El lunes -29- mayo por la cuatro a las 22:45,.
Las falsas reformas inmobiliarias, foto.
'En el punto de mira' localiza a varios estafadores que utilizan el método de la falsa reforma En el punto de mira, etc.
fotos, DESENTERRANDO A LOS MAYAS EN GUATEMALA,.
Desenterrando a los mayas en Guatemala,.
En plena selva del Petén se encuentra la cuna de la civilización maya, una metrópolis con pirámides solo equiparables a las egipcias que fue capital del mundo en torno al año 200 a. C. Un equipo de arqueólogos trabaja para recuperar y proteger de los mismos peligros que acabaron con los mayas un enclave único de la historia.
Guatemala y Egipto se encuentran a 12.000 kilómetros de distancia, pero ambos países tienen algo en común: las pirámides más grandes del planeta que albergaron dos de las civilizaciones más importantes de la humanidad: la egipcia y la maya.Contemplar ‘El Cairo de América’ no es fácil. El Parque Arqueológico El Mirador, cuna de la civilización maya, se encuentra en plena selva del Petén, al norte de Guatemala. A este lugar, considerado la capital del mundo entre los años 200 a. C. y 250 d. C., solo se puede llegar en helicóptero o tras una caminata de tres días, 55 kilómetros a pie a través de la Reserva de la Biosfera Maya, el espacio natural protegido más grande de Centroamérica.
Entre los atractivos de esta ciudad de los mayas están el templo Garra de Jaguar, construido en el 400 a. C., el templo de los Monos y la Gran Acrópolis, donde se encuentra el friso de estuco construido en el año 300 a. C. que representa a los héroes gemelos del Popol Vuh, el libro sagrado de los mayas
Árboles de hasta 35 metros de altura salvaguardan lo que en su día fue el primer Estado de las Américas, tal como señala el director del proyecto arqueológico de la Cuenca del Mirador, Richard Hansen, quien subraya que «en aquella era no había ninguna ciudad en el mundo con el tamaño y la majestuosidad de sus pirámides». La Danta mide 75 metros de altura y es la pirámide -por volumen- más grande del mundo, con 2,8 millones de metros cúbicos. Esta metrópolis llegó a albergar a un millón de personas en su apogeo.Para continuar investigando en este lugar, Hansen cuenta con un equipo de 400 personas entre arqueó-logos, biólogos y geólogos
La cuna de la civilización maya se ha conservado durante miles de años -los primeros habitantes se asentaron en este lugar en el año 1000 a. C.- gracias a que esta verdadera metrópolis se encontraba oculta entre miles de árboles.En 1962 el arqueólogo Ian Graham comenzó a estudiar el sitio, pero los verdaderos descubridores no fueron los arqueólogos, sino los trabajadores de la comunidad de Carmelita que se adentraban en la selva para recolectar chicle de los árboles.
Anualmente visitan este lugar entre 3000 y 4000 turistas que llegan a pie
La Reserva de la Biosfera Maya abarca el 19 por ciento del territorio de Guatemala. «Se trata de una joya y de un tesoro a nivel mundial, cuyos dueños son los guatemaltecos», recalca Hansen, investigador de la Universidad Estatal de Idaho y quien ha pasado más de 37 años estudiando el lugar. Hansen alcanzó la fama como arqueólogo tras revelar que El Mirador era mucho más antiguo de lo que se pensaba inicialmente.A través de un radar pionero de alta precisión, denominado Lidar, Hansen y su equipo descubrieron que las primeras construcciones en la Cuenca del Mirador datan del 800 a. C., cuando los mayas comenzaron a levantar pirámides y edificios públicos religiosos. Concretamente, sobre este enclave, situado a apenas 7 kilómetros de la frontera con México, se construyeron 51 ciudades controladas todas ellas desde el centro político de El Mirador.La Danta mide 75 metros de altura. Es la construcción más elevada de la civilización maya. Solo es superada por la pirámide de Keops, en El Cairo, con 137 metros
