lunes, 5 de septiembre de 2016

DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES - EL SANTA TERESA SE DA UN FESTIN DE UN DEBIL TACUENSE,./ BICICLETA - CONTADOR ELIGE A QUINTANA,.

TITULO: DESAYUNO - CENA -  JUEVES - VIERNES - EL SANTA TERESA SE DA UN FESTIN DE UN DEBIL TACUENSE,.

DESAYUNO - CENA -  JUEVES - VIERNES - EL SANTA TERESA SE DA UN FESTIN DE UN DEBIL TACUENSE, fotos.

fútbol femenino,.

Vania Martins consigue zafarse de su defensora. :: casimiro morenoEl Santa Teresa se da un festín a costa de un débil Tacuense,.

Vania Martins consigue zafarse de su defensora. 
  • El equipo rojiblanco golea al canario gracias a su experiencia y se coloca tercero en la clasificación tras la primera jornada liguera,.

    Resultado de imagen de CAFE CON pastasEl Santa Teresa cumplió de sobra con lo esperado. Simplemente era el estreno liguero, pero el conjunto pacense da ya buena muestra de la experiencia que atesora en el tercer año en la élite del fútbol femenino nacional, justo lo que le falta a un recién ascendido como el Tacuense. Las de Juan Carlos Antúnez fueron muy superiores a su rival durante todo el partido.
    Las pacenses fueron a por el duelo desde el inicio, aunque el conjunto visitante fue precisamante en esos minutos de arranque cuando mostró las mejores sensaciones. Vania Martins que, tras muchos partidos como lateral volvía a formar en la delantera, tuvo la primera oportunidad para las locales. Si hablamos de regresos, el más esperado era el de Marta Parralejo. La defensora estuvo ocho meses de baja la campaña pasada y volvió por todo lo alto. Directamente en el once titular y cuajando un gran encuentro.
    El equipo canario basa gran parte de su calidad en una futbolista. La mediapunta Celia sí que fue un quebradero de cabeza para la defensa local en muchos minutos del duelo. Fue la única visitante capaz de crear verdadero peligro a la portería defendida por Manguy.
    En torno al cuarto de hora, las rojiblancas inauguraban el electrónico. Marisa, un año más fundamental en el golpeo de la estrategia, botaba un saque de esquina que la defensa no acertó a despejar y Chica aprovechó para enviar la bola al fondo de las mayas. A partir de ahí, el envite fue aún más cómodo para las de Antúnez.
    Patri Ojeda y Celia se acercaron a la portería local también con peligro, pero la valentía de Manguy lograba desbaratar las oportunidades. Esa parece ser la principal seña de identidad del nuevo candado de la meta pacense. Todos los balones que se le acercan suelen salir repelidos al instante.
    En la última jugada antes del descanso, el Santa Teresa ampliaba su renta. Sofía se internaba en el área por el lado izquierdo y era derribada, siendo objeto de penalti. La capitana Estefa marcaba el primer gol de su cuenta particular. Al cuarto de hora de la reanudación marcó el segundo de un perfecto testarazo para responder al centro medido de María Neira.
    Victoria contundente de un Santa Teresa que fue muy superior y ya piensa en su difícil visita a Barcelona de la próxima semana. En ese duelo, incluso pensar en puntuar se antoja muy complicado.


    • TITULO: BICICLETA - CONTADOR ELIGE A QUINTANA,.
      BICICLETA - CONTADOR ELIGE A QUINTANA, fotos,.

      vuelta a españa,.

      Resultat d'imatges de Contador elige a Quintana,.Contador elige a Quintana,.


      Nairo Quintana observa atentamente a Contador, quien reventó la etapa desde el inicio e hizo que 93 corredores llegaran fuera de control.
    • Resultat d'imatges de bicicleta montañaConvierte la etapa en una locura desde el inicio, tumba al despistado Froome y pone en bandeja el triunfo final a Nairo,.

