DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - Sainz aprende a sufrir con McLaren,. / Documental - La cruz de Francisco ,./ LIBRO -LOS TRES MOSQUETEROS,.
TITULO: DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - Sainz aprende a sufrir con McLaren,.
DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - Sainz aprende a sufrir con McLaren, fotos,.
Test de pretemporada,.
Sainz aprende a sufrir con McLaren,.
El McLaren de Carlos Sainz, rodando sobre el trazado del Circuit de Barcelona-Catalunya.
Los
problemas del inicio del día complicaron el plan previsto, si bien el
español intentó salvar la jornada con una tarde repleta de vueltas,.
Tenía que llegar el día en el que Carlos Sainz no tuviera una jornada cómoda, y fue en el tercer día de trabajo de esta nueva era de McLaren. Se las prometían muy felices los hombres de Woking cuando vieron que superaban en dos días las previsiones, pero el espectáculo y los nervios llegaron al tercero. El
día empezó sin sol, casi como una premonición, sobre el Circuit de
Barcelona-Catalunya. Las piezas enviadas desde la fábrica en Gran
Bretaña iban a ser montadas para intentar mejorar los tiempos, dar un
punto más de competitividad y no afectar por ello la fiabilidad del
equipo. Sin embargo, algo no fue bien nada más arrancar el coche a las
9:00h: una fuga hidráulica obligaba a desmontar el coche y sacar la caja de cambios, lo que a la postre derivó en que Sainz sólo pidiese dar 27 vueltas.
Rápidamente
empezaron a sonar las viejas frases que ya parecían expulsadas del
argot en McLaren: «no es nada serio», «estamos en test y mejor que pase
ahora que en Australia», «así los mecánicos pueden ponerse a prueba
también»… La primera frase la lanzó el propio Carlos Sainz a la carrera,
interceptado cuando iba corriendo desde el motorhome al box mientras
intentaban solventar el problema. Si bien el fallo le privó de la
primera hora y media de trabajo, no fue una jornada sencilla para él. Y es que esa avería en la caja de
cambios no fue la única en aparecer. Todo lo que habían esquivado en las
jornadas previas les llegó de golpe en un miércoles en el que, además
de esa fuga hidráulica, también perdieron dos trozos de los laterales del MCL34. Por la mañana fue en el lado derecho y por la tarde en el izquierdo. Entre medias, un trompo.
Atracón vespertino
Aunque
no es buena noticia para nadie desde ningún punto de vista tener una
avería, dos trozos del chasis por los aires y un trompo, lo cierto es
que a Carlos Sainz tampoco le vino mal del todo tener una sesión así.
Para él, estar en un equipo como McLaren es un sueño como para muy
pocos, algo que además le permitirá demostrar que también puede estar en
las duras y no sólo en las maduras.
Cuando se bajó del coche al
final del día, Sainz no estaba muy contento por acabar tan lejos de la
cabeza, aunque sí por haber llegado a las 90 vueltas en total en la
jornada. La fiabilidad que les faltó por la mañana les llegó por la
tarde, y Sainz se puso el traje de faena para realizar el trabajo que no pudieron hacer por la mañana.
Un
factor a tener en cuenta de que incluso en momentos de tensión ya no
cunde el pánico es cómo solventaron la avería de la mañana. Tanto los
ingenieros como el propio Sainz, a diferencia de lo que pasaba en los
tiempos de Honda y Alonso, mantuvieron la calma y
evitaron que los viejos cantos de guerra entonasen más alto de lo
debido. Si bien el piloto no se esperaba tener un día complicado, la
reacción mostrada por la tarde es la mejor lectura que pueden sacar, ya
que hace no mucho un problema similar hubiera supuesto con total
probabilidad una reducción drástica del programa previsto y una serie de
reuniones eternas que poco o nada hubieran arreglado.
La realidad es que McLaren está mucho mejor de lo que muchos preveían,
máxime los que incluso se atrevían a colocar a una Williams en estado
de crisis absoluta por delante. Los coches naranjas sí se han colado en
esa zona media de rendimiento, que este año va a estar
mucho más apretada que nunca, y que tendrá a Sainz como su líder. Lando
Norris será el encargado de poner en pista el MCL34 por última vez en
esta primera semana, pero Sainz tiene claro que pueden sacar mucho más
adelante.
Este jueves Intentarán confirmar que las nuevas piezas que probaron este miércoles funcionan.
