Zinedine Zidane: "Ser futbolista es muy fácil. Lo difícil es ser entrenador"
A los 42 años, Zidane vive una
espléndida madurez. Sin alejarse de los campos de fútbol, ahora entrena
al Castilla en lo que parece ser un primer paso para más altos destinos
en el Real Madrid. Protagonista de la nueva campaña de Mango, charlamos
con él sobre desafíos deportivos, su familia y el atentado de París.
Es hombre de pocas palabras, y quizá no le hagan falta
muchas por su abierta sonrisa y por esa mirada clara y penetrante que
habla por él. En el terreno de juego lo demostró todo. En 1998
obtuvo el balón de oro y fue campeón del mundo con la selección de
Francia. En el año 2000 lo fue de Europa, y en 2011 la UEFA lo declaró
mejor futbolista de la Champions League de los últimos 20 años.
Zinedine Zidane nació en 1972 en Marsella, hijo de padres argelinos que emigraron a Francia un año antes de que comenzara la guerra en Argelia. Es el menor de cinco hermanos y de niño le gustaba practicar yudo, aunque asegura que se ha dedicado al fútbol no por dinero, sino porque no sabe hacer otra cosa. A los 17 años debutó en la Ligue 1 de Francia con el A. S. Cannes. Jugó en el F. C. Bordeaux y recaló en la Juve en 1996. Florentino Fernández lo fichó para el Real Madrid en 2001, después de pagar a la Juventus 78 millones de euros, entonces el traspaso más caro de la historia del fútbol. De nuevo en la casa blanca, Zidane es ahora entrenador del equipo filial: el Castilla. A los 21 años se casó con Veronique Fernández, una bailarina y modelo francesa hija de padres españoles, también emigrantes. Tiene cuatro hijos varones: el mayor, de 20 años, y el más pequeño, de 9, que entrenan en el Real Madrid y estudian en el Liceo Francés. Zizou, apodo que le acompaña desde que jugaba en Burdeos, es embajador de la ONU contra el hambre, embajador de buena voluntad de Unicef y padrino en la lucha contra la ELA y colabora en distintos proyectos solidarios. Con motivo de su presentación como nueva imagen de la campaña primavera-verano de la firma Mango Man, Zidane nos concede esta entrevista rodeado de muchas cautelas. Sus representantes tratan de evitar que le hagamos preguntas de tipo personal o relacionadas con la religión musulmana, tras los atentados terroristas de Francia.
XLSemanal. Dice que no le gusta demasiado hablar y, menos aún, en público. ¿Qué hacemos ahora? Zinedine Zidane. Es verdad que me gusta hablar poco, pero seguro que voy a contestar tus preguntas. No tengo pánico por hablar en público, pero prefiero no hacerlo. Hay gente a la que le encanta y otros, como yo, a quienes nos gusta hablar un poquito menos que a los demás. XL. Sin embargo, lo veo muy suelto posando cual modelo profesional, ¿es más fácil que ganar partidos? Z.Z. Para mí lo más fácil de todo es jugar al fútbol, pero a veces surgen otras demandas... y tú eliges. Lo importante es que sean marcas buenas y, en este caso, Mango es buena para los chicos porque son precios asequibles. XL. A sus 42 años, ¿rejuvenece con esta ropa? Z.Z. También, sí. Pero no es incompatible verme con trajes italianos muy elegantes y con este tipo de ropa más informal. Tendré 42 años por fuera, pero por dentro estoy muy joven [se ríe]. Además, tengo cuatro hijos y eso también rejuvenece, porque el mayor solo tiene 20 años. XL. No se puede decir que peina canas porque se afeita la cabeza, pero la barba va blanqueándose. Z.Z. Estoy bien como estoy [sonríe]. Los calvos pueden ser muy atractivos. Y a mi mujer le gusto así, calvo y con barba. XL. A su mujer y a muchísimas otras [risas], ¿cómo consigue que no se le suba a la cabeza la cantidad de piropos y proposiciones que ha debido de escuchar? Z.Z. Teniendo