El Lunes -31- Diciembre a las 23:45 por La 1, foto,.
Lori Meyers: en el ‘star system’ del ‘indie’,.
Hace 20 años la banda de Granada se unió para tocar por primera vez, y este sábado se sube al escenario del WiZinc Center de Madrid para celebrar el aniversario,.
Hace 20 años, se subieron por primera vez juntos a un escenario. Apenas llegaban a la mayoría de edad y era el padre de uno de ellos el que les llevaba en coche a los conciertos mientras les contaba historias de Bob Dylan. No llevaban incorporadas luces de neón, pero estaban preparados para dejar su impronta. Lori Meyers ha querido celebrar esa primera actuación en el lugar del lanzamiento de su primer disco, que llegó en 2004, porque les parecía algo más "romántico". Este próximo sábado repasan esas dos décadas precisamente con un concierto en el Wizink Center de Madrid y también con el disco recopilatorio 20 años, 21 canciones (Universal)."¿Star system? Nunca se me había ocurrido, nosotros no nos consideramos la élite y tampoco sé si indie, cuando íbamos tocando en salitas, eso sí que era indie", bromea Noni, el cantante, al teléfono. Pertenecen a la misma hornada que Vetusta Morla, Love of Lesbian o Sidonie, esa que comenzó a sonar a finales de los noventa, se hicieron mayores en los festivales y desde hace ya tiempo llenan aforos de miles de personas por sí mismos. "En los camerinos nos seguimos juntando los mismos y pasamos un buen rato". Y se dedican canciones los unos a los otros como cuando los barceloneses Sidonie hicieron protagonistas a los de Lori del estribillo de sus Carreteras infinitas. "Nos hizo mogollón de ilusión, nos lo mandaron por audio de WhatsApp antes de que saliera y ya me di cuenta de que sonaba demasiado bien para ser una maqueta".
Cambios de formación, rupturas sentimentales, nuevos enamoramientos, miles de kilómetros de carretera —como dicen ellos, "lo peor de esta profesión"— premios, su amada Granada, seis discos. Todo eso compone el diario de viaje de un grupo que durante todos estos años han demostrado una alta fidelidad de un público que ha crecido con ellos.
Dos días antes de que acabe el año ofrecerán su último concierto, previsiblemente, en muchos meses, los que dedicarán a grabar su nuevo álbum. Noni lo hará con zapatos, una regla sagrada desde el principio de su carrera por un motivo estético y funcional: "La puntera del zapato es más manejable para darle a todos los pedales que tengo en el escenario". Se prevé lleno, así que puede que falte pista de baile para bailar su canción.
TITULO: EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - En busca de la Lisboa fenicia,. Lunes -31- Diciembre,.
El Lunes -31- Diciembre a las 23:45 por La 2, fotos,.
En busca de la Lisboa fenicia,.
Los últimos descubrimientos apuntan a que la gran civilización oriental llegó a asentarse en el Atlántico y que la ciudad estaba dividida en dos núcleos a ambos lados del Tajo,.
Había una piedra en aquella pared que no encajaba con las demás. Los arqueólogos de la empresa Neoépica
que preparaban las obras para convertir en un hotel los antiguos
almacenes Sommer, a la entrada del barrio lisboeta de Alfama, se dieron
cuenta enseguida y decidieron desmontarlo todo para sacarla con mucho
cuidado. Sabían que podía tratarse de algo importante —la edificación se
levanta sobre un palacio de época tardoimperial romana, por eso estaban
ellos allí—, pero era muy difícil prever que fuera algo tan antiguo:
una estela funeraria con una inscripción en fenicio de en torno al siglo
VII antes de Cristo. Una epigrafía que ha venido a respaldar con más
fuerza que nunca que los fenicios —la primera gran civilización que
colonizó todo el Mediterráneo— llegaron a instalarse de forma estable en
esa zona, es decir, que probablemente hubo una Lisboa fenicia.
“Hasta
hace unos años, deteníamos la expansión fenicia en la zona de Cádiz, en
el estrecho de Gibraltar; había restos ya en la vertiente atlántica de
la Península, aunque no se le daba mucha importancia”, explica la
investigadora del Centro de Arqueología de la Universidad de Lisboa Ana
M. Arruda, una de las máximas autoridades en la materia. Por eso resalta
la importancia del descubrimiento, publicado en 2016, de esa estela
funeraria que respalda “que los fenicios llegaron al Atlántico y se
instalaron en Lisboa igual que en Málaga, en Cádiz…”.
Cómo llegó la lápida a la pared del palacio tardoimperial de Alfama
es relativamente fácil de interpretar: los romanos la reutilizaron, como
hacían con tantos materiales, después de tomarla, probablemente, de un
cementerio. Sin embargo, es más complicado decir si se trataba de la
tumba de alguien nacido allí o de un emigrante colonizador llegado desde
el oriente, ya que la inscripción está incompleta y no se lee bien el
nombre, explica José Ángel Zamora, el epigrafista al que los arqueólogos
portugueses (Nuno M. Neto, Paulo M. Rebelo, Ricardo Ávila Ribeiro y
Miguel Rocha) enviaron su descubrimiento para analizarlo. Lo que está
claro, añade Zamora, responsable del área de Historia Antigua de la
Escuela Española de Historia y Arqueología en Roma, es que en el siglo
VII antes de Cristo “alguien fue enterrado en Lisboa,
con un ritual fenicio y una inscripción en fenicio, lo que demuestra no
solo que llegaron a Lisboa, sino que hubo asentamiento”, insiste el
especialista.