Los ensayos con todo tipo de compuestos de Pirelli les fueron bien con
Sainz, así que Norris tendrá la oportunidad de probarlos y dar sus
sensaciones. La importancia que van a tener esta temporada y la
capacidad de entendimiento que pueden alcanzar con ellos será también
determinante: que se lo digan a un Räikkönen que ha colocado un Alfa
Romeo (antiguo Sauber) al frente de la clasificación.
Carlos Sáinz, durante la jornada de test en Montmeló.
Sainz saca el lado positivo a los problemas del día
Los
test están para este tipo de situaciones, dicen los tópicos, y para
Carlos Sainz la jornada fue un día algo más complicado de lo que
esperaba. El español comenzó la sesión de trabajo hora y media más tarde
de lo esperado por una avería en la caja de cambios. Eso no le hizo
perder el buen ánimo.
«Hoy ha sido un día un poco más desafiante
porque hicimos algunos cambios en el coche por la noche, lo que retrasó
nuestro inicio mientras acabamos de preparar todo. Aun así, conseguimos
completar casi una distancia de carrera, y hemos podido ver ya los
beneficios de estos nuevos elementos en la información que hemos
obtenido», señaló el madrileño en declaraciones facilitadas por el
equipo.
La semana de trabajo para Sainz se ha acabado, y le tocará
a Lando Norris completar el plan previsto el jueves. «Hemos obtenido
datos muy útiles de las tandas largas especialmente y ahora esperamos
que podamos seguir con este ritmo por parte de Lando para nuestro último
día», deseó el madrileño.
TITULO: Documental - La cruz de Francisco ,.
La cruz del Papa Francisco,.
El Papa Francisco reza durante un oficio religioso en la Santa Sede. / fotos,.
La
crisis de la pederastia en la Iglesia amenaza con monopolizar el
pontificado de Bergoglio. La respuesta llega esta semana con una
conferencia inédita en el Vaticano,.
«Guau!».
Antonio Carrón reacciona con esta interjección y con una enorme sonrisa
ante el documento que le entrega una de sus profesoras. Es el diploma
que certifica que ha completado los seis meses del curso de experto en
protección de menores ofrecido por la Pontificia Universidad Gregoriana,
el más prestigioso de los centros académicos con los que cuenta la Iglesia católica
en Roma. Religioso madrileño de 38 años, Carrón se encarga de la
supervisión de los colegios que tienen repartidos por el mundo los
agustinos recoletos. «Estas clases me han abierto la perspectiva. Hemos
aprendido los elementos relativos a la prevención y reacción ante un
abuso y cómo amoldarnos a las circunstancias concretas de cada lugar»,
contaba Carrón el pasado miércoles, cuando tuvo lugar la ceremonia de
entrega de diplomas en esta universidad de la Compañía de Jesús. Los 18
sacerdotes, religiosas y laicos provenientes de países de medio mundo
eran la cuarta promoción del curso creado por el Centro para la
Protección de Menores (CPM) de la Gregoriana para responder al más grave
desafío que afronta hoy la Iglesia: los abusos sexuales a menores
cometidos por sacerdotes y religiosos.
La cumbre
Cuatro días de ponencias
Cuatro días durará la
cumbre en Roma sobre la pederastia en la Iglesia católica. Las sesiones
comenzarán y concluirán con una oración y se repartirán entre ponencias
de expertos y grupos de debate según las distintas lenguas.
170
participantes tendrá la
conferencia sobre protección de menores que se celebrará en el Vaticano
la próxima semana. Será una cumbre inédita en la que habrá 115
presidentes de conferencias episcopales de todo el mundo, veinte
representantes de las Iglesias orientales, superiores de congregaciones
religiosas masculinas y femeninas y varios jefes de dicasterios de la
Santa Sede.
El discurso final
Hay una gran expectación
por conocer lo que pueda decirle el Papa Francisco a los participantes
en su discurso conclusivo del próximo domingo.
Protestas
Las víctimas de abusos
también van a tener un papel protagonista en el simposio, tanto dentro
del aula vaticana donde se desarrolla como en el exterior. A lo largo de
las cuatro jornadas de debate se producirán continuas manifestaciones
convocadas por la red de asociaciones Fin de los Abusos del Clero.
12
mujeres solamente habrá
entre los participantes en la cumbre, uno de sus grandes lunares. Dos
integrarán el grupo de trabajo encargado de la organización y otras diez
representarán a más de medio millón de monjas repartidas por el mundo.
Como
los diplomados y licenciados de los años anteriores, este pequeño grupo
está llamado a convertirse en la punta de lanza contra la pederastia.
