Unas Carantoñas se esmeran para ser de interés nacional ,.
foto / Los vecinos de Acehúche (Caceres) y muchos visitantes atraídos por las Carantoñas iniciaron ayer una de las fiestas más populares con las que cuenta la región. Medio centenar de carantoñas volvieron a desfilar por las calles de la localidad acompañadas por los mayordomos, los tiraores, las regaoras, un tamborilero y la vaca tora. Miles de personas disfrutaron de una fiesta que se celebra coincidiendo con la festividad de San Sebastián y que aspira a ser declarada de Interés Turístico Nacional para aumentar de ese modo su atractivo. Hoy volverán a salir las carantoñas a la calle.
TITULO: Minuto para Ganar KIDS - Las juderias se venden,.
Las juderias se venden,.
Pasaporte a la Extremadura judía,.
Cáceres, Hervás y Plasencia son las únicas tres poblaciones extremeñas que forman parte de la Red de Juderías de España,.
fotos / Vicenta García tiene 73 años y vive desde hace 42 en la casa que está justo al lado de la ermita de San Antonio, solar de la antigua sinagoga judía de Cáceres. Son las doce y media de la mañana y, en bata y zapatillas, riega las plantas que rodean su calle. Mientras tanto, mantiene una conversación con Begoña Gallo, bilbaína que está pasando unos días en la ciudad. Quiere conocer más sobre esta zona de la capital cacereña y Vicenta se ha convertido durante cinco minutos en su particular guía. «Desde hace dos o tres años el turismo ha aumentado mucho en el barrio. Antes se quedaban en San Mateo o en la Plaza de San Jorge y muy pocos bajaban hasta aquí. Si lo hacían, al menos no pasaban por mi puerta. Ahora es un no parar», comenta justo después de indicar a Marga y Raúl, dos turistas que han llegado desde Baracaldo con sus dos hijas, cómo llegar el Centro Turístico Baluarte de los Pozos y el Jardín de los Olivos.Esos son sólo algunos de los lugares más emblemáticos que puede conocer el turista que visita Cáceres atraído por la cultura judía. Esta ciudad, con Plasencia y Hervás, son las únicas poblaciones de Extremadura que forman parte de la Red de Juderías de España. Constituida en enero de 1995, en ella se agrupan un total de 19 ciudades españolas que desde este año ofrecen la posibilidad de participar en la iniciativa denominada 'Pasaporte del Descubridor'. Con ella, los viajeros que inicien una ruta por cualquiera de los municipios que componen la Red reciben un 'pasaporte' que puede sellarse en oficinas de turismo, sinagogas y museos. Al visitar al menos siete localidades, obtienen un diploma. Es similar a los sellos que los peregrinos del Camino de Santiago estampan en su famosa credencial.
Por el momento, en la región han sellado más de 250 'pasaportes' desde el pasado mes de enero. En Hervás rondan los 120, en Cáceres los 80 y en Plasencia unos 60. «Hay empresas turísticas que organizan viajes exclusivos para conocer estos barrios. Cada año tenemos grupos que llegan desde Israel y países de América Latina como Argentina y México, así como de Alemania y Estados Unidos», detallan en la Asociación de Guías Turísticos de Cáceres, desde donde apuntan que en la ciudad cacereña vivieron casi 2.000 judíos.
Lo hicieron en el interior de la ciudad monumental, cuyo eje principal es la antigua sinagoga, hoy conocida como ermita de San Antonio. En torno a ella, nacen estrechas y empinadas calles con casas cuyas paredes están encaladas. También vivieron en la judería nueva, situada fuera de la muralla y muy cerca de la Plaza Mayor. Concretamente en lo que hoy es el Palacio de la Isla.
«En los últimos años, los turistas que han venido motivados por la cultura judía se han incrementado notablemente. No sabemos exactamente el número que visita nuestras juderías puesto que hay muchos que pasean por sus calles pero no entran en nuestras oficinas. Lo que sí sabemos es que en 2017 visitaron el Centro Turístico Baluarte de los Pozos 66.673 visitantes, y el Palacio de la Isla un total de 62.612», detalla Amparo Fernández, técnico de Turismo del Ayuntamiento de Cáceres, que tiene previsto restaurar el lienzo de la muralla que va desde el Baluarte de los Pozos al Arco del Cristo, con una inversión cercana al millón de euros. Son trabajos que harán con cargo al 1,5% cultural que concedió el Ministerio de Fomento a la ciudad.
«Hay muchos motivos que llevan a los visitantes a interesarse por nuestras juderías, hay incluso descendientes de judíos que vivieron en esta ciudad. Otros vienen porque están recorriendo todas los barrios judíos de España», añade Fernández, quien también alude a Hervás, fundadora, al igual que Cáceres, de la Red.
