martes, 5 de noviembre de 2013

Raymond Loewy, el diseñador de lo americano,./Este programa es un premio» / EL HORMIGUERO LOS ACTORES MARIA GALIANO Y JUAN ECHANOVE,.


Con la máxima de que lo feo no se vende, el pionero del diseño industrial, nacido hace hoy 120 años, convenció al mundo de la importancia ...

-foto-Raymond Loewy llegó en 1919 a Nueva York con 26 años, 40 dólares en el bolsillo y la cabeza amueblada de ilusiones. Casi un siglo después, los estadounidenses toman contacto al menos una vez al día con alguno de sus diseños, desde barras de labios a locomotoras, botellas de refrescos, frigoríficos, coches e incluso naves espaciales. «Entre dos productos del mismo precio, la misma funcionalidad y calidad, se vende más el más bonito». En estas palabras, impresas en una de sus primeras tarjetas de visitas, se encuentra la clave que hizo que este francés apasionado del diseño tambalease los cimientos del comercio americano. Raymond Loewy le dio valor al producto, lo convirtio en bonito, se dio cuenta que lo feo no vende y exprimió esta máxima hasta convertirla en su filosofía de vida.
En ocasiones, una buena y sobre todo acertada idea es capaz de salvar de la ruina o multiplicar hasta lo increíble los beneficios de una compañía estancada o abocada al fracaso. Se enciende la bombilla y bingo. La empresa da un giro de 180 grados y vuelve a colocarse en boca de los consumidores y a la cabeza del ránking de ventas en su sector. Es el caso de Lucky Strike. La popular marca de cigarrillos consiguió en el año 1942, gracias a una sencilla, pero brillante ocurrencia, sortear su previsible hundimiento y hacer repuntar sus balances de ventas. El diseñador francés Raymond Loewy (5 de noviembre de 1893 - 14 de julio de 1986) fue el responsable. Aportó un simple detalle que le dio el fuelle que le faltaba a la firma: sustituir el fondo verde original de la cajetilla por el color blanco.
Lo relata él mismo en el libro autobiográfico Lo feo no se vende, publicado por la Editorial Iberia en 1955. «Un día de marzo de 1940 se presentó en nuestra oficina, sin ser anunciado, un caballero bien vestido, de mediana edad, robusto, acompañado por su chófer (...) Era el máximo responsable de una gran tabacalera. Enseguida, agregó: 'Un amigo me dijo que a usted no le gusta la envoltura del Lucky Strike, lo cual significa que cree poder diseñar otra mejor. Yo no lo creo, además no sé que podría objetar contra nuestro envoltorio' (...) Yo le respondí: 'Puedo. ¿Quiere que apostemos?''¿Cuánto?''Cincuenta mil dólares, le respondí'». Después de fijar condiciones económicas y plazos, Raymond Loewy le aseguró al magnate que «una bella mañana de primavera» se sentiría «con el suficiente humor para diseñarlo» y que, dos horas después de que le llegase la inspiración, tendría listo su paquete y le telefonearía para hacérselo saber. Al atardecer, explica Loewy, George Washington Hill le envió una caja de Lucky con una tarjeta que rezaba: «Póngalo debajo de la almohada y tenga sueños agradables».
Pronto, los cigarrillos americanos estuvieron preparados para presumir de un nuevo envoltorio que supuso toda una revolución en la comunicación publicitaria del producto usual y se convirtió, además, en todo un icono en la sociedad americana. Raymond Loewy había hecho emigrar el logotipo del paquete de cigarrillos al anverso y al reverso, relegando las inscripciones legales y los datos del fabricante a los costados estrechos. Así, tanto si el paquete se encontraba sobre una mesa como si era arrojado sobre ella, quedaba visible inevitablemente el nombre de la marca, detalla Loewy en las páginas de su libro.
No fue fácil, sin embargo, el desembarco en Estados Unidos para Raymond Loewy. La soledad, el cansancio y la depresión marcaron sus primeros años en Nueva York, un camino que no se fue allanando hasta que consiguió sus primeras colaboraciones en algunas revistas de moda de la época, como Harper's Bazaar o Vogue, trabajos que el francés empezó a compaginar con labores de decoración de escaparates en famosos grandes almacenes de la ciudad. Fue aquí cuando Loewy decidió sacar toda su artillería pesada y abogar por el prólogo de lo que más tarde sería su filosofía de trabajo: una imagen de marca común, envases y elementos distintivos diseñados con inteligencia y esmero que le dieran valor añadido al producto, y un uniforme previamente establecido para todo el personal. Con estas máximas, el francés afincado en Estados Unidos consiguió empezar a mover los cimientos del márketing y, en apenas unos meses, extender por los comercios de todo el país el atuendo común y unificado entre los empleados.
Pionero del diseño industrial, Raymond Loewy llegó a contar, después de salir a flote de la gran depresión de 1929, con 140 grandes firmas en su cartera de clientes. Diseñó la carrocería aerodinámica de los automóviles Studebaker, locomotoras armadas con soldaduras y sin remaches para la empresa de trenes de Pennsylvania, las heladeras Frigidaire, los autobuses Greyhound, los populares logos de Exxon y de las gasolineras Shell -readaptando la «concha» inicial para que se apreciase con facilidad en la distancia y en la oscuridad con los colores rojo y amarillo, por la estrecha vinculación que la marca tenía con España- y la mítica curvada y ergonómica botella de Coca Cola, que Loewy «adelgazó» en 1954 para darle un aspecto más elegante y estilizado, haciéndola, al mismo tiempo, perfecta para ser agarrada con un mano.