Tienen trabajo por delante. Pese a que desde el pontificado de Benedicto XVI
el Vaticano aseguraba que había implantado una doctrina de 'tolerancia
cero' frente esta lacra, queda mucho camino para que no haya duda de que
en la Iglesia no hay espacio para los abusadores ni para los
encubridores. Lo demuestra la multiplicación de escándalos en diversos
países durante los últimos años. «El Vaticano tiene tanta credibilidad
hablando de protección a la infancia como la que tenía el entonces
presidente estadounidense George W. Bush cuando hablaba de las armas de
destrucción masiva en Irak», se queja Miguel Hurtado, víctima de abusos
en el monasterio de Montserrat y uno de los impulsores de Infancia
Robada, la primera asociación española de supervivientes de
eclesiásticos pederastas.
El Papa Francisco es recibido en Dublín con pancartas alusivas a los casos de pedofilia en el clero. En
el tortuoso recorrido para que la Iglesia recupere la credibilidad hay
una etapa crucial la semana que viene: la conferencia sobre protección
de menores en instituciones eclesiásticas convocada en el Vaticano
desde el próximo jueves y hasta el domingo. Estarán presentes los
presidentes de las conferencias episcopales de todo el mundo, las
máximas autoridades de las Iglesias orientales, un grupo de superiores
de las congregaciones religiosas y los 'ministros' de la Santa Sede
implicados en esta cuestión. Serán entre 170 y 180 participantes en una
cita inédita con la que el Papa pretende que todos los episcopados se
convenzan de una vez de que el problema es global, está presente en
todas las culturas y ya no vale mirar hacia otro lado. «Es una etapa
importante en largo camino que la Iglesia empezó hace 35 años en países
como Australia o Estados Unidos, 9 años en Alemania y en Europa Central y
al que poco a poco continúan sumándose otros países», explica el
jesuita alemán Hans Zollner, presidente del CPM y uno de los
organizadores del simposio. «Todas las realidades eclesiales deben darse
cuenta de la necesidad de proteger a los menores y esforzarse para
hacer justicia a las víctimas y empezar a hablar de los crímenes
sucedidos».
En el Vaticano hay conciencia de que Jorge Mario
Bergoglio se la juega con este asunto. Pasada ya la 'luna de miel' de
los primeros años tras su elección como obispo de Roma, el Papa
argentino corre el riesgo de que la crisis de los abusos acabe
eclipsando las grandes aportaciones del pontificado, como su apuesta por
una Iglesia sencilla, abierta a todos y cercana a los más
desfavorecidos o su enconada defensa de los inmigrantes y de la
protección del medio ambiente, entre otros temas. «Si no logramos ir
hasta el fondo en la cuestión de los abusos, no recuperaremos la
credibilidad y la pureza de la misión de la Iglesia», reconoce el
jesuita Federico Lombardi, antiguo portavoz de Benedicto XVI y de
Bergoglio y al que ha echado mano el Vaticano para moderar el encuentro
de la semana que viene. «Debemos encontrar las causas, las
manifestaciones y los remedios. Francisco relaciona el abuso sexual con
el de poder y de conciencia, con el ejercicio de la autoridad y de las
relaciones dentro de la Iglesia. Es verdad que es una cruz y algo
doloroso sobre lo que nadie quiere hablar. No es divertido, por eso se
trata de esconder».
Francisco sabe que se la juega en este asunto y quiere convencer a la
Iglesia de que el problema es global y no vale mirar hacia otro lado
Lombardi confiesa que él mismo siente
una «resistencia interior» a tratar los abusos y reconoce que hay un
sector eclesial que «no lo soporta más», pero tiene claro que no existe
otra alternativa que «ir hasta el fondo» de la cuestión.
Denuncia. La víctima Miguel Hurtado, ante el monasterio de Montserrat, donde sufrió los abusos. «Todavía
hay muchos en la Iglesia, sobre todo en los países donde la crisis está
emergiendo ahora, que están más preocupados por proteger la reputación
de la institución que a las víctimas», lamenta por su parte la irlandesa
Mary Collins, que sufrió abusos de un sacerdote durante su niñez y fue
miembro de la Pontificia Comisión para la Protección de Menores (PCPM).
La abandonó en marzo de 2017, hastiada de la falta de medidas concretas.
Creada por Bergoglio hace cinco años, la PCPM supuso en cualquier caso
un significativo paso adelante para intentar que el rechazo de la
pederastia y la persecución a quienes la practican fueran calando dentro
de la jerarquía. Es el mismo objetivo de la inminente conferencia que,
según detalla Zollner, tiene un carácter «educativo». «Hay muchos que
quieren que se hable lo menos posible porque sienten que sólo ya
reconocer el problema les hace perder el respeto», denuncia Collins.
