Un gran Rudy marca el camino de un inmaculado Real Madrid

El Real Madrid tampoco encontró mucha resistencia en Estrasburgo, donde se enfrentó al colista de grupo, y sumó su cuarta victoria consecutiva en la Euroliga al imponerse con comodidad por 66-85. Un triunfo logrado a base de triples, 11 de 23, y con un gran Rudy Fernández liderando al conjunto español.
El balear realizó un gran encuentro con cinco triples de nueve intentos, 24 puntos y 28 de valoración.
Enfrente, los dirigidos por el seleccionador francés, Vicent Collet, demostraron estar muy lejos de los mejores del Viejo Continente, empalmaron su décima derrota en esta competición y solo Ajinça dio la talla con 17 puntos y 24 de nota general.
Las manos rápidas de los madridistas a la hora de defender y robar balones y el acierto de Mirotic y, sobre todo, de Rudy dieron las primeras ventajas claras al club español con un 10-20 en los primeros seis minutos.

ESTADÍSTICAS

Todos los números del Estrasburgo-Real Madrid

Pablo Laso hizo las primeras rotaciones dando juego a Sergio Rodríguez, Carroll y Slaughter. Esta vez el Real Madrid, al contrario de lo que suele ocurrir, no mejoró con Rodríguez al mando y los franceses con Ajinça de líder recortó hasta reducir la
ventaja a dos puntos (28-30) al comienzo del segundo periodo.
Sin embargo, el Madrid tiene tal seguridad en sí mismo esta temporada que sus jugadores no se pudieron nerviosos, se aplicaron de nuevo en defensa, en los tiros triples y, de la mano de Rudy, Carroll y Llull, ya lograron su máxima diferencia a un minuto para el descanso: 15 puntos con un 31-46.
Aún Carroll tuvo, con 31-46 en el marcador, la ocasión de conseguir la última canasta antes del descanso, pero le faltó una décima, pues lo hizo sobre la bocina.
En los primeros 20 minutos, Rudy fue el mejor de los blancos con 19 puntos y 20 de valoración y Ajinça en los también blancos hoy, pero franceses, con 11 puntos y 15 de nota general.
En la primera jugada de la reanudación, Llull, otro de los destacados, aumentó inmediatamente la diferencia con un triple (31-49).
Y Darden, Bourousis y, cómo no, Rudy siguieron su camino de tres en tres hasta cobrar 28 de ventaja (35-63) en el minuto 24 y obligando al seleccionador galo y entrenador del Estrasburgo a pedir un tiempo muerto, ya que veía que el choque no solamente se le iba de las manos, sino que la derrota podía ser histórica.
Solamente Ajinça y la zona posterior mantuvieron a los alsacianos en el partido, aunque el parcial de 17-8 favorable a los visitantes dejó ya sentenciado el choque: 45-71, al final del tercer cuarto.
El último cuarto iba a servir de poco. El Real Madrid se relajó, sus números empeoraron levemente y el Estrasburgo se hizo con ese último parcial (27-22). Un magro consuelo, porque los españoles siguen al frente del grupo B y los franceses en el fondo del mismo sin conocer la victoria.

«TÍTULO; Yo creo que si un trabajo gusta no es sacrificado»

Es natural de la población cacereña de Santa Ana, aunque vive en Ibahernando. Sus dos grandes pasiones son la docencia y la ganadería.

CAMPO

«Yo creo que si un trabajo gusta no es sacrificado»

Sus dos grandes pasiones ha sido la docencia y el mundo del campo

Lorenzo Mena. Jubilado. Ganadero y maestro-foto.

