lunes, 7 de noviembre de 2016

EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - VIAJANDO CON CHESTER - LA DEMOCRACIA DE LOS MUERTOS,./ ¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE -REINVENTARSE PARA GANAR LIBERTAD,.

 TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - VIAJANDO CON CHESTER - LA DEMOCRACIA DE LOS MUERTOS,.
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VIAJANDO CON CHESTER

Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.

 

 LA DEMOCRACIA DE LOS MUERTOS,.

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Resultat d'imatges de LA DEMOCRACIA DE LOS MUERTOSUno de los rasgos más característicos (y deplorables) de nuestra época es el adanismo, la convicción ridículamente fatua de que el mundo acaba de fundarse o, todavía peor, de que a nosotros nos corresponde fundarlo ex novo. Este adanismo, inscrito en los genes de las ideologías en boga, nos depara políticos mesiánicos que hacen tabla rasa con todo lo que heredan; y también nos brinda artistas botarates que abominan de toda tradición y desdeñan toda influencia (y así disimulan su falta de formación y de talento). Y lo mismo que ocurre en el arte o en la política ocurre en otras muchas facetas de la vida. Inevitablemente, el prestigio de estos charlatanes ha acabado por contaminar a las masas, que no son sino el paisaje retórico del adanismo contemporáneo (o sea, tontos útiles); pero que, insensatamente, se creen Dueñas del Futuro y capaces de borrar de un plumazo siglos de Historia. Frente a este adanismo contemporáneo se alza lo que Chesterton llamaba la «democracia de los muertos», que postula que nuestros anhelos y pretensiones han de realizarse en conformidad con quienes nos precedieron, o siquiera en coloquio con ellos, para impedir que el mundo sea entregado (utilizamos la expresión de Chesterton) a esa «reducida y arrogante oligarquía que, por casualidad, pisa hoy la tierra»; es decir, a nuestra propia generación.
Frente a la democracia adanista que, para halagar a las masas cretinizadas, postula que cada generación puede desbaratar el esfuerzo colectivo de cien generaciones pasadas, la «democracia de los muertos», al tomar en consideración el parecer de nuestros antepasados, se convierte en la única forma de cordura. Desde el adanismo contemporáneo, por ejemplo, se puede defender que Cataluña o el País Vasco se separen del resto de España (y quienes pretenden evitarlo recurriendo a tal o cual precepto legal son también adanistas rousseaunianos, sin saberlo). Sólo el auténtico demócrata, que es quien escucha el parecer de sus antepasados, llega fácilmente a la conclusión de que la generación presente no tiene derecho a derribar de un capirotazo lo que las generaciones que nos precedieron erigieron con infinito esfuerzo: porque en el esfuerzo de las generaciones que nos precedieron hay mucho amor, mucho sacrificio, muchas lágrimas vertidas, mucha sangre derramada, mucha esperanza maltrecha y finalmente superviviente. Yo, por ejemplo, que soy vasco de nacimiento, considero que la independencia del País Vaco es una burla a la abnegación de mi abuelo, que tuvo que emigrar a esta bella tierra y trabajar en condiciones muy ásperas, casi infrahumanas; y al sacrificio de mi padre, que siendo un hombre muy dotado intelectualmente tuvo sin embargo que abandonar los estudios a muy temprana edad y ponerse a trabajar en una fábrica, para completar el jornal familiar. Y, como mis padres y mis abuelos, hubo otros muchos españoles de otras regiones que fundieron su sangre con los vascos, que compartieron sus dolores y anhelos, que labraron sus tierras y fundieron sus metales. Y todos esos padecimientos y alborozos, todos esos desvelos y sueños compartidos, valen algo, desde luego mucho más que el capricho de una generación adanista que se cree legitimada a utilizar como felpudo a todas las generaciones precedentes.
Quien no respeta ni considera la voluntad de los muertos, quien no atiende sus razones ni contempla con amor sus obras (porque no pueden alzar su voz, porque no pueden defenderse) tarde o temprano acaba ignorando también a sus contemporáneos, a poco que goce de los medios que le permitan imponerse. Toda democracia que ignora a los muertos está consagrando el derecho del más fuerte, está ignorando cínicamente el sufrimiento sin palabras de quienes lucharon durante siglos por construir lo que ahora nosotros pretendemos derruir petulantemente de un plumazo. No puede haber solidaridad verdadera entre los hombres sin esta aceptación de la democracia de los muertos, como no puede haber redención universal del género humano sin descensus ad inferos. Si Cristo no hubiese bajado al reino de la muerte para redimir también a quienes allí moraban, su salvación habría sido de pacotilla, porque las injusticias sufridas por esos muertos habrían quedado sin reparación. Que es lo que pretende el adanismo contemporáneo cuando acalla la voz de los muertos, cuando anula la voluntad de los muertos, cuando niega el consuelo a los muertos que con sus lágrimas y su sangre construyeron lo que nuestra generación quiere arrasar por pura soberbia, por un demente totalitarismo del instante actual. La única democracia digna es la que respeta el voto de los muertos.