«Ven a las víctimas que denuncian como a enemigos de la Iglesia, sin
darse cuenta de que tratando de forma adecuada este asunto lo que
consiguen precisamente es recuperar la credibilidad».
«Debemos asumir la necesidad de esforzarnos para hacer justicia»
Hans Zollner - Organizador de la cumbre
Los
supervivientes de abusos van a tener un papel protagonista en el
simposio, tanto dentro del aula vaticana donde se desarrollarán las
reuniones como fuera, pues habrá continuas manifestaciones de la red de
asociaciones ECA ('Ending Clergy Abuse', Fin de los Abusos del Clero), a
la que pertenece Infancia Robada. Los participantes en la cumbre, a los
que el Papa invitó a reunirse con víctimas en sus países antes de
viajar a Roma para ir entendiendo el problema, comenzarán sus sesiones
viendo un vídeo en el que contarán su experiencia personas de diversas
partes del mundo vejadas por eclesiásticos cuando eran menores. También
habrá en las sesiones de trabajo supervivientes de África y Asia, dos
continentes donde suele negarse la existencia de esta lacra, pues se
considera que sólo afecta a países occidentales. Todos los implicados en
combatir y prevenir la pederastia coinciden en que el encuentro con las
víctimas es un paso imprescindible para entender la magnitud del
problema y concienciarse sobre cómo actuar. «Sin la experiencia de
escuchar y ponerte en el lugar de alguien que ha sufrido un abuso es muy
difícil comprender la cuestión e intentar cambiar de actitud», explica
Carrón, que se ha reunido con supervivientes de eclesiásticos pederastas
tanto en el curso del CPM como en otros contextos.
Expectativas defraudadas
El mayor desafío al que se enfrenta la cumbre 'antipederastia'
del Vaticano es cómo responder a la gigantesca expectación. Preocupado
por la desilusión que podía generarse luego, el propio Papa pidió el
pasado 28 de enero en el vuelo de vuelta a Roma tras su viaje a Panamá
que había que «desinflar» las expectativas porque el problema de los
abusos «va a continuar». «Es terrible. Es un drama humano del que
tenemos que tomar conciencia. Resolviendo el problema en la Iglesia,
ayudaremos a resolverlo en la sociedad y en las familias», dijo.
«El Vaticano carece de credibilidad cuando habla de protección a niños»
Miguel Hurtado Víctima de abusos
Lombardi
reconoce que está «fuera de la realidad» quien piense que en tres días y
medio de reuniones se puede atajar definitivamente la cuestión. «Las
expectativas excesivas y no realistas provocan luego una decepción y una
idea de fracaso. Si en cambio se tienen expectativas proporcionadas a
lo que efectivamente se puede alcanzar, se puede valorar de modo
objetivo el resultado». Las víctimas como Miguel Hurtado no aceptan esta
justificación. «Si en cuatro días no da tiempo, que organicen un sínodo
de tres semanas para hablar sobre abusos, como hicieron para debatir
sobre los jóvenes el año pasado», se queja este miembro de Infancia
Robada.
También en la comunidad internacional el interés por la
conferencia es enorme. «Tenemos grandes expectativas de que sea un punto
de inflexión y lo seguiremos con atención», asegura Marta Santos Pais,
representante especial del Secretario General de las Naciones Unidas
sobre la Violencia contra los Niños, que se reunió el año pasado con el
Papa para tratar este problema. «El Santo Padre está comprometido. Soy
optimista, muchas comunidades religiosas están afrontando el desafío y
son conscientes de que hay que dar este primer paso».
La pederastia
«Clima de impunidad»
En 2014 Naciones Unidas
emitió un durísimo informe en el que criticaba al Vaticano por haber
creado un supuesto «clima de impunidad» en el que se permitió durante
décadas el abuso sexual a menores por parte de eclesiásticos. La ONU
exigía el cese inmediato de los curas y religiosos pederastas, su
entrega a la justicia civil y la apertura de los archivos relativos a
este problema. El asunto es tan grave que, si no se ataja con la mayor
severidad, amenaza con eclipsar los grandes logros del pontificado de
Francisco.
3-4
por ciento de los
sacerdotes católicos entre 1945 y 2018 se habrían visto envueltos en
episodios de pederastia. El dato lo facilitó el jesuita Hans Zollner,
uno de los mayores expertos en la materia, de acuerdo a las cifras
barajadas en los países donde se ha estudiado el fenómeno, como EE UU,
Irlanda, Alemania o Australia.
