lunes, 6 de junio de 2016

UN PAIS PARA COMERSELO - FRANCO NOS IMPORTA TRES PITOS,./ TAPAS Y BARRAS - MENOS PARA VIVIR MAS,.

TITULO: UN PAIS PARA COMERSELO - FRANCO NOS IMPORTA TRES PITOS,.

UN PAIS PARA COMERSELO - FRANCO NOS IMPORTA TRES PITOS, fotos.

Antonio Pozo, en la plaza de Guadiana del Caudillo. :: E.R.Franco nos importa tres pitos,.

  • El alcalde de Guadiana se explaya sobre el Caudillo,.

    Una tarde del mes de mayo de 1951, el Rolls Royce negro del Caudillo Francisco Franco, rodeado de la Guardia Mora a caballo, apareció por la calle principal de un pueblo de colonización pacense. El Rolls se detuvo, Franco se bajó y declaró inaugurado aquel pueblo, que, en su honor, se llamó Guadiana del Caudillo. Aunque lo llamativo no es que se llamara así en 1951, sino que mantenga su nombre 65 años después.
    Resultat d'imatges de UN PAIS PARA COMERSELO«¿Pero alcalde, a usted le parecería normal que existiera un Friburgo del Fhürer en Alemania?», preguntamos retóricamente a Antonio Pozo, alcalde 'popular' de Guadiana desde hace nueve años. Y el regidor ni titubea: «El pueblo se llama así desde que se creó y nunca ha habido problema. La polémica la crean quienes vienen de fuera. Mire, yo no soy facha, a mí Franco me da igual, pero hay que respetar las cosas. ¿Por qué no quitaron la placa del Caudillo el PSOE ni el PCE cuando gobernaban en Guadiana?»
    La sensación que desprende Antonio Pozo es la de un alcalde encantado con la polémica. Si otros pueblos necesitan una fiesta medieval o un festival de rock para 'estar en el mapa', a él le basta con pronunciar el nombre de su pueblo para llamar la atención. Es más, cuando tras charlar con él más de una hora nos despedíamos sin preguntarle por lo del Caudillo, Pozo sacó el tema casi molesto. Al instante, presumió de que su negativa a cambiar el nombre del pueblo tras independizarse de Badajoz fue trending topic en Twitter y presume de que, tecleando «alcalde de Guadiana del Caudillo» en Google, salen 65.000 resultados.
    Antonio Pozo no solo organizó una votación en toda regla para que el pueblo decidiera sobre el nombre, sino que su Trabajo de Fin de Grado de Derecho en la Universidad Antonio de Nebrija versa sobre la 'Ley de la Memoria Histórica, conflictos surgidos por su aplicación y posible inconstitucionalidad». En ese trabajo sostiene que la ley en sí no es inconstitucional, pero su aplicación sí que puede vulnerar derechos fundamentales.
    Antonio diferencia entre lo legal y lo político. «Aquí no estamos todo el día cantado el 'Cara al sol'. En realidad, Franco nos importa tres pitos», proclama por un lado. Pero por otro, ha judicializado el tema del nombre del pueblo de la mano de abogados de apellidos tan significativos como Santiago Miláns del Bosch y Félix Álvarez Arenas, hijo y nieto de estos inquietantes generales. «Son los abogados que acabaron con la carrera del juez Garzón y los que han obligado a Manuela Carmena y su Corporación a restituir el monumento al Alférez Provisional en Madrid», explica.
    Aunque el caudillo le importe tres pitos y aunque diga bien alto: «Condeno tajantemente la dictadura de Franco», lo cierto es que Antonio Pozo se ha convertido en un ídolo del franquismo durmiente. A raíz de la destrucción del cristal que protegía la famosa placa de agradecimiento al Caudillo por sus desvelos con Badajoz y su Plan, recibió ofrecimientos sin cuento para instalar una nueva placa blindada. «Podríamos haber puesto mil placas y reconozco que esos sí, esos que la pagaron anónimamente sí que tienen que ver con lo de Franco», confiesa.
    Lo que le extraña es que en Barbaño, donde mandan los socialistas, haya una placa aún más ensalzadora del Caudillo y de esa no se diga nada.
    «Yo estoy más cómodo desde que Vara me hizo chantaje y me dijo que o quitaba lo del Caudillo o no había independencia. Le dije que no tenía potestad para cambiarlo, pero me propuse hacer una encuesta seria con urnas y salió que no se cambiaba», detalla.
    ¿Y por qué son tan del Caudillo los de Guadiana? Según su alcalde: «Aquí, lo del Caudillo no se relaciona con Franco. Llegamos todos con los mismos piojos, pero, gracias al Plan Badajoz, nos dieron medios para salir adelante y el que hoy tiene algo, se lo ha sacado del pellejo. Ve, mire, a mí no se me quitan los callos de las manos en todo el año».

