-foto--VASOS DE FRESA Y CHOCOLATE,.
-Ingredientes: 4 yemas de huevo, 80 g de azúcar, 200 g de chocolate con 70% de cacao, 150 g de leche, 100 g de nata y 250 g de pulpa de fresa. Para la pulpa: 400 g de fresas. -Elaboración: De la pulpa: se lavan las fresas, se les quita el pedúnculo y se cortan en cuartos. Se trituran bien y se cuelan por un colador fino. De los vasitos de chocolate y fresa: se pica finamente el chocolate y se reserva. Se mezclan las yemas con el azúcar en un bol. Se hierve la leche con la nata en un cazo, se deja templar y se agrega a las yemas y el azúcar. Se devuelve toda la mezcla al cazo y se cuece a fuego bajo, revolviendo continuamente.Cuando la crema nape la cuchara, se pasa el dedo formando un surco que no debe volver a unirse. Si tenemos un termómetro, esto sucede a los 82 ºC. Se vuelca la crema sobre el chocolate picado y se revuelve con una espátula. Debe quedar una crema lisa y brillante. Se incorpora la pulpa de fresa en la crema de chocolate. -Acabado y presentación: se tritura con túrmix y se cuela con un colador fino. Se sirve en pequeños vasos y se deja en la nevera al menos dos horas. Se puede servir con algunas fresas enteras encima. Mis trucos
En el momento de añadir las yemas con el azúcar, la mezcla de la leche y la nata tiene que estar ya fría para que las yemas no cuajen. Es muy importante, fundamental incluso, para que el postre quede perfecto. Reinos de humo, por Carlos Maribona La trufa, lujo de invierno
Decían los romanos que las trufas nacían del rayo y eran un presente de los dioses. Del rayo no nacen, aunque su aspecto exterior quemado así se lo hacía creer a nuestros antepasados, pero nadie duda de que son un presente de los dioses. A partir del siglo XVIII recuperaron el valor gastronómico que ya tuvieron en Roma, y desde entonces no han dejado de considerarse como uno de los máximos exponentes del lujo en el plato. Brillat-Savarin las llamaba «los diamantes de la cocina», y Julio Camba escribió que «es el producto más misterioso y más prodigioso de la tierra».
¿Qué hace de un hongo de aspecto feo y negruzco uno de los productos más cotizados en gastronomía? ¿Su escasez? ¿Su aroma? ¿El misterio que lo rodea? ¿Sus supuestas propiedades afrodisiacas? Seguramente, un poco de todo. Del Périgord francés son las trufas más reputadas, aunque España es el primer productor. En Aragón, Soria y Castellón se obtienen las de más calidad y de mayor intensidad aromática. Muchas de ellas van a parar a Francia para venderse luego como si fueran del Périgord. El nombre siempre cotiza. Estas trufas negras están presentes en algunos de los mejores y más refinados platos de la alta cocina. Pero si tienen oportunidad pruébenlas solas, en crudo, laminadas muy finas y regadas con buen aceite de oliva y sal gorda. Y a disfrutar. Próximo domingo: Benjamín Lana,.
TÍTULO: ENTREVISTA, CARDENAL RODRÍGUEZ MARADIAGA,.
EL HOMBRE FUERTE DEL PAPA,( .foto.)
( Y OTROS MIEMBROS DE SU EQUIPO ) ,.
Cardenal Rodríguez Maradiaga: El hombre fuerte del Papa (y otros miembros de su equipo)
El Papa ha puesto en manos de este
arzobispo hondureño de 72 años una de las misiones más complejas y
espinosas de su pontificado. Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga coordina
desde hace meses el grupo de nueve cardenales que, a puerta cerrada,
ayudan al Santo Padre a reformar la curia. Sus deliberaciones no solo
tendrán enorme impacto en la estructura burocrática del Vaticano,
también en el futuro de la Iglesia. Hablamos con él.