Los únicos habitantes que había hasta que en 1962 llegaron los primeros arqueólogos eran 250 especies de aves, 56 de reptiles y anfibios, así como tarántulas, alacranes, jaguares y monos araña, que campan a sus anchas por este pulmón verde de Guatemala
Hansen descubrió, además, el primer sistema de supercarreteras de todo el mundo con 17 calzadas que se emplearon para el transporte de mercancías y que medían 40 metros de ancho.Sin embargo, esta ambición de los mayas por construir grandes edificios y carreteras a base de cal y estuco supuso su fin. En el año 150 d. C. se produjo el primer colapso de esta civilización debido a la deforestación. La población se vio obligada a emigrar a México y a la costa del Caribe para buscar refugio y alimentación, si bien años más tarde, entre 550 y 900 d. C., pequeños grupos regresaron para recuperar sitios como El Mirador, Nakbé y El Tintal.Construyeron el primer sistema de supercarreteras: 17 calzadas de 40 metros de ancho para el transporte de mercancías
Hansen recibe anualmente entre 1,5 y 2 millones de dólares a través de fundaciones y donaciones privadas aporta-das por el príncipe de Mónaco y por los actores Mel Gibson y Morgan Freeman, entre otros
Hansen lamenta que desde entonces no hayamos aprendido casi nada. Hoy en día las principales amenazas de este increíble espacio son similares a las del pasado. La primera: los saqueadores que roban objetos mayas hasta el punto de que ha llegado a ser «la segunda actividad ilegal en el Petén, solo superada por el narcotráfico». La segunda: la deforestación llevada a cabo por la industria maderera. De ahí que el arqueólogo y su equipo apuesten por reforzar el turismo como negocio alternativo. «Tenemos que buscar vías para no repetir los errores del pasado», avisa Hansen.TITULO: REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA -Este médico es la esperanza contra el ictus,.
-Este médico es la esperanza contra el ictus,fotos.
El neurólogo Ángel Chamorro ha descubierto una fórmula que aumenta las probabilidades de salir indemne del ictus. Lo ha experimentado en el Hospital Clínic de Barcelona. Y funciona. Con su descubrimiento se podrían curar del todo 36.000 españoles al año. Nos lo cuentan él y sus agradecidos pacientes,.
De cada paciente que llegaba doblado, torcido o apagado por un ictus recogían la máxima información en análisis exhaustivos. Es una práctica que el neurólogo Ángel Chamorro se trajo de Estados Unidos, donde aprendió la importancia de las bases de datos. Al regresar a España, lo puso en práctica junto con su equipo de colaboradores. Decenas de carpetas archivadas y clasificadas contienen los datos de miles de sus pacientes. su presión arterial, el número de sus glóbulos rojos… y también sus niveles de ácido úrico. Fue este último el que llamó la atención del doctor Chamorro. «Comprobé que quienes tenían los índices más altos de ácido úrico tenían más probabilidades de superar el ictus sin secuelas».Lo cotejó muchas veces. Su sorpresa se convirtió en entusiasmo. ¡Eureka! El ácido úrico podría ser crucial en la recuperación de esta enfermedad que provoca la mitad de la discapacidad crónica en Europa. Un ingrediente tan sencillo como ese podría decidir que regresara el habla, la movilidad y la visión a quienes han padecido ese cortocircuito que puede torcer vidas para siempre.Cotejando miles de datos, Chamorro se dio cuenta de que el ácido úrico era crucial. Un ingrediente tan sencillo permitía recuperar el habla y la movilidad tras un ictus
Ángel Chamorro publicó su hallazgo en las revistas más prestigiosas de la neurología mundial y se lanzó a la búsqueda de medios para poder convertir su descubrimiento en un medicamento «que se pueda comprar en todas las farmacias del planeta», dice Chamorro.
Ángel Chamorro se fue a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y empezó a subir escalones. En 2007 publicó los resultados de un estudio realizado sobre 24 pacientes. «Se demostró que el fármaco era muy útil», dice.
