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No sé ustedes, pero yo me siento cada vez más perro verde. Lo que los demás creen que está bien a mí me parece mal y lo que a muchos gusta a mi modo de ver es un adefesio, una bobada o directamente un delirio. Olvidemos por un momento la actual situación política y sus dislates y veamos cualquiera de las noticias de la vida diaria que recogen los medios, esta por ejemplo: «Mujer de sesenta y dos años y con dos hijos decide ser madre veinte años después de la menopausia». Bajo tan llamativo titular se presentaba a continuación a la protagonista de la historia. Una médica lucense que, según sus propias palabras, hace unos meses decidió dar un hermanito a sus hijos de veintisiete y diez años, respectivamente. Mientras el periodista, admirativo, comentaba la «generosidad» de dicho gesto, ella le explicó que no había sido fácil cumplir sus deseos porque los ginecólogos no lo consideraban conveniente. «Al fin -continuó la doctora-, después de mucho buscar, encontré por Internet a un especialista dispuesto a asumir el reto, si bien me propuso hacer unas pruebas médicas previas para ver si era viable. Dieron positivas, me implantaron un embrión a ver si había suerte y al final tuve la mejor de las suertes. Mi hija nacerá el mes que viene y se llamará como yo», comentó la sexagenaria señora añadiendo que se encuentra muy feliz y mucho mejor que cuando no estaba embarazada. El periodista, cada vez más rendidamente ojiplático, preguntó a continuación cómo se había decidido a dar un paso tan riesgoso para su salud, y esta fue su respuesta: «Lo intenté porque siempre hay que intentarlo y salió todo perfecto. Considero esta tercera maternidad una recompensa por todo lo que he pasado en la vida, estoy sin pareja, con el sueldo embargado por litigios judiciales y con mi hijo mayor enfermo».
Llámenme antigua, ceniza y aguafiestas si quieren, pero antes de que se instaurara en nuestras vidas lo que podríamos llamar ‘el pensamiento Disneylandia’, ese según el cual no hay límites a la voluntad, todo es posible si uno lo desea, sí, cierra los ojos, pide lo que quieras, que Campanilla esparcirá sobre ti sus polvos de hada, tralalá, y hasta tus sueños más difíciles se harán realidad, serás feliz para siempre, etcétera. Antes, digo, de que se instaurara este tipo de visión entre rosa e infantil de la vida, el hecho de que a una mujer se le ocurriera tener un hijo con sesenta y dos años se consideraba una insensatez. O mejor aún, un egoísmo supino. Por algo será, digo yo, que la sabia naturaleza impide tal posibilidad limitando nuestra edad fértil. Tal vez alguna de las feministas montaraces que tanto cariño me tienen argumenten que, si se puede ser padre a los sesenta e incluso a los ochenta o noventa (¿?), ¿por qué nos vamos a privar nosotras de una maternidad tardía que alegre nuestra vejez y nos procure compañía? Pero supongo que mis contumaces amigas estarán de acuerdo en que no se tienen hijos para dejarlos sin madre -recuérdese que en este caso tampoco hay padre- a una edad temprana. Y mucho menos se tienen para «alegrarse la vida», «recompensarse» por los sinsabores o asegurarse compañía. Lo malo del pensamiento Disneylandia y de intentar ver la vida permanentemente a través de anteojeras rosas es que uno no reflexiona sobre lo más elemental, sobre sus más que previsibles consecuencias futuras. Como además este tipo de noticias «inspiradoras» -las llaman ahora- encuentran amplio eco en los medios, la gente tiende a verlas no solo razonables, sino también deseables. Qué persona tan extraordinaria, pensará más de uno, es esta señora que desafía los tabúes y hasta los mandatos de la naturaleza y allá va a cumplir su sueño. Una vez leída la noticia, entré en Internet para ver qué decían los internautas sobre el caso. Y, contra todo pronóstico, la gran mayoría opinaba como yo. Incluso una chica escribió: «La noticia está clasificada en la sección Salud-Avances -puntualizaba-. ¿En serio es un avance que una mujer de sesenta y dos años tenga un hijo? Avance sería que asumiese su edad y tomase conciencia del acto tremendamente egoísta que supone tener un hijo a esa edad».
Reconforta bastante saber que no todos los jóvenes creen en Campanilla y en sus polvos de hada,.
Como buen andaluz…Desayuno - domingo - lunes,.