No se arruga ante nadie. En su país, Honduras, viaja con
escolta por su lucha contra la corrupción y el narcotráfico. Y una
anécdota de los años noventa define su espíritu montaraz. Recién
nombrado presidente de un comité económico, padeció el ninguneo de los
tecnócratas. «No querían hablar conmigo. Decían que los curas no
sabemos economía. Me dije que eso no volvería a pasar y me puse a
estudiar economía por mi cuenta». Tanto estudió que Juan Pablo II le
encargó analizar la deuda del Tercer Mundo, y acabó convirtiéndose en el
azote del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Su nombre sonó dos veces como papable. Hoy es la mano derecha del Papa. Su guardaespaldas intelectual.
Salesiano de 72 años, el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga es arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Cáritas Internationalis. Coordina el llamado C9, el consejo de nueve cardenales que ayuda al Papa en la reforma de la curia. Cuenta así cómo nació la idea. «En el último cónclave hubo mucho descontento por la información que no le llegaba a Benedicto XVI. El escándalo de Vatileaks sucedió porque el Papa estaba muy aislado. Surgió entre varios cardenales el deseo de que hubiese otra fuente de información, un equipo de cardenales de los cinco continentes que tuviesen acceso directo al Papa sin pasar por el filtro de la Secretaría de Estado». El C9 funciona como una especie de consejo de administración de una gran empresa, al margen de la burocracia vaticana. «El Papa es un flujo volcánico de ideas», explica.
El C9 las canaliza. El objetivo es que el gobierno de la Iglesia esté al cabo de la calle. Por eso se prefieren los sínodos (multitudinarias asambleas de obispos) sobre temas de actualidad, como la familia, antes que los conductos reglamentarios de prefecturas y dicasterios. Es decir, grandes tormentas de ideas antes que las intrigas de la curia. Apasionado de la música clásica, Maradiaga toca el saxofón, el piano y la guitarra; e incluso dirigió una orquesta en el seminario. Estudió Teología, Filosofía, Psicología Clínica y Psicoterapia. Habla seis idiomas y tiene el título de piloto de aviación. ¿Progresista? «Hay poderes a los que no les gusta que se digan ciertas cosas sobre los pobres, sobre las consecuencias de la globalización, sobre la idolatría del dinero, sobre el mercado divinizado que se convierte en una verdadera esclavitud», declaró a La Stampa. Hace unos meses publicó en España su último libro, Sin ética no hay desarrollo (Narcea), en el que arremete contra la política de austeridad. «La austeridad en sí no es una cosa mala», pero hoy, «por la interpretación que se hace en ámbitos políticos y económicos, se ha convertido en una palabrota». Y añade: «Ha provocado una aceleración de la desigualdad con un aumento de la pobreza».
El Papa entendió enseguida que al Vaticano le falta agilidad. La curia es mastodóntica: cientos de cardenales, nueve congregaciones, tribunales... Difícil plantar la semilla de cambio en un terreno tan yermo. Además, hay división entre aperturistas liderados por Maradiaga e inmovilistas que cierran filas en torno a Mueller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. La misión encomendada por el Papa a Maradiaga, al que le unen años de amistad, no es tanto servir de pararrayos ante posibles intrigas como tender puentes. Y el Consejo de los nueve
De la necesidad de rodearse de un equipo cercano surgió la idea del consejo, casi un gabinete ministerial, con reuniones frecuentes (cada pocos meses) para lo que se estila en el Vaticano. Las reuniones del C9 se desarrollan, según el cardenal Monsengwo, «en libertad». Se le da la palabra a todos. Pero el Papa no quiere discursos, sino discusiones y reflexiones. Y sobre todo escucha. Llega el primero y no tiene reparos en pedir consejos o dar indicaciones. Deja las cosas claras para que no haya que 'adivinar' sus intenciones. Sus cuatro hombres de confianza para... -Cardenal George Pell Prefecto de economía. Australiano, 73 años Poner en orden las finanzas
Su misión: poner orden en las cuentas de la Santa Sede. El Papa le ha pedido «transparencia y responsabilidad» y lo ha convertido en un 'superministro' de Finanzas. Lo eligió porque es un outsider que viene de Oceanía, sin lazos con los gestores anteriores. Pell ya ha hecho aflorar con sus reformas cientos de millones de euros que estaban fuera de los balances. En su severo plan de austeridad, solo hay dos partidas intocables: la de la misión evangélica y la ayuda a los pobres. -Giovani Maria Vian Director de "L´Observatore Romano"Italiano, 62 años Ser testigo y contarlo El Papa entendió desde el principio que su presencia mediática era algo fundamental. Primero, para sentar las bases de un nuevo estilo de gobierno, cercano a la calle. Y, segundo, para argumentar y debatir las profundas reformas en las que se ha embarcado. Y para ello necesitaba a un periodista 'de la casa' como Vian, que dirige el diario del Vaticano y, además, es historiador. El Papa se lo ganó enseguida. Y para un periodista no hay nada más excitante que ser testigo de un cambio de época protagonizado por un personaje excepcional.
