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TITULO: Órbita Laika -  Google consigue un sistema de corrección de errores necesario para una computación cuántica útil y a gran escala  ,.

Lunes -6- Marzo a las 22:30  en La 2 / foto,.

 

  Google consigue un sistema de corrección de errores necesario para una computación cuántica útil y a gran escala,.

La computación cuántica está dando hoy otro paso fundamental. El mayor problema de explotar las singularidades de las partículas subatómicas, que aumentan exponencialmente las posibilidades de procesamiento, radica en los errores que surgen al manipular y medir los qubits (unidades mínimas cuánticas de información). Cualquier interacción con ellos los degrada y niega el beneficio. “Este límite se puede superar gracias a las fórmulas de corrección de errores, pero estas técnicas requieren un aumento importante del número de qubits”, explica Alberto Casas, profesor de investigación del Instituto de Física Teórica (CSIC-UAM) en la revolución cuántica (Ediciones B, 2022). Esta limitación ha sido superada por el científico Hartmut Neven y más de un centenar de sus colegas de Google Quantum AI que contribuyen en un artículo publicado en Naturaleza, «una demostración de computación cuántica en la que el error disminuye a medida que aumenta el tamaño del sistema, lo que permite tasas de falla lo suficientemente bajas como para ejecutar algoritmos cuánticos útiles». Es la puerta a la computación cuántica robusta sin depender del desarrollo de tecnologías casi imposibles. «Es un hito en nuestro camino hacia la construcción de una computadora cuántica útil, un paso necesario por el que debe pasar cualquier tecnología informática actualmente madura», dice Neven.

Si un superordenador actual puede realizar millones de operaciones sobre bits (el IBM Summit es capaz de hacer más de 200.000 millones de cálculos por segundo), un ordenador cuántico puede realizar billones. Este poder se basa en la superposición, una peculiaridad de las partículas subatómicas que les permite estar en dos estados, o en alguna superposición de ellos. Un bit (la unidad más pequeña en la aritmética clásica) solo puede tener un valor binario: 0 o 1. El qubit, en cambio, puede estar en estos dos estados o en ambos al mismo tiempo. De esta forma, dos bits pueden almacenar un número, mientras que dos qubits pueden almacenar cuatro y diez qubits pueden tener 1024 estados concurrentes, expandiendo la capacidad computacional exponencialmente por cada qubit agregado.

Sin embargo, al intentar extraer la información almacenada, el sistema sufre un fenómeno conocido como decoherencia: la ruptura de estas superposiciones cuánticas hasta convertirlas en estados clásicos. Y este efecto lo provoca cualquier interacción con el entorno: temperatura, electromagnetismo, vibraciones… Cualquier perturbación genera ruido y reduce a microsegundos el tiempo en el que se mantienen los solapes, lo que multiplica la capacidad de cómputo.

Una forma de evitar las limitaciones es construir computadoras aisladas hasta límites sin precedentes y cerca del cero absoluto (-273 grados Celsius) y expandir gradualmente su capacidad. El procesador Osprey de IBM ha alcanzado los 433 qubits y la empresa planea llegar a más de 4.000 para 2025 con el Kookaburra (Kookaburra). “Desde la década de 1990, se han realizado intentos para organizar cantidades cada vez mayores de qubits físicos en lógicos para lograr tasas de error más bajas. Pero hasta ahora ha sido todo lo contrario, porque cuantos más qubits, más puertas, más operaciones pueden arrojar un error”, explica Neven.

La corrección de errores es la única forma conocida de hacer computadoras cuánticas útiles y grandes.

Julian Kelly, investigador del equipo de Google Quantum AI

De esta forma, la carrera tecnológica para construir computadoras cada vez más potentes, dispositivos que ofrezcan tiempos de coherencia más largos y que ofrezcan una mejora neta sobre los métodos clásicos, se vuelve cada vez más compleja y requiere un camino complementario. «La tecnología clave para el futuro de la computación cuántica es la corrección de errores, que es la única forma conocida de hacer computadoras cuánticas grandes y útiles», dice Julian Kelly, investigador del equipo de Google.

