Me gustan las novelas, los libros de fi losofía y hasta la metafísica. ¡Y 50 Sombras de Grey! Soy muy curiosa, porque en mi casa también lo son ...foto,.
Michelle Jenner: "Leo libros de filosofía y metafísica, pero también '50 sombras de Grey'",.
Aunque esta temporada “muere” su Isabel, Michelle está más viva que nunca. Sensata, solidaria curiosa, tuitera, romántica... Un talento que lo apuesta todo a la intuición.Puede cambiar del drama a la comedia, del doblaje a la canción, como quien cambia de vestuario”. Hacer fácil lo difícil es un raro talento, que la coloca lejos de sus coetáneas televisivas y de las intérpretes intelectuales y consagradas. Lo suyo es otra cosa, profunda intuición. De ahí que no rechine contemplarla como joven reina casadera o casi muerta en la piel de Isabel la Católica. ¿Qué sabe una mujer de 28 años del sufrimiento de una de 53 que, además, vivió hace 500 años? Nada, diríamos a priori. Todo, reconocemos al contemplar cómo hace morir a su personaje en la serie que acaba de recibir el Premio Nacional de Televisión. De las dificultades de este desfase temporal, la actriz dice lo mismo que de haber sido entronizada como “lolita” hace unos años: no tiene la menor importancia. Tanto monta, monta tanto.
Más detalles excepcionales de esta normalísima joven revelan su extraordinaria personalidad. Llega la primera a la sesión fotográfica; se ofrece a hablar por teléfono cuantas veces sea necesario si la entrevista queda corta o mal grabada; confiesa mantener una familia numerosa compuesta por tres perros y dos gatos, todos acogidos; evita las discotecas; se indigna con la injusticia social; y, además, no se hace selfies. No suele comer carne, pero no se resiste a un buen jamón. Defiende con elegancia su intimidad. Fuma tabaco de liar. No usa tacones. Su sueño no es ganar un Oscar, sino estrenarse algún día en un music hall, ser vedette de revista. Como su madre.
Mujerhoy. ¿A qué se dedica una actriz cuando termina un proyecto tan largo como Isabel?
Michelle Jenner. A descansar. El primer día lo dediqué a ver pelis en el sofá y a dormir.
MH. ¿Cuándo comienza a ponerse nerviosa porque no suena el teléfono con nuevas propuestas?
MJ. Durante el primer mes estás más o menos tranquila. Después, te pones a pensar qué será lo siguiente, hasta que llega el día en que te subes por las paredes porque necesitas hacer algo ya. Entonces es cuando eres tú la que llama al representante: “¿Qué, no ha llamado nadie?”.
MH. ¿Y ha habido suerte?
MJ. He tenido cuatro o cinco meses de sequía. En ese tiempo, he hecho un corto y doblaje. Ahora ya tengo dos rodajes en perspectiva.
MH. Desde que hizo No tengas miedo, se ha descolgado del guión destinado a las actrices jóvenes españolas. ¿No le da vértigo?
MJ. Me ha costado. He dicho que no a trabajos, porque no era por donde quería ir. Es arriesgado, porque nunca sabes qué te va a llegar, pero siempre me he planteado esta carrera a largo plazo. Me salieron papeles que te proporcionan popularidad y dinero, pero no es lo que necesito para convertirme en una buena actriz.
MH. ¿Qué tipo de papeles?
MJ. Juveniles, de comedia... La típica película comercial. No era lo que me apetecía. Ahora es cuando me ofrecen cosas diferentes, pero hasta que apareció Montxo hubo un tiempo de incertidumbre.
MH. Hábleme de su no-método
MJ. Solo he estado en una escuela de interpretación y muy poco tiempo. Yo sigo el método Michelle, y punto. Nunca me llevo el personaje a casa.
MH. Tampoco tiene coach...
MJ. Prefiero hablar mucho con el director y ceñirme a lo que siento cuando leo el guión.
MH. Su secreto está en la empatía.
MJ. Sí, trabajo bien con las emociones, porque las entiendo. No pienso mucho los personajes, no los racionalizo demasiado. Me quedo con lo que siento.
MH. Apuesto a que es buena lectora...
MJ. Leo mucho, pero tampoco obras clásicas de teatro. Me gustan las novelas, los libros de fi losofía y hasta la metafísica. ¡Y 50 Sombras de Grey! Soy muy curiosa, porque en mi casa también lo son.
MH. ¿Qué papel juegan sus padres?
MJ. Ambos son artistas, pero yo lo he tenido más fácil. Ellos han conocido los años más difíciles de la profesión, pero también los más bonitos. Más que mis consejeros, son mi apoyo. Suelo tomar yo las decisiones, aunque a veces sí que les consulto. Luego, simplemente, les digo lo que he decidido. Y, aunque en ocasiones no lo entiendan, lo bonito es que lo aceptan y lo apoyan.
