Un trío en la cocina - Cocina - El despeque gastronómico ,./ Un país mágico -Paco Arrojo y King África animarán la velada carnavalera del día 2 en la plaza Grande de Zafra,./ Diario de un nómada - Kvyat y Kimi vuelan con blandos y McLaren recupera con ritmo,.
TITULO: Un trío en la cocina - Cocina - El despeque gastronómico,.
fotos,. Un trío en la cocina - Cocina - El despeque gastronómico,.
El despeque gastronómico,.
Transgresión.
Los nuevos cocineros demostraron que las recetas de platos clásicos
como la merluza en salsa verde no eran inviolables.
El
chef Ferran Adrià lideró hace veinte años una revolución que cambió las
cocinas en todo el mundo. La receta fue fácil: llevó la libertad a los
fogones,.
Fue
una simple frase. «Se ha acabado lo de guardar las recetas en un
cajón», sentenció Ferran Adrià. Vistas desde fuera, estas palabras
tampoco parecen gran cosa, pero entre el auditorio al que fueron
dirigidas causó sensación. La declaración del que está considerado por
algunos críticos como el mejor cocinero de la historia hizo saltar por
los aires las cocinas de todo el mundo. Después de aquello ya nada fue
igual; se habían abierto las puertas y al otro lado los cocineros que
escucharon al chef de El Bulli vislumbraron la libertad. Había comenzado
una auténtica revolución, aunque entonces nadie era consciente de ello.
«No
pensábamos que eso se iba a convertir en un movimiento, éramos unos
locos, quizá geniales, pero locos», recuerda Ferran Adrià. El cocinero
pronunció su frase en 1998, durante un congreso que acababa de nacer en
San Sebastián y que el próximo mes de octubre cumplirá dos décadas de
vida con el nombre de San Sebastián Gastronomika. Lo que hizo fue
criticar el secretismo que imperaba en los restaurantes, donde las
recetas se guardaban bajo llave como un tesoro y, si se compartían con
alguien, siempre perdían algún ingrediente en el camino.
«En
los congresos de entonces las ponencias duraban entre tres y cuatro
horas y la gente no explicaba todo lo que hacía. Lo que hicimos nosotros
fue cuestionarnos el estatus quo de la cocina», explica Adrià. «Ferran
me ayudó a ver el mundo de otra forma», afirma Andoni Luis Aduriz, cuyo
restaurante, el Mugaritz, se halla entre los diez mejores del mundo. Él
se encontraba en los comienzos de su carrera y ya había sido testigo del
celo con el que muchos cocineros custodiaban sus creaciones.
Ferran Adrià El Bulli «Lo que hicimos lo cambió todo. Ahora hay que disfrutarlo»
Andoni Luis Aduriz Mugaritz «La realidad del mundo ha cambiado para no volver atrás»
Rafael García Santos Crítico «Había un espíritu innovador, un movimiento que lo cuestionaba todo»
José Carlos Capel Crítico «Nadie sabía cuál sería el siguiente paso, pero todos querían darlo»
Joxe Mari Aizega BCC «Empezaron a venir cocineros de todo el mundo, cada uno con su cultura»
Roser Torras Gastronomika «Ahora todos los chefs inventan y se lo enseñan a los demás»
«Cuando empecé a formarme era casi imposible
acceder a los recetarios. En 1992 estuve de prácticas en un restaurante
y yo lo apuntaba todo en una agenda, pero a los pocos días el jefe me
dijo que las recetas solo eran para mí y no para otros». Para Aduriz,
como para tantos cocineros de la época, esa forma de actuar era ley de
vida: «Solo me habían enseñado los límites, pero eso no tenía nada que
ver con el mundo».
Todo cambió para él cuando un año después
recaló en El Bulli. «Me encontré con todo lo contrario; allí pensaban
que la manera de defender el patrimonio era mostrándolo. Ferran
evangelizaba, iba a congresos y mostraba a todos lo que hacía. Nos dimos
cuenta de que la mejor forma de proteger una idea era difundirla cuanto
antes». Las recetas habían salido por fin del cajón.
