sábado, 21 de enero de 2023

BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - INDUSTRIA TEXTIL - LA OTRA CARA DE ESTRENAR LOOK ,. - Miercoles -1- Febrero ,./ El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA - El Show de Bertín - Florentino Fernández demuestra ser culpable de usurpar la gracia de Chiquito ,. / EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ - Universo Valdano - Braithwaite eleva al Espanyol,. / El país de Un año del triunfo en Afganistan ,.

 

 TITULO: BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura -  INDUSTRIA TEXTIL - LA OTRA CARA DE ESTRENAR LOOK ,. Miercoles - 1- Febrero ,.

 BOLIGRAFO Y LIBRETA - EL BINGO - Maestros de la Costura - INDUSTRIA TEXTIL - LA OTRA CARA DE ESTRENAR LOOK  ,. Miercoles   -1- Febrero, fotos,.

 INDUSTRIA TEXTIL - LA OTRA CARA DE ESTRENAR LOOK ,.

El 'fast-fashion' está matando el planeta, y eso lo sabemos todos,.

Gastamos 565 euros de media en ropa al año, pero cuatro de cada diez prendas no se llegan a estrenar. La industria textil, la segunda más contaminante del mundo, se ha rendido al modelo 'fast-fashion', un negocio tan rentable como poco sostenible. 

 

Antonio tiene 80 años y aún lo recuerda con ilusión: "De chico me hicieron un traje, de pantalón corto y chaqueta. Con él hice la Primera Comunión, pero me sirvió para todo. Ese era 'El TRAJE'".

 

Relata, con una sonrisa, que ponerse 'EL TRAJE' era indicativo de que ese día había fiesta o algún acontecimiento importante. Su madre hacía la ropa en casa y las prendas pasaban de unos a otros. No se tiraba nada. "No había estos derroches de usar y tirar, en absoluto", asegura.

Ahora las cosas son bien distintas. En 2018 los españoles gastamos en ropa una media de 565 euros, según un informe de la EAE Business School. Actualmente estamos comprando un 60% más de ropa que a principios de siglo, según Greenpeace. Y si nada cambia, el consumo de ropa aumentará todavía más: de 62 millones de toneladas en 2017 a 102 millones de toneladas en 2030, un 63% más.

Mayor gasto en ropa

María Salud no es experta en moda ni trabaja en la industria textil, pero a sus 83 años lo tiene muy claro: "Mucha gente se deja llevar, todos queremos aparentar más. El que se sale de la norma es el raro". A ella también le hacía la ropa su madre, al igual que a sus hermanos: "Nos cosía los vestidos a mi hermana y a mí, y los pantalones a mi hermano", recuerda.

María Salud y Antonio son dos de las personas que viven en Trabensol, un centro social de convivencia para mayores situado en Torremocha de Jarama, Madrid. laSexta les ha visitado y ha conversado con ellos sobre la situación de emergencia climática y el impacto medioambiental que está generando la industria textil.

María Salud nos enseña orgullosa su máquina de coser: "Yo les he hecho la ropa a mis cuatro hijos. Se aprovechaba todo".

María Salud en su vivienda del centro social de convivencia Trabensol

Ella nació en Murcia, aunque con tres años se fue a vivir a Madrid. Explica que en esa época existía la figura de los 'teleros' que "iban por las casas con un atillo lleno de telas y se las comprabas para hacerte la ropa". Eran tiempos en los que la necesidad de las familias marcaba las temporadas, un tiempo en el que el concepto 'fast-fashion' ni se avistaba.

"Las empresas que siguen el modelo 'fast-fashion' lanzan una colección a la semana", apuntan desde el ISEM

En la actualidad, las grandes marcas crean entre seis y ocho temporadas al año, frente al ritmo de dos o cuatro colecciones de los primeros años del sector. Es lo que se conoce como 'moda rápida', un modelo de negocio que actualmente mueve millones.

"Las empresas que siguen el modelo 'fast-fashion' están lanzando una colección a la semana", apunta David Luquin, director de Atelier by ISEM (Instituto Superior de Empresa y Moda de Navarra). Pero, ¿de verdad necesitamos tanta ropa? Luquin nos contesta rotundo: "La demanda ahora la está marcando Zara, es quien dice lo que hay que comprar. Fue quien nos trajo la revolución 'fast-fashion'".