-Laurent Monsengwo
Salesiano de 72 años, el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga es arzobispo de Tegucigalpa y presidente de Cáritas Internationalis. Coordina el llamado C9, el consejo de nueve cardenales que ayuda al Papa en la reforma de la curia. Cuenta así cómo nació la idea. «En el último cónclave hubo mucho descontento por la información que no le llegaba a Benedicto XVI. El escándalo de Vatileaks sucedió porque el Papa estaba muy aislado. Surgió entre varios cardenales el deseo de que hubiese otra fuente de información, un equipo de cardenales de los cinco continentes que tuviesen acceso directo al Papa sin pasar por el filtro de la Secretaría de Estado». El C9 funciona como una especie de consejo de administración de una gran empresa, al margen de la burocracia vaticana. «El Papa es un flujo volcánico de ideas», explica.
El C9 las canaliza. El objetivo es que el gobierno de la Iglesia esté al cabo de la calle. Por eso se prefieren los sínodos (multitudinarias asambleas de obispos) sobre temas de actualidad, como la familia, antes que los conductos reglamentarios de prefecturas y dicasterios. Es decir, grandes tormentas de ideas antes que las intrigas de la curia. Apasionado de la música clásica, Maradiaga toca el saxofón, el piano y la guitarra; e incluso dirigió una orquesta en el seminario. Estudió Teología, Filosofía, Psicología Clínica y Psicoterapia. Habla seis idiomas y tiene el título de piloto de aviación. ¿Progresista? «Hay poderes a los que no les gusta que se digan ciertas cosas sobre los pobres, sobre las consecuencias de la globalización, sobre la idolatría del dinero, sobre el mercado divinizado que se convierte en una verdadera esclavitud», declaró a La Stampa. Hace unos meses publicó en España su último libro, Sin ética no hay desarrollo (Narcea), en el que arremete contra la política de austeridad. «La austeridad en sí no es una cosa mala», pero hoy, «por la interpretación que se hace en ámbitos políticos y económicos, se ha convertido en una palabrota». Y añade: «Ha provocado una aceleración de la desigualdad con un aumento de la pobreza».
XLSemanal. Señor cardenal, ¿qué planes tiene el Papa para la Iglesia? ¿Nos los puede desvelar usted?
Óscar A. R.
Maradiaga. Estoy firmemente convencido de que la Iglesia está ante el
umbral de una nueva era. Exactamente igual que hace 50 años, cuando Juan
XXIII hizo abrir las puertas y ventanas de la Iglesia para dejar que
entrara el aire fresco. El Papa Francisco quiere llevar la Iglesia en la
misma dirección hacia la que el Espíritu Santo lo lleva a él: hacia una
mayor cercanía con las personas, no entronizado sobre ellas, sino vivo
en ellas. La Iglesia, conviene no olvidarlo, no es una institución
creada por los hombres, sino obra de Dios. La mano del Señor actuó
durante la elección que hicimos en marzo de 2013.
XL. Pero ¿qué puntos concretos persigue el Papa?
Ó.A.R.M.
