fotos,. Un trío en la cocina - Cocina - Ferran Adrià regresa al escenario de su despedida ,.
Ferran Adrià regresa al escenario de su despedida
TITULO: Un país mágico -De Hurdes italiana a capital de la cultura ,.
El sabado -26- Enero a las 18:30 por La 2, foto.
De Hurdes italiana a capital de la cultura,.
Por su miseria y atraso era la «infamia nacional», pero Matera exorciza su pasado con los 2.000 eventos que albergará este año,.
Para la ciudad de la región italiana de Basilicata, esta distinción será la mejor manera de exorcizar el mito de la miseria y el subdesarrollo y darse a conocer en el mercado turístico. Espera atraer a un millón de visitantes durante el año y consolidar así su crecimiento como meta internacional. En los últimos tres años los 'bed and breakfast' han pasado de 157 a 556.
La fiesta con la que dará inicio la capitalidad cultural estará presidida por el jefe de Estado, Sergio Mattarella, y tendrá la música como protagonista con un número de intérpretes muy particular: 2019. Serán en su mayoría miembros de 54 bandas europeas y locales que tocarán desde las 10 de la mañana por distintas calles de la localidad para reunirse finalmente por la noche en una plaza del centro histórico.
Los poco más de 60.000 habitantes de esta bellísima ciudad, declarada por la Unesco Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1993, no podrán decir que no se han enterado de que la fiesta ha comenzado. El mismo día se inaugurará la 'Cava del Sole', un gran espacio ubicado en una antigua cantera que albergará diversos eventos al aire libre durante todo el año. Entre ellos destaca el que ofrecerá el compositor minimalista británico Brian Eno el 18 julio con motivo del 50 aniversario de la llegada del hombre a la Luna. Su espectáculo, que ofrece en primicia, se llama 'Apollo Soundtrack', y celebra con música e imágenes la primera vez que un ser humano puso un pie sobre la superficie lunar.
Excavadas en roca caliza
Hasta hace unos pocos años, las guías turísticas presentaban a Matera como una ciudad de escaso interés para los extranjeros. «Esta zona, que ha estado habitada desde la antigüedad hasta el siglo XIX, se encuentra actualmente abandonada y a la espera de una reorganización», puede leerse en un manual para visitantes editado a principios del milenio. Se refería a la parte vieja de la localidad, un área barrancosa donde las viviendas están excavadas en la roca caliza. Son los llamados 'Sassi' y conforman un panorama tan sugerente para el forastero con sus dos anfiteatros naturales como indigno para sus habitantes hasta hace unas pocas décadas. Era tan grande la miseria en la que vivían que las autoridades decidieron evacuarles a principio de los años 50 y transferirlos a la zona moderna de la urbe. En aquellas grutas oscuras la población local afrontaba unas condiciones insalubres que inspiraron al intelectual antifascista Carlo Levi, desterrado por el régimen de Benito Mussolini a Lucania (como se conocía entonces a Basilicata), a la hora de escribir 'Cristo se detuvo en Éboli'. El libro denuncia la pobreza y el olvido de los campesinos del 'Mezzogiorno' italiano.Pese a que Levi considera que Jesús no pasó por estas tierras, la primera impresión que se lleva el visitante al llegar a Matera es que se encuentra ante un Belén a tamaño real. Sólo falta encontrar a la Virgen María, a San José, al niño, al buey y a la mula. Si ha caído la nieve, como ocurrió a principios de año, la imagen es todavía más sugerente. Hay dos directores de cine que han potenciado ese ambiente en sus películas. El primero es el italiano Pier Paolo Pasolini, que rodó en los 'Sassi' 'El Evangelio según san Mateo', la cinta de 1964 en la que el español Enrique Irazoqui interpreta el papel de Jesucristo. El otro director es el estadounidense Mel Gibson, que ante las dificultades para poder grabar en Jerusalén, optó por Matera como el mejor escenario posible para 'La pasión de Cristo', estrenada en 2004. Ambas cintas provocaron un interés momentáneo por la ciudad de la Basilicata que las autoridades locales esperan que se convierta en permanente a partir de ahora gracias a la condición de Capital Europea de la Cultura. Eso sí, sin pasarse. «No queremos una masificación turística. No podemos convertirnos en Venecia ni tampoco en Disneylandia», dice Paolo Verri, director del comité organizador.
'Pasaporte' anual
El alcalde, Raffaello De Ruggieri, promete que se creará un polo empresarial junto a los 'Sassi' que acogerá a 14 empresas creativas en el campo de las nuevas tecnologías. Son alrededor de 2.000 los eventos culturales que se celebrarán este año en la ciudad. Se podrá disfrutar de ellos con un 'pasaporte' anual que cuesta 12 euros para los locales y 19 euros para los visitantes. De momento ya se han vendido más de 7.000. «Esta debe ser una gran ocasión para que Matera se dé a conocer y muestre todas sus bellezas. Su desarrollo no debe pararse en 2019, que debe ser un punto de inicio y estimular la conclusión de todas las obras que no se han completado», reconoció esta semana la ministra para el Sur, Barbara Lezzi, en una visita a la ciudad para ver en qué punto se encontraban los preparativos. Le tocó reconocer que algunas de las obras planeadas aún no se han completado. Faltan aparcamientos, el desdoblamiento de la línea regional de ferrocarril que une Matera con Bari, y la estación que debe unir a la urbe con la red nacional de trenes. Tampoco se ha duplicado el número de autobuses dirigidos al aeropuerto más cercano, el de Bari. Las horas de viaje y las incomodidades que los visitantes tendrán que afrontar hasta llegar a Matera refuerzan la sensación de aislamiento que produce este lugar.Verri reconoce estas dificultades pero está convencido de que la agenda de eventos programados hace que valga el esfuerzo viajar hasta esta remota ciudad. «Tratamos de reflexionar sobre el futuro, la continuidad y la ruptura, las utopías y las distopías», cuenta. Además del citado espectáculo de Brian Eno, entre las otras citas destacadas hay una exposición sobre las ciudades rupestres del mundo, titulada 'Ars Excavandi', y otra sobre ciencia, matemáticas y Pitágoras. También hay un espacio para aprender geología y conocer así la historia de las cuevas de Matera y su transformación. Han pasado en unas pocas décadas de albergar a vecinos que malvivían en condiciones insalubres a acoger hoy lujosas tiendas y exclusivos hoteles de cinco estrellas.