La estela ha sido crucial en el avance de la investigación, pero se ha sumado a muchos otros indicios que apuntan en la misma dirección, como la gran cantidad de restos encontrados en la colina del Castillo de San Jorge y que dibujan una gran ocupación, de unas 15 hectáreas y entre 2.000 y 2.500 habitantes, durante la Edad del Hierro (en la primera mitad del primer milenio antes de nuestra era).
En ese contexto, las claves que respaldan claramente la ocupación fenicia son el cuándo y el cómo aparecen los materiales de tradición oriental: ánforas, cerámica de barniz rojo, cerámica pintada, cerámica de cocina, cerámica gris... “La incorporación de estos materiales en Lisboa no es gradual, al contrario: a partir del siglo VII son introducidos de forma masiva y casi exclusiva, sustituyendo las producciones autóctonas, que pasan a asumir un carácter prácticamente residual. Esto implica no una transferencia de conocimiento entre agentes fenicios e indígenas, sino una plena implantación de tradiciones productivas de cariz orientalizante durante los inicios de la Edad del Hierro”, explicó la investigadora de la Universidad de Lisboa Elisa De Sousa durante el IX Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos celebrado el pasado octubre en Mérida, donde coincidieron además los especialistas Ana M. Arruda y José Ángel Zamora.
De Sousa presentó en Mérida un avance de la investigación en la que
propone que “Lisboa podría haber correspondido a un núcleo colonial
fenicio durante la fase inicial de la Edad del Hierro”. Y, más aún, que
ese no era único núcleo urbano de la zona: “Inmediatamente enfrente, en
la otra orilla del río, y a una distancia de apenas cinco kilómetros, se
ubica otro sitio de al menos idéntica importancia: la Quinta do
Almaraz”.
Una división en núcleos distintos que ya propuso hace años el especialista Diego Ruiz Mata para la que fue probablemente la gran población de colonización fenicia de la península Ibérica: Cádiz. Según el especialista esta habría estado repartida entre la actual Cádiz y el castillo de Doña Blanca, en El Puerto de Santa María, recordó también De Sousa.
La estela ha sido crucial en el avance de la investigación, pero se ha sumado a muchos otros indicios que apuntan en la misma dirección, como la gran cantidad de restos encontrados en la colina del Castillo de San Jorge y que dibujan una gran ocupación, de unas 15 hectáreas y entre 2.000 y 2.500 habitantes, durante la Edad del Hierro (en la primera mitad del primer milenio antes de nuestra era).
En ese contexto, las claves que respaldan claramente la ocupación fenicia son el cuándo y el cómo aparecen los materiales de tradición oriental: ánforas, cerámica de barniz rojo, cerámica pintada, cerámica de cocina, cerámica gris... “La incorporación de estos materiales en Lisboa no es gradual, al contrario: a partir del siglo VII son introducidos de forma masiva y casi exclusiva, sustituyendo las producciones autóctonas, que pasan a asumir un carácter prácticamente residual. Esto implica no una transferencia de conocimiento entre agentes fenicios e indígenas, sino una plena implantación de tradiciones productivas de cariz orientalizante durante los inicios de la Edad del Hierro”, explicó la investigadora de la Universidad de Lisboa Elisa De Sousa durante el IX Congreso Internacional de Estudios Fenicios y Púnicos celebrado el pasado octubre en Mérida, donde coincidieron además los especialistas Ana M. Arruda y José Ángel Zamora.
Como en Cádiz
Analizados los restos encontrados allí —incluidos dos líneas de muralla y un foso con una media de 6,5 metros de ancho y 3,5 de profundidad, y varias estructuras domésticas, vasos de alabastro, escarabeos egipcios, cerámicas griegas del Corintio Medio, placas de marfil y ponderales de plomo— y comparados con los del otro lado del río, en la orilla lisboeta, la especialista asegura: “Los dos núcleos podrían corresponder a una sola entidad política administrativa, de naturaleza colonial, fundada por fenicios occidentales a partir de finales del siglo VIII”. Al lado de la Quinta, dado que había menos población, restos de mayor riqueza y de estructuras defensivas, le “correspondería la organización política, social y económica”; mientras que la parte lisboeta habría “asumido funciones esencialmente domésticas y productivas, particularmente en el marco de la industria alfarera”, añadió De Sousa en su presentación.Una división en núcleos distintos que ya propuso hace años el especialista Diego Ruiz Mata para la que fue probablemente la gran población de colonización fenicia de la península Ibérica: Cádiz. Según el especialista esta habría estado repartida entre la actual Cádiz y el castillo de Doña Blanca, en El Puerto de Santa María, recordó también De Sousa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario