sábado, 4 de enero de 2025

Órbita Laika - Ciencia - Barro cocido ,. / Generaciones - Fiesta en paz ,. / Todo Caballo - "Ratina Z", la yegua del siglo XX ,. / Zona indie - Cine - Una vida amenazada ,.

 

TITULO: Órbita Laika - Ciencia -  Barro cocido ,.

 

Lunes - 13 - Enero a las 22:30  en La 2 / foto,.

 Barro cocido ,.

Este es el invento español por excelencia

Hay cosas que una vez vistas ya no pueden dejar de verse. Una manchita en la ropa, un minúsculo grano en la nariz, incluso esas imágenes mágicas en las que si bizqueas lo suficiente descubres una silueta tridimensional. Una vez leído este texto, por ejemplo, ustedes no serán capaces de mirar 'Las meninas' con los mismos ojos de antes. Seguirá siendo el mismo cuadro monumental y la misma obra maestra de Velázquez, sí. Podrán continuar admirándola en el Museo del Prado y maravillarse ante su magistral composición, fijarse en todos sus detalles (el mastín, la enana Maribárbola, el autorretrato del pintor…) o meterse en el papel de los testigos de la escena, los reyes Felipe IV y Mariana de Austria, pero habrán descubierto el secreto de la figura central del lienzo. A partir de ahora no podrán despegar su mirada de la infanta Margarita y del jarrito de barro al que está a punto de echar mano en el cuadro.

Margarita Teresa de Austria y Habsburgo (Madrid 1651- Viena 1673), primera hija del segundo matrimonio de Felipe IV, fue retratada por Velázquez en 'Las meninas' cuando contaba apenas cinco años de edad. A pesar de ser tan pequeña, su figura tiene un aire de gravedad que va más allá de la compostura que presuponemos en una princesa. Margarita parece vigilar disimuladamente la reacción del observador antes de atreverse a coger el recipiente cerámico que le ofrece su menina. Alarga la mano pero mira hacia otro lado, como quien tiene que hacer algo a disgusto o de manera obligada.

¿Un traguito de agua? ¿Un sorbo de chocolate? La escena toma sentido cuando averiguamos que durante el Siglo de Oro y al menos hasta mediados del XIX las mujeres españolas tuvieron una extravagante costumbre que los historiadores han dado en llamar bucarofagia o hábito de ingerir barro cocido, ya fuera comiéndolo sólido a trocitos o molido, disuelto en alguna bebida o mezclado con azúcar y aromatizantes.

Según la RAE, la palabra de origen mozárabe 'búcaro' (del latín 'pocŭlum', taza) tiene dos acepciones. Puede ser un tipo de tierra roja arcillosa con el que antiguamente se hacían vasijas de aroma característico, y también el nombre de estos mismos recipientes, muy apreciados como jarras para servir agua. Son definiciones mucho más ecuánimes –y menos esclarecedoras– que las de Sebastián de Covarrubias, quien en su 'Tesoro de la lengua castellana o española' de 1611 dijo que el búcaro era un «género de vaso de cierta tierra colorada que traen de Portugal», añadiendo de su cosecha personal que «destos barros dizen que comen las damas por amortiguar la color o por golosina viciosa, y es ocasión de que el barro y la tierra de las sepultura las coma y consuma en lo más florido de su edad». Vaya con Covarrubias.

Origen en Persia

Según la historiadora del arte y experta en cerámica Natacha Seseña Lafuente (1931-2011), el origen de la bucarofagia española habría que situarlo en Persia. Allá por el siglo IX la corte de Bagdad ya consumía arcilla con fines medicinales y probablemente, como muchas otras modas persas, esta costumbre llegó a la península ibérica a través de los omeyas.

Fueron los andalusíes quienes comenzaron a elaborar cerámicas perfumadas en Estremoz (Portugal) o Magán (Toledo) mezclando barro con sustancias olorosas como resinas y perfumes, y también quienes propagaron el hábito de consumirlo ya cocido como remedio para diversas necesidades femeninas. Los búcaros olorosos enfriaban el agua del mismo modo que los botijos, por evaporación del líquido a través de su superficie porosa, pero además proporcionaban al líquido un aroma y sabor peculiares. Se confeccionaban con las paredes tan finas que se podían partir con los dedos, como si fueran una tableta de chocolate o una galleta, y esos pequeños trocitos se pulverizaban o mordisqueaban para conseguir un efecto muy distinto al de la refrigeración del agua…

La consecuencia de comer mucho búcaro o barro se llamaba 'opilación', término que nuestro amigo Covarrubias definió como «enfermedad ordinaria y particular de doncellas y de gente que hace poco ejercicio».

La opilación era realmente una obstrucción de las vías y conductos corporales, especialmente en la zona del abdomen, que provocaba palidez, pérdida de peso, debilidad, taquicardias y alteración del ciclo menstrual. Tal y como indicó Natacha Seseña en su estudio 'El vicio del barro' (Ediciones El Viso, 2009) tanto la delgadez como la palidez de la piel eran signos de belleza en el Siglo de Oro y, por lo tanto, efectos deseados por parte de quienes practicaban la bucarofagia.