Sobre todo, que el estilo de vida y de liderazgo en la jerarquía
eclesiástica sea más sencillo, empezando por los obispos y terminando
por los sacerdotes. No podemos quedarnos sentados en nuestros despachos y
esperar a que la gente venga a nosotros. Tenemos que ser nosotros los
que vayamos a ellos. Es una forma nueva de vernos. Aunque no, en
realidad, no es nada nueva. La encontramos en el mensaje de Jesús, pero
se nos había olvidado.
XL. ¿Eso significa dar prioridad a la acción pastoral?
Ó.A.R.M. Más
acción pastoral que doctrina, sí. La doctrina eclesiástica, la
teología, es algo que nos viene dado, pero tenemos que asegurarnos de
que somos capaces de llegar con ella a las gentes sencillas. Otra
preocupación del Papa es la misericordia, una forma distinta de atender
al mundo, especialmente a los que sufren.
XL.
Usted habla de Iglesia «de la misericordia», pero algunos la perciben
como poco misericordiosa, por ejemplo, con los divorciados que se
vuelven a casar...
Ó.A.R.M. Sobre el matrimonio,
Cristo dijo: lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre. Es una
frase clara y firme. Pero hay muchas formas de interpretarla. Cuando se
produce el fracaso de un matrimonio, podemos preguntarnos por ejemplo:
¿realmente estaban los cónyuges unidos en Dios? Es decir, hay mucho
margen para una interpretación más profunda. Pero lo que no se puede
hacer es ir en la dirección de afirmar que lo que hoy es blanco mañana
es negro.
XL. En este sentido, el Papa ha encargado que se consulte a los católicos acerca de la familia, la moral sexual...
Ó.A.R.M.
Cuando lo supe, le pregunté al Sumo Pontífice: «¿Por qué otro sínodo
sobre la familia? Ya hicimos uno en 1980 y tenemos la hermosa
exhortación apostólica Familiaris consortio, de Juan Pablo II, de 1983».
XL. ¿Y qué le respondió el Papa Francisco?
Ó.A.R.M.
Que ya han pasado 30 años. Para la mayoría de las personas, la familia
de entonces ya no existe. Y es cierto: tenemos separaciones, tenemos
familias patchwork, muchos padres y madres solteros, fenómenos como las
madres de alquiler, matrimonios sin hijos. Tampoco hay que olvidarse de
las parejas del mismo sexo. En 1980 ni siquiera se podía intuir su
existencia. Todo esto exige respuestas, soluciones para el mundo de hoy.
Y no basta con decir: ya tenemos la doctrina tradicional.
Evidentemente, la doctrina tradicional perdurará, pero los retos
pastorales exigen respuestas acordes a los tiempos. Y estas respuestas
ya no vienen del autoritarismo y el moralismo. ¡No es una 'nueva
evangelización', no lo es, no!
XL. Su
compañero el cardenal Gerhard Ludwig Müller, en su condición de prefecto
de la Congregación para la Doctrina de la Fe, tiene un concepto más
elevado de la autoridad de la Iglesia y se muestra contrario a cualquier
flexibilización...
Ó.A.R.M. [Ríe]. Lo he leído. Y
pensé: «De acuerdo, a lo mejor tienes razón, pero a lo mejor no».
Quiero decir que le entiendo: es alemán... sí, tengo que decirlo,
alemán; además, es profesor, un profesor alemán de Teología. En su
mentalidad solo existen lo correcto y lo equivocado, nada más. Pero yo
digo: «El mundo, hermano mío, el mundo no es así. Tienes que ser un poco
flexible cuando escuchas otras voces, debes serlo para no limitarte a
escucharlas y decir: 'No, aquí hay una pared, un muro'». Creo que
llegará a entender otros puntos de vista.
XL. ¿Le ofrecerá su consejo?
Ó.A.R.M. Todavía no hemos hablado. Pero hablaremos, seguro.
XL.
Con el Papa sí habla usted. ¿En qué punto se encuentra la reforma
estructural que el Sumo Pontífice espera de la comisión que creó con
usted y otros siete cardenales?