las ideas y las prioridades muy claras. Siempre he sido muy serio en ese aspecto. Cuando terminaba el partido, yo prefería irme a mi casa y estar con mi familia. No me gustaba salir de fiesta con otros futbolistas. Tú sabes perfectamente que, cuando se sale por ahí, se pueden hacer tonterías... y yo no quería hacerlas porque mi mujer y mis hijos son lo más importante para mí, lo son todavía hoy y estoy encantado con ellos. XL. ¿Elige usted la ropa que lleva? Z.Z. Mi mujer puede opinar, claro; pero el que decide soy yo porque soy el que se la va a poner; y lo que me gusta es estar cómodo. No voy siempre con corbata y traje. Mi ropa preferida son los vaqueros y una camiseta. Me gusta vestir muy natural y con clase. XL. ¿Y usted le regala ropa a su mujer? Z.Z. Ropa, no; le regalo bolsos y zapatos, pero ropa no porque es complicado acertar. XL. Lleva casado 21 años con una mujer estupenda, nacida en Francia e hija de padres españoles... Z.Z. ¡Muchas gracias! Es así. Por eso no voy a buscar otra cosa. No pienso en lo que otras mujeres dicen de mí. A veces hay jugadores que se han vuelto locos por eso. XL. Cree que lo mejor que tiene son los ojos y asegura que no sabe qué es lo peor. Z.Z. [Se ríe]. Mejor que gustes a la gente a que te llamen feo, ¿no es así? Pero no puedo tener en cuenta todo lo que digan. XL. Cuatro hijos y los cuatro quieren ser futbolistas ¿esto se lleva en los genes? ¿No es posible que alguno quiera ser abogado, médico, ingeniero...? Z.Z. El Real Madrid es mi segunda casa, pero ellos harán lo que quieran hacer, lo importante es que sean buenos chicos y lo son. De momento van al cole y estudian... XL. Si ya entrenan en el Real Madrid y tienen un padre galáctico en casa, va a ser muy difícil que estudien una carrera universitaria, por ejemplo. Z.Z. Ya se verá, de momento no estamos en eso. Lo importante es que ahora disfrutan de lo que hacen y no hay que pensar en lo que va a pasar después. XL. Tienen en casa el listón muy alto. El fútbol es una profesión muy agradecida, pero quizá solo cuando se es un jugador brillante. Z.Z. En el fútbol hay que ser muy bueno para destacar, claro, y yo no sé si mis hijos serán mejores que yo [sonríe]; pero hay otra cosa muy importante y es disfrutar con lo que haces en cada momento... y ellos están disfrutando. Ahora hacen esto, pero puede que en el futuro terminen dedicándose a otra cosa. Yo quiero que mis hijos hagan lo que les dé la gana. XL. Los niños nacieron en Francia, pero viven en España. Han estudiado en el Liceo Francés y entrenan en el club merengue... ¿En qué selección jugarán? Z.Z. De momento están jugando con la francesa porque son franceses. Mi padre quería que nosotros hiciéramos deporte todos los días y yo quiero eso mismo para mis hijos. XL. Su padre, Samïl Zidane, emigró a Francia desde Argelia y trabajó muchos años en la construcción. Se casó con Malika, una mujer argelina y, como él, de tradición musulmana. Tuvieron cinco hijos, usted es el pequeño... Z.Z. Mi infancia fue muy difícil en un barrio con poquísimos recursos, y el fútbol me ha dado todo lo que tengo, que es mucho. XL. Usted ha creado una fundación en Argelia para el desarrollo de proyectos sociales. Su padre está al frente. Z.Z. Así es, sí. Para mí es importante. Creo que debo devolver parte de lo que he conseguido para ayudar a quienes tienen problemas. Y en Argelia se necesitan muchas cosas. XL. También está comprometido en la lucha contra el ELA (esclerosis lateral amiotrófica), ¿alguien en su familia padece esta enfermedad? Z.Z. No, pero no hace falta eso para ayudar. Creo que las personas como yo estamos obligadas a ayudar a los demás y lo estoy haciendo. Yo no voy