Menor vida útil de las prendas

Al tiempo que aumenta la producción, la vida útil de la ropa se ha reducido a la mitad y si te pones esa prenda, tan sólo lo harás una media de tres veces. "Esto nos lleva a una crítica para todos, más allá de la gente joven. En este modelo de vida basado en las redes sociales nadie quiere repetir ropa. Es un modelo que no es sostenible", añade Luquin.

Si cada persona estirara la vida de sus prendas de uno a dos años, las emisiones se reducirían un 24%

Greenpeace calcula que si cada persona estirara la vida útil de sus prendas de uno a dos años, las emisiones contaminantes se reducirían un 24%.

Antonio hace 20 años que no se compra un traje. Cuando le mostramos los datos sobre la vida útil de las prendas reconoce que a él "le cuesta tirar una camisa": "Si tiene el cuello rozado se lo corto y la sigo utilizando, digo: oye, moda 'cuello mao'", bromea.

Antes de marcharse a Madrid en los años 50, Antonio vivió en su pueblo natal: Monterrubio de la Serena, en Extremadura. Recuerda que allí una vecina tenía en casa una máquina de tejer e incluso hacía calcetines. "Las camisas se remendaban. Las medias de nylon se zurcían y también los calcetines. Ahora directamente se tiran", afirma indignado. Un enfado, el de los calcetines, que también comparte María Salud: "¡Ahora nadie cose calcetines!".

Cuatro de cada 10 prendas de nuestro armario nunca se usan

De 'usar y tirar'

El modelo de la industria textil, tal y como lo conocemos, comenzó en los años 70 con un fenómeno al que se llamó deslocalización. Las grandes multinacionales, americanas y europeas, querían vender más ropa y decidieron abaratar los costes trasladando los centros de producción a países sin derechos laborales y con salarios precarios.

Las principales firmas trasladaron la producción de ropa a China, Camboya, India, Vietnam y Bangladesh. Gracias a este modelo, la industria textil logró duplicar su producción, llegando a fabricar 150.000 millones de prendas al año.

Este modelo ha propiciado que el precio de la ropa caiga, pero también ha aumentado la cantidad de prendas que desechamos. En España, cada persona genera 14 kilos de residuos textiles al año y el 85% de la ropa que no se utiliza acaba en un vertedero. Según la ONU, cada segundo se entierra o quema una cantidad de ropa equivalente a un camión de basura.

La industria textil, la segunda más contaminante después del petróleo

Para que te hagas una idea, según datos de Greenpeace, en EEUU los 13,1 millones de toneladas de productos textiles generados en 2010 supusieron un 5,3% de los residuos municipales. Y de eso hace casi una década.

Jaime Moreno tiene unos cuantos años más, 83 para ser exactos. Toda su vida se ha dedicado al periodismo y a la televisión, NO-DO incluido. Recuerda que antes "la ropa vieja se convertía en trapos" y "se utilizaba para hacer papel".

Añade que, a la hora de desechar la ropa, "porque al final se rompía del uso", entraba en juego el trueque: "A la ciudad venía gente en burros con cacharros hechos en barro que se cambiaban por ropa vieja. Las mujeres eran las encargadas de regatear y hacer el trueque", explica sin dejar de atusarse su barba blanca.

De la lana, al poliéster y la viscosa

Los materiales de fabricación también han cambiado, y mucho. Algo que tampoco ayuda a reducir el impacto medioambiental. Antonio apunta que, siendo él niño, la ropa se hacía de algodón, lana y lino: "Eran la base del textil. Mi madre en casa hacía muchos jerseys y rebecas".

Le preguntamos por el primer material sintético o plástico que recuerda y Antonio nos habla del Plexiglás: "Se hacían los impermeables, los paraguas. Se utilizó incluso como elemento erótico para vestir a las mujeres", detalla.

Lo cierto es que, según nos explican desde el ISEM, el primer material sintético que se empleó en la moda fue el nylon. “Es curioso que se acuerden del Plexiglás, un material brillante, utilizado para realizar corpiños y sí, también chubasqueros”, añade el director de Atelier by ISEM.

Ahora, según el informe 'Moda sucia' de Ecologistas en Acción realizado en 2017, algunas de las marcas de ropa más importantes se abastecen de viscosa proveniente de fábricas asiáticas que están causando grandes estragos medioambientales.

Los ecologistas denuncian que las fábricas de viscosa, elemento utilizado para dar ligereza a las prendas, están vertiendo aguas residuales tóxicas en los cursos de agua locales, destrozando la vida marina y exponiendo a los empleados y a la población a sustancias químicas perjudiciales.

En Bangladesh los ríos se tiñen del color de la temporada como consecuencia de los aguas residuales.