España, «aún muy verde»
«En España estamos
todavía muy verdes a la hora de afrontar el problema», reconoce el
agustino recoleto Antonio Carrón, recién diplomado en el curso de
protección de menores ofrecido por la Pontificia Universidad Gregoriana
de Roma. Para Miguel Hurtado, fundador de la asociación de víctimas
Infancia Robada, los obispos de nuestro país «están muy perdidos» en la
gestión de los casos de pederastia y en la prevención de los mismos.
Hurtado
tiene un punto de vista distinto. Considera que la cumbre de por sí no
cambiará gran cosa y será sólo la atención mediática que genere la que
contribuya a que salgan nuevos casos. «La reacción de la Iglesia
católica llega tarde. Podía haber afrontado el problema hace años, pero
se ha metido en una espiral de la que le va a resultar muy difícil
salir. Vamos a ver su muerte a cámara lenta delante de la opinión
pública global». Una fuente interna vaticana que conoce profundamente el
problema concuerda con que todavía queda lejos la luz al final del
túnel: «Vamos a comer mierda durante años».
Protagonistas
Considerado el 'cazapederastas' del Vaticano, Francisco le nombró en
noviembre secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la
Fe. Es uno de los organizadores de la cumbre.
Charles J. Scicluna
Fue el 'zar' de la comunicación vaticana durante el pontificado de
Benedicto XVI.Ahora, a sus 76 años, Francisco le ha encargado ejercer
como moderador en la conferencia vaticana sobre pederastia.
Federico Lombardi
Este jesuita alemán, integrante del comité organizador de la cumbre,
es el presidente del Centro para la Protección de Menores de la
Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, de la que también es
profesor.
Hans Zollner
Arzobispo de Chicago, es uno de los hombres de confianza del Papa
Francisco en EE UU, cuyo episcopado ha dado importantes pasos adelante
en la prevención de la pederastia tras el estallido de la crisis.
Blase C. Cupich
Arzobispo de Bombay y miembro del Consejo de Cardenales, encarna la
preocupación de Francisco por que las Iglesias asiáticas tomen
conciencia de que no son inmunes a la pederastia.
Oswald Gracias
Es el símbolo de la pederastia en EE UU, donde fue arzobispo de
Washington. Ayer fue expulsado del sacerdocio debido a varios casos de
abusos, una medida inédita en la historia contemporánea de la Iglesia.
Theodore McCarrick
El escándalo por llegar
«¿Por qué no se habla de los obispos que violan a monjas?»
Las monjas venden lo que tienen: la parte que entregaron al
Señor la tienen que coger y comerciar con ella para poder vivir». Han
tenido que pasar más de tres años desde que la religiosa congoleña Rita
Mboshu Kongo, profesora de la Pontificia Universidad Urbaniana, hiciera
esta denuncia en la revista 'Vida Nueva' para que el Papa por fin
afronte en público la próxima crisis que acecha a la Iglesia católica:
la violación de monjas por parte de sacerdotes y obispos.
El
guante lanzado por Mboshu Kongo, que desveló cómo muchas congregaciones
africanas mandan a estudiar a Roma a sus religiosas sin medios para su
sustento, por lo que quedan a merced de benefactores que las «someten y
explotan», fue recogido hace unas semanas por Lucetta Scaraffia,
directora de 'Donne Chiesa Mondo' (Mujeres, Iglesia, Mundo), el
suplemento femenino de 'L'Osservatore Romano', el diario de la Santa
Sede. En un demoledor artículo, Scaraffia se preguntó: «¿Por qué no se
habla de los obispos que violan monjas?».
«El silencio da impunidad»
Profesora
de Historia Contemporánea en la Universidad La Sapienza de Roma,
Scaraffia tiene una pluma valiente que ha aprovechado el altavoz de
'Donne Chiesa Mondo' para criticar los atropellos que sufren las mujeres
dentro de la Iglesia católica. En esta ocasión denunció que muchas
religiosas se ven obligadas a abortar o a abandonar la vida consagrada
después de sufrir abusos sexuales por parte de sacerdotes y obispos y
pidió a la Santa Sede que intervenga de una vez frente a este problema.
«No se ha planteado ninguna comisión para verificar los hechos. Es
cierto que no habría dado grandes resultados, pero al menos podría ser
un signo de responsabilidad ante esta situación explosiva», lamentó
Scaraffia, que hizo un paralelismo con los abusos sexuales a menores
cometidos por eclesiásticos. «El silencio tranquiliza con impunidad a
los culpables y los deja en libertad de cometer otros actos de
violencia».