      TITULO: TAPAS Y BARRAS - MENOS PARA VIVIR MAS,.

    TAPAS Y BARRAS - MENOS PARA VIVIR MAS, fotos.

    Resultat d'imatges de MENOS PARA VIVIR MAS,.Comer poco sí alarga la vida,.

    Restringir en un 30 por ciento las calorías de la dieta reduce la mortalidad y aumenta los años de vida saludable,.

    Resultat d'imatges de fotos tapas y barrasAhora sí. Tras demostrar durante años los beneficios de la restricción calórica en la longevidad de gusanos, moscas y ratones, se ha visto el mismo efecto en uno de los animales de experimentación más parecidos al hombre, el «macaco rhesus». El centro de investigación con primates de la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos, ha demostrado en un ensayo clínico con 76 primates que restringir en un 30 por ciento la ingesta diaria de calorías reduce la mortalidad y las enfermedades relacionadas con el envejecimiento, como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Los monos que comieron a su antojo multiplicaron por tres las posibilidades de enfermar y de fallecer.
    Los detalles de este nuevo estudio se publican en la revista «Nature Communications».
    Comer menos sin llegar a la desnutrición, es la única intervención que ha demostrado hasta la fecha que realmente prolonga la vida. Al menos, en el laboratorio. Esta certeza se ha asentado durante estos últimos años en estudios con especies alejadas de los humanos. Hasta que hace dos años el Instituto Nacional del Envejecimiento de Estados Unidos dio a conocer los resultados de un trabajo, realizado también con macacos durante 25 años de seguimiento. Para sorpresa de todos, concluyó que los monos que comían menos mejoraban su salud, pero no aumentaban su esperanza de vida.

    25 años de estudio

    Fue un jarro de agua fría para los entusiastas de la teoría de la restricción calórica. Esa decepción, sin embargo, se ha tornado ahora en entusiasmo. La Universidad de Wisconsin sí ha demostrado que la dieta mejora la esperanza de vida y lo ha hecho con una investigación similar: con macacos y de 25 años de duración. Los monos que, al llegar a la edad adulta, comieron un 30% menos vivieron más y mejor. Lo que demuestra lo importante que es en ciencia repetir los experimentos.
    Basta con echar un vistazo a Canto y Owen, los dos monos de la fotografía que ilustran esta información (arriba) para saber que la teoría funciona. Canto tiene 27 y Owen, 29 el glotón, 29, pero parece que hay décadas de diferencia. El brillo de su pelo y la complexión muestran a un lozano Canto frente al avejentado Owen. Los análisis también demuestran que los monos que comieron sin control multiplicaron por tres el riesgo de enfermedad.
    Ambos forman parte del grupo de 76 macacos que desde 1989 forman parte de este ensayo. Durante este tiempo, Owen comió todo lo que quiso, sin restricciones, mientras se reducía la comida de Canto. La dieta de este último empezó al cumplir los 7 años y se calculó reduciendo un 30 por ciento la cantidad que los primates solían comer a placer antes de empezar el ensayo. Hoy los resultados saltan a la vista. Los dos monos solo se llevan dos años, aunque parezcan décadas.

    Ensayos con humanos

    Riki Colman, otro de los autores del trabajo, piensa que esa puede ser la clave de la diferencia de resultados. «Ya sabíamos lo que comían nuestros monos y a partir de ahí calculamos la dieta. A los macacos del primer estudio se les estimó según una dieta diseñada por el Instituto de Envejecimiento.
    Para Carlos López-Otín, de la Universidad de Oviedo, el trabajo avala una vez más la idea de que la restricción calórica sin malnutrición es una estrategia consistente para tener una mejor salud e incluso para alcanzar una mayor longevidad. No obstante, pide esperar a los resultados de trabajos semejantes que se están desarrollando con humanos. «Así podremos concluir con certeza que esta intervención nutricional genera un beneficio real para nuestra propia especie», apunta. De momento, como indican los autores los hallazgos del estudio con macacos no se puede elevar como una recomendación nutricional general para vivir más y mejor.

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