Lo que
tienen las revoluciones es que estallan con una simple chispa, pero para
que prenda la llama hace falta combustible. Y la leña para avivar el
fuego ya la habían comenzado a apilar mucho antes un par de jóvenes
cocineros vascos. En 1976, Juan Mari Arzak y Pedro Subijana conocieron
en Madrid al francés Paul Bocuse, el 'dios' de la 'nouvelle cousine', la
corriente gastronómica que reinaba en los fogones de todo el mundo. De
los encuentros que mantuvieron a partir de entonces surgió en Euskadi un
núcleo de chefs que creó la Nueva Cocina Vasca. Todos ellos se
conjuraron para dar un vuelco al recetario de siempre. Fue un cambio
radical que allanó el paso para lo que vendría después. Las recetas
tradicionales ya no eran una ley inquebrantable, se habían convertido en
un vehículo para transgredir las normas.
«Introdujeron un
espíritu innovador que empezó a gestar un movimiento que tomó un aire
autóctono», afirma el crítico gastronómico Rafael García Santos, uno de
los artífices de la revolución que se avecinaba. Él fue uno de los
organizadores del Congreso de Cocina de Autor de Vitoria, cuya primera
edición se celebró en 1984 y cuyo legado recogió San Sebastián en 1989.
Durante estos años, dos generaciones de cocineros, los de la nueva
cocina y los que aún buscaban su lugar, comenzaron a fraguar, sin
saberlo, el gran cambio. «Todo ocurría a la vez»
«Se
traía a los mejores y se organizaban debates, había un espíritu
innovador que creó un movimiento que lo cuestionaba todo. Eran
inconformistas, había una apuesta por el vanguardismo, por desarrollar
la imaginación y llevar el arte a la cocina», recuerda García Santos.
«Estaban pasando muchas cosas», explica Joxe Mari Aizega, director del
Basque Culinary Center (BCC) de San Sebastián. «Veníamos de una década
en la que la Nueva Cocina Vasca había impulsado la renovación de la
tradición culinaria y después llegó la vanguardia. Todo ocurría a la
vez, aparecieron nuevas técnicas, había creatividad y los cocineros
empezaron a cooperar entre ellos».
Y entonces apareció Ferran
Adrià, la guinda que faltaba, «un loco que hacía cosas» y que levantó la
mano para hacerse oír. «La semilla la habían puesto Arzak y Subijana;
lo que él hizo fue recoger la tradición anterior e inventar un mundo
propio, una cocina nueva basada en la tecnología, y esto lo revolucionó
todo». El crítico gastronómico José Carlos Capel vivió en persona
aquella locura colectiva y cuando la rememora da la impresión de que se
refiere a otra locura, la Movida que en los años ochenta cambió el
panorama cultural español.
«Lo que hizo Adrià fue crear una
conciencia de cambio e innovación. Nadie sabía cuál sería el siguiente
paso, pero todos querían darlo», dice Capel. Surgió la cocina de los
aromas, la cocina en rosa modificó los puntos de cocción..., en todas
partes nacían platos. «Cada año había una tendencia nueva, venían modas,
pero no una corriente colectiva -agrega-. Lo que sí era colectivo era
el afán de superación».
«La revolución tomó distintas caras
porque, entre otras cosas, lo que buscaba era diversidad», precisa
García Santos. Los cocineros españoles habían matado al padre, a la
cocina francesa, que por primera vez en varios siglos había dejado de
ocupar el trono de la gastronomía, pero mantuvieron su filosofía de
dejar abiertos los cajones. «Empezaron a venir a España cocineros de
todo el mundo, cada uno con su propia cultura culinaria. Absorbían lo
que pasaba en la cocina de vanguardia de aquí y luego lo aplicaban en
sus respectivos países», afirma Aizega. El resultado es que la
revolución se globalizó.
