según Dawkins, las unidades fundamentales de selección en la evolución. Hay seres fijos, como las plantas, y móviles, como los animales. Unos viven en lo alto de los árboles y otros, en el fondo del mar. Los encontramos desde microscópicos y unicelulares como las bacterias hasta enormes y muy complejos como la ballena azul o las grandes secuoyas norteamericanas. Pero, en esencia, todos son máquinas cuya función es conseguir que su manual de instrucciones sobreviva y se extienda en el espacio y el tiempo.
Hubo otro aspecto del libro de Dawkins que encontré fascinante. Si bien el gen sería la unidad del proceso evolutivo, el autor propuso un equivalente para el caso de la transmisión cultural que denominó 'meme'. Podemos entender un meme como un gen de la cultura. Como los genes, los memes pasan de una persona a otra, se replican, se extienden... ¡y mutan!
Que levante la mano quien no haya jugado alguna vez al juego de los disparates. Allí, una frase se deforma al paso de cada participante hasta que el boca-oreja lo convierte al fin en un mensaje absolutamente distinto al original. De modo parecido, los memes mutan. Y también luchan por sobrevivir: las ideas mediocres perecen, pero las buenas triunfan y perviven. Por su dinámica parecen tan egoístas como los genes.
¿Quién es?
Zoólogo y etólogo. Es profesor emérito en la Universidad de Oxford, donde fue profesor de Com-portamiento Animal y en la que ocupó la cátedra Charles Simonyi de Difusión de la Ciencia. Autor de varios libros de divulgación, es un gran crítico del creacionismo y un acérrimo defensor del pensamiento crítico.
¿De dónde viene?
Nació en Nairobi (Kenia) hace 74 años, hijo de dos ingleses apasionados por las ciencias naturales, que supieron transmitirle esa pasión y encarrilar su carrera. Su padre era entonces granjero al servicio de las colonias británicas en África central.
¿Qué ha aportado?
Dawkins rompió moldes con El gen egoísta, un best seller de lectura obligada en toda carrera de Biología. En él presenta la conducta animal (incluida la humana) como resultado de la lucha de los genes por la supervivencia. Lo hace desde una óptica evolutiva y darwiniana.
La anécdota
Dawkins es un gran admirador del padre de la teoría de la evolución. Curiosamente, ambos comparten iniciales en su nombre completo: Charles Robert Darwin y Clinton Richard Dawkins. ¿Casualidad o fruto de la pasión de sus padres por las ciencias naturales?,.
TÍTULO: ¿ Y ESTO COMO SE COME ?,.
Más de veinte minutos siguió el leopardo al puercoespín
esperando a que este bajase la guardia o enseñase un resquicio por donde
atacar. Esta peculiar persecución, sin carreras, tuvo lugar en el
Parque Nacional Kruger, en Sudáfrica. La presa supo mantener la calma y
todas sus púas afiladas en total alerta ante la presencia del cazador.
Aunque el leopardo intentó atacar en más de una ocasión, lo único que
logró fue dañarse una pata. Finalmente, se rindió ante la evidencia de
que sus esfuerzos eran infructuosos y se fue.
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