martes, 18 de diciembre de 2018

EL BOTIJO - ME RESBALA - El derbi es azulgrana y el Dioce resucita ,./ ¡ QUE GRANDE ES EL CINE ! - AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! -La fiebre amarilla llega a Venezuela,.

TITULO: EL BOTIJO  - ME RESBALA - El derbi es azulgrana y el Dioce resucita ,.

 EL BOTIJO  - ME RESBALA -El derbi es azulgrana y el Dioce resucita  , fotos,.

El derbi es azulgrana y el Dioce resucita,.

Foto de capitanes en el derbi (Pozo y Caco) con los árbitros. :: EUD/
Foto de capitanes en el derbi (Pozo y Caco) con los árbitros.

El Extremadura volvió a ganar al Almendralejo y los cacereños salen del descenso tras una goleada en casa,.

 Le tiene cogida la medida el Extremadura UD al Almendralejo, ya sea en pretemporada o en competición oficial. En el último caso, en el segundo derbi liguero, el conjunto azulgrana se volvió a imponer por el mismo marcador de la primera vuelta. Un 2-0 que deja al Extremadura UD a nueve puntos de la salvación virtual y que vuelve a alejar al Almendralejo de esa permanencia que hace una semana tenía tan cerca.Resultat d'imatges de EL BOTIJOEl favoritismo era local, pero los roles se cambiaron en los primeros veinte minutos. El Almendralejo salió con descaro y acarició la ventaja en un par de ocasiones. Pero todo cambió con el 1-0 de Emmanuel en el minuto 33, tras una combinación con salida al lateral y un posterior centro que definió perfectamente el africano.
A partir de ahí, el Extremadura fue creciendo en un partido poco vistoso y el Almendralejo trató de llegar con opciones a la recta final.
Resultat d'imatges de me resbalaA un cuarto de hora el partido quedó definitivamente sentenciado con el 2-0 de Vieira, tras un disparo desde la frontal que sorprendió a Aitor. Cuando el Almendralejo se quedó con uno menos en el 85, la victoria azulgrana quedó finiquitada.

Victoria del Diocesano

El Diocesano necesitaba la victoria para salir de puestos de descenso y se encontró con una goleada a favor sobre el Internacional de Palencia (6-1). Un partido que duró lo que quiso el equipo cacereño, ya que tuvo muchas y muy claras ocasiones incluso para sentenciar en la primera parte.
Iván abrió la veda en el minuto 33 (0-1), pero sorprendentemente el Internacional se llevó el 1-1 al descanso tras recoger Edu dos rechaces del metal Oriol.
La segunda parte sí que fue un monólogo rojillo. En el 48, Iván hizo el 2-1 en un mano a mano y ahí se acabó todo. Llegaron los goles de Manu (3-1, m.54), Vadillo de falta directa (4-1, m.62), Iván para el 'hat-trick' (5-1, m.71) y Aníbal de penalti (6-1, m.90).

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¡ QUE GRANDE ES EL CINE ! ,.

 ¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2.
El programa comenzaba con una presentación de la película que se emitía esa noche, posteriormente esta película se emitía y acababa con una tertulia entre Garci y los invitados del día sobre ella.1​ El programa comenzó a llevarse a cabo en enero de 1995 y comenzó sus emisiones el 13 de febrero del mismo año., etc.


  AQUEMARROPA - ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! -La fiebre amarilla llega a Venezuela,.



La fiebre amarilla llega a Venezuela,.

La fiebre amarilla llega a Venezuela

El éxodo hacia las zonas mineras en busca de oro que alivie el hambre y la miseria multiplica los casos de malaria. «Hemos arrinconado el petróleo y ahora exportamos enfermedades»,. foto,.

