Enrique Iglesias y Anna Kournikova, en un partido de tenis entre las hermanas Williams, foto,
La tenista se habría cansado de que el cantante español no dé un paso más en su relación tras más de doce años juntos,.
A Enrique Iglesias y Anna Kournikova los han casado, embarazado y,
por supuesto, separado mil veces durante los últimos doce años. Aunque
nada de eso ha ocurrido... hasta ahora. Parece que la pareja no pasa por
su mejor momento y que habrían puesto fin a su larga relación, según
aseguran el 'New York Post' y la revista 'Ok! Magazine'. Y el culpable
tiene nombre y apellidos: Enrique Iglesias, que en mayo cumplió 39 años.
Según esta versión, el recelo del cantante a dar un paso más en su noviazgo ha colmado la paciencia de la tenista, a la que le gustaría llevar un anillo de compromiso en su dedo o convertirse en madre a sus 33 años. «Anna se está cansando de esperar a que él decida si quiere casarse con ella o no. Ella siente como que nunca va a suceder y por eso está lista para seguir adelante. Ya han tenido antes este problema y han logrado suavizar las cosas y volver a estar juntos. El tiempo dirá lo que ocurre entre ellos», ha detallado una fuente cercana a la pareja.
Por el momento ninguno de los dos protagonistas ha confirmado o desmentido nada. Eso sí, hace unos días el hijo pequeño de Julio Iglesias y Isabel Preysler bromeaba en la prensa mexicana con que no estaba casado ni soltero, sino «divorciado». Una declaración que realizaba entre carcajadas y que si entonces no era tenida en cuenta, ahora cobra un nuevo sentido con los rumores de ruptura.
Sin embargo, muchos apuntan al carácter bromista de Enrique y no ven en esta posible crisis más que una estrategia para situarse en el candelero ahora que está de gira. De hecho, Kournikova asistió hace diez días al concierto que ofreció en Chicago. Y ella sigue viviendo en el casoplón que juntos estrenaron a principios de año en Miami -por el que pagaron 21 millones de euros-, aunque estos días ha subido a las redes sociales una instantánea entre cajas de mudanza. Pero la incógnita se ha resuelto al especificar que es su abuela la que está cambiando de casa.
Así que la pareja, o expareja, podría estar jugando al despiste. El tiempo dirá y quizás la próxima visita del cantante a España en noviembre despeje la incógnita sobre su situación sentimental.
Cena: un sándwich de jamón y queso.
Según esta versión, el recelo del cantante a dar un paso más en su noviazgo ha colmado la paciencia de la tenista, a la que le gustaría llevar un anillo de compromiso en su dedo o convertirse en madre a sus 33 años. «Anna se está cansando de esperar a que él decida si quiere casarse con ella o no. Ella siente como que nunca va a suceder y por eso está lista para seguir adelante. Ya han tenido antes este problema y han logrado suavizar las cosas y volver a estar juntos. El tiempo dirá lo que ocurre entre ellos», ha detallado una fuente cercana a la pareja.
Por el momento ninguno de los dos protagonistas ha confirmado o desmentido nada. Eso sí, hace unos días el hijo pequeño de Julio Iglesias y Isabel Preysler bromeaba en la prensa mexicana con que no estaba casado ni soltero, sino «divorciado». Una declaración que realizaba entre carcajadas y que si entonces no era tenida en cuenta, ahora cobra un nuevo sentido con los rumores de ruptura.
Sin embargo, muchos apuntan al carácter bromista de Enrique y no ven en esta posible crisis más que una estrategia para situarse en el candelero ahora que está de gira. De hecho, Kournikova asistió hace diez días al concierto que ofreció en Chicago. Y ella sigue viviendo en el casoplón que juntos estrenaron a principios de año en Miami -por el que pagaron 21 millones de euros-, aunque estos días ha subido a las redes sociales una instantánea entre cajas de mudanza. Pero la incógnita se ha resuelto al especificar que es su abuela la que está cambiando de casa.
Así que la pareja, o expareja, podría estar jugando al despiste. El tiempo dirá y quizás la próxima visita del cantante a España en noviembre despeje la incógnita sobre su situación sentimental.
Miércoles:
El desayuno es el siguiente, galletas chocolate con cafe con leche,.
Cena: un sándwich de jamón y queso.
TÍTULO: EL PASEO, La voz del Loco de la colina,.
- Los famosos silencios del Loco de la colina no fueron, en principio, más que una pausa técnica, digamos, hasta encontrar la pregunta o el texto que ...foto,.
Jesús Quintero no encontraba la siguiente pregunta que tenía en el papel. Así surgieron sus célebres silencios. Lo cuenta en un libro su guionista de cabecera,.
Los famosos silencios del Loco de la colina no fueron, en principio, más que una pausa técnica, digamos, hasta encontrar la pregunta o el texto que andaba buscando. Quintero se los encontró como Fleming la penicilina. Pero ese 'fallo' fue acogido por la audiencia -predispuesta siempre a ver en las intenciones del Loco más de lo que había, tal era su poder de fascinación-como un hallazgo, y como tal lo acabó asumiendo el propio Quintero». Es un extracto de 'El Purgatorio' (Renacimiento), la segunda entrega de las memorias del poeta Javier Salvago (Paradas, Sevilla, 1950), guionista de Jesús Quintero desde 1984, responsable literario de gran parte del personaje y de sus éxitos en radio y televisión.
«Por alguna misteriosa razón, estaba convencido de que yo era la persona que andaba buscando desde que se distanció de Raúl del Pozo», escribe Salvago.
