El tabaco ilegal ya no viene de Galicia ni Gibraltar, sino de Navalmoral, foto,.
En el primer instituto donde trabajé, se traficaba con todo. Allí estudiaban alumnos de la Ría de Arousa, desde Catoira hasta O Grove, y por allí pasaban los hijos de capos que se harían famosos gracias al empeño del juez Garzón (Miñanco, Charlín, Oubiña), que, para las madres de la droga y los periodistas de la ría, siempre será un héroe.El día que cumplían los 18 años, algunos alumnos aparecían en el instituto con un Mercedes deportivo o con un Golf Cabriolet, regalo de su padre, ante la estupefacción de los profesores pues, en aquellos años 80, el contrabando de tabaco, que pronto se convertiría en narcotráfico, no era muy perseguido y, en general, se hacía la vista gorda. Las redadas masivas y los macrojuicios llegaron al cambiar el tabaco por la droga.
Cuando llegué a aquel instituto, con 24 años y la ilusión del primer trabajo, quienes traficaban no eran los hijos de los capos del contrabando, sino vendedores de segunda fila que traían paquetes de tabaco del llamado Winston de batea: cajetillas de rubio americano, que desembarcaban de mercantes en lanchas, se escondían en bolsas impermeables bajo las bateas de mejillones, luego iban los distribuidores locales en sus barcas y los introducían en los pueblos y ciudades de la ría.
Esto era en los primeros 80. Con los años, el tabaco dio paso al hachís, la cocaína y otras sustancias, que fueron las que motivaron al juez Garzón y a otros jueces a intervenir en Arousa de manera seria y continuada. Pero con el Winston de batea había cierta permisividad y se solía hacer paralelismo entre el contrabando de café portugués y de tabaco rubio americano: se entendían como dos maneras de subsistir que no hacían demasiado daño, se perseguían de vez en cuando para que el tema no se desmadrara y punto.
Aquel contrabando de Winston tenía su punto de aventura y peligro y era rubio americano de mucha calidad y de poco precio. De hecho, en la Ría de Arousa a nadie se le ocurría comprar los cigarrillos en el estanco y, otro dato que me llamó mucho la atención, mientras en Cáceres mis amigos fumaban los terribles Celtas cortos y, si tenían dos duros, unos cuantos Ducados sueltos, en aquel instituto y en aquella ría, todo el mundo fumaba tabaco rubio americano de contrabando, o sea, Winston de batea. Han pasado 30 años desde aquello y fumar cigarrillos de contrabando sigue siendo una costumbre muy común, aunque ahora se extiende por toda España. Se trata de tabaco de mala calidad y detrás de cada paquete ilegal no laten el riesgo ni la aventura, tampoco un viaje desde Estados Unidos en un mercante ni un tiempo de inmersión y camuflaje bajo una batea. Ahora, los cigarrillos de contrabando se fabrican en industrias nacionales y se usa tabaco de baja calidad.
En el último año y medio, la Agencia Tributaria y la policía han desmantelado cinco fábricas con capacidad para producir más de tres millones de cajetillas semanales. Estaban en Coslada, Vitoria, Talavera de la Reina, Sevilla y, la última descubierta y precintada, en Navalmoral de la Mata.
La fábrica morala se desmanteló el mes pasado. La Agencia Tributaria aprehendió casi seis toneladas de tabaco de contrabando. En la instalación ilegal extremeña se elaboraban artesanalmente cigarrillos y picadura de liar. Era tabaco de baja calidad, descartado para la producción legal, con un valor de 880.000 euros.
En estas fábricas ilegales, se elaboran cajetillas con nombres como American Legend o Ducal, que se distribuyen por España, pero también en el Reino Unido y en el norte de Europa. Nada que ver con el Winston americano de primera calidad de los años 80. Cuando la vía gallega de mercante y batea perdió fuerza, al convertirse los 'contras' en 'narcos' (la coca dejaba más ganancias), el tabaco americano de contrabando empezó a entrar por Gibraltar y Algeciras. Ahora, las mafias prefirieron hacerlo en Talavera o en Navalmoral y lo elaboran con los desechos de la cosecha.
