Cervantes habló de Cataluña y Barcelona en cuatro obras:
La Galatea (1585),
Las dos doncellas (1613),
La Segunda Parte de don Quijote de la Mancha (1915) y
Los trabajos de Persiles y Segismunda
(1617). De todas las referencias y descripciones que aquí aparecen,
vamos a destacar las que hablan del bandolerismo catalán, de la ciudad
de Barcelona y de los catalanes.
Sobre el bandolerismo
...
viniendo Timbrio caminando por el reino de Cataluña, a la
salida de Perpiñán, dieron con él una cantidad de bandoleros, los cuales
tenían por señor y cabeza a un valeroso caballero catalán, que por
ciertas enemistades andaba en la compañía, como es ya antiguo uso de
aquel reino, cuando los enemistados son personas de cuenta, salirse a
ella y hacerse todo el mal que pueden, no solamente en las vidas, pero
en las haciendas (La Galatea).
-
No os congojéis, hermano, que ya los bandoleros se han ido y han
dejado atados a los árboles deste bosque más de treinta pasajeros,
dejándolos en camisa (Las dos doncellas).
-
No tienes de qué tener miedo, Sancho, porque estos pies y
piernas que tientas y no vees sin duda son de algunos forajidos y
bandoleros que en estos árboles están ahorcados, que por aquí los suele
ahorcar la justicia, cuando los coge, de veinte en veinte y de treinta
en treinta; por donde me doy a entender que debo de estar cerca de
Barcelona. (Don Quijote de la Mancha).
Nos habla Cervantes del bandolerismo que, iniciado en la Edad Media,
fue el mayor problema social de Cataluña en los siglos XVI y XVII. El
catalán, se diferencia del bandolerismo del resto de España por un rasgo
fundamental: no era un fenómeno de delincuentes, fruto de la presión
demográfica y la pobreza, sino del enfrentamiento entre nobles,
campesinos ricos y alto clero, que dirimían sus disputas territoriales,
familiares y de control social mediante la organización de bandos
armados. Era una prolongacion de las guerras feudales y tribales, contra
las que luchaba infructuosamente la justicia del Estado. Cervantes nos
lo deja claro: al frente de los bandoleros está "un valeroso caballero
catalán". Llamarle "valeroso" forma parte de la literaturización del
relato, pero no encubre su carácter violento, "como es ya antiguo uso de
aquel reino". Ese carácter agresivo y cruel aparece también en el
retrato de Roque Guinart, pues a pesar de destacar su sentido de la
justicia y su valor y cortesía, recordemos que él mismo confiesa haberse
hecho bandolero "por vengarme de un agravio", y que es quien
protagoniza la primera muerte violenta y directa de todo
el Quijote: le abrió la cabeza a uno de sus "escuderos" que desaprobó su generosidad. Cervantes nos habla de las luchas sangrientas entre
nyerros y
cadells, que no eran sólo un fenómeno rural, sino que se extendía a las ciudades, incluida Barcelona.
Cervantes llama "reino" a Cataluña de modo genérico, sin ningún valor
jurídico, del mismo modo que en otra ocasión habla de "los de esta
nación". Nada que ver con el significado político que este término
adquirió en el siglo XIX, en el que se originan los nacionalismos.
Cervantes incluye dentro de Cataluña a Perpiñán, porque efectivamente
pertenecía a Cataluña. Recordemos que la pérdida de la "Catalunya Nord"
se produjo como consecuencia de la
Revolta dels Segadors. Luis
XIII, nombrado Luis I de Barcelona, la anexionó de hecho a Francia en
1652. Extraño negocio, pues los campesinos, que se levantaron tanto
contra el ejército imperial establecido en Cataluña como contra los
abusos de la nobleza, la burguesía y el clero catalán, acabaron teniendo
que pagar al ejército francés lo que se negaron a entregar al nuevo
ejército español organizado por el conde-duque de Olivares (al servicio
de Felipe IV), que diez años después logra derrotar al ejército
franco-catalán.
Es llamativo que los actuales dirigentes políticos, "herederos" de
aquella nobleza levantisca y clerical, no hayan establecido la fecha de
1640 del levantamiento de
els Segadors como hito fundacional, y
hayan elegido la fabulosa mitificación de la derrota de 1714.
