Julita de la Cruz: «Quítenle cuanto antes la calle a mi padre»
Se trata de un nombre de eliminación obligatoria en Fuente del Maestre, dado que la Diputación considera a este alcalde un personaje regional,.
Diego de la Cruz fue alcalde de Fuente del Maestre durante quince meses en los años 50. Pero fue regidor de Granja de Torrehermosa y subjefe provincial del movimiento en 1939. Por estos motivos, la comisión de expertos de la Memoria Histórica que decide qué hacer con cada huella del franquismo en la provincia ha determinado que su nombre debe desaparecer. Este caso no es como el de las calles dedicadas a otros alcaldes, cuya eliminación se deja en manos de la decisión de los ayuntamientos: a Diego de la Cruz se le considera un personaje de carácter regional y, por tanto, de obligada eliminación.
Si Fuente del Maestre no atiende esta exigencia, dejará de percibir subvenciones de la Diputación y tendrá que devolver, además, las de este 2017. Esa es la determinación del presidente de la institución, Miguel Ángel Gallardo. El Ayuntamiento tiene un presupuesto de cinco millones de euros, de los que 400.000 euros proceden de la Diputación.
«Nosotros también hemos sufrido mucho. ¿Ellos fueron todos buenos y nosotros no?», se pregunta
La petición de los hijos de Diego de la Cruz se une a la que esta misma semana realizaron las hijas de Julio Cienfuegos,
que exigen que o bien le quiten la nueva placa que le identifica como
presidente franquista en la Diputación o bien retiren el retrato de la
institución. La Diputación, de momento, no ha contestado.Los hijos de Diego de la Cruz también están muy molestos y urgen a quitar la calle cuanto antes. «Considero que a estas alturas no necesita (la calle), no por los fontaneses y su actual alcalde, sino porque después de más de medio siglo de no estar presente entre nosotros, su recuerdo sigue indeleble en la memoria de este, su querido pueblo», consideran en la misiva.
Un nombre ideal para la calle seria el siguiente La Calle del Rio, etc.
TITULO: ESPAÑOLES POR EL MUNDO - EL ARQUITECTO DE MODA EN LA TIERRA YA IMAGINA LA VIDA EN MARTE,.
EL ARQUITECTO DE MODA EN LA TIERRA YA IMAGINA LA VIDA EN MARTE,.
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Bjarke Ingels
Arquitecto fundador de BIG
El nuevo proyecto del estudio de Ingles es una ciudad que se construirá en mitad del desierto simulando estar en Marte. De esta forma unirá ese sueño infantil de viajar al espacio con una profesión, la arquitectura, que define como “el arte y la ciencia de convertir la ficción en realidad”. Como realidad son ya algunos de los edificios más emblemáticos del urbanismo actual (la sede de Lego en Dinamarca, o la futura de Google en California), salidos de la imaginación de este danés considerado por muchos el genio arquitectónico del siglo XXI. Su filosofía siempre a la vanguardia, está expuestas en la web de BIG (Bjarne Ingels Group), el estudio al que da nombre: “Históricamente, la arquitectura ha sido dominada por dos extremos opuestos: una vanguardia repleta de ideas alocadas, lo que ha originado desde filosofía a misticismo, y los bien organizados consultores corporativos que edifican cajas de alta calidad predecibles y aburridas. La arquitectura parece atrincherada: ingenuamente utópica o petrificantemente pragmática. Nosotros creemos que hay una tercera vía entre estos opuestos diametrales: una arquitectura pragmático-utópica que crea lugares perfectos social, económica y medioambientalmente como un objetivo práctico. En BIG estamos dedicados a invertir en la coincidencia entre lo radical y la realidad. En todas nuestras acciones intentamos mover el foco de los pequeños detalles a la gran (BIG) imagen.”
Esa gran imagen saldrá, según la revista Rolling Stone, de la cabeza de Ingels, a quien calificó como “el hombre que construye el futuro”. Parte de ese porvenir pasa por la expansión de nuestra especie a otros planetas y, en concreto, a Marte, una posibilidad que cada vez parece más cercana. ¿Y cómo serán nuestras primeras ciudades allí? La respuesta del danés aparece alejada de los mamotretos metálicos que hemos visto en las películas de ciencia ficción: “Por supuesto, la gente no quiere vivir en una lata de conservas, asegura. Así que si vamos a ir a Marte debemos tratar de crear un ambiente que podamos disfrutar. Queremos tener acceso a plantas, a parques, a la luz del sol, a un aire respirable, a un rango de temperaturas aceptable”. Mars Science City, la ciudad que ha proyectado para ser construida en los Emiratos Árabes Unidos, responde a esta inquietud: se trata de varias cúpulas de plástico inflable y ultraligero, que cubrirán edificaciones levantadas sobre el suelo y construcciones subterráneas. La idea de Ingels es que, a nuestra llegada a Marte, en lugar de trasladar materiales -lo que resultaría muy costoso- seamos capaces de aprovechar los que ya existen en el planeta para construir a través impresión 3D y ayudados por la robótica. Mars Science City, que cuenta con una financiación inicial de 150 millones de dólares por parte de los Emiratos, es una propuesta original y arriesgada. La única vía posible si, como asegura Ingels, nos atrevemos a innovar de verdad: “No estamos recreando algo que siempre ha estado allí. Estamos dando forma a un futuro que nunca ha existido”.
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