Ó.A.R.M. ¡Bien,
cambiemos de tema! Por supuesto que hay que transformar muchas cosas en
la Iglesia. El Papa lo sabe, yo lo sé, y el Colegio Cardenalicio también
era consciente de ello. Las estructuras están al servicio de las
personas, pero cuando el mundo cambia tan rápidamente también tienen que
hacerlo las estructuras de gobierno de la Iglesia, la curia. Es una
tarea compleja. Estamos en plena fase de debate, reuniendo consejos y
opiniones de expertos. Vamos paso a paso.
XL.
La propia administración es el enemigo natural de las reformas
administrativas... ¿Está percibiendo usted reservas u oposición por
parte de la curia hacia su comisión?
Ó.A.R.M. Sí.
Pero en la curia también hay bastantes personas que nos dicen que las
cosas no pueden seguir como hasta ahora. La curia no es en absoluto un
bloque monolítico. De todas nuestras reflexiones surgirá un nuevo
ordenamiento de la curia, que sustituirá a la vigente constitución
apostólica Pastor Bonus de Juan Pablo II, del año 1988. Así que no se
trata solo de una modificación o una adaptación de este documento, sino
de algo completamente nuevo.
XL. ¿No teme que el Papa, con 77 años ya, no tenga tiempo suficiente para llevar a cabo todos estos cambios?
Ó.A.R.M.
Creo que, por un lado, ya hemos alcanzado un 'punto de no retorno'. Por
el otro, el Papa tiene una energía que no deja de sorprenderme. ¿Sabe?,
estuvimos hablando antes del cónclave y me dijo: «Yo ya tengo preparada
mi carta de renuncia». Pero luego salió del cónclave elegido Papa y
desde entonces está como transformado.
XL. Se llegó a decir que tenía problemas pulmonares.
Ó.A.R.M.
Aquello era propaganda negativa con la que alguien del 'círculo
interno' del cónclave buscaba perjudicarlo. Una vez, mientras comíamos,
me dirigí al futuro Papa y le comenté que se decía que solo tenía un
lóbulo pulmonar y que su salud estaba debilitada. Se echó a reír: «¡Qué
va! Tuve un quiste. Me lo extirparon... y arreglado». Luego me pasé de
mesa en mesa diciendo: «¡Escuchad! Los que decís que Bergoglio solo
tiene un pulmón estáis equivocados».
XL.
Su estrecha conexión con el Sumo Pontífice hace que los católicos más
conservadores lo definan como «un consejero principal demasiado locuaz».
A la comisión de la que usted forma parte se la llama la 'banda de los
ocho' de Bergoglio. Todo esto es señal de una oposición bastante
importante al nuevo Papa.
Ó.A.R.M. Importante
quizá, pero no muy numerosa. La mayoría de los católicos están con el
Papa. Su rival son las personas que no conocen la realidad. Por ejemplo,
en los círculos económicos de Estados Unidos hay un gran revuelo por
las críticas al capitalismo expresadas por el Sumo Sacerdote en su
encíclica. ¿Y quién dice que el capitalismo sea perfecto? ¿A quién ha
afectado la reciente crisis de los mercados? No a los países pobres,
sino a la rica Norteamérica, a la rica Europa. Y esta crisis no ha sido
una invención de la teología de la liberación ni tampoco consecuencia de
la llamada 'opción por los pobres'. El que se equivoca es el que no
critica el capitalismo, no el Papa. Pero, mire, lo critican a él y se
escandalizan. Yo, por mi parte, simplemente intento hacerle caso a mi
conciencia. Francisco siempre ha sido coherente con sus llamamientos a
una Iglesia pobre y con su forma de vida, tanto cuando era sacerdote
jesuita como luego de arzobispo, o ahora como Papa.
XL.
¿Quiere decir que se opone a las residencias episcopales opulentas o
las bañeras de lujo, como la del obispo alemán de Limburgo, apartado de
su cargo por el Papa por sus gastos suntuosos en la renovación de su
residencia?