Los materiales de fabricación de la ropa también han cambiado, y mucho

Vaqueros, tóxicos y con bien de agua

Para producir un kilo de algodón se necesitan 10.000 litros de agua, lo que convierte a la industria textil en la segunda más contaminante después del petróleo.

Confeccionar unos vaqueros requiere unos 7.500 litros de agua, lo que bebe una persona en 7 años

Según la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), confeccionar unos vaqueros requiere unos 7.500 litros de agua, el equivalente a la cantidad que bebe una persona promedio en siete años.

Así, la industria textil consume cada año 93.000 millones de metros cúbicos de agua, un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas.

Con esos datos, y en favor del ahorro, el experto medioambiental Miguel Aguado recomienda lavar los vaqueros con un programa de agua fría (menos de 30 grados). Asegura que así se puede llegar a ahorrar 1.000 litros de agua (del total que supone su confección) por cada pantalón.

Desde el ISEM afirman que las marcas están "preocupadas" y apuntan que ya hay tecnologías que permiten lavar un denim con 20 litros en vez de 10.000 o 20.000 o realizar el acabado de un jean utilizando solamente un vaso de agua, “como las que usa la marca Jeanología, empresa que está en Valencia”. Las principales marcas de vaqueros, como Levi’s, H&M o Inditex, ya utilizan las máquinas de esta empresa española.

Sin embargo, a día de hoy, no hay una forma sostenible para poder desechar un vaquero. “No existe una tecnología industrial eficiente para separar los tejidos y poderlos reutilizar”, matiza David Luquin (ISEM).

A Antonio, María Salud y Jaime estas cifras y datos les indignan sobremanera. Son de una generación en la que "no había duchas" y los baños se hacían en grupo: "Lo normal era usar un gran barreño donde los chavales se bañaban por orden. Se usaba ese mismo barreño para todos, empezando por el hermano pequeño", explica Jaime. "Ese agua luego se reutilizaba para el váter", añade María Salud.

No sólo los vaqueros, la confección y producción del resto de prendas también implica el uso de litros y litros de agua. Así, la fabricación de una camisa conlleva un gasto de entre 1.000 o 1.500 litros de agua, dependiendo de si está realizada en fibra sintética o en algodón.

Ropa para ti, comida para los peces

Más datos para el desaliento. Según la Agencia de Medio Ambiente de la ONU, la producción y distribución mundial de ropa y calzado genera el 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Como consecuencia de la deslocalización, la ropa tiene que recorrer miles de kilómetros antes de llegar a nuestra tiendas.

"Si continuamos trabajando con el enfoque de negocio actual, las emisiones de gases contaminantes de esta industria aumentarán casi un 50% para 2030", advierte Elisa Tonda, jefa de la Unidad de Consumo y Producción del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA).

El poliéster contamina nuestras aguas, libera un millón de fibras microplásticas en un solo lavado

Una vez tenemos la prenda en nuestro armario, la agresión al planeta continúa. Un tejido como el poliéster contamina nuestras aguas cuando lo metemos en la lavadora, liberando hasta un millón de fibras microplásticas en un solo lavado. "A través de los lavados se va desgranando, convirtiéndose en micropartículas de plástico que acaban en los océanos", explica Celia Ojeda, responsable de la campaña de consumo de Greenpeace.

Un dato que también conoce Antonio, cuya conciencia medioambiental ya nos queda clara a estas alturas del reportaje: "La ropa nos retorna. Las depuradoras no están preparadas para filtrar esas microfibras, que acaban siendo alimento para el plancton, que a su vez sirve de alimento a otros peces. La cadena se completa y nos llega a nosotros. Es un hecho", sentencia.

María Salud reconoce que antes "no se lavaba tanto la ropa", pero "porque se tenían menos prendas". Eso sí, explica que para hacerlo se empleaba un jabón casero hecho con aceite o grasa animal. Ella recuerda que su madre lo hacía en casa.

No te olvides los zapatos

Al hablar de la industria textil también estamos incluyendo en los datos el calzado, cuya confección puede suponer (si son de piel) 4.400 litros de agua. Antonio también recuerda que su calzado consistía en un par de zapatos. "Vine a Madrid y me compraron unos en Segarra. Esos zapatos debieron ser eternos, me hicieron un callo que todavía tengo en el pie", relata.

La confección de unos zapatos puede suponer 4.400 litros de agua

Según indica ASIRTEX, la Asociación Ibérica de Reciclaje Textil, el año 2025 es la fecha tope fijada por la Comisión Europea para que todos los Estados miembros hayan implantado un sistema de recogida separada de ropa y calzado usados.