a hablar de las cosas que hago, pero en el fútbol hay mucha gente que se preocupa por otros; no soy el único. XL. Nació en Marsella y su familia es argelina, ¿estas circunstancias le han hecho sentir de una forma especial los atentados terroristas en Francia? Z.Z. [Se pone serio]. De esto ya he hablado, búscalo. [Los representantes de Zidane, vigilantes en la entrevista, me interrumpen para decirme que este tipo de preguntas no se las puedo hacer]. XL. ¿Y qué es lo que ha dicho ya al respecto? Z.Z. Es injusto, muy injusto. XL. Injusto y tremendo... Z.Z. Ha sido más que tremendo. La única cosa en la que pensé cuando pasó todo ha sido en las familias, en los hombres y mujeres que perdieron a personas que querían. Estas cosas no pueden pasar, nunca, en ningún sitio. No pueden ocurrir. XL. [Nos vemos obligados a cambiar de tema]. Hace tiempo dijo que le gustaría entrenar a la selección de Francia y, otras veces, que al Real Madrid, y de ambos sitios parece que lo requieren. ¿A quién quiere más: a papá o a mamá? Z.Z. De momento, al Castilla, que es donde estoy entrenando y estoy muy contento. Ya se verá lo que ocurre en el futuro. En la vida hay que ir paso a paso. A cualquiera de esos dos sitios que has dicho me gustaría ir; pero en el Castilla, de momento, estoy encantado. Si al final de temporada subimos a Segunda, hablaremos de lo que pueda pasar. XL. Dice que es más difícil ser entrenador que futbolista. Z.Z. A mí siempre me ha parecido muy fácil ser futbolista, solo tienes que trabajar, fijarte mucho en los detalles y tener las ideas muy claras. Ser entrenador es mucho más complicado. XL. Pero no es fácil ser el mejor del mundo ni que la UEFA lo reconociera como mejor jugador de los últimos 20 años. Z.Z. Bueno, solo una vez fui el mejor jugador del mundo, solo una vez me dieron el balón de oro. XL. Se lo ha considerado también un jugador muy elegante. Sin embargo, en su último partido con la selección francesa, aquel 7 de mayo de 2006, acabó siendo expulsado del campo por propinarle un cabezazo a un jugador italiano. ¿Qué le dijo exactamente Marco Materazzi para que usted reaccionara así? [Se ha escrito que lo llamó «terrorista», que insultó a su hermana, que si fue a su madre...].
[De nuevo, los representantes le aconsejan no contestar esta pregunta: «No es el momento», argumentan]. Z.Z. Fueron insultos y mi familia pasaba por un momento difícil. Me habían insultado antes algunas veces y nunca pasó eso; pero, aquel día, yo estaba muy mal y no hay que pensarlo. Pedí perdón a los jugadores y a los seguidores.
XL. ¿Por qué dice que España es el país del mundo en el que desea vivir? Z.Z. El clima, seguro. Pero, sobre todo, los españoles. A mí me han tratado muy bien aquí, noto que la gente me quiere y han dicho de mí cosas bonitas. Los españoles son muy distintos a lo que soy yo porque a ellos les gusta salir, hablar fuerte, les gusta reír... A mí me encanta rodearme de gente así porque me dan ánimo. XL. ¿Le gustan la juerga y las voces a su alrededor, pero usted se mantiene tranquilo y discreto? Z.Z. ¡Eso es, eso es! [sonríe]. Me gusta mucho el contraste, ese contraste entre los españoles y yo.
Privadísimo
-Yazid es su segundo nombre. Su familia lo llamaba Yaz.
-Para Zidane, sus padres son sus héroes. «Sin ellos, no soy nada». Dice que su padre nunca les dijo que los quería, pero les dio mucho cariño y protección y les inculcó los valores esenciales: trabajo, seriedad y respeto.
-Conoció a su mujer a los 17 años en una discoteca, ella tenía 19. Hasta ese momento, asegura, nadie le había dicho que era guapo. Desde entonces no se han separado.
-Le encantan U2, Michael Jackson y el actor italiano Aldo Maccione.