TÍTULO: UN PAIS PARA COMERSELO, JOYA PARA JUEGO DE TRONOS,.
Como no la salven los Lannister, la ermita de El Salvador se muere,.foto,.
Con este asunto, vienen a cuento todas las muletillas de la frustración: despreciamos lo nuestro; peregrinamos a Toledo, pero ni nos acercamos a nuestros tesoros; no sabemos promocionarnos... Muletillas que se resumen en una: Extremadura, la gran desconocida. Viene a cuento esta digresión porque hoy quiero hablarles de nuestro tesoro más fascinante y descuidado, que se encuentra a una docena de kilómetros de Cáceres por la carretera de Badajoz, junto a la antigua Cañada Occidental Leonesa, a un paso de la Torre de los Mogollones.Se trata de una capilla bella, inquietante, misteriosa... Lo tiene todo para ser la perla de nuestra arquitectura rural religiosa, pero no deja de ser una ruina a la que hay que acceder saltando una alambrada de espinos o una pared de piedra. Les hablo, en fin, de la ermita de El Salvador, más conocida como de San Jorge, cuya contemplación me dejó boquiabierto una mañana de Reyes de hace dos años. La asociación Natura 2000 pide que sea declarada Bien de Interés Cultural y la asociación Hispania Nostra la incluye desde hace años en su Lista Roja del Patrimonio de España.
La situación no es tan desesperante como cuando la visité por primera vez. Desde octubre, está incluida en el Inventario del Patrimonio Histórico y Cultural de Extremadura como Bien Inventariado. Es un primer paso, pero urge dar más para evitar que este tesoro desaparezca o acabe de derrumbarse. La ermita de El Salvador data de los siglos XIV-XV. En sus paredes, se pueden admirar con claridad unos delicados frescos de Juan de Ribera pintados en 1565. Tras extasiarnos ante las pinturas y el encanto del interior del templo, pasamos al misterio porque delante de la iglesia se extiende un estanque que, según el investigador y colaborador de HOY, Alonso Corrales Gaitán, fue construido ex profeso para la ermita, es decir, no se trata de un embalse accidental de agua.
Estaríamos, pues, ante una joya llena de significados y sorpresas: por un lado, su arquitectura rural, por otro, sus frescos, en tercer lugar, su carácter de iglesia lacustre, de ermita con estanque o deambulatorio alrededor del agua cuya explicación no deja de ser una incógnita. Alonso Corrales apunta, en su libro 'Ermitas cacerenses', que la función del lago quizás fuese permitir que los caballeros entrasen en la ermita por el agua montados a caballo, quedando a la altura del sacerdote, que los bendeciría.
Yo no conozco ninguna iglesia del XIV con pinturas del XVI que tenga su propio lago. Es un lugar que sobrecoge y desborda la imaginación. A veces, me acerco a disfrutar de aquel paraje y me imagino lo que harían los directores de arte de la serie Juego de Tronos con un espacio así. Me imagino a los señores de la Casa Lannister de Roca Casterly o a los de la Casa Stark de Invernalia a caballo, entrando en el lago para ser bendecidos o celebrando un torneo acuático con sus lanzas y sus mazas.
Si la Film Commission de Extremadura mostrara la ermita a los buscadores de exteriores de la serie, la próxima vez que visiten la región buscando escenarios, seguro que quedan fascinados por la ermita lacustre de San Jorge. Y entonces sí, entonces nos daríamos cuenta del tesoro que tenemos entre Cáceres y Badajoz, en la carretera que une ambas capitales.
Mientras llega un golpe de suerte que nos haga valorar lo que tenemos, seguiremos quejándonos, lamentando cómo nuestras joyas únicas se desmoronan a la espera de un Juego de Tronos o una Isabel que nos abran los ojos. Entre tanto y para hacer boca, no se pierdan el vídeo de la ermita en HOY.es.
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