Le preguntaba Jorge Javier Vázquez hace un mes a Raquel Sánchez Silva a ver cuándo iban a a volver a trabajar juntos. «Pronto», le ..
«Este programa es un premio»

«Este programa es un premio»

-foto-Raquel Sánchez Silva regresa a la televisión como pinche de Paco Torreblanca en Cuatro. Se suman a la fiebre de los concursos gastronómicos y buscarán al mejor repostero de España


Le preguntaba Jorge Javier Vázquez hace un mes a Raquel Sánchez Silva a ver cuándo iban a a volver a trabajar juntos. «Pronto», le prometió ella. Pero le va a hacer esperar. La presentadora reaparecerá dentro de unas semanas en televisión, pero con Paco Torreblanca. El reputado repostero enciende los fogones de Cuatro con 'Deja sitio para el postre', un concurso que buscará al mejor pastelero de España y que se suma a la fiebre de los programas gastronómicos. De pinche, Sánchez Silva, que regresa al trabajo cinco meses después de la muerte de su marido, Mario Biondo. «Volver a la televisión y hacerlo con un proyecto tan dulce y capaz de hacer feliz a tanta gente es un premio para mí», ha confesado la periodista extremeña, de 40 años.
Lleva alejada de los medios desde el 30 de mayo, cuando falleció Biondo. El cámara de televisión italiano, de 36 años, apareció ahorcado en el domicilio de la pareja en Madrid cuando no se había cumplido el primer aniversario de casados. El terrible suceso apartó a Raquel de la tele, aunque la polémica que ha rodeado a la muerte de Biondo la ha mantenido en un indeseado primer plano. Pero ella misma adelantó que su ausencia iba a ser temporal y corta. «Espero volver en septiembre con la sonrisa radiante», dijo en junio.
No ha sido en septiembre, sino que será un poco más tarde, cerca de final de año, cuando Cuatro estrene 'Deja sitio para el postre'. El casting ya está abierto pero no han empezado las grabaciones. Torreblanca, doctor Honoris Causa de las Bellas Artes y mejor pastelero de España y de Europa, examinará a los mejores reposteros del país en un concurso en el que Sánchez Silva ejercerá de maestra de ceremonias. «Hacer un programa de televisión que parte de la sonrisa y el disfrute es un lujo. Trabajar con maestros reposteros me hace mucha ilusión».
Su elección para el concurso ha supuesto una sorpresa y obliga a aparcar los otros dos proyectos que se le atribuían. Porque un posible regreso de 'Acorralados' (con ella y con Jorge Javier) se ha dado siempre por hecho, aunque Telecinco mantiene, por el momento, cerrada la granja. Más avanzado está el proyecto de 'La incubadora', un 'reality' de emprendedores que también se ha encomendado a la extremeña. El piloto ya está grabado, aunque fuentes de Cuatro confirmaron ayer que no han decidido todavía si lo emitirán o no.
Lo que sí es seguro es que 'Deja sitio para el postre' endulzará la parrilla de Cuatro «próximamente». Hasta ahora, Mediaset era el único grupo que no tenía un 'reality' culinario a la hora de la cena. Y ya lo tiene. En el concurso de postres podrán participar reposteros aficionados o semiprofesionales, que competirán por equipos y asesorados por Torreblanca, maestro de pasteleros, que ha encontrado en la televisión una salida a la crisis que también ha afectado a su negocio. La duda es si Torreblanca y Sánchez Silva serán capaces de reeditar el éxito de 'MasterChef' (TVE), 'Top Chef' (Antena 3) y 'Pesadilla en la cocina' (La Sexta).


TÍTULO; EL HORMIGUERO LOS ACTORES MARIA GALIANO Y JUAN ECHANOVE,.

 El martes, 5 de noviembre, nos visitan los actores-foto JUAN ECHANOVE y MARÍA GALIANA, protagonistas de la obra Conversaciones con mamá, que, tras una larga gira por toda España, acaba de estrenarse en el Teatro Bellas Artes de Madrid. Echanove interpreta a un hombre de mediana edad, acostumbrado a un buen tren de vida, que acaba de ser despedido de su empresa. Como consecuencia de ello acude en busca de ayuda a casa de su madre, una mujer ya mayor que sobrevive digna pero modestamente.

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