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Presenta la temporada de su restaurante con sus nuevas creaciones, un menú al que ha bautizado como 'Estados de ánimo',.
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Quique Dacosta escribe en '3' sus vivencias previas a lograr la tercera estrella Michelín,.
Busca ser impredecible, seducir a sus clientes y no dejar indiferente a nadie. Tres estrellas atestiguan que lo ha conseguido. Es Quique Dacosta, un «cocinero autodidacta» -como le gusta a él definirse- que lleva casi tres décadas de oficio con un mismo sueño: «alimentar el alma» de las personas a través de sus platos. Y ahora también a través de sus palabras, puesto que acaba de publicar un libro, '3', en el que narra las vivencias y emociones experimentadas en los días previos y posteriores a la concesión del premio top de la Guía Michelin a su restaurante de Denia (Valencia), así como desvela esas 50 recetas que le otorgaron el máximo galardón al que puede aspirar un chef.
Este extremeño de nacimiento pero valenciano de adopción recibe en su 'templo' a una docena de periodistas para hablarles de ese «sueño hecho realidad» que es su nuevo libro y presentarles la temporada 2015 del Quique Dacosta Restaurante, que comienza ahora en abril: un menú compuesto de 140 creaciones inéditas que se estructuran en dos versiones, primavera-verano y otoño-invierno, bajo el título 'Estados de ánimo' (Dacosta tiene como ritual bautizar cada año a su menú con un nombre diferente, escogido por él mismo). «No me pregunten cómo se consiguen las tres estrellas, porque no tengo ni idea. Ni tan siquiera Michelín lo sabe», explica con humildad, con la misma con la que admite que «sin la tercera 'constelación' no hubiera habido más Quique Dacosta Restaurante», haciendo alusión a los problemas económicos que atravesaban por entonces a consecuencia de la crisis.
'3', un título que sirve como homenaje al tercer 'macaron' y al tercer libro en solitario que publica, comienza, a modo de diario personal, el 16 de noviembre de 2012, cuando Quique Dacosta aterrizó en Mónaco invitado por Alain Ducasse para la celebración del 25 aniversario de su restaurante Le Louis XV. «Solo quería recoger las impresiones del momento», afirma.
Fue un fin de semana intenso, especial, en el que se reunieron 240 chefs de todo el mundo, entre ellos otros compatriotas como Andoni Luis Aduriz, Joan Roca, José María Arzak o Sergi Arola. «Los cocineros españoles somos como un ovillo, vamos todos juntos, tenemos muy buen 'feeling'», se congratula el maestro de la cocina conceptual.
Quique relata con mimo y esmero todos los detalles de ese fastuoso evento que fue la antesala de otra celebración: la concesión de la tercera estrella, que ya se empezó a hacer realidad allí en Mónaco, cuando le saludó cariñosamente (y sin él saber de quién se trataba hasta que no le dio la tarjeta) Michael Ellis, director de la Guía Michelin. Entonces, Joan Roca le dijo a modo de predicción: «Ve abriendo botellas de champán, Quique».
Efectivamente, tres días después, el 21 de noviembre de 2012, una llamada confirmó esta 'intuición', que ponía la guinda a un proceso de renovación total que comenzó a gestarse en el año 2009, cuando, tras un proceso de «catarsis creativa», empezaron a reconstruir un nuevo estilo. Esta transformación se materializó en 2012: eliminó la carta y se centró en ofrecer exclusivamente dos menús degustación: el de temporada, que cada año renueva con sus últimas creaciones, o el 'histórico', en el que se pueden degustar los platos que se han consolidado en el tiempo (estas dos opciones se mantienen a día de hoy). Pero la renovación no fue solo de contenido, sino también de forma: desaparecieron los manteles de sus mesas («creo que somos el único tres estrellas de Europa sin mantel», dice Dacosta con cierto orgullo) y se comenzaron a servir sus 'recetas' en actos, como si de un espectáculo musical o teatral se tratase. Al fin y al cabo, todo es arte.
En su nuevo libro, una lujosa edición bilingüe (en español e inglés) de la editorial Grijalbo, con unas excepcionales fotografías del brasileño Sergio Coimbra, también ofrece las recetas de los 50 platos del menú que le hicieron merecedor de convertirse en uno de los ocho cocineros españoles triestrellados en la actualidad. «Lo que quiero es dejar rastro en todo aquel que tome uno de mis platos», señala el chef, que confiesa que pasó de buscar la inspiración en el exterior, en la naturaleza, en el paisaje, a buscarla dentro de sí mismo: en sus emociones, experiencias, viajes.