Visto desde fuera, El Callao, un pueblecito de casas bajas y suelos de tierra situado en medio de una inmensa jungla y rodeado de montañas, no tiene nada de particular. A 850 kilómetros de Caracas, el lugar sería una más entre las miles de aldeas que pueblan Venezuela si no fuera porque se ha convertido en una suerte de tierra prometida para muchos venezolanos que ya no saben qué hacer para poder llevarse un plato de comida a la boca. Por azaroso y duro que resulte buscarlo, el oro que esconde esa tierra en sus entrañas, en sus ríos y sus formaciones de roca, es para muchos la única opción de salir adelante.
Cada día, 50.000 venezolanos armados de picos, palas y cinceles, cargando sus bateas como sombrero, desbordan los camiones que parten de El Callao hacia las minas arrostrando el peligro de encajar una bala del Ejército de Liberación Nacional (un grupo guerrillero colombiano que practica en la zona la minería ilegal) o de que la malaria los enferme para siempre.
Y es que, cuando muchos creyeron que las cosas no podían empeorar, la fiebre del oro, ese metal precioso y brillante con el que Nicolás Maduro pretende ahora sanear las cuentas del país, ha dejado Venezuela a la puertas de una epidemia. «La situación es tremenda. No tienen ni idea de la cantidad de gente que está enfermando y muriendo, por más que Maduro insista en que el problema no es tan grave. Y no es sólo malaria, también hay brotes de sarampión y difteria. Venezuela ha retrocedido 20 años en materia de salud». Carolina Contreras, una periodista que lleva ocho años al frente de la sección de salud del periódico venezolano 'El Universal', mantiene que el éxodo al área minera, en donde por razones climáticas y ecológicas la malaria se vuelve casi irreductible, no ha hecho más que complicar las cosas.
En 2017, el número de contagios aumentó un 69%. Este año serán muchos más
A falta de datos oficiales, porque el Gobierno no publica el boletín epidemiológico desde 2016, los que muestra la Organización Mundial de la Salud son demoledores: en 2017 los casos aumentaron un 69% respecto al año anterior, y 2018 se cerrará con un balance aún más preocupante: hasta octubre, 650.000 personas habían contraído la enfermedad, un 60% más que en el mismo periodo de 2017.

Sin planes de choque

Los expertos explican lo que está ocurriendo en la falta de medicamentos, la debilitación de los programas de control de vectores (mosquitos) y ese vete y ven de la población al Estado de Bolívar, en el que se encuentra El Callao y buena parte de la riqueza minera nacional. «Es terrible constatar la poca importancia que el Gobierno está dando a un problema que va más allá de nuestras propias fronteras. Venezuela ha arrinconado el petróleo para convertirse en el primer país exportador de enfermedades», afirma José Félix Oletta. Ministro de Salud antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, este epidemiólogo confirma que la práctica de la minería ilegal y la ausencia de un plan de choque sanitario están haciendo que la semilla malárica se dispare. «La situación es tan grave como extraordinaria. Tanto como para invocar la colaboración internacional. Ya no se trata solo de Venezuela, sino de muchos otros países que ya han reportado casos de contagio. Incluso hay constancia de que hemos exportado tres casos a España, dos en Galicia y uno en Madrid. Estamos ante un dilema de orden ético y un problema de ámbito mundial», asegura el doctor Oletta, que lamenta que el Gobierno sea «el único que no sabe que estamos ante una crisis humanitaria».
El problema, en cualquier caso, por más que desde la OMS se alerte del riesgo de expansión de la malaria, es que no hay dinero para plantar cara a la enfermedad. Por no haber, no hay ni mosquiteros, y la situación se agrava porque, al no existir programas de prevención y tampoco medicamentos, los venezolanos optar por automedicarse como pueden mientras la enfermedad se expande.

Aunque les cueste la vida

Hace unos meses, el doctor Jorge Moreno, uno de los escasos médicos que trabajan en el área de El Callao, contó al 'New York Times' que decenas de personas se están infectando a diario, y que es complicado hacer que la gente entienda el peligro de buscar oro en los pozos anegados cuyo agua es el caldo de cultivo perfecto para los mosquitos que transmiten la malaria. «Los mineros, cuando ya tienen el parásito en la sangre, regresan a sus casas en distintas ciudades de Venezuela, en donde tampoco hay medicinas ni ninguna posibilidad de fumigar las viviendas. Entonces, la malaria enferma a cientos de personas y causa la desesperación en ciudades enteras», explica el doctor, consciente de que nadie va a dejar de rebuscar entre el lodo aunque hacerlo les cueste la vida. Y es que, en un país en el que es complicado encontrar un kilo de azúcar, el oro es la última esperanza.
En los pueblos de Bolívar cercanos a las minas los restaurantes cuelgan a la puerta tableros anunciando menús que incluyen postre. Los puestitos que flanquean algunas calles tienen fruta y verdura y, para asombro de muchos de los que llegan por primera vez, hay algunos en los que se vende jabón y hasta televisores de pantalla plana. También los medicamentos necesarios para tratar la malaria se consiguen fácilmente en el mercado negro. Por dos gramos de oro se venden pastillas de primaquina y cloroquina en cualquier esquina.

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