-Sale a navegar con su yate siempre que puede y practica pesca submarina.
-Sus jugadores favoritos son Platini y, sobre todo, el uruguayo Enzo Francescoli, tanto que a su hijo lo llamó Enzo.
Zinedine Zidane nació en 1972 en Marsella, hijo de padres argelinos que emigraron a Francia un año antes de que comenzara la guerra en Argelia. Es el menor de cinco hermanos y de niño le gustaba practicar yudo, aunque asegura que se ha dedicado al fútbol no por dinero, sino porque no sabe hacer otra cosa. A los 17 años debutó en la Ligue 1 de Francia con el A. S. Cannes. Jugó en el F. C. Bordeaux y recaló en la Juve en 1996. Florentino Fernández lo fichó para el Real Madrid en 2001, después de pagar a la Juventus 78 millones de euros, entonces el traspaso más caro de la historia del fútbol. De nuevo en la casa blanca, Zidane es ahora entrenador del equipo filial: el Castilla. A los 21 años se casó con Veronique Fernández, una bailarina y modelo francesa hija de padres españoles, también emigrantes. Tiene cuatro hijos varones: el mayor, de 20 años, y el más pequeño, de 9, que entrenan en el Real Madrid y estudian en el Liceo Francés. Zizou, apodo que le acompaña desde que jugaba en Burdeos, es embajador de la ONU contra el hambre, embajador de buena voluntad de Unicef y padrino en la lucha contra la ELA y colabora en distintos proyectos solidarios. Con motivo de su presentación como nueva imagen de la campaña primavera-verano de la firma Mango Man, Zidane nos concede esta entrevista rodeado de muchas cautelas. Sus representantes tratan de evitar que le hagamos preguntas de tipo personal o relacionadas con la religión musulmana, tras los atentados terroristas de Francia.
XLSemanal. Dice que no le gusta demasiado hablar y, menos aún, en público. ¿Qué hacemos ahora? Zinedine Zidane. Es verdad que me gusta hablar poco, pero seguro que voy a contestar tus preguntas. No tengo pánico por hablar en público, pero prefiero no hacerlo. Hay gente a la que le encanta y otros, como yo, a quienes nos gusta hablar un poquito menos que a los demás. XL. Sin embargo, lo veo muy suelto posando cual modelo profesional, ¿es más fácil que ganar partidos? Z.Z. Para mí lo más fácil de todo es jugar al fútbol, pero a veces surgen otras demandas... y tú eliges. Lo importante es que sean marcas buenas y, en este caso, Mango es buena para los chicos porque son precios asequibles. XL. A sus 42 años, ¿rejuvenece con esta ropa? Z.Z. También, sí. Pero no es incompatible verme con trajes italianos muy elegantes y con este tipo de ropa más informal. Tendré 42 años por fuera, pero por dentro estoy muy joven [se ríe]. Además, tengo cuatro hijos y eso también rejuvenece, porque el mayor solo tiene 20 años. XL. No se puede decir que peina canas porque se afeita la cabeza, pero la barba va blanqueándose. Z.Z. Estoy bien como estoy [sonríe]. Los calvos pueden ser muy atractivos. Y a mi mujer le gusto así, calvo y con barba. XL. A su mujer y a muchísimas otras [risas], ¿cómo consigue que no se le suba a la cabeza la cantidad de piropos y proposiciones que ha debido de escuchar? Z.Z. Teniendo las ideas y las prioridades muy claras. Siempre he sido muy serio en ese aspecto. Cuando terminaba el partido, yo prefería irme a mi casa y estar con mi familia. No me gustaba salir de fiesta con otros futbolistas. Tú sabes perfectamente que, cuando se sale por ahí, se pueden hacer tonterías... y yo no quería hacerlas porque mi mujer y mis hijos son lo más importante para mí, lo son todavía hoy y estoy encantado con ellos. XL. ¿Elige usted la ropa que lleva? Z.Z. Mi mujer puede opinar, claro; pero el que decide soy yo porque soy el que se