A la orilla del río Ambroz
Encuadrada en un entorno privilegiado, a la orilla del río Ambroz, entre huertas, higueras y castaños, la judería de Hervás es una de las señas de identidad de este municipio cacereño. «La zona se conserva muy bien. La población residente ha interiorizado la transformación cultural. Hemos pasado de esos siglos en los que se pensaba que los judíos habían matado a Dios y eran los causantes de todos los males a entender la tragedia que vivieron», apuntan desde la Oficina de Turismo de Hervás, donde destacan que «es un barrio popular con mucho encanto que se ha mantenido siempre habitado». Actualmente vive en él un 10 por ciento de la población censada en este pueblo de 4.200 habitantes.En torno al barrio también han surgido negocios. Uno de ellos es el pequeño obrador de Abigaíl Cohen Kosher. En él se elaboran pastas judeo–sefardíes que se venden en las juderías de España y Portugal. Son dulces artesanos hechos según recetas centenarias guardadas por los abuelos paternos de Abigaíl, descendientes de judíos sefardíes expulsados de España en 1492.
Él organiza desde hace diez años rutas culturales y detalla que la calle con más raigambre es la del Rabilero. En esta zona, la profusión de macetas en las fachadas y el encalado de las casas ponen de manifiesto el pasado judío con el tipismo de los pueblos de Extremadura.
Entre los números 3 y 5, se ubica la conocida como la callejilla más estrecha de España. Además, en un cantón sin salida a la izquierda de la calle Rabilero, algunos investigadores sitúan la antigua sinagoga. Por su parte, en el número 25, se ubica la última cestería tradicional en madera de castaño de Hervás.
«Para conocer esto vienen de todas partes de España, pero también mucho de Alemania, Francia y Portugal», añade Marciano. «Entre 2008 y 2013 ha habido un gran crecimiento de visitantes en la judería. La mayoría, unos 70.000 turistas al año, vienen atraídos por esta zona del pueblo», aseveran desde la Oficina de Turismo.
Qué ver
- En Cáceres
- Hay dos juderías. Por un lado, la vieja, en torno al barrio de San Antonio, donde se puede pasear por sus estrechas calles. En esa zona, destaca el Centro Turístico Baluarte de los Pozos. En él se ofrece la oportunidad de conocer más sobre la historia de las juderías de España y Portugal, así como unas vistas de la ciudad monumental. Además, allí también se encuentra el Olivar de la Judería, desde donde se observa la Ribera del Marco y la Sierra de la Mosca. Por su parte, la judería nueva, fuera de la muralla y muy cerca de la Plaza Mayor, se encuentra en lo que hoy es el Palacio de la Isla.
- En Hervás
- El pueblo hebreo pobló esta localidad hace cinco siglos y ese pasado aún se puede ver en un conjunto de callejuelas estrechas y empinadas, llenas de casas con grandes voladizos hechas de materiales autóctonos, que bajan desde la plaza hasta el río Ambroz y el puente medieval de la Fuente Chiquita. A principios de julio se celebra la fiesta de Los Conversos.
- En Plasencia
- Las huellas del colectivo hebreo suponen descubrir una buena parte de la riqueza monumental de la ciudad amurallada, desde la plaza Mayor hasta las puertas de Trujillo y Berrozana, pasando por la catedral o el conjunto del convento de San Vicente Ferrer y el palacio del Marqués de Mirabel. Es una de las pocas ciudades de España que cuenta con un cementerio judío.
En el caso de la capital placentina eso supone la promoción de las dos juderías con las que cuenta. Por un lado, la antigua, que ya existía antes de que naciera la ciudad y que se ubica en el entorno de lo que hoy es el Parador Nacional y el Palacio del Marqués de Mirabel. Ahí vivió la comunidad judía hasta 1450. Desde ese año hasta 1492, los 1.800 judíos que habitaron Plasencia se mudaron a la zona de la Plaza Mayor, entre rúa Zapatería y calle Trujillo.
En torno a esos espacios se organizan rutas en la ciudad para los visitantes. En una de ellas se recorre la necrópolis del Berrocal. Se invita al turista a conocer el cementerio judío. Según detalla Ismael Martín, técnico que lleva a trabajando en la Oficina de Turismo 24 años, «Plasencia es una de las pocas ciudades que cuenta con uno y en él hay 55 tumbas vacías, aunque se estima que en toda su extensión hay unas 300». Son un ejemplo más de un pasado judío que hoy, más de cinco siglos después, se mantiene vivo gracias a turistas de todo el mundo.
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