domingo, 12 de abril de 2015

EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA, TRAIDORES ,./ ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! JULIA OTERO PERIODISTA,.

TÍTULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA, TRAIDORES ,.

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Pocas figuras nos resultan tan repelentes y siniestras como la del traidor. Y, sin embargo, la historia está llena de traidores (a una amistad, a un amor, a una patria, a unos ideales o principios), algunos de los cuales han llegado a adquirir gran celebridad, desde Judas Iscariote, epítome por excelencia del traidor, hasta personajes como Fouché, plusmarquista del chaqueterismo que supo vender (en almoneda) su lealtad a tres regímenes distintos sin inmutarse. Incluso podríamos decir, siendo algo más incisivos, que nuestra propia historia personal está llena de traiciones; tanto de las que hemos sufrido como de las que hemos infligido, pues con frecuencia somos nosotros mismos quienes, ante la expectativa de una mejora o ganancia, no vacilamos en abjurar de nuestros principios. Recordemos aquella célebre y sarcástica frase de Groucho Marx: «He aquí mis principios. Pero, si no le gustan, estoy dispuesto a cambiarlos».
Hay quienes explican la psicología del traidor como un tortuoso lodazal donde campea el complejo de culpa. Así, por ejemplo, suele decirse que la entrega de Cristo fue el triste pretexto que Judas utilizó para castigarse con el suicidio que anhelaba. No debemos descartar, en efecto, que muchos traidores se sepan íntimamente gusanos sin otro norte vital que el medro; y que esa conciencia de su miseria moral los haga sentir culpables. Agustín de Foxá afirmaba que «detrás de cada traidor hay un pobre imbécil al que su mujer no deja mandar en casa»; y también que «quien chaquetea lo hace por levantar el gallito y que se oiga su quiquiriquí de algún modo». Lo que nos llevaría a considerar también el complejo de inferioridad como motor de la traición; pues, si bien hay traidores de todos los linajes y pelajes, suelen ser individuos de muy baja ralea, seres mediocres que se vieron encumbrados por razones azarosas, adventicias o coyunturales, con frecuencia impulsados por alguien más brillante y generoso que ellos, al que nunca pudieron terminar de perdonar que los haya encumbrado desde la nada. Y, como su encumbrador conoce sus limitaciones (y, por lo tanto, que su encumbramiento es inmerecido o injusto), arden en deseos de encontrar la ocasión propicia para poder causar su ruina y acuchillarlo sin piedad.
Para justificarse, el traidor no vacilará en alegar que su mentor ha traicionado sus ideales originarios, de los que el traidor se proclamará además heredero y depositario; y hasta podrá decir, sin asomo de temblor en la voz, que ha traicionado a su mentor porque lo amaba, y que su traición ha sido un homenaje a sus ideales originarios. Las justificaciones del traidor son siempre alambicadas y rocambolescas, llenas de cajones de doble fondo, como el armario de un escapista o prestidigitador; pues el traidor siempre está escapando de sus propias mentiras, y haciendo trucos engañosos con sus palabras. Pero, por muchas justificaciones con que trate de disfrazar su deslealtad, acaba sonando el tintineo de las treinta monedas que pagaron su traición. Y es que toda la complejidad psicológica del traidor es, a la postre, filfa y ganas de marear la perdiz; y detrás de su traición descubrimos siempre el honor, el beneficio, el medro o ascenso, el sobresueldo que ambicionaba. Porque el traidor siempre abandona el barco que naufraga (cuyo naufragio, con frecuencia, él mismo ha provocado) para subirse a otro que navega más rápido o porta un cargamento más valioso.
Toda traición, sin embargo, es castigada; y es el propio traidor quien se aplica la pena. Antaño era mediante el remordimiento; y en esta época desalmada en que ya casi han desaparecido los escrúpulos morales el traidor se castiga mediante el resentimiento hacia sí mismo. Y es que el traidor termina alimentando un desprecio inconsciente hacia sí mismo: sabe que ninguna de sus lealtades es firme, sabe que su palabra vale menos que papel mojado, sabe que no puede tomarse en serio; y esta certeza cristaliza primero en una suerte de irónico cinismo, que después se mancha de hastío, de desolación y asco, al mirarse dentro y comprobar que nada le gusta, que nada defiende y que nada ama. Es verdad que, a veces, el traidor puede querer (¡ah, el furor del converso!) redimirse con un acto de adhesión fervorosa o una proclamación aspaventera de principios (esta actitud es muy propia de políticos chaqueteros, que después de consumar su traición se pretenden más puros e incorruptibles que nadie), en un esfuerzo por hacerse perdonar sus deslealtades pasadas; pero tales palinodias suelen ser tan forzadas que no provocan sino mayor escarnio, lo que no hace sino agriar aún más su resentimiento. El traidor, a la postre, acaba amargado y lleno de bilis.