la va a poner; y lo que me gusta es estar cómodo. No voy siempre con corbata y traje. Mi ropa preferida son los vaqueros y una camiseta. Me gusta vestir muy natural y con clase. XL. ¿Y usted le regala ropa a su mujer? Z.Z. Ropa, no; le regalo bolsos y zapatos, pero ropa no porque es complicado acertar. XL. Lleva casado 21 años con una mujer estupenda, nacida en Francia e hija de padres españoles... Z.Z. ¡Muchas gracias! Es así. Por eso no voy a buscar otra cosa. No pienso en lo que otras mujeres dicen de mí. A veces hay jugadores que se han vuelto locos por eso. XL. Cree que lo mejor que tiene son los ojos y asegura que no sabe qué es lo peor. Z.Z. [Se ríe]. Mejor que gustes a la gente a que te llamen feo, ¿no es así? Pero no puedo tener en cuenta todo lo que digan. XL. Cuatro hijos y los cuatro quieren ser futbolistas ¿esto se lleva en los genes? ¿No es posible que alguno quiera ser abogado, médico, ingeniero...? Z.Z. El Real Madrid es mi segunda casa, pero ellos harán lo que quieran hacer, lo importante es que sean buenos chicos y lo son. De momento van al cole y estudian... XL. Si ya entrenan en el Real Madrid y tienen un padre galáctico en casa, va a ser muy difícil que estudien una carrera universitaria, por ejemplo. Z.Z. Ya se verá, de momento no estamos en eso. Lo importante es que ahora disfrutan de lo que hacen y no hay que pensar en lo que va a pasar después. XL. Tienen en casa el listón muy alto. El fútbol es una profesión muy agradecida, pero quizá solo cuando se es un jugador brillante. Z.Z. En el fútbol hay que ser muy bueno para destacar, claro, y yo no sé si mis hijos serán mejores que yo [sonríe]; pero hay otra cosa muy importante y es disfrutar con lo que haces en cada momento... y ellos están disfrutando. Ahora hacen esto, pero puede que en el futuro terminen dedicándose a otra cosa. Yo quiero que mis hijos hagan lo que les dé la gana. XL. Los niños nacieron en Francia, pero viven en España. Han estudiado en el Liceo Francés y entrenan en el club merengue... ¿En qué selección jugarán? Z.Z. De momento están jugando con la francesa porque son franceses. Mi padre quería que nosotros hiciéramos deporte todos los días y yo quiero eso mismo para mis hijos. XL. Su padre, Samïl Zidane, emigró a Francia desde Argelia y trabajó muchos años en la construcción. Se casó con Malika, una mujer argelina y, como él, de tradición musulmana. Tuvieron cinco hijos, usted es el pequeño... Z.Z. Mi infancia fue muy difícil en un barrio con poquísimos recursos, y el fútbol me ha dado todo lo que tengo, que es mucho. XL. Usted ha creado una fundación en Argelia para el desarrollo de proyectos sociales. Su padre está al frente. Z.Z. Así es, sí. Para mí es importante. Creo que debo devolver parte de lo que he conseguido para ayudar a quienes tienen problemas. Y en Argelia se necesitan muchas cosas. XL. También está comprometido en la lucha contra el ELA (esclerosis lateral amiotrófica), ¿alguien en su familia padece esta enfermedad? Z.Z. No, pero no hace falta eso para ayudar. Creo que las personas como yo estamos obligadas a ayudar a los demás y lo estoy haciendo. Yo no voy a hablar de las cosas que hago, pero en el fútbol hay mucha gente que se preocupa por otros; no soy el único. XL. Nació en Marsella y su familia es argelina, ¿estas circunstancias le han hecho sentir de una forma especial los atentados terroristas en Francia? Z.Z. [Se pone serio]. De esto ya he hablado, búscalo. [Los representantes de Zidane, vigilantes en la entrevista, me interrumpen para decirme que este tipo de preguntas no se las puedo hacer]. XL. ¿Y qué es lo que ha dicho ya al respecto? Z.Z. Es