Varias religiosas indias denuncian las violaciones sufridas a manos del obispo de Kerala, Franco Mulakkal. / R.C.A
Francisco le tocó afrontar este espinoso asunto en el vuelo de vuelta a
Roma el pasado 5 de febrero tras concluir su viaje a Emiratos Árabes
Unidos. Al ser preguntado por una reportera si la Santa Sede iba a hacer
algo para afrontar el problema, reconoció que hay eclesiásticos «que
hicieron eso» y dijo que las violaciones a monjas se dan «en todas
partes», si bien son más frecuentes en «algunas congregaciones nuevas y
en algunas regiones». África e India son los territorios donde este
fenómeno es más habitual. En este último país, un grupo de religiosas
destapó recientemente los abusos sexuales sufridos durante diez años a
manos de algunos sacerdotes e incluso del obispo de Kerala. Harta de que
no le hicieran caso en las instituciones eclesiásticas, una de las
monjas acudió a la Justicia civil para denunciar al prelado por violarla
trece veces en los últimos dos años.
Bergoglio aseguró que
«varios clérigos» han sidos apartados por este motivo y se comprometió a
«hacer más» para afrontarlo. Aunque el Papa no quiso citar casos
concretos, en Roma se recuerda el escándalo de la Comunidad de San Juan,
una congregación creada por el dominico francés Marie-Dominique
Philippe que se vio en el ojo del huracán por el maltrato que sufrían
sus consagradas, sometidas a una auténtica esclavitud sexual por parte
del fundador y de sus acólitos.
TITULO: LIBRO - LOS TRES MOSQUETEROS,. LOS TRES MOSQUETEROS,.
foto / La historia comienza en 1625 en Francia. El protagonista, d'Artagnan, nacido en una familia noble empobrecida de Gascuña, abandona su hogar y marcha a París para cumplir su gran sueño: convertirse en un mosquetero
de la «Compañía de Mosqueteros del Rey». A tal efecto, lleva consigo
una carta escrita por su padre al capitán de la compañía de mosqueteros,
el señor de Tréville, que también es gascón y fue compañero suyo en las
guerras de Enrique IV. Al pasar por la aldea de Meung,
el joven gascón se ve envuelto en una pelea con un caballero misterioso
(que más adelante se revelará como el conde de Rochefort), quedando
herido e inconsciente. Cuando D'Artagnan recupera la conciencia, se da
cuenta de que el caballero ha robado su carta de presentación, a
consecuencia de lo cual nace en él un deseo de vengarse del misterioso
personaje.
Ya en París, D'Artagnan, tras una breve y poco cálida entrevista
con el Señor de Trèville, que, sin embargo, le previene contra el
personaje que se encontró en Meung, es retado a duelo por los tres
mosqueteros: Athos, Porthos y Aramis.
Los cuatro hombres se encuentran y cuando D'Artagnan está a punto de
comenzar a luchar contra Athos, son interrumpidos por los guardias del cardenal Richelieu
que amenazan con arrestarlos, porque los duelos están prohibidos. Los
tres mosqueteros y D'Artagnan se unen para derrotar a los guardias del
cardenal. Gracias a este hecho, el gascón se gana el respeto y la
amistad de Athos, Porthos y Aramis, volviéndose inseparables camaradas,
así como el favor del Señor de Trèville. Después de una entrevista con
el rey Luis XIII,
quien por su rivalidad con el cardenal queda encantado con D'Artagnan,
este último es aceptado como cadete de un regimiento de la Guardia Real,
al mando del señor des Essarts, esperando la posibilidad de llegar a
ser mosquetero.
Después de obtener alojamiento y tomar un criado,
llamado Planchet, conoce a la joven y bonita esposa de su maduro
casero, Constance Bonacieux, de la que inmediatamente se enamora.
Constance y D'Artagnan ayudan a la reina de Francia, Ana de Austria y al duque de Buckingham a mantener una cita secreta en el palacio del Louvre.
En la cita, la reina regala a su amante una caja de madera que contiene
doce herretes de diamantes, que originalmente se los había regalado su
esposo Luis XIII. El cardenal Richelieu, informado del regalo por sus
espías, persuade al rey para que invite a la reina a un baile donde se
espera que ella luzca los herretes, con la esperanza de descubrir al rey
su historia de amor con Buckingham.