Desde la asociación apuntan a que "ya existen numerosas localidades que disponen de equipos en la vía pública para su recogida selectiva", pero consideran que no son suficientes.

"Para mi el 'fast-fashion' tiene un problema de credibilidad. Nos vamos a empezar a cuestionar si lo que estamos haciendo está bien", añade David Luquin (ISEM), que asegura que "Zara tiene en la agenda como prioridad absoluta abordar toda la parte de sostenibilidad. Pero como Inditex, todas las marcas".

Sin embargo, para Antonio, el problema radica en la "falta de conciencia": "Ojalá la humanidad pudiera dedicar todos sus esfuerzos y recursos a conocer mejor nuestro entorno, nuestro medio ambiente. No se trata de producir para usar y tirar, usar y tirar", reflexiona.

Así, cada vez que vayamos a comprar, deberíamos preguntarnos qué hay detrás de esa camiseta o ese pantalón y cuál es el coste que paga el planeta para que estrenes nuevo look.

 

TITULO: El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA  -  El Show de Bertín  -  Florentino Fernández demuestra ser culpable de usurpar la gracia de Chiquito ,.

El Juego Rana - El Juego Oca - RADIO ANTIGUA -   El Show de Bertín  -  Florentino Fernández demuestra ser culpable de usurpar la gracia de Chiquito, fotos,.

 El Show de Bertín  - Florentino Fernández demuestra ser culpable de usurpar la gracia de Chiquito,.

 El Show de Bertín | ¿Logrará Flo no reírse con nuestros catedráticos del  chiste?

 Flo saltó a la fama en un programa nocturno de televisión creando un personaje que imitaba a Chiquito de la Calzada, con tanta gracia como el original y por ello fue llevado a juicio. No es broma.

 

Aunque todos hemos imitado alguna vez el "no puedo, no puedo" característico del humorista

 

 

 desaparecido, Chiquito de  la Calzada, tenemos ocasión de mejorarlo hasta el virtuosismo, con el curso intensivo que nos da en este video Florentino Fernández, "Flo".

 

La cosa se las trae porque esta soberbia imitación le llevó a juicio por una demanda interpuesta por el propio Chiquito, que adquirió proporciones surrealistas, como explica el propio Flo.

 

TITULO: EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ -   Universo Valdano -Braithwaite eleva al Espanyol ,.

  EL JUEGO LA PERA - EL JUEGO RELOJ -  Universo Valdano  -  Braithwaite eleva al Espanyol,.fotos,.

 

 Braithwaite eleva al Espanyol,.

 

ESPANYOL 1 - BETIS 0 - Resultado Final ,.

El danés certifica la segunda victoria consecutiva del conjunto perico, que escapa del descenso a costa de un Betis que acumula pesadumbres y el arbitraje discutidísimo de González Fuertes.

 Comparecía Braithwaite con una camiseta en que se leía Chan, el nombre de su tatarabuelo chino, para conmemorar el Año Nuevo del Conejo en el gigante asiático. Y acabó convirtiéndose el danés en ‘Chan’ Braithwaite para un Espanyol que es otro en Liga desde que regresó del Mundial, y sacando un conejo de la chistera para alejar unas plazas de descenso en que dormía hace apenas una semana. Todo ello a costa del Betis, que tras los varapalos de la Copa y la Supercopa frena ahora sus aspiraciones Champions, de un arbitraje errático de González Fuertes e incluso a costa de Joselu, que fue todo sacrificio por el equipo.

 Braithwaite eleva al Espanyol - AS.com

Tembloroso, como cualquier aficionado en la gélida tarde de Cornellà-El Prat –en una grada paradójicamente caliente por los piques entre pericos y verdiblancos–, dejó Cabrera el 

 

 

larguero de Bravo a los cinco minutos, emergiendo de cabeza en un córner botado por Darder. El central blanquiazul fue protagonista capicúa de la primera mitad, ya que al filo del descanso evitó el 0-1 al salvar en la línea de gol un balón rematado por Borja Iglesias que se colaba. Era, inesperadamente, el preludio del tanto del Espanyol, en la jugada siguiente, fruto de un centro de Brian Oliván, su quinta asistencia en esta Liga, que materializó certero Braithwaite.