Abusar de los búcaros también tenía una consecuencia importantísima para algunas mujeres: la disminución o desaparición de las menstruaciones limitaba las posibilidades de embarazo. Así pues consumir barro era un tosco método anticonceptivo, pero también un recurso para reducir las hemorragias menstruales excesivas e incluso retrasar la pubertad precoz, que es el problema que según algunos médicos pudo sufrir la infanta Margarita Teresa. Normal que no tuviera muchas ganas de coger el jarro.

TITULO: Generaciones - Fiesta en paz,.

Fiesta en paz,.

 El fin de la fiesta

foto / No parezco, en principio, el lector ideal de El fin de la fiesta. Sólo he asistido a una corrida en mi vida (eso sí, la vi desde el callejón de Las Ventas e invitado), y aunque me impresionó mucho y escribí unas líneas sobre ella, me contaron los que sabían que fue una tarde floja y olvidable. No para mí, aunque bien es cierto que no he vuelto a pisar una plaza ni he aprendido a distinguir un natural de una verónica, si acaso no son lo mismo y esta frase no tiene sentido.

Sí que uso, como cualquier español, muchas expresiones taurinas cuya génesis taurina a menudo ignoro. Junto a las preposiciones, la jerga de la tauromaquia es la piedra de toque para el hablante extranjero, la prueba definitiva de que domina el castellano como su propia lengua. No es extraño oír a antitaurinos pertinaces que cambian de tercio, entran al quite, echan un capote, dan la puntilla o salen a hombros. Incluso pueden debatir su antitaurinismo a porta gayola, con bravura y entrando a matar, aunque si no son vehementes en sus consignas, algún compañero les acusará de ver la faena desde la barrera. Siguiendo los argumentos de Rubén Amón me he dado cuenta del enorme peso antropológico que los toros tienen en España y, a la vez, de cómo ese peso está compuesto en buena medida de aire. Los toros son hoy un gran vacío en el corazón de la cultura de esta nación de naciones.

"El subtítulo de la obra califica de “escándalo” la tauromaquia, estableciendo una premisa y un punto de apoyo para la argumentación"

Decía que no soy el lector ideal de El fin de la fiesta, pero al terminarlo tuve la sensación de que estaba escrito para mí, y eso es un problema, porque no se me ocurre cómo se puede vender un ensayo sobre los toros a alguien tan ajeno a ellos como yo.

Menos mal que no soy el jefe de prensa de la editorial Debate y lo único que tengo que hacer es explicar y transmitir por qué creo que el libro de Amón es importante y no trata de toros, sino de seres humanos.

El subtítulo de la obra califica de “escándalo” la tauromaquia, estableciendo una premisa y un punto de apoyo para la argumentación. Por escándalo el autor entiende algo obsceno, en el sentido más radical del adjetivo: algo fuera de su tiempo y de su espacio, imposible de reducir a los códigos del buen gusto, la decencia y la moral dominante. En un mundo laico, sin rituales ni jerarquías marcadas con símbolos, una manifestación tan mistérica y brutal como la tauromaquia no tiene sitio. Los toros son una liturgia de sacrificio con un sentido trascendental. Como en una tragedia, sobre el escenario de la arena se escenifica una lucha entre el hombre y la naturaleza. Pero, al contrario de lo que sucede en un teatro, la sangre y la muerte son reales. El sacrificio se consuma de verdad y el cuerpo sacrificado acaba guisado a la cordobesa en los mejores restaurantes de la ciudad. Al terminar Carmen no nos comemos a la soprano protagonista. Al final del cuarto acto, Maria Callas se levanta y sale a saludar al público, que aplaude entusiasmado. Carmen nunca muere de verdad ni acaba troceada al chilindrón.

"No es fácil desarmar su apología de la tauromaquia, que se eleva por encima del panfleto"

El escándalo de los toros es su verdad, una verdad definitiva y rotunda que no tiene nada que ver con la verdad del teatro o del cine, conseguida a través del artificio. Si los toros son arte, lo son de un modo ritual y antiquísimo.

Para Amón, aceptar esta misa (las páginas en las que explica el rito, ejecutado al atardecer, con la sombra cubriendo la arena durante las faenas, convirtiendo el ocaso en metáfora de la muerte que sucede en la plaza, son emocionantes y esclarecedoras) es, en cierto modo, una rebeldía contra la asepsia y la hipocresía de un mundo que se ha distanciado tanto de todo aquello que da sentido a una comunidad y expresa su relación con la naturaleza.

El vaciado simbólico de las sociedades occidentales es un hecho bien conocido y analizado en la filosofía contemporánea. Los ritos cumplen una función trascendental (en el sentido religioso del adjetivo) en la formación de la identidad. Sin ellos, lo colectivo se atomiza y las culturas se desaguan. Es un acierto que el autor recurra a este lugar común del pensamiento para explicar los toros, porque hace de su libro algo muy sólido que interpela a cualquier lector. Gracias a eso, todos los aspectos que aborda, que van desde la política hasta la masculinidad pasando por el animalismo y la ecología, exigen una lectura atenta e incómoda. No es fácil desarmar su apología de la tauromaquia, que se eleva por encima del panfleto y señala paradojas e incongruencias por doquier en los alegatos antitaurinos. Amón hace valer sus armas de polemista para expresar cuestiones muy incómodas que nadie inteligente puede desechar con un cliché.