Y este es el gran avance presentado este miércoles: «Un qubit con lógica de código plano puede reducir las tasas de error a medida que aumenta el tamaño del sistema», lo que significa que se puede aumentar la potencia de computación cuántica robusta sin depender de máquinas que superen los límites de la tecnología disponible.

El qubit lógico de superficie, o superficial, es un conjunto de qubits físicos agrupados y controlados de manera específica de tal manera que una vez entrelazados (el efecto sobre una partícula afecta inmediatamente a la otra, incluso cuando se separan grandes distancias), actúan como estabilizadores del sistema para evitar imperfecciones de estados, materiales o dimensiones.

Se necesita más trabajo para lograr las tasas de error lógico requeridas para un cálculo efectivo, pero esta investigación muestra el requisito fundamental para un mayor desarrollo.

Hartmut Neven, investigador de Google y primer autor del artículo publicado en Nature

Tal y como explica el investigador principal, “es necesario controlar el conjunto mediante los llamados qubits de medida, que detectan los errores de forma indirecta inteligente para no destruir la naturaleza del estado de superposición cuántica y actuar en consecuencia”. . Además, si determinamos qué qubits de datos tenían errores, dónde y cuáles, podemos decodificar y recuperar la información cuántica”, agrega Kelly.

«El código de superficie es», explican los investigadores, «un tipo de computación cuántica robusta y altamente tolerante a fallas». Estos pueden parecer pequeños, pero las aplicaciones prácticas de la computación cuántica deben reducirlos mucho más, a uno en un millón, señala Neven. Google va por este camino y, según el científico, demuestra “que la corrección de errores funciona y nos informa de todo lo que debemos saber sobre este sistema”.

Para la demostración que publicas NaturalezaBasado en la tercera generación de Sycamore de Google, el equipo de Hartmut Neven ha desarrollado un procesador cuántico superconductor de 72 qubits y lo ha probado con dos códigos de superficie, uno más grande que el otro. El más grande (más de 49 qubits físicos) produjo una tasa de falla más baja (2,914 % de errores lógicos por ciclo) que el más pequeño (3,028 % sobre 17 qubits físicos). «Se necesita más trabajo para lograr las tasas de error lógico requeridas para un cálculo efectivo, pero esta investigación muestra el requisito fundamental para el desarrollo futuro», dice Neven.

La línea de investigación de Google se basa en la premisa del físico Richard Feynman en 1981 cuando dijo: «La naturaleza es cuántica, maldita sea, así que si quieres simularla, es mejor que sea una simulación cuántica». computación convencional para desentrañar el mundo cuántico e instó a simular esta segunda realidad para lograrlo.

De esta propuesta han surgido numerosas aplicaciones para calcular a partir de la física cuántica, tal y como recuerdan los investigadores de Google, entre ellas la factorización (clave en criptografía), el aprendizaje mecánico o la química cuántica. Pero estos todavía requieren miles de operaciones para minimizar la todavía alta tasa de error. Los científicos de la multinacional norteamericana creen haber abierto la puerta a «correcciones de errores para suprimir exponencialmente las tasas de fallas en un procesador cuántico».

Kelly admite que es un resultado necesario e importante, pero no suficiente. “Los resultados aún no muestran la escala de rendimiento al nivel necesario para construir una máquina perfecta. Pero realmente es un hito científico importante porque muestra que la solución finalmente está funcionando y nos brinda información importante a medida que avanzamos hacia nuestro próximo hito».

Tampoco impide la carrera por construir ordenadores de más de 100.000 qubits, proyectos en los que empresas como IBM, Intel, Microsoft o Rigetti están trabajando junto a Google. La corrección de errores es suplementaria. “Primero estamos abordando lo que creemos que es lo más difícil, que es tomar información cuántica y protegerla del medio ambiente. Básicamente tratamos de usar la corrección de errores cuánticos para mantener la coherencia. El desafío fundamental y central es demostrar que esta corrección de errores funciona a escala para poder acomodar y proteger la información cuántica del entorno”, explica Julian Kelly.