(Conmemorar una derrota resulta llamativo. No hay peor rebelión que la
que se alimenta del rencor y la venganza). No lo han hecho quizás porque
se vería mucho más clara la burda manipulación de los hechos
históricos. Aunque tampoco creo que se hubieran cortado un pelo, pues
puestos a inventar, hasta la guerra civil la han convertido en un
enfrentamiento entre España y Cataluña. (¿Habrá que recordar, entre
miles de datos, que fueron los cardenales catalanes Gomá y Pla i Deniel
los mayores impulsores de la idea de Hispanidad y de Cruzada? ¿Qué
habría sido de Franco sin el apoyo de la burguesía vasca y catalana, de
donde proceden la mayoría de los actuales esquerro
-convergentes?)
Sobre Barcelona y los catalanes
Admiróles el hermoso sitio de la ciudad y la estimaron por flor
de las bellas ciudades del mundo, honra de España, temor y espanto de
los circunvecinos y apartados enemigos, regalo y delicia de sus
moradores, amparo de los estranjeros, escuela de la caballería, ejemplo
de lealtad y satisfación de todo aquello que de una grande, famosa, rica
y bien fundada ciudad puede pedir un discreto y curioso deseo (Las dos doncellas).
..."
que de su natural condición nacía hacer aquellas obras, o
otras que fuesen buenas, a todos los que conocía o imaginaba ser
hidalgos castellanos". "...
que es condición natural y propia de
la nobleza catalana saber ser amigos y favorecer a los extranjeros que
dellos tienen necesidad alguna" (Las dos doncellas).
Barcelona, archivo de la cortesía, albergue de los extranjeros,
hospital de los pobres, patria de los valientes, venganza de los
ofendidos y correspondencia grata de firmes amistades, y en sitio y en
belleza única (Don Quijote de la Mancha).
Los corteses catalanes, gente enojada terrible, y pacífica suave;
gente que con facilidad dan la vida por la honra y por defenderlas
entrambas se adelantan a si mismos... (Los trabajos de Persiles y Segismunda).
Los elogios que Cervantes hace de la belleza y riqueza de Barcelona
tienen mucho de fórmulas genéricas, y así aparecen en otros escritores
de la época, dirigidas también a otras ciudades como Sevilla o Nápoles.
Se acomodan sin duda al ambiente alegre, bullicioso y cosmopolita de la
ciudad, por la que circulaban numerosos extranjeros que iban hacia
Italia, el norte de África y América. El ser zona de frontera e
intercambios es lo que la hacía al mismo tiempo insegura, no sólo por
las disputas internas, sino por la presencia de galeras y la piratería
que asoló sus costas.
En entrando en ella, oyeron grandísimo ruido, y vieron correr
gran tropel de gente con grande alboroto; y, preguntando la causa de
aquel ruido y movimiento, les respondieron que la gente de las galeras
que estaban en la playa se había revuelto y trabado con la de la ciudad.
(…) …que él sabía bien cuán mal libraban los que en tales pendencias se
metían, que eran ordinarias en aquella ciudad cuando a ella llegaban
galeras. (…) Y, en llegando a la marina, vieron muchas espadas fuera de
las vainas y mucha gente acuchillándose sin piedad alguna (Las dos doncellas).
Cervantes enfatiza la hospitalidad de los catalanes, sobre todo de
los nobles, con los extranjeros, y particularmente con los
"castellanos". Pero junto al valor, la cortesía y la caballerosidad,
Cervantes hace otras apreciaciones que se han dejado de lado, siendo
igualmente importantes: "temor y espanto de los circunvecinos",
"venganza de los ofendidos", "gente enojada terrible y pacífica suave".
Por supuesto, Cervantes no considera a Barcelona fuera de España: "honra
de España".
Algunas conclusiones
La visión que Cervantes nos transmite de Cataluña, Barcelona y los
catalanes es una mezcla de descripciones realistas y apreciaciones
agudas, destacando lo que considera más relevante, ya sea positivo o
negativo. La imagen que nos transmite poco tiene que ver, desde luego,
con la mitificación que del pasado hacen y difunden los independentistas
de hoy. Ni Cataluña aparece separada de España, ni luchando contra
ella, ni defendiendo e imponiendo su lengua, ni odiando a los
castellanos, pero tampoco como un remanso de paz y armonía. Destaca, y
esto es lo más llamativo, el carácter violento y nada pacífico de los
catalanes, tanto de los nobles como de "la gente", propensa al alboroto y
las pendencias.
