Aunque ha sido una decisión tomada por la directiva, nadie de la secretaría técnica ha manifestado impedimento alguno para trabajar junto a Puyol, fiados a su experiencia y conocimiento del fútbol de élite. “Quiero agradecer al Barcelona todo lo que me ha dado antes de esta oportunidad y la que me da ahora”, resolvió ayer Puyol: “estoy muy ilusionado con esta etapa, en la que espero aprender mucho y hacer lo que siempre hice como jugador, que es intentar hacerlo lo mejor posible”.
Se presumía que Puyol podía asumir un cargo dentro del organigrama del fútbol base —puestos ocupados por Jordi Roura y Aureli Altimira, nuevo director y coordinador del fútbol formativo azulgrana, respectivamente—, pero al final el exjugador tratará asuntos externos como la mercadotecnia y las finanzas, además de en el ámbito de la secretaría técnica. “Trabajará conmigo en todos los proyectos del club. Queremos que se dé cuenta de todo lo que sabe y seguro que aprenderemos mucho de él”, expuso el director deportivo Zubizarreta; “hacía un par de años que hablábamos de qué le podía ir mejor y ya irá viendo qué es lo que más le gusta”. Pero eso será a partir de septiembre porque el jugador, buen amigo del nuevo entrenador azulgrana Luis Enrique, ha pedido unos meses de asueto para tratarse la articulación. Puyol tomó la palabra: “Estoy muy ilusionado con esta nueva etapa y tengo muchas ganas”.
El Barça, por otra parte, también anunció que Albert Soler será el nuevo director de Relaciones Institucionales Deportivas. Soler, que en diciembre no pasó el corte de los clubes de la ACB para ser el presidente ejecutivo de la organización, fue secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes, entre mayo de 2008 y diciembre de 2011. Ahora es diputado del PSC en el Congreso por Barcelona, escaño que dejará la próxima semana para incorporarse al Barça en los próximos días. “Me siento muy agradecido y muy ilusionado ante el reto de formar parte del equipo de trabajo del Barcelona, cuya dimensión va más allá de lo estrictamente deportivo; es un sentimiento de ilusión colectiva y formar parte es todo un privilegio”, señaló Soler.
TÍTULO: EL DIVAN DE OLGA VIZA, LA MIRADA INTERIOR,
Las experiencias vividas habían hecho nacer en él un sentimiento no de odio, sí de desconfianza en las personas. Y allí más que en ningún otro lado, se sentía solo.
Miró alrededor buscando no sabía muy bien qué, y por una casualidad que tal vez no fue tal, la vió.
Tan real como ideal, no pudo apartar sus ojos de ella. Inevitablemente, finalmente cruzaron una mirada. Pareció detenerse el tiempo. Ni él quiso desviar su atención, a pesar de su inseguridad, ni apreció en ella un sólo gesto en el mismo sentido. Algo más que sangre latió en su corazón.
Entre sus recuerdos no quedó grabado quién rompió ese momento. Quiere creer que no fue él.
Ella desapareció, se desvaneció como un sueño al despertar, y aún buscándola, no la volvió a ver. Nunca.
Lo desconoce, pero él no es el único que recuerda aquella mirada.
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