 

TITULO :   Zona indie - Cine -  Atracción fatal ,.

 Este lunes- 6- Marzo a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto,.

 

Reparto

Michael Douglas, Glenn Close, Anne Archer, Ellen Hamilton Latzen, Stuart Pankin, Fred Gwynne, Anna Thomson, Ellen Foley, Lois Smith, Meg Mundy,.

 

 

Dan Gallagher lleva una vida perfecta: tiene una esposa maravillosa, una hija encantadora y un buen trabajo. En una fiesta conoce a Alex, una atractiva mujer que lo seduce. Pero para Dan se trata únicamente de una aventura ocasional. Alex, en cambio, cuando él le anuncia el fin de la relación reacciona con una violencia inaudita. No acepta ser rechazada y sus sentimientos se convierten en una obsesión enfermiza y peligrosa ,.

 

 

TITULO : Generaciones -Trágico Haití,.

 Trágico Haití,.

 

 

foto / Ciudadanos participan en una protesta cerca de la comisaría de policía de Petion Ville después del asesinato del presidente haitiano Jovenel Moïse el 8 de julio en Puerto Príncipe, Haití.

 El brutal ataque al presidente de Haití, Jovenel Moïse, en su propia residencia y junto a su esposa, en el que parece haber sido un asalto organizado por un grupo de mercenarios bien armados, ha causado el repudio del mundo entero.

Este asesinato muestra, una vez más, la debilidad de un Estado que, a pesar de la muy sustancial ayuda internacional proporcionada a lo largo de muchos años por múltiples instituciones como el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo, varios gobiernos y organizaciones de las Naciones Unidas, sigue existiendo en esa frontera peligrosa entre un Estado viable y uno fallido. Esta situación no es reciente, comenzó quizás ya durante la revolución haitiana, tras el arresto y muerte en prisión de Toussaint L'Ouverture, el carismático líder de la revolución, a principios del siglo XIX.

El karma de muchos Estados débiles es la súbita riqueza (petrolera, en diamantes, etc.) en los cuales aquellos grupos cuyo interés es explotar esas riquezas para beneficio propio fomentan la desgobernabilidad, lo cual les permite seguir explotando los bienes del Estado. Quizás Venezuela sea un ejemplo. Pero en Haití esas riquezas no existen, aunque hay claramente intereses que se benefician lo suficiente de la inestabilidad del Estado como para, aparentemente, haber corrido el riesgo de contratar a un numeroso grupo de mercenarios bien organizados y armados que asesinaron a un presidente a quien, de alguna manera, deben considerar una amenaza para su negocio. ¿Por qué? No tengo la respuesta, puede haber numerosas explicaciones, y serán encontradas.

Entretanto, es importante insistir en que las numerosas organizaciones internacionales de ayuda y los gobiernos de buena voluntad que han apoyado a Haití tienen la obligación mínima de garantizar que la totalidad de los recursos proporcionados a ese país para obras de mantenimiento y renovación de infraestructura, educación, salud, desarrollo, etc., sean usadas íntegra y adecuadamente para esos fines y que no puedan ser desviados bajo ningún concepto, por difícil o complicado que sea garantizarlo.

• La policía de Haití arresta a un sospechoso acusado de orquestar el asesinato del presidente Jovenel Moïse

En caso contrario nos convertiremos en cómplices del desgobierno, la corrupción y el mal manejo. Se han hecho ya múltiples esfuerzos en este sentido, pero es algo que debe ser continuado e intensificado.

Haití tiene de todo: violencia, crimen organizado, pobreza extrema, falta de servicios básicos, salud, educación, infraestructura básica y mucho más.