injusto, muy injusto. XL. Injusto y tremendo... Z.Z. Ha sido más que tremendo. La única cosa en la que pensé cuando pasó todo ha sido en las familias, en los hombres y mujeres que perdieron a personas que querían. Estas cosas no pueden pasar, nunca, en ningún sitio. No pueden ocurrir. XL. [Nos vemos obligados a cambiar de tema]. Hace tiempo dijo que le gustaría entrenar a la selección de Francia y, otras veces, que al Real Madrid, y de ambos sitios parece que lo requieren. ¿A quién quiere más: a papá o a mamá? Z.Z. De momento, al Castilla, que es donde estoy entrenando y estoy muy contento. Ya se verá lo que ocurre en el futuro. En la vida hay que ir paso a paso. A cualquiera de esos dos sitios que has dicho me gustaría ir; pero en el Castilla, de momento, estoy encantado. Si al final de temporada subimos a Segunda, hablaremos de lo que pueda pasar. XL. Dice que es más difícil ser entrenador que futbolista. Z.Z. A mí siempre me ha parecido muy fácil ser futbolista, solo tienes que trabajar, fijarte mucho en los detalles y tener las ideas muy claras. Ser entrenador es mucho más complicado. XL. Pero no es fácil ser el mejor del mundo ni que la UEFA lo reconociera como mejor jugador de los últimos 20 años. Z.Z. Bueno, solo una vez fui el mejor jugador del mundo, solo una vez me dieron el balón de oro. XL. Se lo ha considerado también un jugador muy elegante. Sin embargo, en su último partido con la selección francesa, aquel 7 de mayo de 2006, acabó siendo expulsado del campo por propinarle un cabezazo a un jugador italiano. ¿Qué le dijo exactamente Marco Materazzi para que usted reaccionara así? [Se ha escrito que lo llamó «terrorista», que insultó a su hermana, que si fue a su madre...].
[De nuevo, los representantes le aconsejan no contestar esta pregunta: «No es el momento», argumentan]. Z.Z. Fueron insultos y mi familia pasaba por un momento difícil. Me habían insultado antes algunas veces y nunca pasó eso; pero, aquel día, yo estaba muy mal y no hay que pensarlo. Pedí perdón a los jugadores y a los seguidores.
XL. ¿Por qué dice que España es el país del mundo en el que desea vivir? Z.Z. El clima, seguro. Pero, sobre todo, los españoles. A mí me han tratado muy bien aquí, noto que la gente me quiere y han dicho de mí cosas bonitas. Los españoles son muy distintos a lo que soy yo porque a ellos les gusta salir, hablar fuerte, les gusta reír... A mí me encanta rodearme de gente así porque me dan ánimo. XL. ¿Le gustan la juerga y las voces a su alrededor, pero usted se mantiene tranquilo y discreto? Z.Z. ¡Eso es, eso es! [sonríe]. Me gusta mucho el contraste, ese contraste entre los españoles y yo.
Privadísimo
-Yazid es su segundo nombre. Su familia lo llamaba Yaz.
-Para Zidane, sus padres son sus héroes. «Sin ellos, no soy nada». Dice que su padre nunca les dijo que los quería, pero les dio mucho cariño y protección y les inculcó los valores esenciales: trabajo, seriedad y respeto.
-Conoció a su mujer a los 17 años en una discoteca, ella tenía 19. Hasta ese momento, asegura, nadie le había dicho que era guapo. Desde entonces no se han separado.
-Le encantan U2, Michael Jackson y el actor italiano Aldo Maccione.
-Sale a navegar con su yate siempre que puede y practica pesca submarina.
-Sus jugadores favoritos son Platini y, sobre todo, el uruguayo Enzo Francescoli, tanto que a su hijo lo llamó Enzo.
TÍTULO: EL BLOC DEL CARTERO, UN POCO DE CUNICULTURA,.
foto
Algunos lectores coñones me zahieren por haber publicado en ABC un artículo titulado El puñetazo a Gasbarri en defensa del Papa Francisco, justo el día en que comparaba a ciertos católicos de numerosa prole con los conejos.