Constance intenta persuadir a su esposo, el señor Bonacieux, para ir a Londres
y recuperar los herretes, pero éste, que había sido detenido, llevado a
presencia del cardenal y convencido por éste de espiar a su esposa, se
niega y la delata al Conde de Rochefort. D'Artagnan y sus amigos deciden
asumir la misión en su lugar. Parten los cuatro amigos con sus lacayos y
después de una serie de aventuras y de quedar Porthos, Aramis y Athos
fuera de combate y heridos por el camino en emboscadas de los agentes
del cardenal, D'Artagnan logra llegar a Inglaterra
tras herir y dejar fuera de combate a otro de los enviados del
cardenal, el Conde de Wardes. Al notar Buckingham que le han robado dos
de los doce, y teniendo la certeza que ha sido obra de la condesa de
Winter, cierra los puertos ingleses para evitar que los herretes robados
lleguen al cardenal y ordena a su joyero realizar dos réplicas de los
faltantes, y los entrega a D'Artagnan junto con los originales, quien
parte para Francia y logra devolverlos a la reina Ana, justo a tiempo
para salvar su honor y para vergüenza del cardenal, que es puesto en
evidencia delante del Rey.
La venganza del implacable Richelieu llega rápidamente. La noche
siguiente Constance es secuestrada. D'Artagnan parte para encontrarse
con sus amigos y en Amiens, donde había quedado Athos, recibe como
confidencia de éste la historia de un noble y su mujer, a la que había
ahorcado al descubrir que estaba marcada con una flor de lis en el
hombro. Poco después y a causa de una borrachera, Athos reconoce sin
quererlo que el noble de la historia en realidad es él. Poco después se
batirá con Lord de Winter, barón de Sheffield, y tras vencerle y
perdonarle la vida, se hace amigo del barón.
Mientras preparan la adquisición del equipo que necesitarán en la campaña del sitio de La Rochelle, D'Artagnan reanuda relaciones con Lord de Winter, que le presenta a su cuñada, Milady de Winter.
D'Artagnan rápidamente se enamora de la linda noble, pero pronto se
entera de que ella no le ama, siendo en realidad una agente del
cardenal. Con la ayuda de una criada llamada Ketty (a la que previamente
ha seducido) se las arregla para pasar una noche con Milady, haciéndose
pasar en la oscuridad por su amante, el Conde de Wardes. Pero poco
después y tras haber tenido relaciones sexuales con ella (esta vez sin
disfraces), D'Artagnan se entera de un terrible secreto: Milady tiene
una flor de lis
grabada a fuego en su hombro, marcándola como una delincuente. Milady
reacciona intentando matar a D'Artagnan, que logra escapar de su casa y
acude a Athos, donde le cuenta que Milady tiene una flor de lis en el
hombro, con lo que el mosquetero tiene la certeza de que se trata de la
misma mujer a la que supuestamente había matado años antes. D'Artagnan
se alivia cuando todos los guardias del rey son enviados a La Rochelle, donde el asedio de la ciudad protestante está teniendo lugar.
Milady hace varios intentos para matar a D'Artagnan dentro y
alrededor de La Rochelle (primero mediante dos asesinos a sueldo, luego
mediante un envío de vino de Anjou
que hace pasar como proveniente de sus amigos), pero fracasa una y otra
vez. Al mismo tiempo, y gracias a la ayuda de Aramis, que es amante de
la duquesa de Chevreuse, confidente de la reina, D'Artagnan se entera de
que la reina ha logrado salvar a Constance de la prisión, donde el
cardenal y Milady la habían arrojado, y que su amada está escondida en
un convento.
Una noche, los mosqueteros escuchan por casualidad una
conversación entre el cardenal y Milady, en la que Richelieu le pide
asesinar al duque de Buckingham (un partidario de los rebeldes
protestantes rocheleses). Ella pide a cambio la muerte de D'Artagnan. El
cardenal expide entonces un salvoconducto general a Milady ("Por orden
mía y para bien del Estado, ha hecho el portador de la presente lo que
ha hecho"), dándole así permiso para matar a D'Artagnan. Athos, revelado
ahora como el conde de la Fére, rápidamente se enfrenta a su exesposa y
la obliga bajo amenaza de muerte a abandonar el salvoconducto del
cardenal.
Tras una hazaña bélica, el cardenal permite a D'Artagnan ingresar
por fin en los Mosqueteros. Debido a la guerra entre Francia e
Inglaterra, cualquier intento por parte de los mosqueteros para advertir
al duque de Buckingham sobre Milady sería considerado delito de
traición a la patria, pero son capaces de enviar a Planchet con una
carta al cuñado de Milady (lord Winter), que por su parte siempre ha
sospechado que Milady mató a su hermano.