MH. Dejó atrás la Michelle-Lolita...
MJ. Los hombres de Paco daba pie a eso; se hablaba de mí como icono sexual. Pero siempre pensé que sería algo pasajero. Si hubiese empezado con Isabel, no hubiera ocurrido, aunque no me arrepiento. ¿Era consciente de cómo se la presentaba en esa serie? Sí, yo me daba cuenta de que estaba saliendo en biquini en una revista de chicos. Pero me lo tomaba como una parte más de mi trabajo. Luego yo he seguido por el camino que me apetecía. Y no soy diferente a como era hace unos años.
MH. Bueno, ahora tiene Twitter.
MJ. Sí, me lo hice hace un par de años porque había muchas cuentas falsas... No soy de contar mi vida, pero me parece una herramienta muy guay para temas de trabajo, denuncias animalistas... Tengo casi 50.000 seguidores. Cuando eres actriz, estás en una posición privilegiada; la gente te ve, te escucha, te lee. Tienes que aprovechar eso para hacer el bien.
MH. ¿Qué actriz es un ejemplo a seguir?
MJ. Para mí, Adriana Ozores. Me encanta toda su carrera. Nunca ha parado, ha compaginado su trabajo con su vida y ha hecho cosas que le gustaban. Admiro también a Penélope Cruz, creo que es una gran actriz, pero yo no me veo marchándome a Estados Unidos. Necesito tener cerca a mi familia.
MH. ¿Le da más importancia a la vida?
MJ. Vida y trabajo van juntos. No quiero renunciar a nada. Si tengo que irme un mes, me voy, pero para siempre... Para mí, lo más importante es encontrar la felicidad, y ese equilibrio solo lo consigo cuando tengo a mi gente cerca. Es admirable que haya personas que vivan para su sueño. Yo no tengo esa valentía.
MH. ¿Cómo se lleva con la red carpet?
MJ. Tengo un estilista, que accede a marcas que yo ni podría soñar. Buscamos cosas que me gusten, un estilo que vaya conmigo. Prefi ero los vestidos más tirando a princesita que a superwoman. Soy más romántica que sexy.
MH. ¿Y en su día a día?
MJ. Me gusta la ropa pero, la verdad, suelo comprar en Zara. Soy de ir cómoda. Y como estoy todo el día con los perros y en el campo... Tampoco suelo usar mucho maquillaje, ni me detengo demasiado en mi apariencia. De adolescente estaba agobiada por tener poco pecho, porque siempre he sido muy palillo, pero se me pasó pronto.
MH. Tampoco le gustan las discotecas.
MJ. No. ¡Es que detesto el chunda, chunda! Cuando mis padres me cuentan cómo eran las de su época, que te ponían un tema de rock, luego una canción lenta y luego una de Los Beatles, pienso: “¡Qué maravilla!”. Yo bailo en mi salón. Me gusta hacer planes en mi casa o en la de mis amigos. Es donde más me gusta estar.
MH. Es toda una romántica.
MJ. Sí. Me hubiese encantado vivir el tiempo de la belle époque, el music hall, el caféteatro... Todo eso que ahora no hay. Veo en algunos vídeos de mi madre esos espectáculos, y eso sí era cabaret. Tenían de todo: un número de baile con abanicos, otro con máscaras, luego salía ella haciendo play back en una bañera con música francesa... ¡Quiero hacer eso!
Una reina lo cambia todo
La serie Isabel ha dado un giro a la trayectoria televisiva de Jenner. En sus tres temporadas, encarna a la Reina Católica desde su adolescencia hasta su muerte, cuatro décadas en la vida de una mujer que fue dueña de su destino y luchó contra todos y contra todo por su corona. La serie ha ganado hace unas semanas el Premio Nacional de Televisión, y ella ha recibido el ACE, Fotogramas de Plata y Ondas por su interpretación.
TÍTULO: MUNDO, PROTAGONISTA, MARIA NEIRA, .con el ebola hace falta rapidez., clariedad y transparencia,.
Comprometida e incansable, esta doctora asturiana es una de las máximas responsables de la OMS para frenar la expansión mundial de la epidemia. ¿Su diagnóstico? “El auténtico problema es la extrema pobreza”.-foto-
No hay un
día igual
a otro en
la vida
de María
Neira. Hoy
puede estar
en Ginebra, recibiendo a
empresarios de la industria
química o a políticos medioambientales,
y al día siguiente en
Bangladesh, intentando solucionar
problemas de saneamiento.