'El Purgatorio' no es un libro sobre Jesús Quintero (San Juan del Puerto, Huelva, 1940). «Yo estoy contando la historia de mi vida, no estoy contando la historia de la vida de los demás, aunque los demás salgan en el libro y, como en el caso de Quintero, salgan mucho y muy de cerca», aclara Salvago. Estuvo con él desde que 'El loco de la colina' se radiaba en la Ser. Después vendrían 'El perro verde' (TVE), 'Qué sabe nadie' (Canal Sur), 'Trece noches' (Canal Sur), 'La boca del lobo (Antena 3). 'Cuerda de presos' (Antena 3), 'El vagamundo' (Canal Sur), 'Ratones Coloraos' (Canal Sur), 'El loco de la colina' (TVE) y 'La noche de Quintero (TVE). Salvago se queda con 'Cuerda de Presos'. «Por lo que tuvo, además, de novedoso. Nadie había hecho, hasta entonces, un programa de entrevistas rodado íntegramente en las cárceles». Curiosamente, la entrevista a Rafi Escobedo había sido para 'El perro verde', título que Salvago sugirió (Quintero no lo entendió, pensaba que los raros eran los amarillos). Salvago acompañó a Quintero al penal cántabro de El Dueso (14 días después, Rafi se ahorcó), como también lo había acompañado a la casa de Isabel Pantoja en la primera entrevista que dio tras quedarse viuda. Volvería al lado de Encarna Sánchez, con quien trabajó en Antena 3 (el vínculo fue María Navarro, productora de Quintero). Del fracaso de Encarna en la televisión cuenta esto: «La cámara sacó a relucir todo aquello que sabía disimular delante de un micrófono». Tras la entrevista a Pantoja, cuenta Salvago que María Navarro le dijo: «No sé qué le pasa a Encarna. Parece que no le importa ni el programa ni nada. Está ausente, como si estuviera enamorada».
De Felipe González al RisitasDe 'Qué sabe nadie' es la famosa entrevista a Juan Guerra en 1990. La rueda de comparecencias para explicar el tráfico de influencias del hermano de Alfonso Guerra pasaba por un gran programa de televisión nacional ('El martes que viene', de Mercedes Milá en TVE), otro de radio (Gabilondo) y luego, la televisión andaluza. Quintero lo aceptó pero convenció a Guerra de grabar antes, asegurando que lo emitiría tras los otros. Pero lo dio antes, para cabreo de Milá. «Con nosotros se retrató sin quererlo. Como se dice vulgarmente, le dimos cuerda para que él mismo se ahorcase».
Dice Salvago que hoy «la entrevista se ha convertido en un duelo de vanidades en el que tanto el entrevistador como el entrevistado están más pendientes de su lucimiento personal que de plantear cuestiones de interés». Solo hay que ir a 'Trece noches' (1991) en el que Quintero y Antonio Gala pretendían reivindicar el diálogo y acabaron dialogando sus egos. Algunas perlas: «¿Estuvo alguna vez en la frontera de la muerte?». «¿En la frontera? Estuve en San Juan de Luz, como mínimo». «Cuando escucha decir de un político que tiene carisma, ¿qué siente?». «Se me pone la carne de 'gallisna'?». Y recuerda al Gala malicioso que sobre Stephen Hawking había dicho: «Ese señor, lo mejor que tiene es el cuerpo». Y de una dama de la alta sociedad que se había declarado vegetariana: «Esa no pasará nunca de ser una herbívora».
La primera persona a la que entrevistaron en televisión (en 'El perro verde') fue Beni de Cádiz. Por la radio habían pasado desde Felipe González a Petra Kelly, de Benedetti a Plácido Domingo. Incluso Borges, que habló de tigres, espejos, tahúres y gazpacho. «Horchata, sí; gazpacho, no», les dejó de titular. Como entrevistado, Quintero se las vio con Vázquez Montalbán y puso a todos sus guionistas a trabajar para quedar bien. «Esta obligación de ser siempre brillante, ingenioso, profundo, poético, era una carga que tenía que pasar factura», apunta Salvago. La factura fue la depresión de 1986.
Muchos personajes de postín, pero si tiene que elegir uno, no se lo piensa: «En una sala de edición, cuando se desmenuza una entrevista, es muy difícil que alguien impresione porque se suele ver el truco. El que más me ha hecho reír y durante más tiempo ha sido, sin duda, Risitas». Un hallazgo aquel «cuñaoooooo». Como la penicilina. Como los silencios.
TÍTULO: MIERCOLES CINE, El mito de Bourne,.
- Reparto
- Matt Damon, Joan Allen, Franka Potente, Brian Cox, Julia Stiles, Karl Urban, Gabriel Mann, Oksana Akinshina, Michelle Monaghan, Marton Csokas, Tom Gallop, Chris Cooper, Tomas Arana,.
- Jason Bourne pensaba que había dejado atrás su pasado dos años antes. Durante ese tiempo, atormentado por ciertas pesadillas y por un pasado que no consigue recordar, Bourne y Marie se trasladan de una ciudad a otra, viviendo de manera anónima y clandestina. Tratan de huir de una amenaza confusa y desconocida que creen percibir en la mirada de cualquier extraño, en cada llamada telefónica "equivocada". Cuando un agente aparece por la tranquila villa en la que se alojan, la pareja huye precipitadamente: cuando su pasado asoma por la puerta, es la única opción que le queda. Pero el juego del ratón y el gato ha vuelto a comenzar, obligando a entrar en acción a Bourne para enfrentarse a un grupo de implacables asesinos profesionales. Hace dos años Bourne abandonó ese ambiente letal y anónimo en el que todo intento de entrar en contacto con los que mueven los hilos se castiga severamente. Pero son ellos los que han venido a llamar a su puerta, y Bourne va a cumplir las reglas: deberían haberle dejado en paz...
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