«Unas rebanadas de pan tostado con aceite de oliva, tomate y sal; si se puede, mucho mejor con un poco de jamón ibérico. Y un par de tazas de café. Soy muy cafetero».
cena domingo - lunes - Un bocadillo de jamón con queso , beber agua y postre un platano,.
TITULO: LA COCINA - DOMINGO - LUNES - EL SILENCIO DE JULIAN,.
El silencio' de Julián,.
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La antigua mercería La Camelia se convierte en despensa gourmet,.
Donde la madre de Porrina le compraba la brillantina a su hijo cuando se iba a cantar a Madrid, ahora despachan jamón de ganso extremeño y cervezas artesanas. Donde se vendían medias de cristal, una prenda muy mal vista en la posguerra, ostentan el curioso récord de ser el local donde más cava 'Romale' rosado de Almendralejo se sirve en copas. Donde en los 40 abría la mercería 'La camelia', hay en 2016 un chaflán espectacular albergando una tienda gourmet y un original negocio hostelero de nombre sugerente: 'El silencio'.
Esta es la historia zigzagueante de Julián Monge (Badajoz, 1970), que se marchó de su ciudad natal al acabar el Bachillerato para empaparse de mundo y lo consiguió. Tras unos años en Mallorca, recaló en París, donde ha pasado la mitad de su vida y donde, tras trabajar como freelance en el mundo de la moda, tocó el olimpo al ser nombrado director de moda y creativo del grupo editorial 'L'Officiel', puntero en informar sobre las tendencias del vestir.
«Vivir en las grandes ciudades del mundo me fue aportando mucho y me hizo empaparme de ambientes culturales muy variados donde se mezclaban el 'savoir faire' francés, la sofisticación inglesa y el todo se puede americano», resume Julián de su experiencia cosmopolita. Y algo de todo ello se respira en su local pacense e incluso en su manera de vestir y de tratar al cliente.
«Paseando por el casco viejo de mi ciudad, me encontré con este edificio de cuatro plantas haciendo chaflán en la calle Moreno Zancudo, ascendiendo hacia la Plaza Alta. Decido comprarlo en el año 2013 para venirme a vivir aquí. Me recordaba a La Habana vieja, con su aire pintoresco, y tenía una perspectiva que hablaba estéticamente por sí sola», relata aquellas primeras impresiones.
El caso es que compró el edificio y se fue a Los Ángeles a seguir con su trabajo. Empieza la rehabilitación y van apareciendo sorpresas como bóvedas y arcadas de gran belleza. Estos tesoros arquitectónicos acaban de convencer a Julián de que su sitio está en ese chaflán de Moreno Zancudo, se viene a Badajoz, se pone al pie de la obra y piensa que, mejor que convertirlo en su casa, podría iniciar en ese lugar una experiencia gastronómica que diera forma a su concepto de la comida.
Así nace 'El silencio' hace justamente 11 meses. En este local se presentan exposiciones y es uno de los locales más singulares durante la fiesta de Los Palomos (ópera, flamenco y dj's en directo). Incorpora a su equipo a Fran González y a la sumiller Piedad Fernández y apuesta por los productos extremeños de alta calidad con un hashtag resumiendo su filosofía: #megustalomío.
«Tenemos más de 25 vinos y 15 cervezas diferentes de Extremadura. Aceite 'Vieiru' o 'Full Moon', las mermeladas que hace Antonio Sarteneja en Pueblonuevo, los foies de 'La Patería de Sousa', los productos de 'La Dehesa de Cantueso' de la emeritense Sole, el queso de cabra de Juan Trejo en Olivenza o la patatera cacereña», desgrana Julián Monge las estrellas de su despensa, en este chaflán que ayer fue mercería y hoy es estética y gastronomía.
TITULO: CALLEJEROS - AL RINCON DE PENSAR - MARTES -15- NOVIEMBRE - LA TELE NO ESTA PARA EDUCAR,.
AL RINCON DE PENSAR - MARTES -15- NOVIEMBRE,.
Al rincón, anteriormente conocido como Al rincón de pensar, fue un programa de televisión español en el que cada semana dos personajes de plena actualidad (Cantantes, políticos, actores, deportistas) se someterán a las preguntas Risto Mejide en su particular rincón. Se emitio los martes a las 00:00 horas en Antena 3., etc.
CALLEJEROS - LA TELE NO ESTA PARA EDUCAR,.
La tele no está para educa
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Christián Gálvez, a punto de cumplir diez años al frente de ‘Pasapalabra’ (Telecinco), dará rienda a su pasión por la escritura con «un ensayo muy ‘heavy’ sobre Leonardo Da Vinci»
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