 

 

Premio para el danés, que estaba siendo uno de los atacantes más activos, beneficiado por el 4-4-2 implantado por Diego Martínez, en el que anduvo liberado por la persecución de la zaga verdiblanca al ‘pichichi’ local Joselu, estajanovista. El otro actor principal estaba siendo Luiz Henrique, no tanto por su incidencia en el juego del Betis (cuya manija llevó William Carvalho) como por sus ocasiones, como en el tiro con el que intentó burlar a Álvaro Fernández desde unos 40 metros. También su cuota de protagonismo tuvo Abner, debutante como titular en la Liga, a diferencia de un Pierre-Gabriel que no salió del banquillo.

Iba en aumento la tensión en la grada, con múltiples avisos desde megafonía a la afición del Betis para que cesara el lanzamiento de objetos a riesgo de ser desalojados. Y se acabó de encender el ambiente también sobre el césped. A los cinco minutos de la reanudación, anotaba Aleix Vidal el 2-0 tras una excelente acción individual de Puado, pero lo invalidaba inmediatamente González Fuertes por un supuesto manotazo del delantero del Espanyol sobre Ruibal. “Fuera, fuera” empezó a entonar el RCDE Stadium.


Lo tuvo todo para resarcirse el canterano perico en el 65′, cuando tras un pase portentoso de Darder a Óscar Gil, el lateral cedió el esférico para que Puado simplemente empujase a gol. Pero erró. Y se supo tan inesperadamente vivo el Betis que replicó enseguida con un chut cruzado en exceso por Luiz Henrique desde el vértice derecho del área. Después fue Álvaro quien atajó un remate acrobático de Canales.

Pero el que realmente demostró su viveza, acaso su resurrección, fue un Espanyol que acabó por celebrar la victoria a lo grande, con una piña en la banda y al unísono en el Fondo con sus seguidores. Es la segunda victoria consecutiva, en un retorno a la competición inmaculado, lo que le aleja del descenso como nunca hubiera soñado apenas ocho días atrás. El Betis deberá esperar momentos mejores, como los que ha disfrutado toda la temporada y los que regresarán si consigue levantarse del bajón en que los últimos resultados le han instalado.

 

TITULO:  El país de  Un año del triunfo en Afganistan ,.


El Martes -7- Febrero  22:00 por la Sexta,fotos,.

 

  Un año del triunfo en Afganistan,.

 Un año del triunfo talibán en Afganistán | leonoticias

Se cumple el primer aniversario de la toma de Kabul por los islamistas y de la caótica evacuación de miles de personas de su aeropuerto,.

Un año del triunfo talibán en Afganistán | leonoticias

«¡Madre querida! Ruega por mí y déjalo todo en manos de Dios, esta es una gran oportunidad», esas fueron las últimas palabras que Zaki Anwari, la gran esperanza del fútbol afgano, dijo a su madre en la llamada que le hizo hace un año desde la pista del aeropuerto de Kabul. A sus 17 años había destacado en todas las categorías inferiores de la selección nacional afgana de fútbol y estaba a punto de dar el salto a la absoluta. Jugaba de delantero centro, lucía normalmente el 10 a la espalda y le llamaban el 'Messi afgano'.

Quince minutos después volvió a sonar el teléfono de Zaki y esta vez respondió su hermana. Una voz desconocida al otro lado le pedía que enviara una ambulancia para llevarse sus restos mortales. Nadie en la casa se lo podía creer. Era el maldito 15 de agosto del año pasado.

Los talibanes han declarado jornada de fiesta nacional el día de hoy, primer aniversario de su regreso al poder. Hace un año el presidente Ashraf Ghani abandonaba Kabul en su avión privado y dejaba atrás una capital en manos de los islamistas y con decenas de miles de personas desesperadas por escapar.

Estados Unidos evacuó su Embajada y arrió su bandera después de dos décadas. No hubo ni asedio ni combates. Los talibanes entraron sin tener que disparar una sola bala. Fue un paseo triunfal que llegaba después de dos semanas en las que habían logrado controlar todas las provincias del país. Las fuerzas afganas entrenadas y financiadas por Estados Unidos y sus aliados occidentales, no opusieron apenas resistencia y los legendarios muyahidines de la Alianza del Norte, que habían sido claves en la derrota de los talibanes en 2001, huyeron del país.