    • No es fácil dormir mal en el hotel Abba Formigal. Los Pirineos se meten por la ventana y te mecen. Aire nuevo, balsámico. Calma. Aun así, a Alberto Contador le costó conciliar el sueño tras la etapa del sábado, la del Aubisque. «Estaba disgustado», rumiaba. No había podido soportar los latigazos de Quintana y Froome. No es un ciclista domesticado. Se metió con rabia acumulada en la cama. Y así, sobre esas arrugas en el ánimo, no se duerme bien. Por la mañana, tras el desayuno, palpó desde el coche los últimos kilómetros de la etapa que iba a terminar por la tarde en Formigal. Y envió a Jacinto Vidarte, su jefe de prensa, a recorrer el inicio de la jornada, la salida desde Sabiñánigo. Mandó a un explorador. A que fuera sus ojos. Vidarte le contó lo que vio: un repecho desde el kilómetro uno al cinco. Contador asintió. Ahí iba a ser. Con eso le bastaba para reventar el día. Unas horas después, Brambilla ganó la etapa, Quintana sentenció la Vuelta, Froome pagó con su derrota el naufragio del Sky y Contador, satisfecho pese a que solo pudo ser sexto en Formigal, declaró: «Hoy voy a dormir mejor». Gane o pierda, es un ciclista imprescindible.
      Contador se tomó la etapa como una cuestión personal. No se trataba de ganar la Vuelta, sino de emocionarla. De morir matando. La bandera arriba. Era la etapa más breve, 118 kilómetros y tres puertos sin más: Petralba (3ª), Cotefablo (2ª) y Formigal (1ª). Poca historia. Parecía. «A mí me gusta cambiar el guion de las carreras», dijo el madrileño. Se fijó en la carretera que salía hacia Lárrede, justo tras el banderazo inicial. Había calentado un buen rato en el rodillo. Tenían bien ensayado el sudor. Y salió con el cuchillo entre los dientes. Correr así es su manera de perder una gran vuelta. La mejor manera posible. A culatazos. Se le adelantó el italiano Brambilla, el que más madrugó. «Ha sido una etapa loca para ciclistas locos», definió el italiano. En el repecho de Lárrede, Brambilla miró atrás y comprobó el grado de la locura: venían Contador y Moser, y a unos metros, tres del Movistar: Quintana, Castroviejo y Rubén Fernández.
      Más lejos, girándose y abriendo los brazos, Froome se desesperaba. Perdido en aquel laberinto. Solo uno de sus gregarios, David López, le servía de muleta. Froome miraba y no venía nadie más. Ni siquiera Konig, el quinto clasificado en la general. El checo narró así el desplome del hasta ahora todopoderoso Sky: «De repente, nos pudo el pánico. Hubo una indecisión. No sé. Todo iba mal y todo fue a peor». El Sky se diluía. Froome había cometido el único error que tenía prohibido: perder la rueda de Quintana. Lo pagará dentro de una semana con esta Vuelta. Mientras el Sky dudaba entre esperar para reagruparse o seguir la rueda del Orica de Chaves, el otro equipo pillado a contrapié, Contador ni miraba atrás. Determinado. Le gusta correr las etapas al contando, sin plazos ni especulaciones. Se tiró por la bajada de Lárrede. Derrapando. El sábado parecía un protagonista viejo retirado de la escena. Eso le quitó el sueño. Camino de Formigal, Contador era de nuevo Contador. Le arrancó a la etapa las señales de límite de velocidad.
      Reloj de arena
      Con él iban dos gregarios, Rovny y Trofimov. Quintana, pegado a su rueda, puso a colaborar a Castroviejo y Rubén Fernández. Les ayudaron el Cannondale y el Trek. En esa fuga iban también Elissonde y Omar Fraile, los dos que discuten por el premio de la montaña. Fraile cruzó primero el alto de Petralba. El reloj de arena empezaba a enterrar a Froome: más de dos minutos de ventaja para Contador y Quintana. Hasta tres tuvieron tras pasar Cotefablo. El británico iba con el maillot blanco. Su equipo, incomprensiblemente despistado, penaba de negro, de luto. Cuando el único de los suyos que dio la talla, David López, se ahogó en sudor, Froome se quedó solo. Culpa del indomable Contador. El madrileño sabe desde hace días que esta es la primera Vuelta que perderá -se ha impuesto en las tres ediciones que ha disputado-, pero salió a elegir al ganador. El que le siguiera: Quintana. «Ha sido una etapa grandiosa. Alberto (Contador) es un gran estratega», le agradeció el colombiano.
      «¡A tope! ¡A tope!», exigía Quintana al generoso Castroviejo ya en el inicio del ascenso a Formigal. A menos de dos minutos y medio, Froome recibía el apoyo del Astana, de Luis León Sánchez en especial. Una moto. El equipo kazajo alegó que tiraba para defender la posición en la general de Scarponi. Lícito. O fue eso o fue una cuenta pendiente. O fue un acuerdo con el Sky. Da igual. También el Cannondale tiraba sin motivo de Contador y Quintana cuando llevaba detrás a su líder, Talansky. Al final, la Vuelta se redujo a un duelo entre Quintana, que se puso al frente a ocho kilómetros de la meta, y Froome, que titubeaba. Pagaba los nervios. Nunca se había sentido huérfano. En julio ganó el Tour rodeado de ciclistas del Sky. En Formigal hasta el viento le soplaba en contra.
      «Lo ha cambiado Alberto»
      A pedaladas, Quintana le iba dando forma a un espejismo: «Todo esto no estaba planificado. Todo lo ha cambiado Alberto con esa salida», desveló. Brambilla y Contador, que ansiaban el triunfo de etapa, eran sus sombras. Los dos merecían la etapa que los dos habían descorchado desde la salida. Como Quintana merece la Vuelta tras el error de Froome y el Sky en ese comienzo. Pero Contador no tiene sus mejores piernas. El aliento se le enredó en las voces del público que le hacía la reverencia. No soportó el ritmo de Quintana. «Me había gastado mucho en la hora y media inicial de la etapa», dijo. Lo pagó. Brambilla, en cambio, pegó su alma a la rueda trasera de Quintana y le remató en la meta. «¡He ganado la etapa más loca!», gritó. A Quintana, al límite, se le cayó la cabeza al entrar a unos metros. Ni fuerzas para sonreír pese a los 2 minutos y 34 segundos que le había metido a Froome. Enseguida dijo: «Bueno. Hay que ser cauto, pero tengo confianza en mantener el liderato hasta el final». Tiene eso y más: 3 minutos y 37 segundos sobre Froome, casi cuatro sobre Chaves y 4.02 sobre Contador, que ni ganó la etapa ni ganará la Vuelta.
      Los aficionados le rodearon en Formigal. «Gracias, gracias. Mucho esfuerzo para tan poco resultado», decía Contador. Un hincha le respondió: «Sí, pero estas son las etapas que quedan en el recuerdo». Y eso le sacó una sonrisa al madrileño, que iba a dormir a pierna suelta.

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