( fotos ).
No necesito tu simpatía,
no hay nada que puedas decir o hacer por mí
y no quiero un milagro,
nunca cambiarás por nadie.
Oigo tus razones, ¿por qué?
¿Dónde dormiste la última noche?
¿y ella mereció la pena? ¿mereció la pena?
Porque soy suficientemente fuerte
para vivir sin ti.
Suficientemente fuerte y dejo de llorar el tiempo suficiente,
soy suficientemente fuerte para saber que tienes que irte.
No hay nada más que decir
así que no gastes saliva (ahórrate el aliento), y márchate.
No me importa lo que oigo que dices,
soy suficientemente fuerte para saber que tienes que irte.
Con que te sientes incomprendido,
cariño, tengo noticias para ti,
sobre ser usada, podría escribir un libro,
pero no quieres oírlo.
He estado perdiendo sueño,
y tú has estado yendo a lo barato,
ella no vale la mitad que yo, es cierto,
ahora, te estoy diciendo
que soy suficientemente fuerte para vivir sin ti.
Suficientemente fuerte, y dejo de llorar el tiempo suficiente
soy suficientemente fuerte para saber que tienes que irte.
Pase lo que pase (come hell or...)
nunca me verás llorar,
este es nuestro último adiós, es verdad,
te lo estoy diciendo.
Ahora soy suficientemente fuerte para vivir sin ti.
Suficientemente fuerte, y dejo de llorar el tiempo suficiente
soy suficientemente fuerte para saber que tienes que irte.
No hay nada más que decir
así que no gastes saliva, y márchate.
No me importa lo que oigo que dices,
soy suficientemente fuerte para saber que tienes que irte.
Ahora soy suficientemente fuerte para vivir sin ti.
Suficientemente fuerte, y dejo de llorar el tiempo suficiente
soy suficientemente fuerte para saber que tienes que irte.
No hay nada más que decir
así que no gastes saliva, y márchate.
No me importa lo que oigo que dices,
soy suficientemente fuerte para saber que tienes que irte.
TITULO: Garazi Sánchez: «El surf te enseña a sentirte cómodo en la incertidumbre»,.
Todavía lucha por quitarse de encima esa imagen que la gente suele tener del surf: sonrisas, bronceado, sol, playa y diversión. Para Garazi Sánchez la tabla tiene mucho más de disciplina que de juego. Para esta vasca de 26 años es una profesión, una ambición y una forma de vida que le ordena la cabeza y el cuerpo. Se foguea en Europeos y campeonatos del mundo con un claro objetivo: su espacio en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, donde debuta su deporte.
Probó la tabla con siete años para pasar el rato mientras sus padres se dedicaban a escalar. Un juego que se le daba bien porque con doce algunas marcas se interesaron por ella. De torneo en torneo se dio cuenta de que la su vida ya giraba en torno a las olas. Y Conforme crecía, perdió algo de esa diversión que envuelve al surf, pero ganó en concentración, en constancia, en físico y en capacidad mental, imprescindible para seguir escalando en el ranking.
«La técnica son horas y horas. Puedes mejorar un poquito aquí o allá. Pero el surf es incertidumbre. El mar no te promete nada. Y cambia todo el tiempo», explica sobre lo que en realidad significa este deporte. Una educación sobre las olas que también le alineó la cabeza en esa edad complicada entre la universidad y el surf. «A los 18 años tuve un parón porque no sabía qué camino elegir -ahora estudia Marketing y Psicología a distancia-, no había apoyos, y dejé de disfrutar del surf. Los profes me recomendaban que no malgastara mis buenas notas y empecé Ingeniería. Se me daban bien los números, pero no me veía cómoda. Hace un par de años encontré el equilibrio y la razón por la que estaba haciendo todo el circuito. Pierdes la parte bonita del estilo de vida, pero merece la pena. Seguiré surfeando cuando termine, eso lo recuperaré, pero tengo que aprovechar este momento».
Una decisión constante y variable en cada segundo. «Es un deporte muy mental porque los humanos no estamos muy cómodos ante la incertidumbre. Se intenta aprender a adaptarse y leer las olas: por dónde entrar y dónde situarte. Pero a veces va mucho con la personalidad, puedes quedarte bloqueada aunque tengas toda la información de la ola. Hay que jugar y decidir en cada momento. Aprendes a que te puedes equivocar al tomar una decisión, pero eso no significa que lo hayas hecho mal». Lecciones que también pone en funcionamiento en su día a día.
Se entrena con Gorka Alegría, a quien le pidió que le devolviera la diversión del surf en esa etapa complicada de su vida. «Es el director de mi cabeza», lo define Sánchez. Tratan de compaginar gimnasio y olas, aunque es complicado depender del mar para los entrenamientos, pues nunca se está seguro de si se completará el programa o el mar elegirá otra cosa.
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