No soy, desde luego, alguien que se distinga por sus adulaciones a
Francisco; de hecho, los fariseos profesionales me pusieron a caldo el
día en que publiqué un artículo titulado Los nidos de antaño, lamentando
unas penosas declaraciones del Papa. Hace ya algún tiempo que quemé
todas mis naves: no aspiro a ninguna prebenda, mamandurria o distinción,
de modo que me expreso con la libertad de un hijo de Dios, que es la
libertad del que busca la verdad, se despoja de las anteojeras de los
respetos humanos y renuncia a falsas glorias mundanas. Creo que
quienes me leen (independientemente de que estén o no de acuerdo con lo
que escribo) saben que no tengo otro señor sino mis convicciones, que
por no ser las que halagan al mundo me valen muchos coscorrones y
magulladuras.
En mi artículo El puñetazo a Gasbarri, donde en efecto defendía al Papa, decía también que Francisco «ha contado mayormente con el aplauso del mundo, que es la compañía más perniciosa para el cristiano»; y que este aplauso del mundo Francisco lo ha logrado «con un lenguaje campechano un poco chanta (que diría un argentino) y un involuntario embarullamiento en cuestiones doctrinales sensibles, que ha sido aprovechado con regocijo por los demoledores de la Iglesia». Creo que la referencia a los 'conejos' forma parte de ese lenguaje campechano y de ese embarullamiento.Cada vez que he escuchado unas declaraciones penosas (o simplemente bienquedas) de Francisco me he consolado pensando en aquel pasaje evangélico en que Cristo tiene que increpar a un Pedro inspirado con pensamientos mundanos que lo invita a rehuir su Pasión. Como afirmaba Castellani, «Pedro representa a Cristo y está en lugar de Cristo; y cuando reconoce, confiesa, profesa y proclama a Cristo, habla con la voz de Dios; pero el mismo Pedro como persona privada, hablando con sus fuerzas naturales y con su entendimiento humano, puede decir y hacer cosas indignas, escandalosas e incluso satánicas». Quien niegue esto es un papólatra descerebrado; o, como jocosamente añade Castellani, alguien que confunde el amor al Papa con el fetichismo africano. Porque amar a alguien no consiste en asentir bobaliconamente a sus sandeces, o tratar de justificarlas de modos babosos que injurien la inteligencia. Pienso que Francisco, sobre todo cuando se sube a un avión o tiene un teléfono a mano, propende a la facundia; y a veces su facundia puede incluir alguna sandez que cualquier católico no afectado por el síndrome del fetichismo africano puede señalar con naturalidad.
Observaba Gustave Thibon que, cuando las instituciones son fuertes e inamovibles, están por encima de las personas que las encarnan coyunturalmente. Dante, por ejemplo, incluyó en el elenco de condenados al che fece per viltade il gran rifiuto, refiriéndose a Celestino V (que renunció a la tiara pontificia), sin que por ello se menoscabara el prestigio del papado. Hoy, a diferencia de lo que ocurría en tiempos de Dante, cuando las instituciones se han debilitado y casi nadie las defiende, surge como una putrescencia el fervorín idolátrico, la exaltación grosera y grotesca de las personas que coyunturalmente las encarnan. Pero tales excesos papólatras -tan vacuos- ocurren mientras la Iglesia católica es arrastrada por el fango un día sí y otro también, a veces como consecuencia de sus pecados, pero casi siempre por odium fidei.
Benedicto XV dedicó a Dante una encíclica (¡ay, aquellos tiempos en que los papas dedicaban sus encíclicas a asuntos imperecederos!), In praeclara summorum, en la que reconoce que «arremetió con terrible acrimonia contra los Sumos Pontífices de su tiempo»; mas no por ello deja de declararlo el más grande poeta católico de todos los tiempos. Y Pablo VI, en su motu proprio Altissimi cantus, dedicado también a Dante, repetía la misma idea, reconociendo al divino autor de la Commedia como el más elevado fruto del genio católico, sin que sus «reprensiones acerbas» a los Papas manchen tal consideración, pues actuaba de «juez y censor» de «vicios lamentables». Yo creo que intentar halagar al mundo hablando de 'conejos' para referirse a quienes heroicamente crían a sus hijos en un mundo que los mira como si fuesen friquis es algo lamentable. Desde luego, mi pobre pluma vale infinitamente menos que la de Dante; pero la de los fetichistas africanos que alaban o justifican toda palabra inepta salida de la boca papal vale infinitamente menos que la mía.