Para resolver estos problemas debemos ponerlos en un orden que podría hacer viable el irlos desenredando y resolviendo. Unos de los mejores consejos que he escuchado en mi vida fue un comentario de la madre de un amigo que me dijo: “¿Cómo haces cuando tienes tres problemas gordos?” A lo que ella misma responde: “Lo mismo que harías para pasarlos por una puerta: de uno en uno”. Y tiene razón.

En este caso, se debería comenzar por proveer seguridad a la comunidad e investigar este asesinato con ayuda internacional, llevando a la justicia a todos los responsables. Pero la seguridad física de los ciudadanos requiere fuerzas de seguridad bien dirigidas y respetadas, y para ello se necesita el desarrollo de instituciones verdaderamente democráticas. Una democracia no solo equivale a elecciones libres, sino que requiere -sobre todo- la construcción y el desarrollo de instituciones del Estado con poderes separados y limitados (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) que ejerzan contrapesos entre ellos. El famoso equilibrio de poderes.

Pero esto, ya enormemente difícil, no es suficiente. La seguridad de la población haitiana no es solo la física sino también la económica y social, el derecho al trabajo, a tener un techo bajo el cual cobijarse, alimentarse, educar a los hijos... Y la pandemia ha agravado estas injusticias sociales que ya eran enormes. Como lo manifesté en un artículo en CNN en abril del año pasado, los países pobres no tienen los recursos ni la capacidad de endeudamiento para hacer frente a una pandemia, y por lo tanto son los que más la sufren, multiplicando las diferencias socioeconómicas aún más, incluso dentro de cada país.

Es claro que todo esto no puede resolverse en siete días. ¿Por dónde comenzar? Tras el terremoto de hace una década, la comunidad internacional hizo importantes esfuerzos para recuperar la infraestructura de Haití, pero, por ejemplo, hay aún áreas de difícil acceso, particularmente en invierno. El garantizar carreteras y caminos de acceso a todos los ciudadanos durante todo el año (algo que en otros países damos por descontado) es un primer paso hacia la seguridad del trabajo, la educación y la salud, pues permite que los productos de la tierra lleguen a los mercados, que los vehículos no sean destruidos por vías imposibles (lo cual hace que el transporte sea enormemente caro), que los niños y jóvenes lleguen a sus escuelas y los adultos a su trabajo, que los enfermos puedan ser llevados a los centros de salud y hospitales a tiempo.

Más aún, la construcción de caminos vecinales también es fuente de trabajo para las comunidades más pobres. La sostenibilidad a muy largo plazo de estas (y otras) iniciativas debe ser considerada una prioridad, y la comunidad internacional deberá aceptar explícitamente esta dependencia a largo plazo si queremos llegar al éxito.

El problema de Haití debe hacernos reflexionar sobre otros Estados de la región. En una magnitud algo menor, Venezuela está ya enfrentando problemas similares. Por momentos temo incluso que Venezuela haya ya pasado la línea invisible que separa una situación imposible de otra en la cual la vuelta a la democracia sería la solución a todos los problemas acumulados por la dictadura. El problema en Venezuela parece ser que la presencia de un Estado formal ya casi no existe en muchas partes del territorio (urbanas y rurales) y las bandas criminales (organizadas a mayores o menores niveles) son las que reinan.

 

TITULO:   Todo Caballo -"Delirio" el potro del que se enamoró nuestro cámara Fran López,.

 "Delirio" el potro del que se enamoró nuestro cámara Fran López,.

Delirio” es hijo de uno de los caballos PRE más laureados, “Simpático de Millán”, y apunta las maneras de su padre.

foto / Hace un año, nuestro compañero, el operador de cámara de ‘Todo Caballo’, Fran López Silvestre compró un potro, llamado "Delirio de Millán”. Regresamos de nuevo a la yeguada para realizar, con la ayuda de los especialistas y el propietario de la yeguada, una revisión rutinaria para conocer su estado de salud, y si tiene aptitudes para convertirse en un campeón morfológico como su padre.

Fran ha comprobado en directo las actitudes de su potro y ha podido jalearlo para provocar el galope.