Como rosas en cinco días
Todo se analizó y registró. Luego pasaron al estudio en fase 3: el doctor Chamorro logró que le fabricaran la fórmula (un laboratorio se gastó en ello 600.000 euros) con las garantías que exigen las normas internacionales de calidad de los medicamentos. En 2012 pudo experimentar con 421 pacientes; Magdalena Blasco, Jordi Soler y Paquita García son tres de ellos. Llegaron mudos e impedidos a la Unidad de Ictus del Hospital Clínic. «¿Aceptan participar en un tratamiento experimental?», preguntaron con prisa a sus familiares. Con el ictus, la velocidad de reacción es determinante para evitar secuelas. cuanto más tiempo un trombo bloquee una arteria e impida el riego del cerebro, peor para el paciente. «Es una lucha contrarreloj. 1,7 millones de neuronas mueren cada minuto con el ictus», explica el doctor Chamorro.La hermana de Jordi y los maridos de Magdalena y Paquita dieron un sí rápido. Inmediatamente y durante 90 minutos los tres pacientes recibieron por vía intravenosa la fórmula con ácido úrico. Los tres están felices y agradecidos. Están perfectos. Entraron en el hospital en camilla y a los cinco días salieron caminando. Sanos. «Lo llamamos ‘el efecto Lázaro’. Es emocionante. Es como cuando haces un empalme con un cable y se hace de nuevo la luz», dice el doctor Chamorro.
Los resultados fueron asombrosos. El éxito en quienes recibieron la nueva fórmula fue de un 36 por ciento. Pero aún hay una opción mejor. Añadir un fármaco trombolítico y utilizar trombectomía mecánica, «un dispositivo que abre las grandes arterias y las desatasca», explica Chamorro, aunque este tratamiento no es apto para todos los pacientes. «Hasta el 69 por ciento de los ictados que tratamos con trombectomía y ácido úrico quedaron totalmente sanos», añade.
Y es hasta rentable
¿Por qué solo el 50 por ciento de quienes han padecido un ictus están libres de secuelas a los tres meses de haberlo sufrido? Aquí, el oxígeno tiene un papel contradictorio. Cuando los médicos retiran el trombo, se reactiva la circulación, regresa el oxígeno, buena cosa, «pero el oxígeno produce daños, activa mecanismos dañinos para la célula», explica el doctor Chamorro. Lo llaman ‘estrés oxidativo’ «y el ácido úrico es antiestrés oxidativo», añade. De ahí el éxito.Además de las ventajas vitales para los ictados, las arcas públicas vivirían un agradable desahogo. «El ictus cuesta a España casi 3000 millones de euros al año. Si hablamos de 36.000 casos menos al año con secuelas, se podrían ahorrar entre 455 y 840 millones de euros».“Lo llamamos ‘el efecto Lázaro’. Es emocionante. Es como cuando haces un empalme con un cable y se hace de nuevo la luz”, cuenta el doctor Chamorro
Ángel Chamorro asegura que puede conseguirlo con tres millones de euros. Los necesita para hacer más experimentación y confirmar la eficacia del tratamiento. Hay que pagar un seguro, una base de datos electrónica, personal estadístico y de monitorización… «La eficacia de esta fórmula la han demostrado dos estudios. Podríamos evitar las secuelas en 36.000 ictados cada año en España», repite el doctor Chamorro.