Ferran Adrià contesta por teléfono desde
el aeropuerto de Munich a las preguntas. Mientras aguarda a embarcar en
el avión, se entera de que Corea del Sur acaba de meter el segundo gol a
Alemania. «¿Estamos locos?», exclama incrédulo. «Lo mismo ocurre en la
cocina», reflexiona segundos después. «Si hace años alguien hubiera
dicho que el mejor restaurante del mundo iba a estar en Dinamarca o que
Perú y México iban a situarse entre los mejores, nadie le habría
creído». Esta, señala, es una de las grandes consecuencias de la
revolución española: «Nunca va a haber un país que domine sobre los
demás». «Vivir de dividendos»
Andoni Luis
Aduriz opina lo mismo. «Quién iba a pensar que Perú o México iban a
estar así?», se pregunta igualmente. «La realidad del mundo ha cambiado
para no volver atrás, y esto lo ha liderado Ferran y los que han venido
detrás con creatividad e imaginación», argumenta el cocinero vasco.
«Fue
una revolución cultural y social», asegura la directora de San
Sebastián Gastronomika, Roser Torras. «Ferran empezó a compartir todos
sus conocimientos y esto ha seguido así. Ahora todo el mundo inventa y
enseguida se lo enseña a los demás». Esta apertura, impulsada por el
salto de los cocineros a los medios de comunicación, ha acabado por
impregnar a una sociedad que ahora guisa no solo para comer, sino
también por placer. «La gastronomía se ha socializado; hay mucha gente
que ha empezado a cocinar en casa y los mercados de abastos se han
tenido que reinventar para atraer a los nuevos compradores», afirma
Roser Torras.
¿Y ahora qué? Rafael García Santos cree que la
revolución cesó cuando El Bulli cerró sus puertas en 2011. «La gente de
antes ronda los sesenta y los más jóvenes los cincuenta, ya no están
para revoluciones. Ahora la actitud de los nuevos cocineros no es tanto
crear obras como vivir de los dividendos de lo que hicieron los
anteriores. Lo que impera -añade- es triunfar, y cuanto más rápido
mejor». Para José Carlos Capel, en cambio, «la revolución no ha
terminado. Está viva, pero ha buscado la innovación en otro tipo de
aspectos».
Adrià adopta una postura pragmática. «Se ha asentado,
pero eso es normal, no podemos estar así veinte años. Lo que hicimos lo
cambió todo, ahora hay que disfrutarlo», sostiene el cocinero, que prevé
reabrir su restaurante a principios de 2019. «¿La próxima revolución?
No es tan fácil, no se sabe cuándo llegará», confiesa.
TITULO: Un país mágico - Paco Arrojo y King África animarán la velada carnavalera del día 2 en la plaza Grande de Zafra ,.
El sabado -2- Marzo a las 18:30 por La 2, foto.
Paco Arrojo y King África animarán la velada carnavalera del día 2 en la plaza Grande de Zafra,.
El
Ayuntamiento ha presentado el programa de actividades del carnaval, que
se celebrará del 1 al 5 de marzo con actividades para todas las edades.
Destacan las habituales como el pregón y la carnalcomedia, pasacalles,
concursos, la bacanal de la grasa, la elaboración de las migas y el
entierro de la sardina.
El programa se inicia el viernes
1 de marzo, a las 21 horas, en el Teatro de Zafra. Se desarrollará el
pregón del carnaval a cargo del actor local Fernando Mayal. Tras ello,
la compañía Exteatro amenizará la noche del pregón con la carnalcomedia
'Tú demente, y yo defrese'. Después, en la plaza Grande, se realiza la
exposición de Bigotes, figura que se ajusticiará el martes.
El día
grande será el sábado 2 y las actividades comenzarán por la tarde con
la IV Perrunillada del Carnaval de Zafra, a las 17.30 horas en la plaza
del Alcázar, donde se concentrarán todas aquellas personas que quieran
participar en el pasacalle que comenzará a las 19 horas. Se premiará el
mejor disfraz individual con 75 euros y los mejores disfraces en grupo
con 250 y 175 euros. Como novedad este año se incluye la categoría de
mejor disfraz de grupo juvenil (14 a 18 años) con 100 euros. La entrega
de galardones será en la plaza Grande. La velada será amenizada, en la
propia plaza, a las 20.30 horas, por la actuación del concursante
televisivo de la Voz, Paco Arrojo y su banda. Tras la entrega de premios
a los mejores disfraces, sobre las 22.30, tocará el turno de la
actuación de King África y luego la animación de 'El Peseta' y el dj
José.