"Sería una lástima que los editores no fueran capaces de vender el libro fuera de los círculos taurinos"

Los toros pueden desaparecer, viene a decir Amón —y el propio título parece una resignación inapelable—, pero no deberían desaparecer por las razones morales y animalistas que se aducen habitualmente, porque la mayoría son falaces.

No digo con todo esto que El fin de la fiesta sea un libro irrebatible, sino problemático, en el buen sentido. Exige a sus detractores un esfuerzo a la altura del que ha hecho el escritor, y esa es quizá su virtud más notable: convierte un debate de baja intensidad argumental en una discusión que vibra en el núcleo de lo que somos como sociedad y como individuos. Poco más se le puede pedir a un ensayo. En ese sentido, sería una lástima que los editores no fueran capaces de vender el libro fuera de los círculos taurinos (que, seguramente, sean los menos interesados por él) y no propicie la reflexión colectiva que aún nos debemos los españoles sobre el escándalo de los toros. Ojalá caiga en muchas más manos de tipos como yo, esos que echan capotes y entran al quite sin pensar en el origen taurino de sus frases.

TITULO:   Todo Caballo - "Ratina Z", la yegua del siglo XX,.

"Ratina Z", la yegua del siglo XX,.

El legado de la yegua hannoveriana sigue presente en los concursos de Salto más prestigiosos del mundo,.

Ludger Beerbaum y "Ratina Z"
 
foto / Ludger Beerbaum y "Ratina Z",.

El campeón olímpico individual en París fue "Checker 47" montado por el alemán Christian Kukuk. Ni siquiera el oro olímpico individual del imponente tordo restó un ápice de protagonismo a la conocida como yegua del Siglo XX: "Ratina Z". "Siempre será el emblema de esta cuadra", dijo a LA RAZÓN Ludger Beerbaum, el que fuera su compañero de pistas.

La historia del Salto de Obstáculos está marcada por nombres legendarios y uno de ellos es "Ratina Z". Esta yegua hannoveriana, nacida en mayo de 1982 en las cuadras Zangershei bajo la cría de Leon Melchior, dejó una huella imborrable en la hípica mundial. Lo que distinguió a "Ratina Z" fue su combinación única de potencia, agilidad e inteligencia. Su exitosa carrera estuvo guiada por dos jinetes de renombre: Piet Raymakers y Ludger Beerbaum. En los Juegos de Barcelona, montada por Piet Raymakers, "Ratina Z" consiguió el oro por equipos para Países Bajos y la plata individual.

Tras ser montada por el jinete alemán Ludger Beerbaum, "Ratina Z" siguió acumulando triunfos. Juntos obtuvieron la medalla de oro por equipos en los Juegos de Atlanta 1996 y se impusieron en prestigiosas competiciones como el Gran Premio de Aachen (Alemania) y la Copa del Mundo de Ginebra (Suiza). Además de su brillante carrera, "Ratina Z" tuvo una segunda vida igualmente exitosa como reproductora. Su esencia sigue vigente y logrando éxitos en las mejores pistas del mundo. Su hijo "Comme il Faut" se impuso en el Gran Premio Copa del Mundo de Madrid bajo las riendas del también alemán Marcus Ehning.

Además de ser revolucionaria en las más exigentes pistas fue usada como pionera en el mundo de la clonación animal. "Ratina Z" ha sido clonada varias veces con animales destinados a la cría, pero también se ha visto un clon suyo en competición. Con "Ratina Z" empezó la Federación Ecuestre Internacional (FEI) a contemplar los caballos clonados en las pistas exigiendo que al nombre le acompañara Alpha, Beta, Gamma...

"Ratina Z" falleció en 2010, pero su legado sigue vivo en cada concurso de Salto de Obstáculos de primer nivel. Las líneas maternas son tanto o más importantes que las paternas y en los grandes campeones de hoy siempre hay una esencia de las leyendas del ayer. "Ratina Z" y "Milton" -el mítico tordo de John Whitaker- fueron los caballos más laureados de la década de los noventa. Caballos guerreros en pista, con personalidad arrolladora y resultados que hay resuenan en la memoria de los aficionados.

 

TITULO :   Zona indie - Cine -  Una vida amenazada,.

 Una vida amenazada (TV)

 Este lunes - 13 - Enero  a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto,.

Reparto ., Ezmie Garcia ,  Andrew James Allen ,  Alexandra Paul ,   Linden Ashby,.
 
 Una niña callejera, Taylor (Ezmie Garcia), ha sido adoptada por Sandy (Alexandra Paul) & Larry (Linden Ashby). Ambos son los propietarios de un albergue para los más necesitados, por lo que decidieron rescatar a Taylor de una vida de pobreza y penurias en la calle. Por desgracia, el pasado de la joven parece dispuesto a no abandonarla. Alguien la persigue, y no precisamente para algo bueno. 
 

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