¿Por qué un niño se echa al mar?
Porque lo que dejan atrás es
espeluznante. Son niños la mayoría, eritreos y sirios que huyen de la
violencia, de la guerra, de la represión. Cada vez vienen más: se ha
triplicado este año el número de los que llegan. Y cada vez viajan más
solos, sin padres ni parientes. Estas son sus historias.
Arif es de Daraa, una ciudad del sur de Siria. Pertenece a una familia de clase media con siete hijos: el mayor, de 23, y el menor, de 6. Arif y sus hermanos jugaban a ser periodistas o reporteros de guerra en un conflicto enquistado ya cinco años. Pequeños Hemingways que salían por la mañana a ver dónde habían caído los proyectiles del último bombardeo. Y que volvían a casa a contarle a sus padres qué vecinos habían muerto. Los niños preguntaban: «¿Cuándo nos tocará a nosotros?».
Arif y sus hermanos son carne de éxodo. Una generación que vagará por el mundo con la remota esperanza de echar raíces en alguna parte. Miles morirán por el camino. Save the Children calcula que este año se ahogarán 2500 niños en el Mediterráneo, el mar que es la fosa común europea. En 2015 se batirán todos los récords siniestros de esta ruta de la emigración, que ya es la más mortífera del mundo. En lo que va de año han cruzado el Mediterráneo más de 40.000 personas. Y han muerto más de 1700 (850 en un solo naufragio); cientos de ellas, menores de edad. Son sirios errantes, eritreos errantes, somalíes errantes...
Esta avalancha dejará en mantillas las cifras del año pasado: 219.000 solicitantes de asilo y 3500 muertos. Pero más allá de los números (las llegadas se han triplicado) hay un hecho diferencial y estremecedor: ahora vienen más niños que nunca. Gemma Parkin, colaboradora de Save the Children en Sicilia, lo sabe bien porque lo está viendo con sus propios ojos: «Muchos de los que intentan llegar a Europa son niños. Y de estos chicos, muchos viajan completamente solos. En 2014, la mitad de los menores que llegaron a Italia iban solos, pero este año son dos de cada tres. No son criminales. Son víctimas de la guerra, la persecución, la pobreza extrema, los estados fallidos, los regímenes represivos. Vienen de Siria, Eritrea, Somalia, Libia, Irak...».
El drama de los menores no acompañados. También Médicos sin Fronteras ha detectado esta tendencia... «Hasta 2014, la mayoría de quienes emprendían esta peligrosa travesía eran hombres jóvenes. Pero durante el año pasado y lo que llevamos de 2015 estamos viendo a personas de todas las edades. Llegan familias enteras, con abuelos y niños pequeños... También estamos atendiendo a un número cada vez mayor de menores no acompañados; por lo general son adolescentes que emprenden el viaje sin sus padres», relata Chiara Montaldo, coordinadora de esta organización en Sicilia. El desastre humanitario es de tal envergadura que Médicos sin Fronteras ha puesto en marcha operaciones de salvamento en el Mediterráneo, una misión sin precedentes en la historia de esta ONG, «ante la falta de voluntad de la Unión Europea para cambiar las políticas que han llevado a esta situación», explica su portavoz Aurélie Ponthieu.
¿Por qué una familia entera o un menor desamparado se echan el mar? Porque lo que dejan atrás es espeluznante. Según el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur), el perfil de las personas que intentan alcanzar Europa por la frontera sur ha cambiado. Se ha reducido el perfil de inmigrante por motivos económicos. El 60 por ciento escapa de la violencia. Y la mitad son eritreos y sirios, según Frontex, la agencia europea de control de fronteras.
Los adolescentes que viajan solos suelen ser de Eritrea. Allí, el servicio militar es obligatorio para chicos y chicas. Y es indefinido. Te ata de por vida al Ejército. Las detenciones arbitrarias y las desapariciones están a la orden del día. En cuanto a los sirios, viajan en familia si tienen suficiente dinero... Si no, los padres envían a uno o más hijos por delante con la esperanza de reunirse más tarde con ellos. Por ley, los menores que llegan a Italia no pueden ser repatriados.
La mayor crisis desde la Segunda Guerra Mundial.
El éxodo de Siria es la mayor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. Han salido del país casi cuatro millones de personas; la mitad, menores de edad. El 96 por ciento de los refugiados sirios han sido acogidos por los países vecinos: el Líbano, Turquía, Jordania, Irak y Egipto. Los 28 países de la Unión Europea solo estaban dispuestos a reubicar a 36.000. España ha ofrecido 130 plazas. La Eurocámara está pidiendo a los países europeos que establezcan cuotas más generosas. Pero los gobiernos son reticentes. No quieren estimular el efecto llamada.
Así que países como Jordania, donde hay 700.000 sirios, cargan con el peso de la crisis. El diez por ciento está ubicado en el campo de refugiados de Zaatari, y el resto está diseminado por el país, en bolsas de pobreza de las grandes ciudades. Son decenas de miles de familias. Pero el Gobierno jordano no da permisos de trabajo a los sirios, por lo que las opciones de supervivencia pasan por el trabajo infantil (hay miles de niños mendigando o recogiendo chatarra por las calles), el matrimonio forzoso de las hijas o hacer el 'petate' de nuevo.
Un millón de personas esperando cruzar.
De este modo, eritreos y sirios siguiendo rutas diferentes acaban confluyendo en Libia. La Fiscalía de Palermo calcula que hay un millón de personas esperando en la costa africana su oportunidad para llegar a Europa. No es fácil entrar en Libia. Ni barato. Las mafias que controlan la frontera cobran unos 3000 euros.
La humanidad por delante de la política.
Los niños que cruzan el mediterráneo. Por ley, los menores que llegan a Italia no pueden ser repatriados.