«Cocino para mis clientes igual que hago para mis hijos: con el mismo amor. Si algo hay en la cocina de Quique Dacosta es que lo hacemos con todo el corazón», asegura el cocinero, que cada año continuará «reinventándose» para revalidar esas tres 'constelaciones' que le encumbran como uno de los mejores chefs del mundo.
TÍTULO: UN PAIS PARA COMERSELO, REPRESIÓN EN EL ALENTEJO,.
Una operación secreta acabó con los refugiados de la Raya en 1944, / foto,.
Hasta ahora, sabíamos que la policía portuguesa había entregado a España, durante la Guerra Civil, a los republicanos españoles que cruzaban la frontera escapando del ejército de Franco. Sabíamos de los numerosos refugiados devueltos desde Elvas y Campo Mayor en agosto de 1936, luego fusilados en Badajoz. O el caso del poeta Miguel Hernández, devuelto en Rosal de la Frontera por los 'guardiñas'. Incluso hemos contado en diferentes ocasiones el caso de Barrancos y de los más de mil extremeños acogidos en campos de refugiados por el teniente Seixas, posteriormente liberados a costa de la degradación del heroico militar portugués.
Sin embargo, poco se conocía sobre la actividad represiva en la zona portuguesa de la Raya durante la posguerra hasta que el pasado viernes, el diario lisboeta Público recogía un amplio reportaje, firmado por Carlos Pessoa, donde se contaba con detalle una operación de fuerzas militares y policiales lusas, que acabó, en 1944, con los últimos refugiados de la Raya en el Alentejo.
Se trató de una operación secreta de la que nada se sabía, pero cuyos pormenores fueron recogidos por escrito y archivados en el Arquivo Nacional da Torre do Tombo. Para que nada se conociera, no hubo intercambio de telegramas ni oficios antes, durante ni después de la operación y solo ahora salen a la luz los detalles.
Los hechos sucedieron los días 13 y 14 de noviembre de 1944. Se desarrollaron durante la madrugada y tuvieron lugar en un ámbito geográfico conocido por la policía política portuguesa como la 'República de Andorra', un triángulo situado entre Campo Mayor y las aldeas fronterizas de Degolados y Ouguela. En este lugar se encuentra un territorio fronterizo del que ya les hemos hablado en otras ocasiones: la Reyerta de Ouguela, una inmensa llanura que durante siglos vivió en la indefinición: ni era de España ni era de Portugal.
En esa zona, había alrededor de 200 republicanos españoles, que ejercían de barberos, zapateros, jornaleros o contrabandistas, pero que, al menos, sobrevivían sin acabar en la cárcel ni ante un pelotón de fusilamiento.
En 1944, se intensifica la represión política del régimen salazarista y se toma la decisión de acabar con esta bolsa de refugiados en el Alentejo. Según cuenta Público, tras diversas reuniones en Badajoz, se pone en marcha el operativo con la participación 40 soldados portugueses, 50 guardias republicanos y cinco agentes de la policía política. La acción comienza a las seis y media de la mañana del 14 de noviembre, una madrugada de mucho frío, en los alrededores de Ouguela. A esa misma hora, 78 guardias civiles ocupan estratégicamente la línea fronteriza entre Badajoz y Alburquerque.
Las fuerzas portuguesas dan una batida por chozos y pajares (algunos situados a escasos 200 metros de España), expulsando a los huidos republicanos, que escapan del cerco intentando cruzar la frontera, donde caen en manos de la Guardia Civil. De esta manera, son apresados refugiados, «os mais célebres bandidos espanhois da região» para los militares portugueses, como El Talaverano, El Duro, El Retratista, El Tortilla o El Pitones, calificados en los archivos de la operación como temidos, salteadores, comunistas y excombatientes rojos.
De lo que sucedió con los 24 detenidos por la Guardia Civil en la frontera nada más se supo, salvo en un caso. Sí se ha conocido que tenían una red de apoyo en la zona del Alentejo donde vivían y que incluso mantenían contactos con la embajada de Méjico en Lisboa.
Esta operación no se conocía hasta ahora. En 1945, el periódico clandestino Avante, órgano del Partido Comunista Portugués, había denunciado a los 'assassinos de Campo Maior' por haber asaltado 40 cabañas que albergaban a 300 refugiados españoles. Público recoge declaraciones de viejos habitantes de Ouguela y alrededores que recuerdan aquellos hechos, pero en Extremadura nada se sabía de esta historia.
viernes, 10 de abril de 2015
TAPAS Y BARRAS , EL COCINERO QUE ALIMENTA EL ALMA,./ UN PAIS PARA COMERSELO, REPRESIÓN EN EL ALENTEJO,.
TÍTULO: TAPAS Y BARRAS , EL COCINERO QUE ALIMENTA EL ALMA,.
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