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Pero, ¿qué viene tras el cese? 'Tan lejos, tan cerca' es cómo vivimos, cómo estamos acostumbrados a sobrevivir en este mundo. Dos de las películas más trascendentales de la historia del cine y dos de las piezas de arte más reveladoras de la historia en sí. Aunque justamente queda la pregunta: ¿realmente hay algo trascendente, o algo revelador? ¿Por qué necesitamos ser carne para creernos? Si en el fondo sabemos cuál es el mensaje, ¿por qué no creer al mensajero invisible que sabemos nos susurra al oído?
Necesitamos que sean las vidas las que nos enseñen, cuando la verdad está más allá de la vida. La poesía, la pintura, la música son ventanas que brotan de la pantalla y nos dejan al final con solo una palabra que nos acompañó siempre en esta lucha interna entre el bien y el mal… La palabra al final de una película. “¡Ustedes! Ustedes, a quienes nosotros amamos, ustedes no pueden vernos, no pueden oírnos. Nos imaginan tan lejos... y estamos tan cerca [...] No somos el mensaje [...] somos los mensajeros [...] El mensaje [...] es el amor [...] Permítannos que vivamos en sus ojos. Vean su mundo a través de nosotros. Recuperen por medio de nosotros [...] esa mirada apacible, una vez más. Entonces [...] estaremos cerca de ustedes… y ustedes… de Él”.
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Prisionero,
derrotado,
en la noche no soy yo.
Desvelado,
delirante,
en tus sueños quién si no yo.
Rara vez la flor permanece,
rara es la vez que vuelve otro abril.
Venenoso,
remordido,
respirando ¿la herida de quién?.
Transparente,
olvidado,
en las calles, quién, quién si no yo.
Rara vez se acallan los bosques,
rara es la vez que entiendo tu ser,
rara vez me buscas en sueños,
rara vez te sirves de mí.
Divagante,
solitario,
emigrante así te amo yo.
Rara vez me cruzas miradas,
rara es la vez si no es por azar,
rara vez la flecha en el blanco,
rara es la vez que atino a ser yo.
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