El resto de actividades se desarrollarán el domingo 3 de
marzo, día de la bacanal de la grasa en las plazas porticadas. El lunes 4
con las migas y la chocolatada se degustarán en la plaza Grande a las
20.30 horas. Por último, el martes 5 será el entierro de la bellota a
las 11 horas por parte de Plena Inclusión Zafra. A partir de las 18.00
horas, velatorio y pasacalle dramatizado de la sardina desde el
ayuntamiento a cargo de Teatreando y el grupo de coros y cantos El
Castellar que presentan la obra 'Entierro de Bigotes; leyenda y
venganza'.
TITULO: Diario de un nómada -Kvyat y Kimi vuelan con blandos y McLaren recupera con ritmo ,.
El domingo -3- Marzo a las 19:00 por La 2 , fotos.
Kvyat y Kimi vuelan con blandos y McLaren recupera con ritmo,.
Ferrari marcó la pauta de nuevo con
Vettel, aunque los mejores tiempos fueron para quien montó el neumático
más blando. Sainz recuperó tras salir dos horas tarde.
Pocas certezas en el tercer día de test, y menos mirando la tabla de tiempos, que nunca es una buena referencia con nueve coches diferentes trabajando estrategias remotas entre sí. Bueno, diez, porque el Williams FW42
por fin hizo acto de presencia con una veintena de vueltas para George
Russell marcando tiempos con los que no podría clasificarse para una
carrera, aunque al menos ya está en la pista.
Por la mañana, menos sol que de costumbre y primeras vueltas rápidas para Kimi Raikkonen,
que montó el neumático más blando con el Alfa Romeo y se gustó
rebajando cronos con uno de los monoplazas que apunta a revelación de
2019, también gracias a ese alerón delantero innovador que tanto da que hablar.
Ferrari siguió con su martillo del 1:18 junto a Sebastian Vettel
montando gomas medias para hacer, en total, 134 pasos por meta durante
toda la jornada.
En cuanto a McLaren, inicio con problemas que les obligaron a sustituir la caja de cambios antes de que Carlos Sainz saliera a rodar con dos horas de retraso.
Primer contratiempo que al menos se pudo reconducir con 90 vueltas del
madrileño, la mayoría por la tarde, trabajando el ritmo de carrera con
tandas más o menos largas en las que contuvo a Vettel con el compuesto
duro de Pirelli sin grandes aspavientos (cuando el alemán llevaba el
medio) y con ritmos de 1:23 alto y 1:24 bajo,
compartiendo pista también con Hamilton en un ensayo similar. Perdía
cuatro décimas el MCL34 en el primer sector con respecto al W10, pero
calcaba los otros dos.
Pero es difícil interpretar una tabla de tiempos que cierra Mercedes:
Bottas y Hamilton, con 1:20 alto que para una vuelta rápida sería un
fracaso pero como ritmo de carrera en un coche medio descargado daría un
susto a más de uno. Brackley esconde sus vueltas rápidas (tampoco es
que Ferrari haya mostrado mucho), pero su monoplaza se mueve muy bien
por las curvas de Montmeló. El más rápido del día fue Kvyat con el Toro Rosso Honda montando el neumático más blando de la gama Pirelli al final del día, con más goma en la pista. Un 1:17.704 que batió por unas milésimas al Alfa Romeo de Kimi.
Daniel Ricciardo hizo el tercero con Renault, que empezó a mostrar esas
capacidades después de dos días probando al margen del resto. Sainz se
quedó en 1:19 logrado por la mañana con medios. No tuvo un gran día
Haas, con tres banderas rojas por avería. Aunque, como viene siendo
habitual, les queda el consuelo de que peor está Williams.
No hay comentarios:
Publicar un comentario