EL MAL QUE CRECE
Su padre era médico rural. «De él aprendí el trato con los pacientes», cuenta Ángel Chamorro, neurólogo de 59 años que nació en Oñate (Guipúzcoa), estudió Medicina en Madrid y se formó en la Universidad de Columbia, en Estados Unidos. Dirige la Unidad de Ictus del Hospital Clínic de Barcelona. Ha tratado a unos 20.000 ictados. Los pacientes son cada vez más jóvenes. cada semana llegan allí personas de 40 años, y los jóvenes menores de 20 años van en aumento. Además del tabaco, la obesidad o la hipertensión, hay un nuevo causante del ictus. la contaminación. «El ictus mata a 6 millones de personas al año en el mundo -dice Chamorro-. De ellos, 1,3 millones son víctimas de ictus mortales atribuibles a los efectos de la contaminación atmosférica, según la Organización Mundial de la Salud».Paquita García, 69 años, ama de casa
“Era mi marido el que se la jugaba con el nuevo tratamiento, yo estaba fuera de combate. Ahora estoy la mar de bien”«Comieron mis nietos en casa. Luego se fueron al colegio y vino una prima mía de visita. Después del café, me encontré mal. Perdía fuerzas, se me iba la vista. Me senté en el sofá. Se me acabaron las pilas. Me desplomé. Oía cosas, pero no podía hablar, no me salía. Vino una ambulancia. Todo fue muy rápido. En el hospital pidieron permiso para una medicación nueva. Era mi marido el que se la jugaba, yo estaba fuera de combate. Todo fue bien. ingresé un lunes por la tarde y salí el viernes por la mañana cien por cien bien», cuenta Paquita. Nunca ha fumado, solo toma un poco de vino en las comidas, no hay antecedentes de ictados en su familia, camina bastante a diario, no es obesa y es de tensión baja. Pero le descubrieron una anomalía en el corazón, «una vena que se ve que no se cerró bien», cuenta ella. Además, es mujer: el ictus es la primera causa de mortalidad entre las mujeres y la tercera entre los hombres. «Estoy la mar de bien. Ya pasó», concluye.
Magdalena Blasco, 69 años, directora de una Fundación social
«Era viernes. Me quedé en la oficina para ultimar papeles antes de las vacaciones, que empezaban ese lunes. Fui a comer al bar de siempre. Se me cayeron las llaves y no me di cuenta. Hablaba mal, no decía nada coherente. Los dueños del bar llamaron a la ambulancia. Yo tenía la boca torcida, estaba paralizada de medio cuerpo, y como tonta, y, sin embargo, era consciente de todo, incluso me daba cuenta de las calles por donde iba la ambulancia. Me dijeron que el mío fue un caso difícil. Entré dos veces en quirófano para destruir el coágulo. La segunda vez fue un éxito total. Salí del quirófano hablando como una metralleta», recuerda Magdalena. Tres meses después entró de nuevo en un quirófano para someterse a un by-pass gástrico. Ha perdido 27 kilos. Magdalena era obesa e hipertensa y su padre también padeció un ictus; él, con graves secuelas. «Me salvé por estar con gente que llamó a una ambulancia. Tras el ictus, me ha quedado el miedo a estar sola», confiesa.
Jordi Soler, 66 años, administrativo
“Estaba en la oficina trabajando. De repente se me cayó el brazo derecho. No me respondía. No podía escribir”«Estaba en la oficina trabajando. De repente se me cae el brazo derecho. No me responde. Lo subo a la mesa con el otro brazo. Se me vuelve a caer. No puedo escribir. No puedo hablar. A la media hora ya estaba en el Hospital Clínic. Preguntaron si quería entrar en un programa nuevo. Llamaron a mi hermana y ella dijo que sí. Al día siguiente empecé a mover la parte derecha del cuerpo y a hablar, aunque mal. Me recuperé rápido. Salí caminando del hospital -con ayuda- a los cinco días. Vino una fisioterapeuta a casa y a los veinte días estaba perfecto». Así resume Jordi su odisea con el ictus. Luego tuvo problemas de próstata y un cáncer de recto. Ha superado todo. Y se ha casado hace poco, a los 65 años. Sigue trabajando: se jubilará en octubre. ¿Secuelas? «A veces me encallo, pero la logopeda dice que es normal. Además, siempre he pensado mucho más rápido que lo que hablo. Eso le pasa a mucha gente. Quizá es que ahora lo achaco todo al ictus».
TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - UN NUEVO DIOS,.
reloj - foto - UN NUEVO DIOS,.