El aeropuerto internacional de Kabul se convirtió en el símbolo del despecho nacional y miles de afganos acudieron en masa en busca de un avión que les salvara del Emirato. Los más afortunados pudieron subirse a las aeronaves dispuestas por los distintos países extranjeros para evacuar a quienes habían colaborado con ellos durante dos décadas y que ahora temían la represalia talibán. Fueron solo una parte, la inmensa mayoría se quedó en tierra y un año después persiste la desesperación por conseguir un pasaporte y abandonar un país en el que el vacío internacional a los talibanes ha traído la congelación de las ayudas y una crisis que deja a más del 90% de los afganos en situación de inseguridad alimentaria y millones de niños con desnutrición aguda. La pobreza heredada por los talibanes de manos de los anteriores gobiernos corruptos es ahora miseria y los afganos viven al día, pensando en si tendrán o no unos afganis –la moneda del país– para comer.

A por un avión en marcha

La imagen icónica de aquellos caóticos momentos de la retirada internacional la captaron las mismas personas que estaban en la pista con sus teléfonos móviles. Centenares de personas de todas las edades corrían por la pista para subirse a un avión C17 de transporte estadounidense en marcha. Corrían y corrían para agarrarse a cualquier parte del enorme aparato de color gris y alejarse lo máximo posible de los talibanes. Algunos fueron aplastados por las ruedas de la aeronave que ya marchaba por la pista para iniciar el despegue. Quienes consiguieron subir a ella no tardaron en caer al vacío pocos minutos después. Zaki Anwari, de 17 años, era uno de ellos.

Ha pasado un año desde la tragedia y Mohamed Zakir no olvida a su hermano pequeño. Recuerda que en ese momento era el único hombre en la casa y le tocó ir al aeropuerto a comprobar si era cierta o no la tragedia que les acababan de comunicar por teléfono. «La ciudad estaba vacía. Los taxis cobraban 1.200 afganis (13 euros) por un trayecto que cuesta 100 (un euro) y gritaban que te podían llevar a Estados Unidos y Canadá. Cuando llegué a la puerta vi que allí había todo tipo de gente, con documentación y sin ella. Era un caos de personas dispuestas a viajar, aunque les costara la vida. Había talibanes, fuerzas especiales afganas y estadounidenses y todos disparaban, sobre todo si alguien intentaba cruzar la pista, las vidas de todas aquellas personas no significaban nada para ellos», recuerda Zakir muy emocionado.

 
Mohamed Zakir visita la tumba de su hermano, muerto hace un año en el aeropuerto de Kabul.

Habla desde el estómago, con los ojos llorosos, pero no le cae una lágrima. En las redes sociales se hicieron virales los vídeos de los afganos corriendo junto al C17 y cayendo luego desde las alturas al poco de despegar el aparato. «Preguntaba a todo el mundo a mi alrededor si alguien habían visto a mi hermano. Era una persona conocida. En la parte trasera de la terminal había una camioneta con varios cuerpos con disparos en cabeza y pecho, pero Zaki no estaba entre ellos. Junto al vehículo había una persona que tenía fotografías de otros muertos y me las fue enseñando hasta que le vi. Era él. Tenía el cráneo aplastado y apenas estaba reconocible, pero supe enseguida que ese pelo era suyo. Me desmayé. Todavía tengo pesadillas con esa imagen».

Ese mismo día, la morgue del hospital central de Kabul recibió 18 cuerpos llegados desde el aeropuerto.

Olvido internacional

La tumba de Zaki está en un humilde cementerio del barrio Qaalai Waahed de Kabul, de donde procede la familia. Cada dos días alguien de la casa pasa por allí «porque es algo que nos reconforta, el vacío que nos ha dejado es enorme. Al principio recibimos muchas llamadas, incluso una persona próxima a FIFA nos pidió que le enviáramos nuestros documentos para ser evacuados, pero nunca más se puso en contacto con nosotros. Ahora nadie de la FIFA responde ni siquiera a nuestros mensajes», lamenta Zakir mientras echa agua sobre las dos piedras que identifican el lugar donde descansa su hermano.

Ese olvido que siente la familia Anwari lo sienten millones de afganos, que durante dos décadas vivieron bajo la ficción levantada por Estados Unidos y sus aliados para luego darse de bruces con la realidad del Emirato.

Zaki representaba a toda una generación de jóvenes afganos nacidos tras la invasión de 2001, lleno de ilusiones y planes de futuro dentro y fuera de los campos de fútbol. «Si algo simboliza la muerte de mi hermano es el odio y el temor de los afganos a vivir bajo los talibanes, esa desesperación fue el motor que causó su accidente», piensa Zakir.

Un odio que empujó a la joven promesa del fútbol afgano a no temer ni siquiera a un avión C17 en marcha. Zakir reza y mira al cielo con todas sus fuerzas.

 

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