Ó.A.R.M. A las personas que, como él o
como yo, venimos de Latinoamérica nos cuesta aceptar esas cosas. Una
ducha, un inodoro... con eso basta. Al menos le basta a la mayoría de la
gente. Y al Papa también, ya sabe que es lo tiene en su apartamento,
unas dependencias con solo tres habitaciones. Me gustó mucho una cosa
que Francisco dijo en la festividad de Todos los Santos: «Nunca he visto
un camión de mudanzas detrás de un cortejo fúnebre».
La mano derechaEl Papa entendió enseguida que al Vaticano le falta agilidad. La curia es mastodóntica: cientos de cardenales, nueve congregaciones, tribunales... Difícil plantar la semilla de cambio en un terreno tan yermo. Además, hay división entre aperturistas liderados por Maradiaga e inmovilistas que cierran filas en torno a Mueller, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. La misión encomendada por el Papa a Maradiaga, al que le unen años de amistad, no es tanto servir de pararrayos ante posibles intrigas como tender puentes. Y el Consejo de los nueve
De la necesidad de rodearse de un equipo cercano surgió la idea del consejo, casi un gabinete ministerial, con reuniones frecuentes (cada pocos meses) para lo que se estila en el Vaticano. Las reuniones del C9 se desarrollan, según el cardenal Monsengwo, «en libertad». Se le da la palabra a todos. Pero el Papa no quiere discursos, sino discusiones y reflexiones. Y sobre todo escucha. Llega el primero y no tiene reparos en pedir consejos o dar indicaciones. Deja las cosas claras para que no haya que 'adivinar' sus intenciones. Sus cuatro hombres de confianza para... -Cardenal George Pell Prefecto de economía. Australiano, 73 años Poner en orden las finanzas
Su misión: poner orden en las cuentas de la Santa Sede. El Papa le ha pedido «transparencia y responsabilidad» y lo ha convertido en un 'superministro' de Finanzas. Lo eligió porque es un outsider que viene de Oceanía, sin lazos con los gestores anteriores. Pell ya ha hecho aflorar con sus reformas cientos de millones de euros que estaban fuera de los balances. En su severo plan de austeridad, solo hay dos partidas intocables: la de la misión evangélica y la ayuda a los pobres. -Giovani Maria Vian Director de "L´Observatore Romano"Italiano, 62 años Ser testigo y contarlo El Papa entendió desde el principio que su presencia mediática era algo fundamental. Primero, para sentar las bases de un nuevo estilo de gobierno, cercano a la calle. Y, segundo, para argumentar y debatir las profundas reformas en las que se ha embarcado. Y para ello necesitaba a un periodista 'de la casa' como Vian, que dirige el diario del Vaticano y, además, es historiador. El Papa se lo ganó enseguida. Y para un periodista no hay nada más excitante que ser testigo de un cambio de época protagonizado por un personaje excepcional.
-Laurent Monsengwo
Arzobispo de Kinsaca, Congoleño, 75 años
Los asuntos de familia y moral
lejos
de ser solo un candidato políticamente correcto para componer un
consejo multirracial, ha sorprendido en los asuntos de la familia y la
sexualidad. Con gran prestigio entre los misioneros de África, un
continente azotado por el sida, se muestra pragmático. «Pedimos a la
gente que sea fiel. Si alguien es fiel, no tiene sida. Y si no puede ser
fiel, que pruebe métodos para evitar enfermedades.El Estado fomenta el
uso de preservativos. Lo aceptamos, solo si no obliga a comprarlos con
fines comerciales».
-Pietro Parolin
Secretario de Estado. Italiano. 59 años.
Mediar con Cuba y la curia
Es
la última incorporación al consejo de cardenales, que empezó como el C8
y ahora es el C9. Parecía que era un nombramiento obligado para dar a
entender a la curia que no se la circunvalaba. Pero ha resultado ser un
mediador nato. Demostró sus dotes diplomáticas en las reuniones secretas
entre Cuba y Estados Unidos, que desembocaron en el histórico acuerdo
entre Obama y Raúl Castro. Su misión es servir de correa de transmisión
entre la curia y el equipo papal.
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