Con el propósito de evitar que la verdad de las cosas fuese monopolizada por los poderosos nació la prensa. Luego se iría descubriendo que, tras esta fachada tan reluciente, se escondían sórdidos equilibrismos, manipulaciones interesadas e intereses espurios de naturaleza ideológica o -todavía peor- descarnadamente mercantil que nada tenían que ver con la búsqueda de la verdad (sino que más bien son su ocultación). Tal vez cuando, hace ya más de un siglo, Zola vindicaba la inocencia de Dreyfuss, la búsqueda de la verdad aún era la aspiración primordial del periodismo menos degenerado; sospecho que hoy ya no podríamos afirmar siempre lo mismo. Parafraseando sarcásticamente a Campoamor, diríamos que, si en este mundo traidor nada es verdad ni mentira, tampoco lo es el color del cristal con que se mira. La prensa, allá en sus albores, prometió dotarnos un cristal transparente; dos siglos y pico más tarde, hemos podido comprobar que ese cristal era más bien esmerilado y deformante.
Y, justo cuando la prensa parecía haber perdido su prestigio originario, surgió interné con una promesa renovada de transparencia y un ideario programático que podría resumirse en estas dos cláusulas. información para todos e información sobre todos. Las masas a las que tradicionalmente se asignaba un papel pasivo, como de bestias que abrevan noticias, se convirtieron de repente en los protagonistas de un nuevo periodismo que prometía ser, ante todo, un cauce para la expresión de sus inquietudes. En realidad, se trataba de la misma premisa sobre la que se asentaban programas como Gran Hermano y otros bodrios sucedáneos, cuyo éxito no podría entenderse sin ese anhelo de protagonismo de unas masas rabiosas de anonimato y resignadas a un destino subalterno, que, de repente, en un rapto de arrogancia, creen que su vulgaridad también puede ser glosada, encumbrada y admirada. Existencias anodinas e irrelevantes adquirieron súbitamente un interés periodístico de primera magnitud. Era la rebelión de las masas avizorada por Ortega en su versión más desquiciada y paródica; pues las masas ya no se avergonzaban de su vulgaridad, sino que se regodeaban en ella, se reafirmaban en ella, se contemplaban de forma narcisista en ella; y así creían conquistar un estrellato que durante mucho tiempo se les había negado.
Interné ha sido entronizado, en apenas un par de décadas, como el paraíso democrático donde esas masas pueden expresar sin complejos sus anhelos y preocupaciones, frente a unas élites que durante siglos las habían empujado a la irrelevancia. Nunca un artilugio técnico había promovido tantas efusiones retóricas, tantos derramamientos hiperbólicos, tantos fervores palurdos. No deja de resultar llamativo que desde el principio el invento se diese en escribir con mayúscula y sin artículo: Internet. Un honor que, hasta entonces, se habían reservado a Dios (aunque, por supuesto, no falten quienes escriben con petulancia ‘dios’ y, a continuación, con arrobo y servilismo, ‘Internet’). La idolatría desatada por el nuevo invento se manifestó pronto en una transformación abusiva de nuestros hábitos, en una auténtica reordenación de nuestra existencia. Mientras vomitábamos nuestra rabia en tal o cual foro (amparados, por supuesto, por el anonimato), mientras retuiteábamos perogrulladas, mientras guasapeábamos compulsivamente nos creíamos por primera vez dueños de nuestro destino, protagonistas de una revolución que al fin había alcanzado aquel anhelo de verdad que la prensa había traicionado.
Nada, por supuesto, que ver con la realidad. Bajo una falsa apariencia de transparencia e inmediatez, interné se ha convertido en la jaula dorada donde los dueños del cotarro apacientan a unas masas cada vez más gregarias, cada vez más fanatizadas, cada vez más primarias, cada vez más endogámicas, alimentándolas con la carnaza que las apacigua o exalta, divierte o encabrona, según lo que en cada momento convenga. Antaño, uno al menos contemplaba las mentiras que le contaban con una cierta perspectiva; y, si no se chupaba el dedo, podía distinguir el cristal deformante o esmerilado. Hoy ese cristal se ha convertido en la burbuja dentro de la cual vivimos, la burbuja por la que deambulamos circularmente, alienados ya para siempre, refocilándonos en un estercolero de bajas pasiones.
Nunca la información había sido tan monopolizada por los poderosos como en nuestra época; pero, entretanto, disfrutamos como enanos en nuestra jaula dorada de los beneficios de la endogamia y la vulgaridad, y adoramos a nuestro dios.
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