Milady es encarcelada por lord Winter al enterarse de su pasado y
de sus planes relativos a Buckingham al llegar a Inglaterra. Pero
pronto seduce a su puritano
carcelero John Felton y lo convence, no sólo para ayudarla a escapar,
sino también para asesinar al duque de Buckingham, a quien aborrece
desde hace muchos años. Mientras el ingenuo Felton asesina con un
cuchillo al primer ministro en Portsmouth, Milady logra embarcar rumbo a
Francia. Tras avisar al cardenal de lo ocurrido, se esconde en el
monasterio de Béthune, al norte de Francia. Para sorpresa suya,
encuentra allí a Constance, la cual había sido enviada por la Reina.
Fingiéndose amiga de Constance, Milady averigua que su enemigo
D'Artagnan llegará al monasterio en cualquier momento para rescatarla.
Logra escapar justo antes de la llegada de los cuatro mosqueteros, pero
no antes de tomar su venganza: envenenar a Constance, que muere minutos
después en los brazos de su amado D'Artagnan.
En ese momento aparece Lord de Winter, y todos juntos deciden
encontrar a Milady y juzgarla. La expedición queda a cargo de Athos, que
revela a Lord de Winter que es el marido de Milady, componiéndose la
expedición de los cuatro mosqueteros, sus cuatro lacayos, Lord de Winter
y un misterioso hombre enmascarado, con una capa roja. Tras encontrar a
Milady, organizan un simulacro de juicio contra ella en el que la
acusan del envenenamiento de Madame Bonacieux; los intentos de asesinar a
D'Artagnan; la instigación y complicidad en el asesinato del duque de
Buckingham (del que son informados en ese momento por lord de Winter);
la corrupción, traición y posterior muerte de Felton, el siervo de Lord
de Winter; el asesinato de su difunto marido, Lord de Winter (Conde,
hermano mayor del Barón). El cargo final viene cuando Athos afirma que
Milady, su esposa, es una criminal marcada con una flor de lis en el
hombro. Cuando la condesa exige que Athos presente al verdugo que la
marcó, el hombre con la capa roja se adelanta y se descubre. Ella lo
reconoce inmediatamente como el verdugo de Lille, el cual narra las
primeras fechorías de Milady que llevaron a su marca, tras seducir y
corromper a un sacerdote, su hermano, que después se ahorcó por
remordimientos cuando Milady lo abandonó por el Conde de la Fère
(Athos). Tras ser condenada a muerte por los improvisados jueces,
Porthos y Aramis, es ajusticiada (decapitada por espada) en la otra
orilla del Lys, fuera del territorio de Francia (en la actual Bélgica).
Tras la ejecución de Milady, los cuatro mosqueteros regresan a La
Rochelle. En el camino se encuentran con el conde de Rochefort,
principal agente del cardenal y viejo némesis de D'Artagnan, quien
viajaba a Armentiéres para encontrarse con Milady. Rochefort también
tiene una orden de arrestar a D'Artagnan por alta traición y espionaje.
Cuando el gascón se presenta ante Richelieu, le cuenta toda la verdad
sobre Milady, y admite que él y sus amigos ya han juzgado, condenado y
ejecutado a esa malvada mujer. A continuación le presenta a Richelieu el
papel con el perdón total escrito por la propia mano del cardenal, que
Athos le había entregado semanas antes tras quitárselo a Milady.
Richelieu, impresionado por el ingenio de D'Artagnan y ya que ha
conseguido lo que quería de Milady, ofrece al joven mosquetero un
despacho como teniente de mosqueteros, con el nombre en blanco. El
cardenal hace entrar a Rochefort y pide a los hombres que estén en buenos términos y se hagan amigos.
El libro termina con D'Artagnan ofreciendo el despacho de
teniente a cada uno de sus amigos, pero ninguno acepta y Athos escribe
el nombre de D'Artagnan en él. Athos continuará siendo mosquetero, a las
órdenes de D'Artagnan, hasta que entra en posesión de una herencia y se
retira a sus propiedades. Porthos ha decidido casarse con Madame
Coquenard, la viuda de un rico procurador, y deja el servicio y Aramis
cumple su sueño de hacerse sacerdote, por lo que abandona también el
servicio y entra en un monasterio.
D'Artagnan se bate tres veces con Rochefort, hiriéndole las tres,
pero tras eso y decirle que seguramente le matará a la cuarta, hacen
definitivamente las paces y se abrazan de todo corazón y para siempre.
Sus vidas, sin embargo, se cruzarán una vez más, en Veinte años después.
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