En mi artículo El puñetazo a Gasbarri, donde en efecto defendía al Papa, decía también que Francisco «ha contado mayormente con el aplauso del mundo, que es la compañía más perniciosa para el cristiano»; y que este aplauso del mundo Francisco lo ha logrado «con un lenguaje campechano un poco chanta (que diría un argentino) y un involuntario embarullamiento en cuestiones doctrinales sensibles, que ha sido aprovechado con regocijo por los demoledores de la Iglesia». Creo que la referencia a los 'conejos' forma parte de ese lenguaje campechano y de ese embarullamiento.Cada vez que he escuchado unas declaraciones penosas (o simplemente bienquedas) de Francisco me he consolado pensando en aquel pasaje evangélico en que Cristo tiene que increpar a un Pedro inspirado con pensamientos mundanos que lo invita a rehuir su Pasión. Como afirmaba Castellani, «Pedro representa a Cristo y está en lugar de Cristo; y cuando reconoce, confiesa, profesa y proclama a Cristo, habla con la voz de Dios; pero el mismo Pedro como persona privada, hablando con sus fuerzas naturales y con su entendimiento humano, puede decir y hacer cosas indignas, escandalosas e incluso satánicas». Quien niegue esto es un papólatra descerebrado; o, como jocosamente añade Castellani, alguien que confunde el amor al Papa con el fetichismo africano. Porque amar a alguien no consiste en asentir bobaliconamente a sus sandeces, o tratar de justificarlas de modos babosos que injurien la inteligencia. Pienso que Francisco, sobre todo cuando se sube a un avión o tiene un teléfono a mano, propende a la facundia; y a veces su facundia puede incluir alguna sandez que cualquier católico no afectado por el síndrome del fetichismo africano puede señalar con naturalidad.
Observaba Gustave Thibon que, cuando las instituciones son fuertes e inamovibles, están por encima de las personas que las encarnan coyunturalmente. Dante, por ejemplo, incluyó en el elenco de condenados al che fece per viltade il gran rifiuto, refiriéndose a Celestino V (que renunció a la tiara pontificia), sin que por ello se menoscabara el prestigio del papado. Hoy, a diferencia de lo que ocurría en tiempos de Dante, cuando las instituciones se han debilitado y casi nadie las defiende, surge como una putrescencia el fervorín idolátrico, la exaltación grosera y grotesca de las personas que coyunturalmente las encarnan. Pero tales excesos papólatras -tan vacuos- ocurren mientras la Iglesia católica es arrastrada por el fango un día sí y otro también, a veces como consecuencia de sus pecados, pero casi siempre por odium fidei.
Benedicto XV dedicó a Dante una encíclica (¡ay, aquellos tiempos en que los papas dedicaban sus encíclicas a asuntos imperecederos!), In praeclara summorum, en la que reconoce que «arremetió con terrible acrimonia contra los Sumos Pontífices de su tiempo»; mas no por ello deja de declararlo el más grande poeta católico de todos los tiempos. Y Pablo VI, en su motu proprio Altissimi cantus, dedicado también a Dante, repetía la misma idea, reconociendo al divino autor de la Commedia como el más elevado fruto del genio católico, sin que sus «reprensiones acerbas» a los Papas manchen tal consideración, pues actuaba de «juez y censor» de «vicios lamentables». Yo creo que intentar halagar al mundo hablando de 'conejos' para referirse a quienes heroicamente crían a sus hijos en un mundo que los mira como si fuesen friquis es algo lamentable. Desde luego, mi pobre pluma vale infinitamente menos que la de Dante; pero la de los fetichistas africanos que alaban o justifican toda palabra inepta salida de la boca papal vale infinitamente menos que la mía.
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