 TITULO: ¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE -REINVENTARSE PARA GANAR LIBERTAD,.

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¡Atención y obras! es un programa semanal que, en La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.

 

REINVENTARSE PARA GANAR LIBERTAD,.

Raquel abrió Costurica, su propia tienda, y ahora imparte talleres en Plasencia. :: Andy SoléReinventarse para ganar libertad,.

Raquel abrió Costurica, su propia tienda, y ahora imparte talleres en Plasencia. foto,.

Dar carpetazo a una ocupación profesional para reinventarte y dedicarte a algo por lo que sientes pasión es un premio solo reservado a quienes le echan valor a la vida. En el caso de Raquel Blázquez Carpallo (Cáceres, 1967) el contexto económico primero y la necesidad después le ayudaron a dar el paso de abandonar el sector de la construcción para dedicarse a coser, lo que más le gusta.
Ella estudió Arquitectura Técnica en Cáceres y en Tenerife después. Se matriculó en esta carrera, dice, «porque me motivaba el diseño y ser creativa, pero luego me desengañé». Esta madre de dos hijos (18 y 10 años en la actualidad) ha vivido una temporada en Canarias y ejerció de aparejadora hasta el año 2003. Al volver a Plasencia, ciudad donde creció, fue contratada por el Ayuntamiento para impartir cursos de garantía social relacionados con la albañilería y la fontanería a gente sin recursos.
También se presentó a oposiciones de Secundaria y acabó dando clase en institutos de Badajoz o Don Benito. Pero entre la crisis de la construcción y los recortes en Educación sus oportunidades laborales decayeron y tuvo que reinventarse como profesional. Por eso creó Costurica
«A mí me gustaba coser e inventarme mis propios diseños. Cosía desde los 9 años con mi madre por placer, aunque luego lo dejé. El caso es que lo retomé para buscarme la vida un 14 de septiembre de 2013, que fue cuando abrí mi tienda en Plasencia. La tuve que cerrar en junio de este año porque me comían a impuestos y me iba mejor con los talleres que impartía que con la venta, así que sigo cosiendo, me dedico a la costura creativa, enseño y vendo. Prefiero quedarme como estoy. Gano menos dinero, es cierto, pero soy más feliz, más libre y me organizo mejor aunque mi posición económica sea más inestable. Pero si no es por la crisis, que me sacó de la construcción, quizás ahora sería más infeliz».
Entre otros detalles, Raquel notaba que cuando visitaba las obras no era tratada igual por el hecho de ser mujer. De hecho le sorprendió que un día superior la mandara a hacer fotocopias cuando ese no era su cometido. «Tenía la sensación de que tenía que demostrar más que los hombres», reflexiona ahora. Por otro lado, se percató de que los sueldos de ellas eran menores que los de ellos.
«Pese a todo, el paso que yo di no fue por una cuestión de género, sino por necesidad. Después de dedicarme a la docencia yo me veía con un subsidio de poco más de cuatrocientos euros para los siguientes seis meses, así que me tiré a la piscina. No me quedaba otra. Esto es una cuestión de manera de ser. El caso es que me metí en la costura sin dinero y ahora llego a fin de mes. De eso hace ya tres años», cuenta esta placentina que en la actualidad es autónoma e imparte talleres en su propia casa a través de Costurica, la empresa creada por ella y cuyos productos -pulseras, bolsos, monederos o cualquier complemento con diseño personal- están en tiendas de Las Palmas, Madrid, además de en venderlos a través de su página de Internet que dinamiza desde redes sociales como Facebook.
«Coser no es de mujeres»
Reconoce que de cada cien personas que pasan por su taller para aprender costura hay un hombre, si bien en las clases infantiles sí hay algún niño más. Ella opina que coser no es un oficio femenino. «Coser no es de mujeres, aunque aquí culturalmente sí se vea así. Cuando he trabajado dando cursos a hombres que llegaban desde África a España en cayucos en sus países los costureros son los hombres», dice. Además, asegura que al único hombre que le dio clase de costura le gustó mucho y era muy bueno, aunque solo pudiera quedarse un mes.
En su opinión, coser relaja porque evade la mente, y sus alumnos confiesan que el tiempo en clase delante de la máquina les sienta muy bien y pasa muy rápido, por lo que siempre se quedan con ganas de más, asegura esta extremeña.
Además, se trata de una actividad llena de retos, tratando de encajar unas piezas con otras a partir de un diseño previo. En cualquier caso, subraya que no es una actividad complicada y que el primer día sus alumnos son capaces de llevarse a casa una pieza hecha por ellos.
Lo que sí reconoce es que su producción entra en competencia directa con la industria textil cuyo origen está en China y lo invade todo. Por esa razón, en Costurica Raquel Blázquez ha apostado por trabajar con telas más coloridas y, recientemente, está interesada en usar tejidos orgánicos más sostenibles, aunque ha observado que a la gente le cuesta pagar algo más de dinero por un producto de mayor calidad.
En cualquier caso, su nueva vida con una máquina de coser como herramienta asegura que la ha sacado de una rutina laboral que no la motivaba.

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