TITULO: Diario de un nómada - «Amenazó con abrir la puerta del avión si no le dejaban bajar»,.
El domingo -27- Enero a las 19:00 por La 2 , fotos.
«Amenazó con abrir la puerta del avión si no le dejaban bajar»,.
Un cacereño relata la odisea vivida este verano en un viaje a Praga y Budapest,.
«Ya decía mi abuela que lo barato al final acaba saliendo caro». Con una media sonrisa en su rostro, un cuarto de resignación y otro tanto de un necesario sentido del humor para afrontar este tipo de situaciones, el cacereño Jorge Pérez, de 35 años, resume así la odisea vivida hace unos días tras protagonizar un viaje a Praga y Budapest. Una ruta turística que ya desde Madrid resultó a todas luces rocambolesca. Poco más de 100 euros entre ida y vuelta, pero no precisamente bien invertidos.Acompañado por su hermana, este profesor de Educación Primaria, que durante el pasado curso ejerció en tierras aragonesas, programó su viaje turístico a Europa Central del 12 al 18 de julio. «En este caso obligadamente hasta el 19 debido a las circunstancias», detalla. Sin conocer los avatares que se sucederían en los días posteriores, los dos cacereños no dieron importancia al primer incidente registrado, un retraso de dos horas con el que salió su vuelo con destino a la capital checa. «No era nada significativo. En cierto modo era entendible por ser esta época del año», confiesa.
Los designios que el destino tenía reservados para ellos comenzaron a torcerse cuando el día 15 de julio abandonaron Praga en tren dirección a Budapest. Ya en tierras húngaras, padecieron otro percance: «El tren se paró en mitad de la nada y permanecimos unos 40 minutos dentro sin que nadie nos diese alguna explicación. Es la misma imagen que se suele ver siempre con los trenes extremeños, pero esta vez en Hungría. Luego tuvimos que ir andando paralelamente a las vías hasta una pequeña estación que estaba a un kilómetro. No teníamos dinero húngaro porque nuestra intención era cambiar cuando llegásemos a Budapest. Esperemos a que llegase otro tren y, tras estar otra media hora dentro de él, por fin arrancó».
«Al pasajero le dejaron bajar sin presencia de policías ni comprobar su asiento. Luego, otros dos también se bajaron»
Lo sucedido hasta el momento era solo
un aperitivo. Ya el día 18 de julio, fecha fijada para el regreso a
España, fue cuando se desencadenó la gran broma final. El vuelo W62371
de la compañía Wizzair se convirtió en toda una experiencia vital para
los dos hermanos.«El avión tenía que salir a las 16.40 horas de Budapest para aterrizar en Madrid tres horas después, pero la salida se retrasó en un principio casi dos horas sin que nos diesen ninguna razón. Una vez dentro del avión, cuando la nave ya comenzaba a moverse para dirigirse a la pista de despegue, un hombre que anteriormente había mantenido varias conversaciones telefónicas amenazó con abrir la puerta si no le dejaban bajarse del avión. A pesar de la negativa inicial de la tripulación, finalmente el avión regresó a la zona de pasarela y le dejaron bajar sin más. Sin presencia de policías y sin comprobar ni siquiera el asiento en el que estaba sentado».
A causa de este incidente, relata Jorge Pérez, todos los viajeros tuvieron que bajar del avión para reconocer sus maletas. «Fue un procedimiento muy 'chusquero' y una vez nuevamente dentro del avión hubo dos pasajeros que mostraron su temor por la falta de control existente, por lo que también exigieron bajarse».
A pesar de la mediación de un piloto español ajeno a la compañía y que viajaba como pasajero, quien intercedió para que no se produjese ningún motín, los dos viajeros se salieron con la suya. Entonces ya con la policía presente, los pasajeros del vuelo Budapest-Madrid fueron llevados esta vez a la terminal para realizar un nuevo reconocimiento de los equipajes, según explica.
Tras varias horas sin comer ni beber, no fue hasta las once de la noche, seis horas más tarde de lo previsto, cuando por fin se pudo emprender el viaje de vuelta a Madrid. «Cuando el retraso es de más de cinco horas, suelen dar una cena o una comida, pero en este caso nos dieron una lata de zumo o refresco a compartir y un snack», critica.
Pérez ya tiene claro que interpondrá una reclamación. «A nuestra llegada había gente que se dedica a estos temas, pero es mucho papeleo. Lo haré a través de alguna de las páginas web que trabajan con este tipo de asuntos. Se quedan con una comisión, pero te ahorras todas las gestiones. La compensación puede rondar los 400 euros».
Su experiencia no pasó desapercibida en las redes sociales. Metiéndose en la piel de un corresponsal, Jorge Pérez no dudó en detallar cada paso de sus andanzas por tierras centroeuropeas en su perfil de Twitter; desde la incidencia en el tren que le llevó a Budapest hasta la maratoniana jornada dentro del avión.
Esta particular odisea no ha minado en cualquier caso sus aspiraciones viajeras. Inglaterra y Polonia, según sostiene, serán este verano dos de sus próximos destinos.
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