TÍTULO:  ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ ! JULIA OTERO PERIODISTA,.

Julia Otero - foto,.

Julia Otero
Julia Otero 2015 (cropped).jpg Julia Otero en 2015, en un programa de Julia en la onda.
Nombre real Julia María Otero Pérez
Nacimiento 6 de mayo de 1959 (55 años) Monforte de Lemos, Lugo, Galicia, España
Medio Onda Cero
Cónyuge/s Ramón Pellicer Colillas
(1987-1993)
Hijo/s Candela
Premios Hija predilecta de Monforte de Lemos (2009)

Julia Otero Pérez (Monforte de Lemos, Lugo, 6 de mayo de 1959) es una periodista española.

Biografía

Hija única de trompetista y ama de casa.1 Reside en Barcelona desde los 3 años. Vecina en su niñez del barrio de El Pueblo Seco de Barcelona,2 se licencia en Filología Hispánica en la Universidad de Barcelona. Se introdujo casualmente a los 17 años en el mundo de la comunicación, en el programa Protagonista, el cine, en la emisora Radio Sabadell, gracias a un amigo. En poco tiempo se convirtió en presentadora y directora de dicho programa. Entre los 19 y los 24 años, Julia se enfrentó a un tumor abdominal, que la llevó al quirófano en seis ocasiones, aunque en ningún momento dejó su labor en la radio.
En 1980 ficha por la emisora Radio Juventud de Barcelona y un año después llega a Radio Miramar de Barcelona, para trabajar inicialmente en los servicios informativos. Posteriormente presentó varios programas en la emisora barcelonesa, como Radio a la vista, junto a Carlos Herrera y José Manuel Parada, el humorístico Bruja más que bruja, el musical Con faldas y a lo loco, las entrevistas de Café del domingo o el magacín Sábado noche. En 1985 pasó a dirigir y presentar el programa despertador Crónica del alba, que gracias al acuerdo de vinculación entre Radio Miramar y la COPE, se emitía desde Barcelona para toda España a través de la red de emisoras de la cadena episcopal.3 En septiembre de 1987, tras la ruptura entre la COPE y Radio Miramar, Otero fue la encargada de reemplazar a Luis del Olmo en las mañanas de la emisora barcelonesa, con el espacio Y nosotras, ¿qué?, que se definía como "un informativo hecho por y para las mujeres".4
Paralelamente, comienza su carrera televisiva, que compagina con la radiofónica durante un tiempo. Se inicia en el medio televisivo en 1987 con el programa de debates Una historia particular en La 2 de Televisión Española, el mismo año en que se casa con el periodista Ramón Pellicer (matrimonio que durará seis años). Un año después en 1988, comienza a presentar el programa 3x4, con el que alcanza gran popularidad. Otero presenta en los años siguientes, y siempre en Televisión española los programas La Lluna (TVE Catalunya), La Luna (1989), Telepasión española (1990) y La Ronda (1991).
A partir de 1991 la comunicadora vuelve a la radio, con el programa La Radio de Julia en Onda Cero que comienza siendo nocturno para pasar, tras su éxito, a la franja de tarde. Otero presentó y dirigió este programa hasta 1999. Durante este periodo hace incursiones en la televisión, en 1992 presenta Jocs de Nit en TV3, en 1993 dirige el concurso Los cinco sentidos en Antena 3, Un paseo por el tiempo (1995) de nuevo en TVE y en Telecinco La semana que viene (1998), un programa que se emitió en la noche de los domingos. Durante 1997 es columnista del periódico La Vanguardia.