La imagen del catalán pacífico, pactista, impregnado de
seny
y pragmatismo, trabajador y emprendedor, es algo que empezó a
fabricarse a partir del siglo XVIII, precisamente cuando Cataluña,
después de la derrota ante Felipe V, inicia su industrialización y deja
atrás su "medievalismo". El comercio con España y América, y la
protecciòn arancelaria, están en la base de este progreso. Así que todo
depende de las circunstancias. No existen pueblos pacíficos y demócratas
por naturaleza. Cualquier pueblo puede volverse violento y "terrible"
si cambian las condiciones históricas. No existe ninguna esencia
catalana que convierta al conjunto de catalanes en pacíficos demócratas.
En esto no se diferencian ni un ápice del resto de españoles. Las
circunstancias hoy están cambiando. Hay que contar con ello. Que la
sociedad catalana hoy en su conjunto es pacífica, no hay duda; pero que
en su seno anida una tendencia violenta, también es evidente. Nadie
puede asegurar la paz en el futuro. Hoy estamos en la fase de lo que
podríamos llamar "violencia pacífica", o sea, violencia encubierta de
democracia y pacifismo. El acoso político y mediático es violencia, el
desprecio público es violencia, los insultos son violencia, el ataque a
los símbolos comunes es violencia, la amenaza es violencia, la exclusión
social es violencia, la imposición lingüística es violencia, la
demonización de la discrepancia ideológica es violencia... No hay duda
de que la tensión y los enfrentamientos a causa del proyecto
independentista van en aumento, tanto dentro de las familias como en los
ámbitos sociales. Crecerán la presión y los ataques contra los "no
catalanes", o sea, contra los que no muestren su adhesión inquebrantable
al Movimiento Nacional Independentista, aunque sean "catalanes de toda
la vida". El cuento de la "cohesión social" es otra forma de
intimidación. Cohesión entre "los nuestros" y anulación de "los
contrarios". La "paz social" hoy en Cataluña está asentada en gran parte
en el "miedo al conflicto", ese inhibirse o callarse "para no liarla".
Hay que desmontar esa idea de un "movimiento popular masivo que
reclama pacíficamente la independencia", como si no estuviera controlado
y manipulado por los actuales dirigentes políticos, que saben dosificar
muy bien la violencia verbal e institucional, con la de la calle:
"gente enojada terrible y pacífica suave". También lo dijo el portugués
Francisco Manuel de Melo: "Son los catalanes, por la mayor parte,
hombres de durísimo natural... En las injurias muestran gran
sentimiento, y por eso son inclinados a venganza". Evitemos las
generalizaciones, a las que son tan dados los actuales independentistas,
pero no nos quedemos con la propaganda y el tópico de los "catalanes
trabajadores, progresistas, demócratas y pacíficos", incapaces de usar
la violencia movidos por el interés, el rencor y un sentimiento de
superioridad de inconfundible origen racista. Sobre el futuro nadie
puede asegurar nada, pero cualquier optimismo debe ponerse en las peores
condiciones, precisamente para evitarlas.
[
El próximo día 6 de junio el escritor Santiago Trancón dará una conferencia con motivo de la presentación de su libro Huellas judías y leonesas en el Quijote. Redescubrir a Cervantes
, en la Casa de Madrid en Barcelona, en la calle Ausiàs March, 37. Adelanta aquí algunas de las ideas que allí desarrollará].
TITULO: REVISTA GIGANTES - BALONCESTO - LIGA ACB- REAL MADRID -96- GRAN CANARIA -72-,.
RESULTADO FINAL - REAL MADRID -96- GRAN CANARIA -72-,foto.
Sí vivimos el Real Madrid vs Gran Canaria: (96-72). Con la imagen de los jugadores del Real Madrid nos despedimos. Esperamos que hayan disfrutado con la retransmisión del partido y les emplazamos a que sigan el mejor baloncesto, etc.
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