“Me ocupo de la salud
integral de los seres humanos
–dice con determinación–, un
campo enorme, porque abarca
desde la exposición a tóxicos
en el ambiente laboral, al estilo
de vida o la alimentación”.
Mujer hoy. Ahora, el foco está en
la alerta mundial sobre el ébola… María Neira. La alerta de hoy no significa que antes no se hayan tomado medidas. La OMS y todas las ONG y asociaciones que trabajan sobre el terreno llevan actuando desde principios de año. El problema de fondo es la pobreza extrema de las zonas donde ocurre la epidemia, una pobreza que afecta a la higiene y a todas las actuaciones sanitarias e impide que las medidas preventivas sean suficientes. El ébola no es solo un problema sanitario; es un drama socioeconómico y humano. La enfermedad se transmite por contacto con fluidos orgánicos, algo que se puede evitar con medidas bien diseñadas. Son esas medidas las que centran nuestra preocupación en la OMS.
MH. En Occidente, hasta que no hemos visto las orejas al lobo no hemos tomado conciencia de lo que supone el ébola.
MN. En esta, como en cualquier enfermedad contagiosa, la rapidez claridad y transparencia en la comunicación son esenciales, sobre todo para evitar la confusión y las alarmas infundadas, que suelen ser fruto de la desinformación. Aunque puedan darse casos esporádicos en España, la posibilidad de una epidemia de ébola en los países desarrollados es extremadamente baja.
MH. Se calcula en más de 9.000 el número de personas infectadas en el mundo, de las cuales la mitad han fallecido.
MN. Gran número de contagios se han dado en zonas de extrema pobreza, bien en lugares con fuerte densidad de población o bien en aldeas remotas de difícil acceso, lo que hace que este brote sea muy difícil de contener. La dimensión que ha tomado el problema requiere grandes esfuerzos sanitarios y también un mayor presupuesto, para que la respuesta sanitaria sea lo más rápida posible, las investigaciones sobre tratamientos y vacunas continúen, y el número de casos no se dispare aún más. Sin duda, a todo ello hay que añadir una información constante y actualizada, vigilancia epidemiológica y evaluación constante del riesgo.
MH. Ese tipo de acción no se aborda sin una motivación potente. ¿Qué le impulsa a María Neira?
MN. Una mezcla de optimismo y actitud positiva. Me producen rabia las injusticias sociales, las oportunidades perdidas para mejorar en salud pública, ver lo que estamos haciendo con el medio ambiente o la terrible situación de la mujer en muchos países. Como no puedes abarcarlo todo, tienes que aprender a concentrar los esfuerzos allí donde pueden tener más impacto.
MH. ¿Por ejemplo?
MN. Por ejemplo, cambiando leyes en Sierra Leona para que las niñas no se vean obligadas a casarse antes de los 18 años. ¡Las tasas de mortalidad en el parto son tremendas porque las casan entre los 12 y los 14 años! O bien buscando soluciones al problema del agua en Bangladesh, porque el agua del subsuelo contiene mucho arsénico y hay que asegurar agua potable a la población. O luchando contra la mutilación sexual de las mujeres en el África subsahariana.
MH. Dicen que las mujeres son el motor del cambio en el Tercer Mundo. ¿Hasta qué punto es así?
MN. Si me lo preguntas es porque quedan dudas, y no debería quedar ninguna, porque el empoderamiento de las mujeres es una de las medidas más rentables en materia de desarrollo. Si das dinero a una mujer del Tercer Mundo, el 90% irá a la familia, a zapatos para los niños, a comprar semillas para asegurar la cosecha del año siguiente, al bienestar del grupo en general.
MH. Y no pasa lo mismo con los hombres…
MN. Pues no. Lo vemos en el África subsahariana. Las familias las sustentan las mujeres. Hay un hombre que anda por ahí, pero que aporta muy poco al bienestar familiar.
MH. ¿Y cómo podemos ayudar a esas mujeres desde aquí?
MN. Sin autocomplacencia y con realismo. Sabiendo que lo que quieren es parecerse a las de aquí, tener los mismos derechos, agua corriente, gas, colegio para sus hijos e hijas. Hay muchas ideas falsas respecto de las mujeres del Tercer Mundo. Cuando las conoces a fondo, te das cuenta de que soportan la mutilación sexual por pura supervivencia. Las sacas del contexto de vigilancia masculina y, en pocos meses, te dicen que ya no quieren mutilar a sus hijas ni casarlas antes de tiempo.
MH. ¿Cómo se pueden convertir las ideas en medidas eficaces?
MN. Cuando empecé, pensé que había que hacer alertas movilizadoras. Ahora sé que que no podemos dejar la responsabilidad a la población. No basta con decir que hay una epidemia de cólera. Hay que hablar de soluciones. Decir que en tal sitio se va a distribuir agua potable a partir de las seis de la tarde, o dar instrucciones sobre el lavado de manos o la gestión de aguas residuales. Y todo eso tiene que ir acompañado de alertas a los políticos para que tomen medidas.