En 1999 la ONCE vende las emisoras de Onda Cero al Grupo Telefónica. Los nuevos propietarios deciden retirar de la parrilla el programa de Julia Otero, pese a que era líder de audiencia, sustituyéndola por la periodista Marta Robles. Esta decisión estuvo marcada por la polémica, se acusó al medio de basarse en razones políticas para el cese. La dirección de la cadena afirmó que el programa era demasiado "elitista" e "intelectualmente elevado". La radio de Julia contaba entre su lista de colaboradores con nombres como Manuel Delgado, Almudena Grandes, Enrique Gil Calvo, Joaquín Leguina, Juan Adriansens, Jorge Verstrynge, Isabel de Medina Sidonia, Luis Racionero, Fernando Sánchez Dragó, Juan José Armas Marcelo, Óscar Nebreda, Pablo Motos, Eduardo de Vicente, Juanjo de la Iglesia, Daniel Monzó, Académica Palanca, Jordi Estadella, Adolfo Fernández Oubiña, Miguel Ángel Coll, Juan Herrera, Curry Valenzuela, Carlos Boyero, Lucía Etxebarria, Josep Borrell, Anna Balletbò, Xosé Manuel Beiras, Fernando Fernández de Trocóniz Marcos y Ana Palacio (meses después nombrada Ministra de Asuntos Exteriores).
Un año después, regresa a TV3 para presentar el magazín de sobremesa La columna, que dura cuatro temporadas y se convierte también en líder de audiencia. Entre 2004 y 2005 presentó el programa Las cerezas en la primera de TVE.
Desde el 9 de enero de 2005 hasta julio de 2007 dirigió y presentó el último tramo del veterano programa Protagonistas, dirigido por Luis del Olmo, en Punto Radio y presentó a la vez No em ratllis! en TV3.
El 1 de junio de 2007 Punto Radio emitió un comunicado en el que anunciaba el fin de las relaciones contractuales con Otero, "de común acuerdo".
Julia Otero entrevistando en 2009 a José Luis Rodríguez Zapatero en su programa Julia en la onda, de Onda Cero.
En septiembre de 2007 Julia Otero volvió a Onda Cero, en donde presenta y dirige el programa Julia en la onda, en sustitución de Gomaespuma. Regresa así a la casa en la que nació La Radio de Julia y de la que fue despedida en 1999. Su buena relación personal con José Manuel Lara Bosch, presidente del Grupo Planeta y accionista mayoritario de Onda Cero, permite su regreso a esta cadena. María Teresa Campos la sustituye en el segundo tramo de Protagonistas de Punto Radio.
En diciembre de 2009, a propuesta del Foro Cívico Galego de Barcelona recibe la distinción de hija predilecta de Monforte, siendo la primera mujer que recibe tal distinción.
En mayo de 2012 regresaba a televisión para presentar el espacio Entrevista a la carta en TVE.5
En Agosto de 2013 fichó por la cadena Antena 3 para presentar el programa Ciudadanos.,6 dos especiales, el primero dedicado al paro y el segundo a la educación.

Premios

Entre otros:
  • Premio Ondas:
    • 1989: Premio Nacional de Televisión (Televisión Española).
    • 1994: Premio Nacional de Radio (La radio de Julia, Onda Cero).
    • 2003: Premio Nacional de Televisión. Mejor programa de entretenimiento (La columna, TV3).
    • 2013: Premio Nacional de Radio a la trayectoria más destacada.7

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