«Como las administraciones no ayuden a este sector, tiene un futuro malo»

Es natural de la población cacereña de Santa Ana, aunque vive en Ibahernando. Sus dos grandes pasiones son la docencia y la ganadería. De ambas ya está jubilado y disfruta de su tiempo libre. Se trata de Lorenzo Mena. Fue profesor de educación especial, además de audición y lenguaje. Estuvo destinado en Murcia, Trujillo y Madrigalejo. Además de esta labor, siempre ha estado ligado al sector de la ganadería, un mundo que vivió desde pequeño. Su primera venta la hizo a los 13 años. Vendió una yegua. En 1978 se echó hacia adelante para poner en marcha explotación con su hermano. No tenía pereza para levantarse temprano o echar horas por la tarde para atender a los animales. «He compaginado las dos labores porque me han gustado mucho». Ha contado con ganado vacuno, ovino y porcino. En la actualidad, unos de sus hobbies es acudir cada jueves al mercado regional de Trujillo, donde se reúnen semanalmente profesionales del sector.

-¿Qué se 'cuece' en el mercado regional trujillano?

-Aunque ya esté jubilado, me gusta acudir a esta cita tradicional. Los ganaderos hacen tratos, venden y compran, además de enterarte de cómo está el mercado. Con la crisis, llegan a este lugar menos personas. No faltan merchanes nuevos e, incluso, de Salamanca y Badajoz. Vienen, analizan y si pueden, compran.

-¿Qué es lo que más le ha gustado del campo?

-A mí siempre me han gustado las vacas. A pesar de ello tengo que reconocer que las ovejas han dado dinero. Por tanto, no se podía perder esa oportunidad. Es cierto que son más sacrificadas, pero merece la pena. No me olvido de los cerdos. Los teníamos mi hermano y yo en una finca arrendada, con mucha bellota. Daban dinero. Los vendíamos a un hombre de Salamanca.

-¿Cómo ha evolucionado el mundo del campo?

-Creo que no ha progresado mucho. Hace décadas, vendíamos los terneros a 100.000 pesetas. Ahora, se mantienen esos precios, al menos así los vende mi hijo, que ha seguido la tradición de mantener la explotación ganadera. Como gran diferencia, ahora se cuenta con las subvenciones. Es la gran ventaja. Si no se tuvieran esas ayudas, sería complicado que sobrevivieran los ganaderos. Los arriendos son caros. Antes, no teníamos nada. Era directamente lo que sacábamos del ganado. Otra de las grandes diferencias es que, cuando estaba activo, la mano de obra era más barata. Se daba una cuantía económica y las 'escusas', que eran una serie de ovejas o terneros. El pastor, en ocasiones, las compraba y nosotros las manteníamos.

-Aunque ya no se dedica al mundo del campo, conoce el sector. ¿cómo ve su futuro?

-Lo veo fatal. Como las administraciones no ayuden a este sector, tiene un futuro malo. Son muchos gastos y los precios suben. Así no se puede sobrevivir. Si no hay más subvenciones, deben subir los precios del ganado. También reconozco que este año y el pasado han sido buenos. Además, hay cada vez menos explotaciones. Opino que eso beneficia a que puedan subir los precios de los animales.

-¿Qué supone que su hijo siga con la tradición ganadera?

-A mí es una cosa que me hace mucha ilusión. Me gusta mucho. También está dedicado a dos trabajos. Además de dirigir una explotación, tiene una empresa como ingeniero informático. No le falta trabajo. Es una suerte que a todos mis hijos les guste el mundo del campo. Lo han vivido desde pequeños.

-¿Es un mundo muy sacrificado?

-Yo creo que si un trabajo gusta no es sacrificado. Es cierto que requiere un esfuerzo. Hay que estar todos los días del año, da igual que sea lunes que sábado o domingo. Lo bueno es que este año hay comida en el campo. A pesar de ello, hay que estar pendiente. Así lo hacíamos antes y así lo hacen los ganaderos de ahora. Eso no ha cambiado.

-¿Da muchos consejos a su hijo sobre ganadería?

-Siempre me está pidiendo opinión sobre distintas cosas. A lo largo de los años, hemos ido aprendiendo diversos conceptos, trucos y formas de tratar a los animales. La experiencia en este caso es importante. Por tanto, él me pregunta y yo le puedo sugerir que haga una u otra cosa. Al final, decide él porque es el propietario. Yo, aunque puedo dar algún consejo, ya estoy retirado.