A la deriva Ahamed, de seis años, envuelto en una manta termal tras ser rescatado del carguero Ezadeen en enero. El barco fue abandonado en alta mar por los traficantes al quedarse sin combustible. Más de 350 inmigrantes de Siria e Irak iban a bordo sin agua ni comida.
Los niños de los campos. Dos millones de niños sirios viven como refugiados en el Líbano, Jordania, Irak, Turquía, Egipto...
A la intemperie. Tamara, de cuatro años, fuera de la tienda de su familia en un asentamiento temporal para refugiados sirios en el Líbano. La pequeña se frota las manos para entrar en calor.
Fuerza mental. Asiyah, en Irak, es uno de los dos mil niños que participan en el programa de apoyo psicológico de Save the Children. «Aprendemos la importancia de la cooperación y de la paciencia; y, además, a ayudar a otros cuando están mal».
NUESTRAS HISTORIAS
La mirada de Bashira, 10 años. Siria
La huida de Delvin, 12 años, Y sus tres hermanos. Iraquíes
Las mafias y Feben, 16 años. Eritrea
El rescate de Hamid, 15 años, y su madre. Sirios
Nos fuimos de Siria cuando empezaron los combates en nuestro barrio. Nos bombardeaban. Así que mi madre, mi hermano pequeño Salim (de 13 años) y yo nos fuimos al Líbano, donde estuvimos viviendo en una residencia. Mi padre se quedó en Siria, cuidando de nuestro abuelo, que es demasiado mayor para viajar. Pero todo es caro en el Líbano: la comida, el agua, la ropa, el teléfono... Así que nos mudamos a Libia. Estuvimos catorce meses en una ciudad llamada Brega. Yo trabajé de albañil. Muchos niños trabajan en la construcción. Pero la vida era insoportable. Amenazas de muerte, mucha inseguridad. A mí me apuñalaron y me robaron. Decidimos marcharnos. Conocíamos a otra familia siria. El padre había contactado con una de las mafias que pone los barcos para cruzar a Italia. Fuimos a Trípoli. Un día, los traficantes nos dijeron adónde teníamos que ir. Allí nos dieron algunas instrucciones para pilotar el barco. No había capitán ni marinos. Dos voluntarios entre los refugiados se hicieron cargo. Pero uno de los motores se rompió a las pocas horas de zarpar y empezó a entrar agua. Teníamos mucho miedo de ahogarnos. La gente en cubierta formó una cadena humana y achicó el agua con cubos, hasta que un guardacostas italiano nos rescató. Hemos pedido asilo en Dinamarca».
TÍTULO: SILENCIO POR FAVOR -Chema Madoz: Emociones instantáneas,.
Chema Madoz: Emociones instantáneas
Exposición de las poesías visuales
Los objetos son tímidos: esconden sorprendentes usos. Y
generosos: regalan emociones impactantes. El fotógrafo Chema Madoz
[Madrid, 1958] los desenmascara, y desentraña su lado poético. El
artista ha contado que la primera vez que lo hizo fue cuando acudió a
clases particulares en la cocina de una vecina de sus padres: como no
había espacio en la mesa para él, la dueña de la casa abrió la puerta
del horno y así le asignó pupitre. Más tarde, Madoz descubrió que un
bastón es un pasamanos de escalera o que las nubes se parecen a las
copas de los árboles. Fotógrafo por excelencia de poesías visuales, el
artista madrileño exhibe lo más reciente de su producción en la
gran muestra Chema Madoz 2008-2014. Las reglas de juego. La organiza la
Comunidad de Madrid, en Alcalá, 31, hasta el 2 de agosto.
Amazon sabe lo que subrayas
La compañía que inventó el Kindle rastrea las lecturas de sus clientes. El objetivo: saber, por ejemplo, cuáles han sido las frases más subrayadas por los españoles en sus lecturas del año pasado.
La frase preferida. «La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura», del Quijote, es la campeona de las frases favoritas de los lectores españoles.
La segunda. El escritor brasileño Paulo Coelho es autor de la segunda frase más subrayada: «No intentes ser útil. Intenta ser tú: eso basta, y en eso reside tu razón de ser».
La tercera. 'De Cien años de soledad', de Gabriel García Márquez, es la sentencia que obtiene la medalla de bronce: «Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresado porque no pudo soportar la soledad».
Y la cuarta. De nuevo Paulo Coelho hipnotiza a los subrayadores con sus aseveraciones sobre la vida: «No es lo que hiciste en tu vida anterior lo que afectará al presente. Es lo que haces en el presente lo que redimirá el pasado y, lógicamente, cambiará el futuro». Es la cuarta frase del ranking.
Amazon sabe lo que subrayas
La compañía que inventó el Kindle rastrea las lecturas de sus clientes. El objetivo: saber, por ejemplo, cuáles han sido las frases más subrayadas por los españoles en sus lecturas del año pasado.
La frase preferida. «La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura», del Quijote, es la campeona de las frases favoritas de los lectores españoles.
La segunda. El escritor brasileño Paulo Coelho es autor de la segunda frase más subrayada: «No intentes ser útil. Intenta ser tú: eso basta, y en eso reside tu razón de ser».
La tercera. 'De Cien años de soledad', de Gabriel García Márquez, es la sentencia que obtiene la medalla de bronce: «Había estado en la muerte, en efecto, pero había regresado porque no pudo soportar la soledad».
Y la cuarta. De nuevo Paulo Coelho hipnotiza a los subrayadores con sus aseveraciones sobre la vida: «No es lo que hiciste en tu vida anterior lo que afectará al presente. Es lo que haces en el presente lo que redimirá el pasado y, lógicamente, cambiará el futuro». Es la cuarta frase del ranking.
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