MH. La salud incluye respirar un aire limpio, pero parece difícil conseguir un consenso.
MN. Somos la primera generación que vive expuesta a estos niveles de contaminación. Las autoridades tendrán que decidir si nos lo podemos seguir permitiendo. Algunas ciudades, como Pekín, han superado el límite de lo soportable, pero los datos europeos son también alarmantes. Un estudio de dos calles colindantes de Londres ha demostrado cómo en la que tiene más tráfico y más contaminación, el riesgo de sufrir enfermedades asociadas se disparaba.
MH. En 2050, el 70% de la población mundial residirá en ciudades. Da un poco de vértigo.
MN. Por eso tenemos que empezar a reducir las emisiones contaminantes ya. Siempre tengo en mente lo que decía Leonardo da Vinci: “Las ciudades tienen que estar pensadas para ser felices”.
MH. Parece complicado transmitir ese mensaje en África y Asia.
MN. Ahí los retos son a corto plazo. La gente llega a las ciudades desde el campo y vive en los cinturones de las afueras, sin saneamiento, en condiciones idóneas para la transmisión de enfermedades infecciosas. Ahí se trata de ofrecer niveles sanitarios mínimos, luchar contra la pobreza, el hacinamiento y la violencia.
MH. Aquí nos limitamos a solucionar los problemas con medicamentos.
MN. Los médicos tenemos también que entonar el mea culpa, por practicar una medicina de bata blanca. No se trata de olvidar los avances, pero deben convivir con la medicina que practicaban los médicos de pueblo, los que hacían prevención primaria. Te decían que no había que tener aguas estancadas, que había que aislar a los enfermos infecciosos, que te lavaras las manos antes de curar…
MH. Los gobiernos destinan menos dinero a prevención que a tratamiento.
MN. Los países de la OCDE destinan un 97% del gasto sanitario a tratamiento y solo el 3% a prevención, y es un tremendo error. Hay que actuar en las causas de las enfermedades crónicas, esas que se pueden prevenir reduciendo la exposición al humo y contaminantes, con una alimentación y estilo de vida saludables, diseñando ciudades que permitan realizar actividad física y tener vida social. El défi cit en prevención está poniendo en peligro la sostenibilidad del sistema.
MH. La vida en los países “desarrollados” no parece muy saludable, si nos fijamos en cómo se disparan las tasas de obesidad de los emigrantes que llegan desde el Tercer Mundo.
MN. Eso se ha estudiado mucho, sobre todo en emigrantes del Pacífi co y latinoamericanos, que se vuelven obesos precisamente cuando se trasladan a nuestras sociedades “avanzadas”.
MH. ¿Qué significa esa tendencia?
MN. Que la obesidad tiene más que ver con la dieta y el estilo de vida que con los genes. A mí siempre me llama la atención que todos los coches de los EE.UU. tengan un espacio para dejar el vaso y la comida, porque indica que la gente come en el coche. Aquí estamos perdiendo la tradición de comer en una mesa, que se asocia a un menor riesgo de obesidad.
MH. Para que algo cambie, ¿tenemos que implicar también a las empresas de alimentación?
MN. Las empresas no deberían malgastar energía en contraatacar, sino dedicarse a desarrollar productos cada vez más saludables, que ayuden a combatir la obesidad. Es un esfuerzo a largo plazo, pero añade credibilidad y aporta valor de futuro al sector.
MH. ¿Qué diría a los padres que dicen que sus hijos solo quieren comer pizza?
MN. Les diría que en Japón, donde los niños son tan niños como aquí, les dan sushi desde pequeños. Que en Vietnam, donde los insectos son alimento habitual, los niños también los comen. Que en la India, toman especias como sus padres. ¡No piden jamón de York! El ejemplo es clave. Si nos ve tomar verduras y las ponemos en su plato, las acabará tomando. Las comidas familiares son momentos mágicos y en ellas los niños aprenden a compartir el disfrute gastronómico, la conversación y las pautas saludables.
Vocación y acción
● Es médico especialista en Endocrinología y Enfermedades Metabólicas.
● Trabajó con Médicos sin fronteras en Centroamérica y con la ONU en África, antes ingresar en la OMS como directora de Prevención y Erradicación de Enfermedades Infecciosas.
● Fue presidenta de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria entre 2002 y 2005, cuando regresó a la OMS como directora del Dpto. de Salud Pública y Medio Ambiente.
● Condecorada por el Gobierno francés con la Orden del Mérito Nacional.
● Está casada y tiene un hijo.
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